lunes, septiembre 29, 2008

Lo que tiene que mejorar la Real

Después de la quinta jornada de Liga, resulta que la Real tiene nueve puntos, tantos como los que había conseguido a estas alturas de la temporada pasada, en la que las críticas al juego del equipo fueron una constante. La impresión que ha dejado el equipo es muy distinta, mucho más positiva, además de estar con los mismos puntos que el tercer clasificado (el año pasado, a dos del Sporting) y a sólo dos del liderato (el Málaga tenía ya nada menos seis puntos de ventaja tras esta jornada). El optimismo sigue ahí, la confianza ya se la ha ganado el equipo con lo que ha enseñado hasta ahora. Pero, por descontado, quedan cosas por mejorar. Seguro que Lillo lo sabe y trabajará para solucionar los problemas.

El principal problema de la Real esta temporada, hasta ahora, parece estar en la sustitución de hombres clave en momentos determinados, a pesar del buen resultado que están dando las rotaciones y el uso de todos los jugadores. La lesión de Xabi Prieto (ojalá no se confirmen los peores augurios, que hablan de que su baja se prolongará hasta final de año) no ha encontrado una respuesta adecuada, como tampoco la encontró en el tramo final de la pasada temporada. La descomposición del fútbol ofensivo de la Real tras la lesión de Elustondo ante el Alavés no hace sino ahondar en esta herida. Hay que encontrar la forma de suplirles.

Otro obstáculo notable es no aprovechar del todo los mejores momentos de fútbol. Contra el Zaragoza, la primorosa segunda parte sólo sirvió para empatar (aunque bien es cierto que anotando dos goles y fuera de casa). La espléndida media hora ante el Alavés no dejó más fruto que el gol a los 13 segundos, dejando un partido abierto. Contra el Murcia lo mejor estuvo en la primera parte y ahí tampoco se supo cerrar el encuentro, que llegó al minuto 70 con un solo gol a favor del equipo txuri urdin y de penalti. La Real debe aprender a completar el trabajo cuando mejor hace las cosas. Eso, sobre todo en Segunda, asegura mucho puntos. Por ejemplo, los que se escaparon ante Hércules (pese a la superioridad de los alicantinos, hubo ocasiones para ganar incluso sin el imposible penalti en contra) y Alavés.

Los pocos goles encajados están costando demasiados puntos. Sólo cuatro goles y han supuesto que la Real deje de ganar seis puntos, con una media de 1,5 puntos por cada tanto encajado. Es una media demasiado cercana a la de la temporada pasada, cuando dejó escapar 58 puntos y encajó 39 goles (1,49 por gol en contra), y que como todos sabemos no bastó para subir a Primera. Que se escapen tantos puntos con tan pocos goles debe ser un motivo de preocupación. El año pasado a estas alturas se habían encajado dos goles más y se habían ido los mismos puntos. Una pena no haber aprovechado mejor el buen momento de nuestros dos porteros y de la defensa.

La estrategia está dando sus frutos, pero con matices. De los nueve goles marcados, tres han llegado de esta forma (este 33 por ciento ya mejora, con mucho, el porcentaje de toda la pasada temporada). La falta directa de Sergio ante Las Palmas, el penalti de Xabi Prieto frente al Murcia y el remate de cabeza a la falta sacada por Elustondo en Alicante. Con Garitano se ha ido buena parte del potencial que tenía la Real en esta faceta (tres goles la pasada temporada). Labaka se queda como el principal especialista (y ya ha marcado un gol, el de Alicante), pero quizá le falte compañía. ¿Necati, quizá?

El partido frente al Alavés nos enseñó los peligros de la defensa de tres. Por ahora, ninguno de los puntos perdidos se ha debido a este sistema, pero el error que tuvo Carlos Martínez, y que provocó que Bravo volviera a demostrar que es un grandísimo portero en el uno contra uno, debe suponer un aviso importante. Es preferible un balón fuera que una pérdida de balón en un lugar tan delicado. Lillo lo sabe y por eso emplea una variedad de sistemas y de jugadores, para no dar nunca más pistas de las necesarias al contrario.

