miércoles, diciembre 31, 2008

Atónito

Estoy atónito. Así me ha dejado la esperada y retrasada comparecencia del nuevo presidente de la Real, Jokin Aperribay. Digo atónito por no decir asustado. Porque después de escuchar la rueda de prensa y de leer todo lo que se publica hoy en los medios sobre ella es imposible sentirse de otra forma. La presentación pública de Aperribay no despejó apenas incógnitas, no dejó nada claro, no anunció qué se va a hacer para que la Real no desaparezca. No aportó ideas, no detalló planes. No es la hora de los discursos vacíos y el de ayer de Aperribay lo pareció. Grandes palabras, grandes ideales. Unidad y cosas así. ¿Pero qué dijo que no supiéramos? Sólo una cosa. Que no tiene intención de vender jugadores en enero (cuando acabe el mes me quedaré tranquilo, antes no) y que el expediente de regulación de empleo sólo se hará la próxima temporada si la situación no se ha enderezado (pero lo ve inevitable si los trabajadores no se reducen sus sueldos). Y ya está.

Atónito me quedé porque, insisto, aparte de esos detalles, no hay en la rueda de prensa nada que no supiéramos. Lo que se nos ofreció es una repetición de lo que hizo Miguel Fuentes cuando llegó a la Presidencia. Miedo al futuro con leves gotas del optimismo que se desprende del lema "nosotros podemos salvar a la Real". Eso ya lo dijo Fuentes, y no hay más que ver dónde y cómo estamos para llegar a la conclusión de que era o bien una falsedad o bien un propósito imposible de cumplir. Los planes de Aperribay pasan por un plan de austeridad del que no dio ningún detalle porque no podía darlos (ni hay acuerdos con los jugadores, puesto que se dio a conocer al vestuario un día antes, ni los hay con los trabajadores del club, puesto que no ha habido reuniones con el comité de empresa, dijo, por las vacaciones navideñas) y recorte sustancial de gastos (tampoco dijo en qué partidas). Y si no hay detalles, el anuncio no pasa de ser una declaración de buenas intenciones, en el mejor de los casos, o humo, en el peor.

Lo que más lamento de la intervención de Aperribay es que el aficionado, el que verdaderamente sufre con este equipo y le apoyará siempre, no forma parte de su discurso. Lo dejó claro en la Junta, pero ayer se ratificó en esa triste sensación. No se refirió al aficionado en toda su intervención inicial, ni siquiera cuando apeló a la unidad de "todos". Al socio se le pide que pague su cuota de abonado (y no se han planteado la posibilidad de que el socio les dé la espalda en el proceso de renovación de abonos que se inicia mañana. Es más, ni siquiera lo han estudiado; ojalá no suceda, aunque yo sí me temo que el número de socios caerá). Al accionista que calle en las juntas. Y al aficionado en general que no proteste en Anoeta o siquiera en Intrnet (foro cerrado con la pretensión de reabrirlo cuando se pueda; ¿no es eso mismo lo que dijo Denon y el foro no se reabrió hasta que llegó Badiola?). Porque, dicen, hay que apoyar al equipo. Y no se quieren dar cuenta de que eso está garantizado, porque todos nosotros queremos a la Real y queremos verla en Primera por encima de todo. Pero lo peligroso vuelve a ser, una vez más, que el presidente de la Real cree que la crítica a su persona o a su gestión es un ataque al club. Y No lo es.

Dicen que la Real debe 32 millones de euros. Quizá habría que preguntarse por qué esa cantidad nos ha llevado a esta situación cuando en Primera anda el Deportivo con una deuda reconocida de más de 150 millones o el Valencia con una de 250, pero habrá que centrarse en lo nuestro que bastante tentemos. Quizá habría que preguntarse cómo es posible que el nuevo presidente no incluya entre sus planes de rescate la posibilidad de que la Fiscalía Anticorrupción entienda como delictivo el proceso abierto por la confesión de Jesuli (no lo incluyen, sólo hubo palabras tan aparentemente firmes como en realidad huecas a preguntas de los periodistas). Pero hay que abrir los ojos. El horizonte de viabilidad de la Real pasa por subir a Primera. Ni más ni menos. Hay un desfase de diez millones entre los ingresos y los gastos de este club. Y eso es más o menos lo que ganará la Real por derechos televisivos si sube a Primera. Ya está. Desfase solucionado. Ni mucho menos la deuda, pero sí la viabilidad económica de la entidad. Para eso da igual quién sea el presidente, es el equipo el que puede hcaernos a todos un servicio impagable.

Después de lo escuchado, y después de leer el documento en PDF de siete páginas que ha colgado el Consejo en la web oficial sobre la situación económica del club (una es la portada, dos desarrollan lo que ya conocíamos del proceso concursal y la última deja un mensaje de "muchas gracias" que sólo hace que esté aún más atónito en estos momentos), uno se pregunta por qué han esperado diez días para convocar esta rueda de prensa. No hay nada que ofrecieran que justifique toda esa espera. Absolutamente nada. Y no hay ningún plan elaborado. Hay que confiar a ciegas. Dicen que pueden salvar a la Real, pero no dan ningún argumento que dé tranquilidad. Ni uno solo. Bueno, uno sí. Que no van a cobrar por su trabajo en el Consejo. Qué menos, por otra parte, para un salvador, ¿no? Lo único que puedo hacer es desear suerte a Aperribay y a su Consejo, porque tengo la sensación, la triste y desasosegante sensación, de que de verdad la van a necesitar.

martes, diciembre 30, 2008

El año en dos minutos

Dos minutos. 2008 se resume en dos minutos. Aquellos dos minutos en Vitoria, los que pasaron desde que nos veíamos en Primera hasta que nos dimos cuenta de que seguiríamos una temporada más en Segunda. Así de duro, así de triste. El fútbol vive de sensaciones y la tristeza de aquel día apagó cualquier atisbo de alegría que pudiéramos tener en los once meses, 29 días, 23 horas y 58 minutos restantes. 2008 será para siempre el año del no ascenso. Y eso queda como algo irrefutable, al margen de la valoración que cada uno hagamos de lo que ha acontecido en torno a la Real a lo largo de este año que hoy acaba.

Fríamente, se puede decir que no ha sido un mal año. Incluso bueno, mucho mejor que la mayoría de los más recientes. 41 partidos jugados, 17 victorias, quince empates y nueve derrotas. Tenemos que echar la vista muy hacia atrás para encontrar un año en el que la Real tenga números tan buenos. Pero Vitoria nos marcó. Esos dos minutos invalidan todo lo que pueda decir un número, una cifra, una estadística. Porque el fútbol es corazón y a nosotros el corazón nos falló en aquellos dos minutos frente al Alavés. ¿Qué somos el segundo mejor equipo de Segunda en 2008, sin contar en esa lista los ascendidos? Pues vale. ¿Qué hemos sumado el 53 por ciento de los puntos en juego? Genial. Pero sólo valen aquellos dos minutos. Cruel, muy cruel.

Casi tan cruel como descubrir que el juego y los resultados de la Real quedaron oscurecidos por dos hechos lamentables. El primero, la certificación de que el ascenso se perdió tanto en los campos como en los despachos. Lorenzo Sanz nos lo dijo en una grabación que no muchos quisieron escuchar. Jesuli nos lo confirmó en otra que tuvo más repercusión. Y ni la Federación, ni la Liga, ni el Consejo Superior de Deportes han querido coger este toro por los cuernos. Por otro lado quedan los árbitros. ¿Sabéis que en quince de los 41 encuentros jugados la Real se ha visto perjudicada con decisiones arbitrales equivocadas en forma de goles ilegales, penaltis o expulsiones? ¡Maldita balanza esa que algunos piensan que se equilibra al final de cada temporada!

El año que hoy acaba ha estado marcado, para bien y para mal, por la efímera presidencia de Iñaki Badiola. Devolvió la ilusión y la gente a Anoeta. Renovó a Xabi Prieto. Destapó la corrupción que hay debajo de las alfombras de la Real y del fútbol español. Le dio nueva vida al club. Pero por el camino generó demasiadas controversias. Demasiados enfrentamientos. No cumplió con las expectativas económicas que había generado cuando presentó su proyecto, y no sólo por el no ascenso. Pero sufrió un linchamiento sin precedentes en la historia de la Real y quizá algún día alguien se preguntará por los motivos de ese acoso periodístico e institucional. Nunca social. Dejó la Real, en manos de un presidente que ni siquiera se había presentado previamente a los accionistas, sin haber escuchado una sola protesta contra su persona en Anoeta.

2008 nos deja a Iñigo Díaz de Cerio como máximo goleador, incluso perdiéndose más de mes y medio de competición por su gravísima lesión. Nos deja la ilusión por el ascenso que se tuvo durante casi toda la segunda vuelta de la temporada pasada, frustrada en esos dos minutos en Vitoria, y la que se recuperó al comienzo de la presente campaña, antes de sufrir más reveses de todo tipo. Pero por eso también nos deja el inmenso corazón que tiene este equipo, este vestuario. El año nos deja grandes tardes, como aquella victoria ante el Málaga o los dos partidos consecutivos en Anoeta en los que la Real marcó cuatro goles (Las Palmas y Xerez). El gol, el golazo, de Castillo al Huesca. La priethina. La exhibición sin el premio de los tres puntos en Elche. La magnífica remontada de esta temporada en Zaragoza o la eliminatoria ante los maños en una Copa que, pese a todo, no nos deja más que disgustos.

Y si de disgustos hablamos, muchos han sido los que hemos vivido en 2008. Veníamos del descenso en 2007, y el año que ahora termina nos maltrató de la misma forma. Lo hizo en Vitoria, claro. Lo hizo una semana después en Anoeta, frente al Córdoba. Lo hizo cuando vimos cómo la pierna de Iñigo se hacía añicos. O el tobillo de Elustondo. O la rodilla de Xabi Prieto. Lo hizo con amargas tardes como la derrota en Anoeta ante el Racing de Ferrol, el último día de Eizmendi en el banquillo de la Real. O en el desgraciado día del Eibar, en el que Lillo recibió un botellazo, como ya lo había recibido en Málaga sin que a nadie le importara tanto. O con la entrada en el proceso concursal. Con los problemas para fichar siquiera a dos jugadores. Con todos los temas extradeportivos que llevaron a la Real a las primeras páginas por asuntos turbios e intereses oscuros.

Se va 2008. Maldito 2008, tan maldito como lo fue 2007. Ojalá 2009 nos cambie a todos la cara. Lo hará. Es el año del centenario. Y el del ascenso. Nos merecemos esa alegría, año nuevo. Concédenosla.

sábado, diciembre 27, 2008

¿Quién preside la Real?

Cualquiera que no siga la actualidad de la Real Sociedad y no se hubiera enterado (que ya es difícil con el ruido que hubo y la repercusión que tuvo en los medios de comunicación) de lo que sucedió el pasado sábado en la junta de accionistas, hoy no sabría quién preside el club. Así de duro y así de triste. Entra uno en la web oficial y encuentra dos enlaces en los que podría solucionar sus dudas. Pulsa en Mensaje del presidente. Nada sucede, vuelve a cargarse la página principal. Pulsa en Consejo de Administración. Y pasa lo mismo, la página principal vuelve a aparecer ante los ojos del internauta. Vas a la web Soy Txuri Urdin, la de uno de los sponsors del club. Y lo que te aparece es una ventana enorme que dice "Saludos del presidente Iñaki Badiola". ¿Para qué seguir buscando? La duda persiste en el mejor de los casos, porque en el peor pensaríamos que el presidente sigue siendo Badiola.

Esa duda tiene múltiples respuestas. La sencilla es que la preside Jokin Aperribay desde hace una semana. Eso es lo que hemos leído en la prensa o lo que vio quien asistiera a la junta. Pero en esa semana, el nuevo presidente no ha hecho absolutamente nada para despejarnos las lícitas, lógicas y enormes dudas que plantea la actual situación del club. Trabajar habrá trabajado todo lo que quiera. Pero llevamos una semana y apenas sabemos quién es y cómo habla el presidente de nuestro club. Nada sabemos todavía de lo que va a hacer, de los planes que tiene, de con quién está hablando, de qué decisiones inmediatas piensa tomar. Una semana de silencio, y más siendo la primera de su mandato, deja demasiados interrogantes abiertos. Mucho oscurantismo. Y, sobre todo, da la impresión de que todo ha estado improvisado sobre la marcha. Que el único programa que tenía un candidato que nunca se presentó públicamente a aficionados y accionistas era arrebatar el poder a Iñaki Badiola.

Ni siquiera sabemos qué va a hacer con lo más importante, el equipo. Que a nadie se le olvide que los administradores concursales recomendaban en su informe la venta de jugadores y ahora mismo se abre un periodo de fichajes en el que se podría colocar a algún jugador en el mercado. Aperribay no nos ha aclarado, porque no nos ha dicho nada de sus planes, si tiene intención de vender ahora a jugadores destacados del equipo. Y, pensándolo fríamente, los traspasos que ahora podrían dar algo de dinero son los de Xabi Prieto y Claudio Bravo. Ojalá no pase por las mentes de los nuevos gestores de la Real acometer una operación como éstas, porque sería pan para hoy y hambre para mañana. El único proyecto de viabilidad económica para la Real pasa por subir a Primera. El único. Todo lo demás es humo y mentira. Y debilitar al equipo ahora mermaría seriamente las opciones de finalizar la Liga entre los tres primeros.

Sí sabemos una cosa. La hemos descubierto hoy. Aperribay ha llamado a Iñigo Díaz de Cerio para, en palabras del bravo delantero realista, decirle que "está interesado en conseguir" su renovación (y al menos Iñigo dice que la Real es su "primera opción", lo que aporta algo de tranquilidad a este proceso y anima a quienes queremos volver a verle de txuri urdin cuando se recupere de su grave lesión). Lo más gracioso es que sabemos de esta conversación por el jugador, no por el presidente. ¿Gracioso he dicho? ¿Y porque será que ya no me río? El caso de Iñigo no es único. Castillo, Markel Bergara y Gerardo termiman contrato el 30 de junio sin que la Real tenga posibilidad unilateral de prorrogar su continuidad en el club. Me imagino que habrá hablado al menos con alguno de ellos, pero el oscurantismo que preside la primera semana de Aperribay en el club me impide decir nada más en este sentido. Y eso es malo.

Como malo es que el nuevo Consejo sólo se haya tomado la molestia de dirigirse públicamente a socios, aficionados y accionistas para anunciarles el cierre del foro de la web oficial. Eso es lo único que ha llevado al nuevo Consejo a romper silencio. Lo único. ¿Y es eso lo más importante que tiene sobre la mesa la Real en estos momentos de crisis institucional, de ruptura social, de quiebra económica y de penitencia deportiva? Sobra decir que no. Pero el orgullo es el orgullo y supongo que a nadie le gusta leer lo que muchos aficionados de la Real tenían ganas de soltar. ¿Justificar las amenazas y los insultos? Nunca. Pero alguien tendrá que pensar en algún momento el origen de esa situación. Y a más de uno no le va a gustar la única conclusión razonable que se puede sacar de esta situación. Que muchos hicieron las cosas mal en el pasado, sí, pero quien tiene que hacerlas bien en el presente las está haciendo ya muy mal.

¿Quién preside la Real? ¿Por qué quien ocupa esa silla no nos saca de dudas ya, lo antes posible y con un discurso que calme los ánimos? Ardo en deseos de escuchar al presidente. Pero para eso todavía no hay fecha, una semana después del ridículo que vimos en el velódromo. Inaudito.

domingo, diciembre 21, 2008

Unidad imposible

Lo vivido anoche en la Junta de Accionistas no me pilla por sorpresa. En absoluto. Ya he perdido bastante de la ingenuidad que tenía al tratar asuntos relacionados con la gestión de este club. Ya éramos un club cualquiera en el que podían vivirse situaciones que hace no tanto tiempo sólo veíamos de lejos y en los informativos de la televisión. Pero ahora sabía que Iñaki Badiola iba a dejar de ser presidente de la Real, sobre todo desde que se confirmó que habría una plataforma alternativa. Sabía, y los hechos lo han confirmado, que el nuevo presidente, Jokin Aperribay, no tendría el beneplácito del accionista de a pie aunque sí tenga el de los poderosos. Sabía que hay una división que, digan lo que digan algunos, no surge en la figura de Iñaki Badiola. Sabía que hay una gran diferencia entre ser el presidente de la Real y ser el presidente de la Real Sociedad de Fútbol S.A.D. Sabía que la Real está controlada por los podres fácticos que todos conocemos, que ya se han desenmascarado y que tienen nombres y apellidos. Y sabía que, por triste y desgraciado que sea tener que admitirlo, que no se puede luchar contra esos poderes en igualdad de condiciones.

Jokin Aperribay es el nuevo presidente de la Real Sociedad de Fútbol S.A.D. Y comienza en ese cargo con unos lastres inmensos. Es el primer presidente de la Real al que no hemos conocido antes de serlo, el primero que no es elegido en unas elecciones libres en las que los accionistas tengan información sobre los candidatos. El primero que simplemente ha dicho "aquí estoy yo", sin más méritos ni proyectos, para dirigir el club. Él mismo admitió que, en realidad, no tenía más ideas que derrocar a Badiola al decir que el lunes empieza a trabajar. Si quería presidir la Real, su trabajo tenía que venir de lejos. Pero el trabajo previo no ha sido más que juntar a una serie de personas que se atrevieran a dar la cara por los poderes fácticos. Eso y no otra cosa fue el objeto de las reuniones previas a la Junta. Hoy no saben cómo salvar a la Real. Como mejorar su situación económica. Como contribuir a que el equipo suba a Primera. A partir de mañana lo intentarán averiguar. Mucha suerte, porque de la suerte que tengan depende el futuro de nuestro equipo.

La Junta de anoche sirvió para dar un nuevo paso en la miseria que rodea a la Real y en el fin de la unidad imposible que todos piden pero que en realidad sólo queremos los que estamos por debajo del nivel decisorio. Jokin Aperribay pidió que se les deje "trabajar en paz" a partir de mañana. ¿Como han dejado trabajar a Badiola? No puede pedir unidad desde el poder precisamente quien la ha torpedeado desde la oposición. Y lo mismo sucede con cierta prensa. Hoy El Diario Vasco silencia todo lo que Badiola dijo en la Junta. Pero no sólo eso. También omite todas las intervenciones de los accionistas (que apostaron mayoritariamente por la continuidad del Consejo de Badiola hasta las elecciones que prometió el ya ex presidente para el verano), que caen en el olvido porque no convienen. Porque hay que dejar claro al iluso accionista la diferencia entre el populacho y el poder. Y el poder venció ayer.

Y llegamos a la cuestión de la imagen. Todo el mundo se rasga hoy las vestiduras por la imagen que, dicen, se ha dado del club por los incidentes finales. Pero yo no estoy sorprendido de que sucedieran. Todo lo que está por encima del equipo y la afición lleva tiempo conspirando para que esa sea su Real. Se lamentan los incidentes, que hicieron necesaria incluso la intervención de la Ertzaintza. Sobra decir que no los justifico ni los defiendo, pero si no buscamos las causas estamos condenados a volver a ver situaciones similares. Y las causas son sencillas. El nuevo presidente de la Real, sin proyecto, sin cara, sin haber ofrecido nada a los accionistas y a los aficionados, se ha apoyado en el poder político, económico y mediático para tumbar una elección libre de los accionistas hace un año. La democracia es así y hay que respetarlo. Pero siempre queda el derecho al pataleo, y eso es lo que mostraron quienes impedieron al nuevo presidente utilizar una Junta de Accionistas como si fuera un colegio votando para la elección del delegado de la clase. Esto exigía más seriedad, más información y mucho más respeto al accionista.

Lo vivido sólo sirve para demostrar que valen más las acciones que los aficionados. Muchas gracias, Miguel Fuentes, por aquella tramposa ampliación de capital que impulsaste. El hermoso y valiente esfuerzo de limitar las acciones por accionista al dos por ciento del capital, el impulsado por Iñaki Alkiza y Luis Uranga (los últimos presidentes con decencia que ha tenido este club), pretendía evitar justo la bochornosa situación vivida ayer. Y mucha gente estalló al ver cómo se hacían añicos esos sueños de que la Real era de los realistas. No lo es. Es una ilusión falsa que ha perdurado en el tiempo con llas mentiras de Denonerreala y sus representantes en la sombra. Es un timo al aficionado y al pequeño accionista. Legal, sin duda, pero un timo al fin y al cabo. Ya sabemos quién manda en la Real. Las caretas han caído, las cartas se han enseñado. Y lo que hemos visto es que había demasiados ases en la manga. Sólo una lucha por ostentar el poder y acallar vergüenzas pasadas. Nadie ha oído una sola palabra sobre lo que van a hacer los nuevos salvadores del club. Ese discurso todavía no se lo saben.

Iñaki Badiola sale de la Real. Lo hace como Don Quijote, enfrentado contra gigantes invencibles y convencido de que su locura (bendita locura a veces) es la realidad. Lo hace después de haber hecho lo que muchos realistas llevábamos años pidiendo: que se levantaran las alfombras y viéramos si la Real estaba o no enferma. Y lo está, como lo está el fútbol español. Badiola ha conseguido demostrarlo y por eso merece un aplauso, por mucho que otros asuntos requieran crítica o censura. Pero ahora necesitamos que sea el Cid y siga ganando batallas después de muerto. La sensación de que este nuevo Consejo dejará caer en el olvido la lucha por la limpieza en la Real y en el fútbol español (lo que le costará al club perjuicios económicos y deportivos claros) es tan esperada que se hace necesario que Badiola siga luchando. No, en absoluto, como oposición al nuevo Consejo, para que este nuevo Consejo construya su ficticia unidad y no tenga excusas, pero sí para que se haga justicia. Si tiene más sobre la compra de partidos, que lo haga público a su tiempo. Ese será su mejor servicio a la Real.