Y algo que, evidentemente, no depende de la Real, pero necesita una rápida mejora: las actuaciones arbitrales. Que en cinco jornadas nos podamos sentir muy perjudicados en dos de ellas es un dato muy negativo. Incluso el día que el equipo txuri urdin se encontró con una decisión trascendente a favor (el penalti ante el Murcia), acabó perdiendo a un jugador (Xabi Prieto) por no saber (¿poder?) el árbitro cómo frenar la violencia de los rivales. Cuatro puntos se han quedado ya por el camino en esta ficticia lista de agravios arbitrales.

A pesar de todo lo anterior, el comienzo es muy bueno. Que los problemas no oculten la realidad. Esta Real es un firme candidato al ascenso. Tiene argumentos, tiene jugadores y tiene entrenador. La afición siempre la ha tenido. Pero queda mucho todavía para el 21 de junio...

sábado, septiembre 27, 2008

REAL SOCIEDAD 1 - ALAVÉS 1 Dos puntos en el camino

Hoy Anoeta ha vivido tres partidos. En el primero, la Real mostró probablemente la mejor cara de la temporada. Con un gol a los 13 segundos de encuentro, con un futbol ofensivo y bonito, con mucho entusiasmo y con un marcador corto, muy corto, para sus méritos. En el segundo, el Alavés igualó la contienda futbolística y aprovechó un error txuri urdin para empatar al filo del descanso. En el tercero, el equipo vitoriano se conformó con el empate y contó con un aliado de lujo: el árbitro. Dos penaltis dejó sin señalar el mismo colegiado que el año pasado privó a la Real de puntuar en El Molinón. El primer partido acabó 1-0 y debió tener un marcador más abultado. El segundo fue un 0-1 para el Alavés cuando quizá debió ser un empate. Y el tercero... El tercero es una lástima decir que acabó 0-0. Nos quedamos con las ganas de saber quién habría tirado un penalti sin Prieto en el campo.

Y los tres partidos permiten sacar conclusiones. Lo primero es algo preocupante porque denota cierto mal de altura; cuando se tiene un partido tan fácil, y más en una categoría como la Segunda División, hay que matarlo cuanto antes. Lo segundo es consecuencia de los riesgos que tiene el sistema ofensivo de Lillo, que cuando sale bien facilita la victoria pero que cuando se incurre en un error puede costar puntos. Lo tercero es preocupante. Lo era la semana pasada por el atropello de Alicante y lo sigue siendo hoy. Pitar a la Real, y especialmente en Anoeta, sigue siendo demasiado fácil. Lo era en Primera y no deja ser sorprendente que también lo sea en Segunda. "Tengo muchas ganas de ver el vídeo de este partido. Dos semanitas seguidas sería demasiado ya", fue como lo definió Lillo en su comparecencia tras el partido. Y tiene razón. En cualquier caso, tres partidos en uno. Dos puntos que se quedan en el camino y el liderato que todavía sigue inaccesible a la Real.

El equipo txuri urdin fue merecedor de la victoria, y así lo dijo Lillo en la sala de prensa, pero todos sabemos que las victorias, como los goles, no se merecen, sino que se consiguen. Y la Real no ha conseguido cerrar un partido que se le había puesto de cara muy pronto, con un tempranero tanto que recordó a aquel que marcó Skoubo a los once segundos del Real Sociedad - Valencia de la temporada 2005-2006. Al gol (el segundo Sergio con la camiseta txuri urdin, el segundo en Anoeta) le ha seguido un juego vistoso, pero sin excesivas ocasiones de gol, excepción hecha de un cabezazo al larguero de Elustondo. Y ha sido con Elustondo como se le ha empezado a ir el triunfo a los de Lillo. Se ha lesionado en el tobillo y ha sido sustituido por Diego Rivas. Pero coincidió que justo en esos segundos tras el cambio, un desajuste defensivo ha permitido un lanzamiento desde la frontal del área de Bravo, la zona que debe ocupar el mediocentro. Y ese ha sido el gol del Alavés.