Aperribay tiene un problema. Llega con poca legitimidad social a la presidencia, habiendo derrocado al único presidente de la historia moderna de la Real contra el que no ha habido protestas en Anoeta. Llega sin proyecto, sin soluciones y en una situación compleja. Yo no voy a ser su oposición, pero sí voy a estar tan vigilante como siempre para ver qué hacen bien y qué hacen mal. Su llegada ha sido una mala forma de empezar. Y tiene un hándicap añadido. Él y los poderes que le han apoyado ahora ya no tienen un Badiola al que echarle la culpa de lo que pase en la Real. Ahora son ellos los que tienen que dar la cara, los que tienen que tomar decisiones, los que nos tienen que llevar a Primera. Y si no lo consiguen, tendrán que rendir cuentas. Insisto: mucha suerte. Porque la van a necesitar para reconducir el rumbo de su juguete roto.

sábado, diciembre 20, 2008

REAL SOCIEDAD 1 - SALAMANCA 0. El gol del corazón

Hoy la Real ha ganado con un gol marcado con el corazón. Sin hacer un juego brillante, ha encerrado en su área al Salamanca (con diez desde el último minuto de la primera parte) como lo tenía que hacer, con buenos centros desde la banda, con subidas constantes de sus laterales. Sin crear excesivas ocasiones claras, pero con mucha presencia en el área rival. El partido ha tenido 45 minutos de tanteo entre dos equipos que han apostado por anular al contrario antes que tratar de imponerse en el juego y 45 minutos de absoluto dominio txuri urdin. Y el gol ha llegado justo al final. Eso evidencia los problemas de la Real (otro gol de un defensa, esta vez Ansotegi) pero también y sobre todo el inmenso corazón con el que juega los partidos. El de los aficionados tiene que prepararse a muchos partidos como el de hoy. Pero mientras tengan el mismo final, no habrá quejas. La Real juega en el alambre de la casualidad, de la fortuna, de la victoria y la derrota. Pero acumula tres victorias consecutivas en casa por 1-0. Y la de hoy nada menos que ante el líder. Eso es lo que hay que celebrar, por encima de todo lo negativo que se quiera ver.

Los dos entrenadores apostaron por una fuerte presión de inicio que anulara el juego del rival. El Salamanca tenía miedo de la Real y la Real admitía que el Salamanca es líder por méritos propios. Por eso la primera mitad no ha dejado nada de fútbol vistoso y sí mucho del más táctico, el que más aburre a los aficionados. "Once para once, no hemos estado bien. Las cosas como son", admitió Lillo en la rueda de prensa posterior al partido. Y en estas apareció Teixeira Vitienes. Un mal árbitro, otro, que demostró el porqué de sus números poco favorables a los equipos de casa. Lo hizo señalando todo lo dudoso en la misma dirección: a favor del Salamanca. Sin embargo, casualidades de la vida, en el último minuto de esa primera mitad no le quedó más remedio que expulsar a un jugador visitante, a Botelho, por una doble amarilla que ya le había perdonado en la jugada anterior. La Real casi se sorprendió de tener que jugar con uno más.

Alguien debiera reflexionar sobre los motivos que han llevado a Anoeta a dar, en el descanso, una soberana pitada a un colegiado que acababa de dejar en inferioridad al rival. No hay fantasmas, hay realidades. Y más después de ver el final del partido de hoy en Anoeta. El colegiado señala cuatro minutos de descuento, justo antes de que maque el gol Ansotegi y la grada estalle de felicidad. Los cuatro minutos se cumplen mientras el Salamanca se prepara para sacar una falta cercana al área de Bravo. La falta, ya con el tiempo más que concluído, acaba en córner, el córner en un nuevo saque de esquina, que tiene incluso segunda jugada sin que el árbitro mandara a los equipos al vestuario. Y al final el colegiado alarga el partido ¡tres minutos más de lo previsto! Ha sido difícil no acordarse de aquel partido ante el Villarreal, en la temporada del subcampeonato, en la que otro árbitro decidió prolongar el partido hasta que el equipo alicantino pudo empatar. Hoy no ha habido empate. Y por eso la alegría ha sido inmensa.

Lillo apostó de inicio por un doble pivote formado por Diego Rivas y Markel que, a priori, debía contener el juego del Salamanca. Y se consiguió en el juego más estático, aunque falló en las contras del equipo castellano. Se notó también en la segunda parte, cuando el dominio txuri urdin era mucho más agobiante, hasta que las fuerzas sostuvieron al Salamanca. Sus cuatro primeras salidas del área fueron cuatro córners. Y aunque después de eso el Salamanca acabó borrado del campo, debiera tomar nota Lillo de esos primeros minutos de la segunda parte, puesto que en Anoeta muchos rivales optarán de salida por la opción que escogió el Salamanca cuando se quedó con diez jugadores.

Xabi Prieto no ha sido tan determinante como en las últimas semanas (aunque ha llegado muy bien al final del partido, va cogiendo el ritmo de competición), pero el desequilibrio del juego ha venido por Estrada, un jugador que no termina de dar el paso adelante que promete y que, en la banda izquierda, pasó prácticamente desapercibido por este partido. Eso también lastró a Castillo, que no encontró un socio en sus subidas. Hoy la Real ha echado de menos a Marcos, que no ha jugado por la penúltima injusticia arbitral que ha sufrido este equipo. El doble pivote se acabó en el descanso, con la salida de Rivas, y la Real apostó decicidamente por lograr los tres puntos por la vía más directa. Sergio entró al campo y tuvo unos muy buenos minutos en su regreso al equipo. Eso y la buena aportación de Agirretxe demuestran que, aunque corta de efectivos, esta plantilla tiene banquillo.

Pero el principal problema de la Real sigue siendo el gol. Desde que Iñigo Díaz de Cerio cayó lesionado, el equipo txuri urdin ha marcado cinco goles en seis partidos. Tres de ellos han sido obra de defensas. El de hoy, el de Ansotegi, es un justo premio para un jugador constante, menos valorado de lo que seguramente merece y que siempre está ahí cuando se le necesita. Pero eso no puede ocultar que la Real tiene un 9 que, después de 17 jornadas, todavía no ha podido celebrar su primer gol (al margen de los dos legales de los que le han privado). Hoy ha tenido dos ocasiones claras más, sobre todo la segunda. Y no marca. Hay que resolver este problema con el turco. Y hay que hacerlo ya. Como dijo Lillo, la Real es un equipo de resultados cortos. Y es verdad. El de hoy es el tercer 1-0 consecutivo que logra este equipo en Anoeta. La tensión va a ser una constante de este año, pero el partido hoy ha estado volcado sobre una sola área, la del Salamanca. Sin demasiadas ocasiones hasta el final, cierto, pero con numerosas llegadas. "Parecía que les habían echado a cinco", dijo Lillo. Ese es el mérito de la Real hoy. Y más sabiendo que le falta tanto gol.

La gloria del último minuto ha vuelto a ser hoy benévola con la Real, por tercera vez en lo que va de temporada (Labaka anotó en Tenerife el gfol del empate e Iñigo el de la victoria en Tarragona). Y ha dejado un paralelismo que asusta con la temporada anterior. La Real perdió precisamente en Salamanca con un gol en el último minuto, y la jornada siguiente Elustondo dio la victoria al equipo txuri urdin frente al Alavés en el último suspiro. Hoy el triunfo, tan agónico y tan merecido como el vivido hace algo menos de un año frente al equipo vitoriano, supone algo más que tres puntos. Supone, como decía Lillo en la víspera, disfrutar quince días de la victoria. Supone ganar al líder, como ya se ganó al líder, entonces el Málaga, el año pasado. Y supone entrar de lleno, ya, por fin, en la lucha por el ascenso. La Real ya es quinta aunque habrá que esperar al final de la jornada.

La Navidad no es seguramente tan feliz como soñábamos en las primeras jornadas de esta Liga, porque la Real no acaba el año en puestos de ascenso, pero es feliz. Ya lo creo que es feliz. Lo es porque este equipo ha pasado en los últimos tiempos por indecibles contratiempos y a todos ellos ha respondido con fe y corazón. Porque ha tenido lesiones, sanciones, arbitrajes prevaricadores y varapalos en toda forma conocida. La Real ha ganado el partido más importante de hoy, el que se jugaba sobre el césped de Anoeta. Y nos quedan 25 como el de hoy. Seguramente igual de tensos, ojalá la mayoría con este final feliz. Lillo pidió para el año nuevo "justicia para estos chavales de una puñetera vez. Con eso nos alcanza". Y no puedo estar más de acuerdo. Esta Real, la que salta al campo, la que vive en el vestuario, la que puede ilusionar e ilusiona a la gente, se lo merece todo. Porque a todo sobrevive. El ascenso está un día y un partido más cerca.

viernes, diciembre 19, 2008

PREVIA Real Sociedad - Salamanca. Ilusión navideña y temor arbitral

Acaba el año futbolístico con una cita de primer nivel (sábado, 17.00 horas, Anoeta, ETB-1; fuera de Euskadi seguimos padeciendo la tortura de no ver a la Real sin que nadie haga algo para que los realistas podemos disfrutar de nuestro equipo). Llega a Anoeta el líder y lo hace entre sensaciones encontradas. Además de la incertidumbre por lo que pueda suceder en la junta de accionistas posterior al partido (y de la que no quiero saber nada hasta, precisamente, después del partido), se junta la ilusión navideña que provoca la recuperación del juego del equipo vista en los dos últimos encuentros (desde que volvió Xabi Prieto; ¿casualidad...?) con el temor al estamento arbitral que ya Lillo ha denunciado sin tapujos. La victoria, en cualquier caso, es imprescindible para que el Salamanca no se escape a distancias practicamente insalvables cuando todavía no se ha llegado a la mitad de la competición.

El técnico realista recupera dos efectivos importantes para esta semana y ve algo aliviada la carga de la enfermería. Sergio y Mikel González vuelven a la lista de 18, aunque el primero parece contar con más opciones de ser titular que el segundo. Sergio reforzará un centro del campo al que también regresará Aranburu, tras cumplir su sanción y en el que no podrá estar Marcos, injustamente sancionado por su imposible expulsión en Albacete. Con Mikel, cuya inclusión en la convocatoria ha sido dudosa hasta última hora (y que Lillo no confirmó en su rueda de prensa del jueves) no hay necesidad alguna de forzar, puesto que Ion Ansotegi y Mikel Labaka han rendido bastante bien y se han entendido a la perfección en los últimos encuentros. Pero está claro que Mikel es el mejor central de la plantilla y había disputado todos los minutos de la competición hasta caer lesionado, lo que le da opciones.

Lillo, como casi siempre, hará cambios y se reservará alguna sorpresa. Durante la semana se ha especulado con la posibilidad de que Markel Bergara juegue como pivote único, lo que no dejaría de ser una sorpresa porque supondría la suplencia de un Diego Rivas que en Albacete jugó probablemente su mejor partido con la camiseta txuri urdin. Xabi Prieto es indiscutible, como también lo es Castillo en la defensa. Gerardo, con opciones nuevamente de entrar en el centro del campo (dependiendo del esquema que coloque el técnico), y Carlos Martínez (que lleva dos semanas sin jugar otra vez; da la impresión de que Lillo confía bastante más en Gerardo que en el canterano) se disputan el lateral derecho. Necati, arriba, seguirá buscando su primer gol. O el primero que le concedan los árbitros. De la anterior convocatoria, y por el regreso de los lesionados, se caen dos jugadores del Sanse, Illarramendi y Esnaola, pero el filial sigue teniendo presencia. Agirretxe y Zurutuza estarán en el banquillo.

La cuestión arbitral vuelve a ser objeto de análisis y comentario. Lillo no dudo en afirmar en su última rueda de prensa que hay algo contra la Real. Que González González fue designado en Albacete para "rematar" al equipo después de todo el perjuicio que le causó en el choque frente al Eibar. Y la designación de este fin de semana viene de nuevo a confirmar esa sensación (eso sí, ya empieza a ser complicado encontrar árbitros que no tengan malos precedentes con la Real). Pita Teixeira Vitienes. El mismo que no dudó en dar por acabado antes de tiempo el partido en Vitoria del año pasado por la invasión de campo de aficionados del Alavés y que en cambio prolongó de forma indecible e inverosímil el encuentro en Anoeta frente al Elche. Además, pitó en Tarragona frente al Nastic, partido en el que expulsó a Víctor López por dos amarillas en la primera mitad y en Anoeta también frente al Alavés, día en el que anuló dos goles legales al equipo txuri urdin. Malos precedentes, sobre todo teniendo en cuenta que este año lleva ocho encuentros pitados y sólo dos victorias locales. Para echarse a temblar... otra vez.

La última visita de un líder a Anoeta es de gratísimo recuerdo. El Málaga llegó en esa posición la temporada pasada y fue derrotado por una espléndida Real. Esta vez el resultado debe repetirse porque, de lo contrario, el Salamanca podría alejarse en once puntos. La inmerecida derrota en Albacete hace imposible que la Real llegue a las Navidades en puestos de ascenso (de los que ahora mismo le separan tres puntos y un golaverage en contra con los equipos que le preceden inalcanzable en un solo encuentro), pero ganar metería ya de lleno al equipo de Lillo en la pelea por los puestos de ascenso. El Hércules-Huesca es el único enfrentamiento directo entre equipos que ahora mismo están por encima de la Real. El Salamanca llega a Anoeta con bajas importantes en ataque, pero con esas mismas bajas ya goleó la semana pasada al Levante (3-0). Si es el líder, será por algo. Cuidado.

Si la estadística arbitral parece preocupante para los intereses de la Real, la del Salamanca en San Sebastián es de la que invita a la tranquilidad (o al nerviosismo por aquello de que las estadísticas están para romperse): el equipo castellano nunca ha ganado en campo de la Real. Han sido 17 los encuentros jugados, 13 de ellos en Primera División. En la máxima categoría, la Real venció en nueve ocasiones (incluyendo la última, en la temporada 98-99, por un contundente 4-0) y empató en cuatro. En Segunda, hasta la temporada pasada había un pleno de victorias del equipo txuri urdin, cuatro de cuatro, aunque había que remontarse hasta la temporada 63-64 para encontrar el último de esos triunfos.

Y digo hasta el año pasado porque el Salamanca consiguió sacar un empate de Anoeta en su última visita, en el no tan lejano mes de mayo de este mismo año. No es descabellado decir que fue en realidad aquel día cuando se escapó el ascenso, aunque en la memoria de todos siempre estará el partido de Vitoria. Ganar al Salamanca hubiera permitido a la Real el lujo de poder perder uno de sus dos partidos restantes. Pero los castellanos empataron. Y eso que el partido comenzó de forma inmejorable, con un gol de Delibasic en el primer minuto de juego. No es que el Salamanca mereciera el empate a pesar del mal partido de la Real, pero sí supo aprovechar uno de los escasos fallos en defensa que tuvo el equipo de Lillo, de esos que se tienen cuando se cree que el partido ya está ganado. Y no lo estaba. No se ganó al final tampoco. Y aquel día, aunque una caída de Martí provocó las iras de la grada, el árbitro no influyó en el resultado. La presión sí. O la mala suerte. Quién sabe. El caso es que la Real no ganó. Y no subió.

jueves, diciembre 18, 2008

¿Quién salvará a la Real...?

Tanto hablar de la Junta del sábado, tanto hablar de la situación de la Real, tanto criticar a Iñaki badiola... y resulta que seguimos sin saber quién tiene que salvar a este equipo de su desaparición a partir del sábado. Lo que está ocurriendo en torno a este club es sencillamente delirante. Si a mí hace ocho años, con Luis Uranga todavía a los mandos de la nave txuri urdin, me cuenta alguien todo lo que ha sucedido desde entonces, no sería capaz de creérmelo. De verdad que no. La Real era un club especial entonces. Hoy no lo es. Estamos en una situación en la que todo el mundo miente, todo el mundo esconde el pasado y el futuro, todo el mundo para tener algo con lo que sangrar aún más a nuestra Real. Vuelan las acusaciones, crece el oscurantismo. ¿Y quién pierde? La Real y los realistas de corazón, sin duda. ¿Quién va a salvar al club? Ojalá hubiera ya una respuesta para esa pregunta.

Iñaki Badiola es hoy el presidente de la Real. Y puede que a muchos no les interese decir ésto, pero lo es porque nadie, absolutamente nadie, dio un paso al frente hace un año. Y porque algunos, directamente, dieron un paso atrás. Ahora muchos se están llenando la boca de grandes proclamas, dicen que si Badiola sigue al frente de la Real estamos abocados a la disolución, pero si no fuera por Badiola el club estaría ya disuelto desde hace un año. Esa es la realidad. Nadie tuvo entonces el valor o los proyectos para decir "aquí estoy yo, yo quiero a la Real y puedo salvarla". Ahora parece que todo el mundo sabía a qué estábamos abocados. Inexplicable entonces el masivo apoyo que recibió el actual presidente de la Real en la Junta de hace casi un año. Muchos mienten. Y la mayoría interesadamente. Pero no muchos parecen preguntarse por qué.

Parece que el objetivo es hacer creer que Badiola es el culpable de todos los males de la Real. Y eso no sólo no es cierto, sino que es una asquerosa mentira que trata de ocultar demasiadas cosas del pasado más reciente y más oscuro del club. Badiola ha hecho cosas bien y cosas mal, ha cumplido unas promesas y ha incumplido otras, pero me parece sangrante leer entrevistas con algún ex presidente de la Real repletas de malintencionados comentarios, negros augurios y mensajes interesados. Es sencillamente asqueroso. La Real está donde está porque todos los presidentes, absolutamente todos, que siguieron a Luis Uranga en el cargo realizaron una gestión absolutamente nefasta. Quizá incluso delictiva como dice Badiola (¿por qué no esperamos a que un juez lo diga?), pero sin duda profundamente negativa e inadecuada para el club. Creyeron que la Real era un juguete y lo rompieron por demasiados sitios. Y ahora quieren escurrir el bulto. ¿Qué hicieron con los 25 millones de euros que dejó Xabi Alonso? ¿Qué hicieron con el dinero ganado en la Champions?

Y si en la parcela económica la comparación es terrible, por el enorme capital dilapidado por los presidente de Denonerreala no sabemos muy bien en qué y cómo, en la deportiva es sencillamente delirante, ¿Cómo es posible que haya tanta animadversión contra los fichajes que hizo Badiola el año pasado y nadie se quiera acordar de quiénes vinieron con Astiazarán, Fuentes o De la Peña (Larzabal, que ahora parece el portavoz de ese negro pasado, no tuvo tiempo ni de fichar en su efímera presidencia). Yo os recuerdo algunos nombres: Lee Chun Soo, Jesuli, Juanito, Germán Herrera, Mladenovic, Viáfara... ¿Esos eran jugadores buenos para la Real y no Martí, Fran Mérida o Víctor? Si así fuera, cómo está el fútbol, oiga... Si el partido de Vitoria hubiera acabado como debió, nada de esto estaría sobre la mesa. Los hipócritas y los interesados estarían escondidos, alguno incluso estaría alabando a Badiola aunque tuviera ganas de clavarle un puñal en la espalda. A eso hemos llegado en la Real.

Dicen que hay ahora (como se suponía que la iba a haber, por cierto, en las anteriores elecciones; entonces no llegó a aparecer) una plataforma dispuesta a asumir el mando de la Real. ¿Quién la forma? ¿Qué ataduras tiene? ¿Qué relación guarda con ese negro pasado de a Real o con los poderes fácticos que quieren recuperar el control del club? A dos días de la Junta, nadie ha dado explicaciones, hay muchísimo oscurantismo e incluso se ha tenido un trato despectivo con la prensa que ha tratado de informar sobre ellos. ¿Eso es lo que viene a la Real? Pues lo mismo son unos genios que nos sacan del agujero, pero a día de hoy no tengo motivo alguno para otorgarles credibilidad y carta blanca. Se critica a Badiola por ocultar información y no habrá ni dos días para valorar la alternativa. ¿Por qué no han salido antes? Una junta general no coge por sorpresa a nadie, debía celebrarse antes de finalizar 2008 ¿Por qué no esperan a las anunciadas elecciones del mes de junio? Esas son las preguntas que deben responder. Y sus respuestas ya llegan tarde, pero al menos son exigibles antes de la junta.

El presidente de la Real, sea quien sea, tendrá mi apoyo incondicional para hacer las cosas bien. No entiendo la oposición cuando lo que está en juego es la vida de la Real. En cualquier caso, parece que habrá una propuesta el sábado para la remoción del Consejo de Badiola. Eso, si no hay una alternativa que logre la confianza de los accionistas, supone dejar el gobierno del club en manos de los administradores concursales. Es decir, en manos de quienes ya han recibido dos negativas del juez (remoción del consejo de Badiola y suspensión de la junta de accionistas) por extralimitarse en sus funciones. Eso sí que me parecería triste. Los concursales ya han demostrado su clara animadversión por Badiola. O lo que es lo mismo, su filiación hacia los enemigos del todavía (mal que duela a algunos) presidente. Si seguimos trazando equivalencias, lo mismo descubrimos que el pasado amenaza con volver a la Real. Y eso, en pleno concurso de acreedores, sí que hace más que posible la disolución de la Real. Con su gestión demostraron que ese y no otro era el futuro que nos esperaba.