Los vitorianos se metieron en el partido unos minutos antes del empate por un error de Carlos Martínez, que había permitido un mano a mano que el meta chileno de la Real sí había logrado sacar. En errores como ese está el peligro de la defensa de tres de Lillo, y es el precio que hay que pagar por el dominio ofensivo que tiene este equipo de los partidos. Pero hoy se ha pagado muy caro para los méritos que Real y Alavés hicieron durante los 90 minutos. Dos puntos que la Real, hay que insistir en ello, no mereció perder porque es el único equipo que puso fútbol sobre el césped de Anoeta. El del Alavés es el primer gol que la Real encaja este año en su estadio y ha tenido que ser en el tercer partido y en un derbi que todo el mundo tenía muchas ganas de ganar, máxima tras una jugada en la que el Alavés no ha devuelto un balón que los realistas echaron fuera por lesión. La grada se encendió. Lógico.

En cualquier caso, la defensa de tres funcionó bien una vez más, primero desde el vestuario, porque supone eliminar al rival la ventaja de saber cómo va a jugar la Real, con qué jugadores y con qué sistema. Mikel González ejerció por primera vez de jefe de esa defensa de tres y respondió con un partidazo, con bastantes cortes de categoría y toda una lección táctica. En los minutos buenos de la Real y, sobre todo, en los peores. Y esos malos momentos son los que han condenado a la Real a no vencer. En los segundos 45 minutos, el partido se ha igualado, quizá más por el barullo y las prisas del equipo realista que por los méritos del Alavés. Pero la Real, en cualquier caso, no ha tenido la claridad suficiente para generar opciones de gol. Ni siquiera con la entrada al campo de Necati, que en su tercer partido sigue sin haber dispuesto de ocasiones claras. La caída a la banda de Díaz de Cerio esta vez no funcionó.

Pese a todo, en la segunda parte hubo llegadas al área. Pero el colegiado, ese peligro ya induscutible para la Real llamado Del Cerro Grande, ha decidido que hoy la Real no debía luchar por la victoria. Hasta dos jugadas sancionables con penalti dejó pasar el árbitro. Es la segunda semana consecutiva que el equipo txuri urdin se ve perjudicada por los arbitrajes. Además de esas jugadas en el área, el árbitro ha permitido el juego brusco del Alavés, que ha empleado las constantes faltas en el centro del campo como su primera y mejor defensa sin que las tarjetas fueran un freno. El Murcia intentó algo parecido en Anoeta. No le salió bien, pero lesionó a Xabi Prieto. El Alavés, con un grado menos de violencia que el que empleó el equipo de Clemente, sí ha sacado provecho de esa táctica, con el consentimiento imprescindible del trencilla. Insisto: van dos. Y sólo llevamos cinco jornadas. Ojo.

A la Real se le escapa por segunda semana consecutiva el asalto al liderato de Segunda, una división que sigue demostrando una enorme igualdad entre todos los equipos. El equipo de Lillo, aún invicto, duerme en la segunda posición, la misma en la que comenzó la jornada, pero lo normal es que mañana pierda algún puesto más, ya que hay bastantes equipos a uno y dos puntos que todavía no han jugado. Pero sigue siendo muy pronto para que eso importe. A todos nos gusta vernos en cabeza, pero hoy el pesar no es por no alcanzar el liderato. Es por habernos dejado dos puntos en el camino. Lo que hay que destacar es el buen juego que sigue haciendo la Real, las sensaciones positivas que sigue transmitiendo el equipo. Cosas que llevábamos tiempo sin ver y ahora vemos. En una palabra, fiabilidad. Y eso merece confianza.