¿Quién va a salvar a la Real? Yo lo tengo claro. Son los jugadores, los técnicos, los que entran cada fin de semana en el vestuario de un estadio de Segunda División. Son los que nos van a llevar a Primera. Porque me acuerdo de hace poco más de un año. Venía otro líder a Anoeta, el Málaga. Y salió una Real, para muchos, de circunstancias. Con diez jugadores de la cantera. Y ganó. Ya lo creo que ganó. Por un claro 2-0. Y nos dio esperanza para el presente y también para el futuro. Ahora viene otro líder, el Salamanca. Y ahora hay que volver a ganar a ese líder para seguir creyendo en el futuro de la Real. Ese es el partido. El de las 17.00 horas. Luego ya tendremos tiempos de prestar atención a lo que suceda después.
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Con toda la basura que se empeñan algunos en arrojar contra el club, se corre el peligro de no darnos cuenta de que son quienes visten la camiseta txuri urdin quienes generan ilusión. Yo sigo creyendo en la Real. En esa Real. Porque la Real que nos quieren vender desde demasiados sitios se ha convertido ya en un club cualquiera. Los que saltan al campo no. Y con ellos me vuelco. El resto, que se pelea por los restos del naufragio, que muestra todo su empeño carroñero en desmenuzar un cadáver que ni siquiera está frío todavía. Yo, con el vestuario.

lunes, diciembre 15, 2008

Motivos para la queja

Dicen quienes prefieren no ver la realidad arbitral, que los colegiados dan y quitan a partes iguales. Que al final de una temporada la balanza de aciertos y errores está más o menos compensada. Pero lo cierto es que hace ya demasiados años que yo no tengo esa sensación con la Real. No creo que quedara equilibrada en la campaña del descenso (sobre todo en una primera vuelta calamitosa de los árbitros con este equipo, con partidos y decisiones rocambolescas y delirantes, como los de San Mamés o en Anoeta frente al Zaragoza) ni tampoco el año pasado (con días que rozaron el absurdo como el del Rácing de Ferrol en Anoeta o con decisiones tan injustas como las de Gijón). No diré nunca que los árbitros fueron la causa única del descenso o del no ascenso, pero como elementos del juego que son tuvieron su parte de responsabilidad. Eso sí, creo que nunca habíamos visto algo como lo que ya hemos visto en este primer tarmo de la temporada 2008-2009.

La Real se puede sentir perjudicada, con decisiones graves, en ocho de las 16 jornadas disputadas. En la mitad nada menos. Y en esos ocho partidos (nueve si contamos la rigurosa aunque puede que justa expulsión de Marcos en Girona) hemos visto tal catálogo de errores que es sencillamente demencial. Goles legales a favor anulados e ilegales en contra que se dan por válidos. Penaltis que en el área de txuri urdin se pitan sin que nadie los vea, y que en el área rival son ignorados. Expulsiones delirantes y lesionados graves sin que haya sanción alguna. La Real, que sólo ha tenido un penalti a favor en lo que llevamos de temporada y en la jornada 3 (en contra también uno, en la cuarta), ya ha visto a dos de sus jugadores lesionados sin que el árbitro pitara falta. A tres de los suyos expulsados sin motivo alguno para ver la tarjeta roja y sin haber dado una triste patada. Dos goles anulados sin saber todavía por qué. Sólo seis minutos en superioridad numérica por expulsión de un rival, en Alicante.

Demasiadas casualidades, coronadas además por las designaciones arbitrales (colocar a la Real el pasado sábado a González González, el mismo del desaguisado ante el Eibar, es una provocación y roza la miseria humana y deportiva) y las decisiones de los comités. Sólo la retirada de la roja a Carlos Martínez el día del Eibar hizo justicia. A Marcos no le perdonaron su primera expulsión, como seguramente tampoco se le perdonará la del sábado pasado. Un jugador como Marcos ya ha visto dos rojas. No creo que se le pueda tachar de violento, provocador, marrullero o indecente. Los jugadores que buscan los tobillos de los rivales, y Xabi Prieto podría contar mucho de esas intenciones, no son expulsados con tanta facilidad como Marcos. Y eso es grave, no ya sólo para la Real sino para toda la competición.

Estos son los errores que ha sufrido la Real en lo que llevamos de temporada:

· Jornada 3. Real Sociedad 2 - Murcia 0.
Xabi Prieto cayó lesionado a consecuencia de una durísima entrada, una de las muchas que sufrió, cometida por Capdevilla. El Murcia acabó con los once jugadores en el campo. Xabi Prieto, en cambio, se perdió dos meses y medio de competición.

· Jornada 4. Hércules 1 - Real Sociedad 1.
A diez minutos del final, el colegiado señala un penalti de Diego Rivas que sólo vio él. Lo detuvo Bravo y lo mandó repetir ante la sorpresa generalizada de todo el estadio. No había motivo para tomar esa decisión, que costó el empate.

· Jornada 5. Real Sociedad 1 - Alavés 1.
Dos penaltis se fueron al limbo, cometidos sobre Sergio y Marcos. El Alavés abusó además del juego brusco, como ya hiciera el Murcia, ante la pasividad de un árbitro que perdonó bastantes tarjetas amarillas a los visitantes. Alguna hubiera supuesto la expulsión.

· Jornada 8. Girona 0 - Real Sociedad 0.
Marcos fue expulsado por dos tarjetas amarillas, ambas por simular un penalti. Siendo una expulsión justa, cabe lamentar que sea un rasero muy distinto al utilizado cuando la Real sufre esas caídas en su área.

· Jornada 9. Real Sociedad 2 - Castellón 3.
Uno de los goles del Castellón llega precedido de un fuera de juego. Y por esa misma infracción, ahora sí señalada, el colegiado impidió que Necati marcara su primer gol con la camiseta de la Real.

· Jornada 10. Nastic 1 - Real Sociedad 2.
Caserísimo arbitraje, que concedió multitud de faltas inexistentes al borde del área a los jugadores tarraconenses. En una de ellas, inexistente a todas luces, Moisés hizo el gol que entonces suponía el empate.

· Jornada 11. Real Sociedad 0 - Eibar 0.
El colmo de los desporpósitos. El árbitro dejó sin señalar la jugada que provocó la lesión que acabó con la temporada de Díaz de Cerio, y ni siquiera paró el juego para que fuera atendido. En el descuento, suspendió el partido tras expulsar sin motivo a Carlos Martínez y levantar las iras de la grada, de donde se lanzó una botella que impactó en Lillo. Su inverosímil acta no sirvió para cerrar Anoeta, si es que esa era su intención.

· Jornada 15. Real Sociedad 1 - Alicante 0.
Dos claros penaltis volvieron a irse al limbo, el primero de ellos por mano de un defensa visitante y el segundo por un empujón a Necati. El turco volvió a marcar, pero el árbitro señaló de nuevo fuera de juego, a pesar de que el realista partía incluso por detrás del balón en la jugada.

· Jornada 16. Albacete 2 - Real Sociedad 1.
Con 0-0, una jugada que acaba en gol de Marcos, que como poco era un uno contra uno con el portero, es abortada por un fuera de juego que no existe. Diego Costa no ve la tarjeta roja por una terrorífica entrada sobre Castillo y pocos minutos después es el autor del gol del triunfo local. En el descuento, Marcos ve la segunda amarilla por una jugada en la que ni siquiera toca al rival.

Todo esto es lo que la Real ha visto en su contra. ¿A favor? Dos decisiones dudosas, que es difícil valorar con las pocas imágenes que trascendieron de ambos partidos. Por un lado, el penalti que abre el marcador frente al Murcia, que no se ve demasiado claro; por otro, una jugada en Tenerife que los delanteros locales reclamaron como mano de Mikel González. Eso es todo. Incluso si estas dos jugadas fueran claras, concesión que podría hacerse sin que la balanza se moviera demasiado, la comparación es delirante. En esa hipotética, ficticia e imposible clasificación que resultaría de arreglar los errores arbitrales, la Real podría tener nada menos que ocho puntos más. Los mismos que le saca el líder, el Salamanca, al equipo txuri urdin. O dos menos, si contamos el supuesto penalti de Tenerife. Sumando seis, la Real sería segunda en la tabla. Y la mirada al futuro bien distinta.

Hay motivos para la queja. Por las decisiones puntuales y por la actitud que algunos colegiados han mostrado ya para con la Real. Y duele sobre todo teniendo en cuenta que la Real no es precisamente un equipo que haga la vida imposible a los colegiados, más bien al contrario. Si las casualidades siguen cayendo del mismo lado, los amantes de las teorías de la conspiración tendrán más motivos para pensar que tienen razón y los que crean en la imparcialidad de los colegiados van a empezar a replantearse esos principios. Ocho de 16. Y la Real aguanta a tres puntos de los puestos de ascenso. No está mal, no.

sábado, diciembre 13, 2008

ALBACETE 2 - REAL SOCIEDAD 1 Muy suicidados, algo asesinados

La Real se suicidó hoy en el Carlos Belmonte de Albacete en dos jugadas puntuales. Lo que se encontró el equipo txuri urdin en tierras manchegas fue un rival muy flojito al que debió ganar con cierta claridad. Tuvo sobradas ocasiones para lograrlo. No un vendaval ofensivo, desde luego, pero sí casi una veintena de balones al área en faltas y córners y tres o cuatro grandes jugadas. Necati debió marcar, tuvo dos oportunidades muy claras, pero está visto que no está en su momento todavía. El suicidio vino, además de por la manifiesta y desaprovechada superioridad, por los dos goles encajados. Dos cantadas, una del portero y otra de la defensa, han costado los tres puntos. Pero si la Real se ha suicidado, también ha sido en parte asesinada. Quien quiera mirar para otro lado, que lo haga, pero el arbitraje ha sido otra vez prevaricador. Sobre todo por la clarísima y no sancionada expulsión de Diego Costa, autor del definitvo 1-2. Suicidio y asesinato. Las dos cosas. Quizá más la primera que la segunda, pero no se puede hablar de una sin mencionar la otra.

La alineación de Lillo fue más o menos la esperada, aunque quizá fue algo sorprendente su elección del lateral derecho. Carlos Martínez se quedó al final en el banquillo y eso restó poderío ofensivo al equipo, aunque pronto se vio el porqué de la elección de Lillo. Los problemas que, decían, estaba teniendo el Albacete a balón parado los quiso explotar el técnico colgando al área toda falta que pasara de la línea del centro del campo. Y su lanzador fue Gerardo. En la primera parte, colgó una docena de envíos, bastantes menos en la segunda, a lo que habría que sumar casi una decena de córners, y apenas se creó verdadero peligro en uno en el que Necati andaba por allí. Zozobra en la defensa del Albacete sí, pero no hubo verdadero peligro de la Real. Con ese asedio en forma de faltas, no deja de ser paradójico que el gol del Albacete llegara precisamente así, en una falta colgada sobre el área de la Real que Bravo, directamente, se tragó tras el bote. Debió salir y no lo hizo. El balón entró sin que nadie lo tocara. Y nos quedamos con cara de tontos.

Ese gol dio al traste con la seguridad defensiva de la que alardeamos de la forma más absurda. El segundo gol del Albacete, en el último minuto del partido, ahondó en esa sensación. Y es grave porque en partidos exigentes la Real ha mostrado una fortaleza atrás absolutamente magnífica y ha tenido que ser un rival realmente flojo el que ha sacado las vergüenzas de la Real. En dos jugadas puntuales y sin que se pueda reprochar absolutamente nada a los centrales (no vaya a ser que alguien aproveche de forma oportunista la ausencia de Mikel González). El fallo de Bravo en el primero tuvo su continuación en una más que defectuosa dejada de Markel Bergara hacia atrás que aprovechó Diego Costa partiendo en una posición de fuera de juego imposible de sancionar porque el pase no fue de un compañero suyo. Es un drama caer así ante un equipo que tan poco asustó.

La Real demostró sobradamente merecer los tres puntos y seguramente incluso con algún gol de ventaja. Pero ya se sabe que los goles no se merecen, sino que se marcan. El equipo txuri urdin anotó el primero cuando empezó a parecerse al equipo de los comienzos de la temporada. Cuando conectaron los dos mejores jugadores de la plantilla: Xabi Prieto y Marcos. Xabi, que acabó el partido sustituido y seguramente muy cansado, lleva dos asistencias de gol desde que volvió al equipo. Es el mejor jugador de este equipo y me parece inverosímil dudar de él. Moha desniveló para mal el buen papel del centro del campo, mostrándose muy ausente durante todo el partido. Pedía a gritos el cambio, pero Lillo esta vez tardó mucho en reaccionar y en apostar por la victoria. Sus cambios fueron ofensivos, pero hacer sólo dos (y en los últimos diez minutos) contradice la confianza que mostró en los canteranos en la víspera del partido. Debieron salir Illarramendi (para suplir a un Markel que sigue sin dar un pase adelante y se ve siempre superado por Diego Rivas) y Zurutuza o Estrada, además del cambio cantado que era incluir a Agirretxe.

Si la primera mitad estuvo marcada por las interrupciones y los balones colgados al área, la segunda parte fue claramente txuri urdin. La conexión Marcos-Xabi Prieto y las ocasiones de Necati (que, eso sí, tendría ya que haberse estrenado; ocasiones ha tenido de sobra para hacerlo) debieron ser suficientes para lograr una victoria claramente merecida. El empate era poco para los méritos realistas. Y al final nos vamos de vacío. Sorprendente. Inaudito. Se puede poner el adjetivo que se quiera. Pero lo que está claro es que éste es uno de los partidos que la Real tenía que haber ganado fuera de casa. Seguramente el mejor que ha jugado la Real lejos de Anoeta, excepción hecha de la segunda mitad en Zaragoza. Uno de esos partidos que, ganados, al final de la temporada te colocan arriba. Una de esas ocasiones de ganar dos partidos seguidos, algo que sigue sin hacer todavía esta temporada.

Pero además de hablar del equipo es inevitable censurar la actuación arbitral. Otra semana más. Y aunque Lillo no quiera hacerlo (quizá es la mejor actitud, visto lo visto hasta ahora y lo que seguramente nos espera), es obligado para quienes hemos visto el partido desde fuera. "Los errores son muy lógicos en el fútbol, no creo que tenga la culpa de nada", dijo el técnico realista cuando se le preguntó por la actuación arbitral. Pero, una vez más, los errores cayeron todos del lado txuri urdin. Casualmente. En la primera mitad, Marcos acabó marcando (eso sí, ante la pasividad del portero) un uno contra uno que el linier, sólo el linier, pensó que era fuera de juego. En la segunda mitad, Diego Costa, que fue el autor del segundo gol del Albacete, debió ser expulsado por una durísima entrada a Castillo. Tuvo mucha tibieza para las patadas que recibió de forma insistente la Real, sobre todo Xabi Prieto, pero no la tuvo después para expulsar a Marcos por una más que dudosa falta en el centro del campo, ya en el descuento. Como ya expulsó este mismo árbitro a Carlos Martínez desde el banquillo ante el Eibar. Siempre tiene la Real una doble vara de medir en lo disciplinario y en las decisiones puntuales siempre sale perjudicado. Mal asunto. "Te cansa", dijo Castillo sobre los árbitros al comparar la entrada que sufrió él y la roja que vio Marcos. Estoy con él. Muy cansado.

Se ha perdido una oportunidad espléndida de sumar dos triunfos consecutivos, pero quien piense que se ha perdido alguna guerra es que no conoce a esta Real. El equipo txuri urdin volverá a levantarse, que nadie lo dude. Hoy se ha esfumado la posibilidad de dormir con los mismos puntos que el tercer clasificado y, seguramente, la opción de acabar el año entre los tres primeros. Pero nadie en la categoría de plata gana fácil, nadie encadena con sencillez dos triunfos y nadie encaja dos derrotas seguidas. La igualdad es la nota de esta Segunda División, y eso hace que haya muchos equipos vivos en la lucha por el ascenso y en condiciones de llegar a final de temporada con opciones. La Real es uno de ellos. A pesar del varapalo, yo no tengo duda alguna de que va a ser así.

viernes, diciembre 12, 2008

PREVIA Albacete - Real Sociedad. De seis en seis y con lo justo

Sumar de seis en seis. La segunda victoria consecutiva por primera vez en lo que va de temporada es lo que busca la Real en Albacete (sábado, 18.30 horas, Carlos Belmonte, ETB-1; continúa la tortura deportiva para quienes no vivimos en Euskadi, a quienes se nos cercena semana tras semana la posibilidad de ver a nuestro equipo por televisión con una mínima calidad: ¡Seguimos queriendo ver a la Real!). Y lo hará bajo mínimos, porque cuenta nada menos que con seis bajas, todas ellas ya conocidas de antemano: Díaz de Cerio, Elustondo, Sergio, Dramé y Mikel González no estarán por lesión y Aranburu por sanción. No es nueva la situación, ya que la semana pasada fueron también seis las bajas (se ganó con suficiencia al Alicante) y durante toda la temporada las ausencias están siendo una constante. Pero el grupo sigue adelante y cerca de los puestos de cabeza.

La ausencia más preocupante para Lillo, por ser la única novedosa, es la de Mikel Aranburu. Ante el Alicante el capitán vio su quinta tarjeta amarilla y tendrá que cumplir un partido de sanción, lo que obligará al técnico a inventar un nuevo centro del campo. No sería de extrañar que Lillo colocara de nuevo el doble pivote formado por Diego Rivas y Markel Bergara. En caso de jugar con uno de ellos en solitario, y como suele ser habitual fuera de casa, el manchego parte con más opciones. Por delante, se especula con la posibilidad de que Xabi Prieto forme parte del once titular por primera vez desde la lesión, pero lo justo que llegó de fuerzas al final del partido del Alicante y que Lillo no confirmara su titularidad en su rueda de prensa del jueves (como sí confirmó en su día su regreso a las convocatorias) lleva a pensar que partirá otra vez desde el banquillo.

En la defensa, Carlos Martínez (el único jugador que recupera Lillo con respecto al anterior partido) tiene bastantes papeletas para recuperar la titularidad por la derecha, lo que daría opciones a Gerardo en el centro del campo. El resto de la zaga no presentará cambios: Ansotegi y Labaka serán los centrales (buena prueba de fuego para ellos, tras el buen nivel ofrecido en Anoeta la semana pasada) y Castillo jugará por la izquierda. Necati en punta seguirá buscando su primer gol, o al menos el primero que validen los árbitros, puesto que ya ha visto anulados dos tantos suyos conseguidos de forma legal. Bravo sigue siendo indiscutible en la portería y las dudas estarán, como casi siempre, en el centro del campo. Marcos, en todo caso, tiene muchas papeletas de ser titular después de haberse quedado en el banquillo hace una semana. Cuatro potrillos completan la lista: Agirretxe (que ya fue titular por primera vez ante el Alicante), Zurutuza, Illarramandi y el central Esnaola. Los dos primeros ya saben lo que es jugar en el primer equipo; los otros dos esperan su primera oportunidad.

Desde la semana pasada, y como ya es norma en este equipo, ha habido muchas polémicas en la actualidad de la Real, y más si hay rueda de prensa del presidente Badiola. Se ha hablado poco del Albacete, como no se habló nada del Alicante o de cualquiera de los rivales anteriores del equipo txuri urdin. Pero ese es el enorme mérito de Lillo y los suyos. Que en este ambiente mantienen una admirable concentración en cada partido y ofrecen cada fin de semana lo mejor de sí mismos. Y esta semana el asalto a los puestos de ascenso en caso de victoria en Albacete es, aunque complicado, factible. La Real tiene por delante en la tabla y a su alcance, siempre que sume los tres puntos, a tres equipos que tienen partidos muy complicados: el Castellón recibe al líder, al Xerez; el Hércules visita al Tenerife; y el Zaragoza se desplaza a Vigo. En esta igualadísima Segunda División cada vez está más claro que sumar dos victorias seguidas cambia por completo la perspectiva.

Un detalle más de este partido que no debe pasar desaparecibido a priori, y del que ojalá no tengamos que acordarnos tras el encuentro, es el nombre del árbitro. Será González González, el mismo que perpetró el desaguisado contra el Eibar, el que expulsó a Carlos Martínez por nada, el que suspendió el partido sin interesarse por el estado de salud de Lillo, el que no vio falta en la lesión de Díaz de Cerio. Un árbitro no puede pitar al mismo equipo sin que pasen cuatro jornadas. Han pasado exactamente cuatro desde el partido ante los armeros, lo que supone que el Comité ha designado a este árbitro para la Real en la primera ocasión que ha tenido. Incluso forzando la máquina, puesto que este colegiado pitó la semana pasada y suelen tener una jornada de descanso. Es, como poco, una provocación, y no puede verse de otra forma aunque algunos quieran ponerse una venda. Esperemos que no sea nada más que eso, pero, como decía hace un par de días, los creyentes de las teorías conspirativas empiezan a tener demasiados elementos en los que apoyarse.

Albacete siempre ha sido una buena plaza para los intereses de la Real, ya que sólo ha perdido una vez allí en los ocho partidos que ha disputado. Fue en la temporada 2003-2004, apenas cuatro días antes de viajar a Turín para jugar frente a la Juventus en Champions. Otros tiempos, sin duda. En los siete encuentros que ambos equipos jugaron en Primera, la Real consiguió cuatro victorias. Pero la última visita en la máxima categoría, en la temporada 2004-2005, finalizó con un empate a dos de sabor agridulce. Un Albacete ya descendido pasó por encima de la Real en la primera mitad del encuentro, pero el equipo txuri urdin remontó en los minutos finales con goles de Óscar De Paula y Gari Uranga. La Real, en cualquier caso, jugó aquel partido con la concentración propia de un equipo que ya estaba salvado de cualquier peligro y no tenía aspiraciones en la parte alta de la tabla.

El de la temporada pasada ha sido el único enfrentamiento hasta la fecha en Segunda entre Albacete y Real. Y ganó la Real de Eizmendi. La exhibición de los primeros 60 minutos fue prodigiosa. Por el Carlos Belmonte la gente se preguntaba cómo era posible que la Real no fuera el equipo destacado de la categoría. Martí dominó el centro del campo, Nacho marcó su primer gol con la camiseta txuri urdin y el por entonces habitual gol de Iñigo Díaz de Cerio puso un claro 0-2 en el marcador. Pero la Real creyó que el partido estaba ganado y eso se acaba pagando. El Albacete, ya con el ex realista Barkero sobre el campo, empezó a llegar con peligro y marcó el gol que dejaba el aire el resultado final. La postrera expulsión de Mikel González no hizo sino acrecentar el miedo a perder. Pero los tres puntos se fueron con la Real. Y la Real se metió aquel día en puestos de ascenso. No duraría mucho esa posición de privilegio, pero de Albacete salió la afición txuri urdin convencida de que hoy estaría en Primera. Pero no fue así, la Historia se escribió de otra forma.

jueves, diciembre 11, 2008

Me gusta

Me gusta el logotipo del centenario de la Real, que se celebrará entre el próximo 20 de enero y el mes de septiembre de 2009, fecha oficial en la que el club alcanzará esta hermosa efeméride. Sí, la verdad es que me gusta. Me gusta por su sencillez y por la poderosa presencia del blanco y el azul. Me gusta porque sí me remite rápidamente a la Real y porque no hay motivo alguno para que genere crispación en un entorno ya suficientemente crispado. Me gusta. Pero me gustaron más otros pequeños detalles en torno a este logotipo y otros asuntos de los que trató el presidente, Iñaki Badiola, en su comparecencia ante los medios.