viernes, septiembre 26, 2008

PREVIA Real Sociedad - Alavés. Hora de enterrar el pasado más negro y reciente

La Real tiene esta jornada una oportunidad de enterrar los fantasmas del pasado (sábado, 18.30 horas, Anoeta, ETB-1; queremos ver a la Real por televisión fuera de Euskadi también). De olvidarse de la historia más negra que ha vivido recientemente. Y no sólo porque el rival sea el Alavés, el mismo que aquella lamentable tarde del 8 de junio nos privó del ascenso a Primera División. También porque está disposición de conseguir la tercera victoria consecutiva en Anoeta y hacer de su estadio el fortín deseado para poder aspirar con garantías y claridad a ese regreso a la máxima categoría. También porque esta jornada la Real tiene la oportunidad de colocarse líder si el Hércules no vence en Las Palmas. Es la oportunidad de mirar definitivamente hacia adelante.
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Lillo, que sólo ha perdido un partido como entrenador de la Real y fue precisamente el de Vitoria de la temporada pasada, se enfrenta a la necesidad de suplir a Xabi Prieto. El Murcia de Javi Clemente consiguió el objetivo con su defensa violenta y el extremo donostiarra estará de baja al menos dos semanas más. La pasada temporada, con la lesión de Prieto en el brazo, Lillo probó varias fórmulas y algunas le dieron resultado, pero se echó de menos, y mucho, al ausente. El técnico tiene como principales opciones a Estrada y a Necati. El cambio por el canterano sea natural, extremo por extremo, pero si el turco entrara por primera vez en el once, Díaz de Cerio caería a banda derecha, que es la fórmula que utilizó con más frecuencia Lillo la pasada temporada, con Delibasic más en punta (y que tan buen resultado futbolístico dio, por ejemplo, en Málaga).
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Con las habituales incógnitas en el once realista que presentará el técnico, lo que está claro es que Lillo no repetirá el equipo que sacó en Alicante frente al Hércules. Ansotegi, que fue titular, es el jugador descartado esta semana, el único disponible que se unirá a Xabi Prieto en la grada. La noticia de la convocatoria está en la inclusión de Dramé, que podría tener sus primeros minutos con la camiseta txuri urdin, y en la de Markel Bergara, que, una vez superada la lesión que sufrió en pretemporada, ya está en disposición de coger el mando del equipo. No parece probable que el técnico le coloque en el once inicial y tendrá que esperar su oportunidad en el banquillo, pero será interesante ver cómo afecta su regreso al equipo a las oportunidades que pueda tener Diego Rivas o a la posición en el campo de Elustondo, hasta ahora titular indiscutible.
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Aunque el partido se dispute en Anoeta, todo el mundo se ha encargado de recordar a su manera la tarde de junio en la que la Real se dejó el ascenso en Vitoria. No hay similitudes reales entre aquel partido y éste, por el momento en que se disputa y por la situación de ambos equipos, pero es inevitable que se recuerde porque es la primera vez desde entonces que se cruzan los caminos de ambos conjuntos. Sergio Rodríguez jugó aquel día con la camiseta del Alavés y Garitano lo hizo con la de la Real. Mañana estarán en el otro vestuario. El de Garitano es el primer reencuentro con ex jugadores realistas que conoce el equipo txuri urdin esta temporada, toda vez que Delibasic no pudo jugar por lesión el encuentro de la semana pasada frente al Hércules.
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La Real tiene la segunda oportunidad de colocarse líder de Segunda. La primera se quedó con el penalti y su repetición que nacieron de la imaginación del trío arbitral del partido frente al Hércules. Y es el equipo alicantino, precisamente, el rival a batir. Si ellos no ganan en tierras canarias, podría incluso bastar el empate dependiendo de los resultados de los equipos perseguidores. Pero sería depender de muchos resultados, ya que la Segunda está todavía muy igualada. La victoria aseguraría esa primera posición. A estas alturas de campeonato, más importante que la clasificación son las sensaciones. Y de lograr la victoria, Anoeta viviría la sensación de ser un fortín, una sensación ya olvidada. La Real no vence tres partidos consecutivos en casa desde la temporada 2004-2005, con José Mari Amorrortu de entrenador. Entonces fueron cinco los triunfos seguidos. Sevilla, Zaragoza, Numancia, Osasuna y Deportivo fueron cayendo uno por uno.
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Las visitas del Alavés a San Sebastián en Segunda División se cuentan por derrotas. Cuatro de cuatro, tres de ellas en Atotxa y sólo una en Anoeta. Entre ellas están las dos mayores goleadas que la Real le ha endosado como local al equipo vitoriano, el 5-1 de la temporada 42-43 y el 5-2 de la campaña 62-63. En Primera la estadística es también favorable a la Real, pero con menos claridad. De los once encuentros disputados, seis se saldaron con triunfo realista y sólo uno con victoria de los visitantes. Fue en la temporada 2001-2002, por 1-2. Después de aquella tarde, el Alavés perdió en sus últimas tres visitas a Anoeta.
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La última fue la temporada pasada, ya en Segunda. Elustondo decidió el encuentro con un gol anotado en el minuto 94, con una espléndida llegada al área desde segunda línea. Aquel día, la Real fue bastante superior al Alavés. No es que hiciera un espléndido partido, pero mereció que la victoria llegara mucho antes de ese agónico descuento. Incluso el árbitro le había privado de ella con anterioridad, al anular un gol totalmente legal de Gari Uranga. La Real aquel día tuvo siempre sobre el campo a nueve jugadores de su propia cantera. Fue el último partido que Chris Coleman dirigió al conjunto txuri urdin. El galés se marchó cuando faltaba un partido para finalizar la primera vuelta y dejó al equipo en cuarta posición, a un solo punto del cuarto clasificado, entonces el Sporting de Gijón.