Me gusta que los autores del logotipo, José Luis y Fernando Lanzagorta, no hayan cobrado un solo euro por su buen trabajo. Me gusta porque con esto demuestran que hay gente que quiere a la Real por encima de todo y que está dispuesta a arrimar el hombro en esta hora de necesidad, para colaborar en lo que haga falta. Me gusta el generoso y (oh, sorpresa) poco comentado gesto de generosidad de Badiola al incluir a todos los ex presidentes vivos de la Real en la Comisión del Centenario. Me gusta porque lo fácil hubiera sido prescindir de quienes han anunciado querellas en su contra. Badiola ha puesto así a la Real por encima de sus intereses personales, porque Fuentes, De la Peña y Larzabal han sido presidentes del club y debían estar en esa comisión. Ya lo están.

Me gusta que, en medio de toda esta locura que es la actualidad de la Real, no se hayan detenido los trabajos para celebrar los 100 años de Historia del club. Me gusta porque hay ideas y plazos, porque habrá imágenes que todos los realistas guardaremos en nuestra memoria. Me gusta porque la Real se convertirá en más protagonista si cabe de la vida guipuzcoana y porque celebraciones como ésta sólo las veremos una vez en nuestras vidas. Sólo por eso, por dar a los aficionados una verdadera alegría, ya merece la pena impulsar los actos del centenario. Y ojalá pueda ser con la Real en Primera, que sería el mejor y más merecido premio para los valientes que van cada quince días a Anoeta, para los que están en las gradas de los demás estadios de Segunda, para los que se agarran con fuerza a la radio o a la televisión para saber qué están haciendo sus jugadores.

Y me gusta, me tiene que gustar a pesar de todas las críticas, que el presidente de la Real (sea quien sea y aunque sea otro y no el actual) siga hasta el final para descubrir si se amañaron partidos para que este equipo siga esta temporada en Segunda División y para que se castigue a quien pudiera haber cometido delito alguno en la administración de las cuentas y el funcionamiento interno del club. Muchos se escudan en que eso forma parte del pasado y en que removerlo no hará ningún bien a la Real. Yo, en cambio, soy de los que piensan que el que la hace la paga. Y para eso están las leyes, para que se cumplan. Quiero una competición limpia y quiero una Real más limpia todavía. Si Badiola lo consigue, recibirá mi aplauso sincero. Yo quiero saber la verdad en ambos casos. Y si bien entiendo que haya personas que no lo compartan porque tienen oscuros intereses en ello, no comprenderé jamás que la prensa quiera enterrar estos oscuros sucesos que han manchado ya para siempre la Historia de la Real. De nuestra Real. ¿Hemos olvidado que es nuestra? Espero que no.

lunes, diciembre 08, 2008

Homenajes, recuerdos y conspiraciones

Era el sábado un día de recuerdo. Y lo es hoy. Justo hoy hace diez años que Aitor Zabaleta murió, después de ser apuñalado en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón. Sí, ese sobre el que ahora se ha impuesto un partido de cierre por incidentes mucho menos graves que aquellos y que ha provocado gritos de defensa hacia el Atlético de Madrid y clamores en contra de la UEFA de Platini. Aquel día, el 8 de diciembre de 1998, lo que se jugó en el Calderón fue un partido de la Copa de la UEFA, pero entonces el organismo europeo no vio nada, no juzgó nada, no impartió justicia. Aquel partido ya daba igual, a ninguno de nosotros nos importó perderlo. Ni nos hubiera alegrado ganarlo. Porque aquel día ya habíamos perdido antes de saltar al campo y perdimos mucho más cuando horas después de salir de él se confirmó el fatal destino. Aunque parezca mentira, ya han pasado diez años de aquello y el homenaje era todavía más obligado y necesario. Dice la familia de Aitor que estas cosas ayudan. Me alegro de verdad.

La imagen de la Real abrazada en el centro del campo en el minuto de sincero homenaje, su salida al campo con camisetas recordando al aficionado de la Real que pagó con su vida su amor a estos colores que tantas alegrías y sufrimientos nos provocan y el cartel que se colocó sobre el césped de Anoeta, el mismo que ya vimos hace diez largos años, nos deben seguir recordando que no puede haber sitio para los violentos en el fútbol. La concentración bajo la lluvia en la escultura en memoria de Aitor colocada en la explanada de Anoeta, también. Al igual que la protesta posterior al encuentro, que evidencia con su escasa asistencia la poca fe que hay en que se haga justicia con lo sucedido la temporada pasada, con quienes se sabe pero no se prueba que pagaron primas por perder, con quienes quieren hacer del fútbol una maquinaria podrida que acabe con la ilusión de tantos aficionados de hoy y de tantos niños que lo serán mañana. No podrán con nosotros. Ni los violentos ni los tramposos.

El del sábado fue el primer día que Iñigo Díaz de Cerio se acercó a Anoeta para ver a su Real, después de la dramática lesión que se produjo en el encuentro frente al Eibar. Verle salir por la puerta 29 del estadio fue un motivo más de alegría. Porque además de un gran delantero es un tipo magnífico. Lo dice todo el mundo que le conoce. Y yo lo digo por la alegría, la entereza y el ánimo con los que conversó conmigo. No dudó en pararse a firmar autógrafos a todo el que se lo pidió. "Va a tener que ser con muletas, pero bueno", decía sonriendo. "A ver si te vemos pronto otra vez en el campo", le dije. "Vas a tener que esperar un tiempo", me dijo, todavía sin perder la sonrisa. "Te esperamos, tú tranquilo", le respondí. Y es así. Le esperamos porque además de la ilusión que nos genere en el césped, es un gran tipo, amable, humano y de la Real. Queremos volver a verle de txuri urdin en un campo de fútbol. Ojalá lo consigamos y ojalá sea en Primera.

Y si todos estos recuerdos tienen su parte hermosa, el último que deja el partido del sábado es de los lamentables. La foto de arriba es el gol de Necati. El que debía ser su primer tanto con la camiseta de la Real. Un linier que sólo se puede tachar de incompetente vio lo que nadie más vio, un fuera de juego que nunca se produjo. ¿Un error humano? Pues vale. Pero empiezo a estar harto de tanto error humano. El error humano nos privó de la victoria frente al Eibar, el Alavés, el Hércules, el Castellón y ahora el Alicante. Nos perjudicó notablemente frente al Murcia y frente al Nastic. Error humano. Perfecto. Pero es que el error humano se soluciona en buena medida con una preparación adecuada, colocando a los mejores para hacer un trabajo, puliendo los defectos y potenciando las virtudes. Eso no se hace en el estamente arbitral, que sigue mostrando demasiado error humano. "Mándanos esa foto", me dijo casi con ironía un buen amigo que tengo en la Real cuando se la enseñé tras el partido.
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Aquellos que adoren las teorías conspirativas tienen en los arbitrajes que está sufriendo la Real un exquisito elemento para potenciarlas. Y es que es el presidente de la Real, Iñaki Badiola, quien está removiendo los bajos fondos del fútbol español, el tipo más decidido a que se investigue todo lo que se mueve por debajo de la mesa. Lo es porque su equipo es uno de los que más perjudicado se ha visto por ello en los últimos años, y seguro que por eso lucía un rostro tan serio cuando caminaba por las inmediaciones de Anoeta antes del partido. Lo único que sé es que esos amigos de las conspiraciones saldrían del estadio donostiarra pensando que tienen razón. Y cuando se enteren que el sábado en Albacete nos pita el mismo árbitro que no vio falta en la lesión de Díaz de Cerio, el que escribió un acta con el firme propósito de que cerraran Anoeta, creo que van a sentirse más reforzados aún. ¿Conspiración contra la Real? ¿Y eso cómo se prueba...?

REAL SOCIEDAD 1 - ALICANTE 0 La calidad marca la diferencia

Saca Bravo de puerta hacia Castillo. Éste lanza un balón cruzado. Largo, muy largo. El cuero llega hasta Agirretxe. Lo deja atrás hacia Xabi Prieto y éste mete un envío con rosca hacia el segundo palo, donde Aranburu entra con fuerza y marca de cabeza. La calidad. Eso y no otra cosa es lo que hizo ganar a la Real su partido frente al Alicante. Una calidad que, pese a que el juego de la Real no es todo lo vistoso que le gustaría al aficionado, marca la diferencia. Un vistazo a los jugadores que participaron en la jugada nos coloca ante lo mejor de cada línea de este reducido pero valiente equipo. Y nos coloca ante cuatro generaciones distintas de jugadores salidos de Zubieta. Jugadores con una calidad que sí puede y debe marcar diferencias con respecto a la mayoría de equipos de Segunda. Jugadores que se han ganado el derecho a vestir la camiseta de la Real. Jugadores que, especialmente en una situación tan dramática y compleja como la que vivimos, debieran ilusionarnos. Jugadores en los que creer.

Porque es la fe lo que mueve a este equipo. Ya no pueden quedar muchas dudas sobre ese aspecto. La Real de Lillo, la que tantos contratiempos ha tenido que vivir, juega con una fe inusitada. Con un espíritu de lucha y sacrificio que recuerda al de hace años, al de la Real de siempre, la que queremos, la que nos aficionó a este deporte. No hay otra forma de explicar que casi 15.000 personas se acercaran a Anoeta en un día lluvioso para ver a un rival como el Alicante en un encuentro de Segunda División. No venía el Real Madrid, el Barcelona o el Athletic, no. Y la importancia del partido no era tan notable como la de aquellos que hace no tanto tiempo acogió el estadio del barrio de Amara, en Liga o incluso en la Champions League. Hermosos recuerdos que hoy, en la negra hora que vivimos, también ayudan. A los realistas de la grada y a los del campo. Porque los del campo se dejan la vida en cada partido. ¿Ganar 1-0 y con este sufrimiento en Anoeta vale la pena? Ya lo creo que sí. Once valientes en el césped y unos pocos más en el banquillo hacen que valga la pena.