miércoles, septiembre 24, 2008

Vendettas y temores

Nos vamos a tener que acostumbrar a que cada vez que la Real se cruce con el Alavés en el futuro, la gente se acuerde del maldito y triste partido en Mendizorroza en el que se quedó el ascenso de la temporada pasada. Es lo que tiene que aquella se convirtiera, en apenas dos minutos, en una de las tardes más tristes de la historia del casi centenerario equipo donostiarra. Se habla de vendetta por aquel día, de revancha, de ganar para devolverles aquella derrota. Pero en realidad no es así. Aquel día ya es historia. Nada de lo que hagamos en el futuro nos devolverá aquel ascenso, aquella ilusión, aquella felicidad de vernos otra vez entre los grandes. Absolutamente nada. Ya les podemos ganar el sábado 5-0, que aquello no se habrá borrado.

Puestos a recordar, y dado que el partido es en Anoeta, casi prefiero recordar el encuentro de ida de la pasada temporada, en el que la Real ganó en el descuento (qué ironías tiene la vida y mucho más el deporte, que la devolución de aquel resultado nos costara nada menos que un ascenso). Ya sé que no tuvo, ni de lejos, el mismo impacto deporitvo y emocional que el de Mendizorroza. Ya lo sé. Pero es lo que tiene esta Real, que me tiene completamente inmerso en una vorágine de optimismo a pesar de que la temporada esté dando sólo sus primeros pasos. Por lo general, soy optimista con la Real. No. Muy optimista. Pero esta temporada, además, he recuperado la tranquilidad con la que veía el fútbol antes de que de verdad tuviera la triste sensación de que el descenso a Segunda podía (y de hecho fue) una realidad.

Y por eso, en mi cabeza no quiero que esté el 3-2 de Vitoria, sino el 1-0 de San Sebastián. No quiero pensar en las decepciones del pasado, sino en las ilusiones del futuro. No quiero que haya ánimo de vendetta, sino un deseo de ganar tres puntos y alcanzar el liderato. O eso es lo que creo ahora, en frío, desde la segunda posición de la tabla y tres días antes del partido. En el fondo, sé que cada gol que marque la Real el domingo me llevará de nuevo a esa triste tarde del mes de junio... Y, a pesar de que sólo valga tres puntos y no sirva para devolvernos lo que en el minuto 91 de aquella jornada era nuestro, ésta es una de las victorias que más quiero para la Real este año. Aunque sólo sea por cerrar heridas.