La explicación sentimental del triunfo está ahí, en la fe del equipo. La futbolística es algo distinta, pero igual de sencilla. La Real fue muy superior a su rival y fue el único conjunto que buscó la victoria con decisión. Así de claro. Es uno de esos partidos en los que cualquier piensa que el gol es cuestión de tiempo, aunque muchos hemos visto en Anoeta en que ese merecido gol no llegaba nunca. No llegó el segundo ante el Alavés, el primero ante el Eibar o ante el Xerez, por citar ejemplos de esta misma temporada en los que el equipo txuri urdin mereció ganar. Hizo falta la apuesta por la calidad en la segunda parte, con los cambios, para desnivelar el marcador. Y si hablamos de calidad la referencia es siempre Xabi Prieto. Cuánto daño ha hecho su lesión a este equipo. Su regreso ha sido un bálsamo. En Vigo ilusionó y en su regreso a Anoeta demostró que tiene clase para desesperar a los rivales y hacer disfrutar a su parroquia. La asistencia del gol fue el más notorio ejemplo, pero no el único que dejó en el verde. En cuanto coja ritmo de competición otra vez, Xabi Prieto se elevará de nuevo como uno de los mejores jugadores de la categoría.
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Y si de calidad hablamos, el nombre de Aranburu también debe estar también sobre la mesa. El capitán realista volvió a parecer el jugador que era en sus mejores tiempos y, además, fue el autor de ese gol que hizo estallar el júbilo en la grada de Anoeta. Fue el jefe del centro del campo (aunque a veces pareció algo solo y demasiado forzado a retrasar su posición e incluso incrustarse entre los centrales) y, por fin, demostró esa formidable capacidad de llegada al área que posee en la jugada del gol. Su arrojo es el mismo que demostró Lillo, con una alineación y un método pensados para ganar y con unos cambios que evidenciaron que el único objetivo posible eran los tres puntos. Incluso sobreponiéndose al enésimo contratiempo que sufre este equipo, la lesión de Carlos Martínez, que impidió completar la convocatoria de 18. No importa. Los once valientes que saltaron al campo y los seis que se quedaron en el banquillo dieron lo mejor de sí mismos para conseguir los tres puntos. Y se consiguieron.

Si la suplencia de Xabi Prieto era más o menos esperada por esa falta de ritmo que todavía tiene en las piernas, más sorprendió la de Marcos. El jugador cedido por el Villarreal no es en este tramo de la temporada el jugador que deslumbró en sus comienzo, pero su calidad sigue siendo necesaria, y más ahora que el equilibrio ha vuelto con el regreso de Prieto a la banda contraria. Moha y Estrada han mantenido viva a la Real en estas últimas semanas, pero les sigue faltando algo, esa suerte que les haga dar el salto de jugador que cumple a jugador que ilusiona, ese momento de confirmación que haga que una ausencia de los mejores de la plantilla sea vista como un contratiempo en apariencia insalvable. Ese es el lastre que ha perseguido sobre todo a Estrada y también a Markel Bergara. La ausencia de Prieto y Elustondo les ha dado muchas oportunidades a ambos. El extremo ha vuelto y el mediocentro no tardará en hacerlo y da la sensación de que ni Estrada ni Markel han dado el salto de calidad que se esperaba de ellos.
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Pero aunque haya nombres que no han dado el paso adelante necesario para optar por el ascenso con garantías, lo que es indudable es que este equipo está en plena progresión, por encima de las individualidades. Una progresión truncada sobre todo por las lesiones pero que cada día es más evidente. Y si Aranburu es un claro ejemplo de esta mejora, el más evidente es el de Necati. Llegó pasado de peso y de forma, pero cada día enseña más cosas. Ya parece el delantero que nos habían vendido y si no se ha estrenado todavía es por la incompetencia de los árbitros, que ya le han privado de dos goles legales. El fuera de juego que le señalaron, cuando parte claramente por detrás de la defensa del Alicante, es de juzgado de guardia y debiera hacer pensar a los responsables arbitrales y federativos. Como los dos penaltis no señalados a favor de la Real y el calamitoso y anticasero arbitraje que vivió Anoeta. Eso y no otra cosa es lo que mantuvo abierto hasta el final un partido de claro color txuri urdin y lo que provocó los nervios de última hora.
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Aunque es cierto que la Real sufrió demasiado en esos minutos finales y concedió dos clarísimas ocasiones de gol al equipo visitante, no menos cierto es que fue en esos instantes cuando apareció de nuevo la figura de Bravo. Una valiente salida con el pie evitó el empate y confirmó que la retaguardia realista merece más aplausos de los que ha recibido hasta ahora. La baja de Mikel González generó dudas antes del partido. La respuesta de Ansotegi, el gran partido de Labaka y la aparición de Bravo fueron de nota. La fortaleza de la Real parte desde atrás, independientemente de los nombres que conformen la línea de defensa de este equipo. La portería de la Real no ha sido perforada en los tres últimos partidos y en sólo dos de los últimos seis. Eso también nos va a llevar arriba en la clasificación. Eso y que empiecen a anotar goles para olvidar a Iñigo Díaz de Cerio tanto Necati como un Agirretxe que evidencia una gran progresión y que dejó frente al Alicante bastantes detalles de clase.
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Habrá quien prefiera buscar detalles negativos. Quien se sienta decepcionado con Markel. Quien recuerde que Necati todavía no ha marcado. Quien siga pensando que pasará factura el reducido tamaño de la plantilla. Quien defienda que un 1-0 con tanto sufrimiento contra un recién ascendido no indica nada bueno para el futuro. Yo no puedo ser uno de esos. Yo cada día admiro más la entrega de este equipo. Sus ganas de devolver a la Real al lugar que se merece. Quizá es que no tengamos más que lo que vemos. Quizá la Real no puede jugar mejor en este momento de su Historia. Quizá no hay más. Pero la fe sacará de estos jugadores mucho más que todo lo que en realidad pueden ofrecer. Lo está haciendo ya, aunque todavía no seamos del todo conscientes del titánico esfuerzo que están realizando. Y por eso esta Real está sobreviviendo a lesiones, arbitrajes infaustos, procesos concursales, noticias de compra de partidos y mil historias más. Esta Real, cada día más, merece nuestro apoyo. Y yo sólo puedo pedir que se le dé.

viernes, diciembre 05, 2008

PREVIA Real Sociedad - Alicante. Midiendo la concentración del equipo

Después de la semana más convulsa que se recuerda en los últimos tiempos (y se recuerdan muchas y muy convulsas), marcada por la grabación en la que Jesuli admite que el Tenerife se dejó frente al Málaga la temporada pasada, la Real afronta un nuevo partido que medirá la capacidad de concentración que tiene este equipo ante las situaciones difíciles. El equipo txuri urdin recibe al Alicante (sábado, 18.30 horas, Anoeta; ETB-1, Canal 9; seguimos queriendo ver a la Real fuera de Euskadi y no solemos contar con demasiadas ocasiones) con la necesidad imperiosa de ganar y hacer bueno el punto conseguido con tanto trabajo en Vigo. Aunque ese empate dejó un sabor algo frío en algunos (a mí me pareció muy positivo por la dinámica creciente en la que está inmerso el equipo vigués), su valor crecerá bajo dos premisas: mantener al menos la media inglesa durante un periodo de tiempo más prolongado y hacer ya de Anoeta el fortín soñado.

Las lesiones siguen cebándose con la Real y Lillo tendrá esta jornada una nueva baja y además muy sensible. Mikel González, intocable hasta ahora en la defensa, se perderá los primeros minutos de la temporada. Ansotegi tendrá por fin la oportunidad de volver al equipo, en el que no aparece desde el partido de Alicante en la cuarta jornada. El técnico realista no adelantó si jugará con defensa de tres o de cuatro, pero sí dejó claro que esta baja no alterará sus planes. Con la presencia de Carlos Martínez y Castillo, estará garantizada la apuesta ofensiva de un once que saldrá a ganar. Con Mikel se quedarán en la grada Iñigo Díaz de Cerio, Dramé, Elustondo y Sergio. Estos dos últimos se espera que estén de baja otras dos semanas y que jueguen antes de que cabe el año. El escaso margen de Lillo le lleva a convocar a los quince jugadores disponibles del primer equipo y tres potrillos, el habitual Agirretxe, Zurutuza (que ya jugó sus primeros minutos hace dos semanas) y el debutante Josu Esnaola, el central que cubre la baja de Mikel González.

No hay pistas claras del once que sacará Lillo más allá de las dos certezas evidentes que, salvo sorpresa mayúscula o baja por lesión o sanción, se mantendrán durante toda la temporada: Claudio Bravo en la portería y Necati Ates en la delantera. Xabi Prieto podría regresar al once titular, después de disputar en Vigo sus primeros minutos tras la lesión que le tuvo más de dos meses alejado de los terrenos de juego. Él y Marcos tendrán la responsabilidad de convertirse en los surtidores de balones que lleven al delantero turco a anotar su primer gol con la camiseta txuri urdin. Markel Bergara, habitual en Anoeta, podría jugar de nuevo, aunque el buen partido de Diego Rivas en Vigo le da opciones.

La fortaleza de la Real sigue estando atrás. De los ocho últimos partidos, en cinco el equipo txuri urdin ha sido capaz de dejar su portería a cero, aunque el nuevo reto es ver cómo responde la zaga sin su líder, Mikel González. El Alicante no es un conjunto excesivamente goleador y, de hecho, es el segundo que menos tantos ha anotado en la categoría hasta el momentom superando sólo al Sevilla Atlético. Fuera de casa sólo ha anotado en tres partidos, y lleva otros tantos sin cantar un gol fuera de Alicante. Eso sí, ha sacado un empate en dos de sus últimas tres salidas, ambos a cero por supuesto, en Elche y Vallecas, dos estadios complicados (aunque los ilicitanos están coqueteando con los puestos de descenso, ahora están en una buena racha). Se prevé por tanto un partido de pocos goles, pero en realidad quién sabe. Quizá sea el día en que explote Necati.

El último minuto de la jornada del domingo pasado alejó a la Real en dos puntos más de sus objetivos, de la tercera y de la primera plaza, y eso imposibilita que se pueda producir esta semana el asalto a los puestos de ascenso, ya que se encuentran a cinco puntos de distancia. Pero la victoria se antoja fundamental para seguir, pasito a pasito, acercando el equipo al lugar que es importantísimo ocupar a final de temporada. El Zaragoza-Huesca y el Rayo-Salamanca son dos partidos que enfrentan a equipos que están por encima de la Real y que podrían aclarar un poco más el horizonte. Lo que está claro es que la Real no se puede permitir el lujo de dejar que la distancia crezca más.

No hay precedentes entre Real Sociedad y Alicante, nunca se han visto las caras estos dos equipos. La única referencia que se puede buscar, como ya sucedió hace dos semanas antes del partido frente al Huesca, es la visita de equipos recién ascendidos a Segunda. El año pasado y en Anoeta, la Real ganó al Sevilla Atlético, empató frente a Eibar y Córdoba y perdió frente al Rácing de Ferrol. El Alicante es el segundo recién ascendido en pasar por Anoeta, el Rayo lo hará en enero y el Girona en marzo. Este año sólo se ha disputado el partido frente al Huesca, hace apenas dos semanas, y se saldó con victoria realista, gracias al golazo de Xabi Castillo. Que se repita la historia y los tres puntos se queden en San Sebastián. Aunque sea con el mismo sufrimiento. Y, por qué no, con la misma alegría que provocó el enorme detalle futbolístico de ver uno de los mejores goles que se han marcado en el estadio de Anoeta.

(Nota: Mañana estaré en Anoeta. Por tanto, la crónica del partido con las habituales fotos no la podréis ver hasta el lunes. Muchas gracias y perdonad las molestias).