Pero más que la vendetta ficticia ante el Alavés, lo que me preocupa es el árbitro del partido. Será Del Cerro Grande. Sí, el mismo que nos pitó en Gijón la tarde que la Real salió de los puestos de ascenso para nunca más volver a entrar la pasada temporada. Sí, el mismo que concedió un claro gol ilegal de los gijoneses, el único que se marcó aquel día y el que dio a los locales tres puntos valiosísimos en la lucha para el ascenso. Sí, el mismo árbitro con el que la Real no pudo ganar en ninguno de los tres partidos disputados mientras que el Sporting, casualidades de la vida, contaba sus arbitrajes por victorias. Y qué queréis que os diga, su designación me ha generado mucha preocupación, más después de lo visto la última jornada.
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Hace años, al menos en Primera División, cuando un equipo sufría un atropello arbitral y se quejaba públicamente y en privado ante las instancias correspondientes, había un efecto directo en la designación del siguiente partido. Siempre te ponían un árbitro internacional a la primera oportunidad. Era una forma de tranquilizar los ánimos del equipo agraviado. Y solía funcionar. Obviamente, en el pozo de la Segunda División no se tiene esa posibilidad porque no hay árbitros de nivel. Pero que después de lo vivido en Alicante se le ponga a la Real un árbitro de tan infausto recuerdo da que pensar. Y mucho. Porque el año pasado, le pese a quien le pese leerlo, los arbitrajes fueron parte fundamental en la lucha por el ascenso. Ojalá que este año no sea así. Quizá Del Cerro Grande ha reflexionado durante el verano. Quizá. El sábado lo veremos.

lunes, septiembre 22, 2008

Me gusta esta Real

Me gusta esta Real, sí señor. Sólo ha jugado cinco partidos oficiales, pero ya puedo decir sin dudarlo que me gusta esta Real. El equipo ya ha conseguido que viva los partidos con una tranquilidad difícil de creer hace no tanto tiempo, porque tengo confianza en el futuro. La agonía que sentía antes, ganando o perdiendo, ha desaparecido. Veo el horizonte despejado y, sobre todo, esperanzador. Deja esta Real tantas cosas positivas que no creo que se pueda hacer otro juicio a estas alturas, aunque eso no quiere decir que haya que enmascarar los detalles mejorables o pensar que el objetivo ya se ha conseguido. Por descontado que queda mucho, que la Real no va a arrollar a casi nadie en esta compleja Segunda División y que hasta junio no conoceremos su destino. Pero la sensación es diferente.
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Me gusta esta Real por su versatilidad. Puede jugar con defensa de tres, y que éstos sean los centrales o que haya algún carrilero, o con defensa de cuatro. Puede jugar con uno o con dos delanteros sin que se resienta el caudal ofensivo. Puede colocar un rombo o dos mediocentros en la parte central del campo. Puede jugar con extremos pegados a la cal o por dentro. Con o sin delantero claro. Todo eso son soluciones, no problemas, porque la idea está clara. La Real, lo consiga o no, sabe a qué juega. Y eso es lo esencial. Lillo ha sabido por dónde empezar a construir el equipo. La Real no es el Brasil del Pelé, el Madrid de la Quinta del Buitre o el Barça del Dream Team. No puede ganar siempre con el mismo estilo. Debe cambiar para superar a sus rivales. Y sabe hacerlo.
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Me gusta esta Real porque todos los jugadores son importantes. El año pasado sabíamos perfectamente qué jugadores estaban aportando y los que no (no siempre por sus cualidades futbolísticas, pero es imposible gestionar con perfección una plantilla de 27 jugadores). Este año, todos cuentan. Sólo faltan dos por jugar, Markel y Dramé. El primero por lesión y el segundo por su fichaje tardío. Pero todos, los 20, van a tener muchos minutos. Y alguno del Sanse también seguro.
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Me gusta esta Real porque, teniendo el estilo ofensivo que tiene y pensado para tener el balón casi siempre, está sabiamente construída desde atrás, desde una sólida portería (¿dónde están ahora los que sacaron injustamente los cuchillos por la cesión de Riesgo y la permanencia de Bravo...?), a una defensa versátil. Tres de los cinco partidos que se han jugado han terminado sin encajar goles, y eso no es casualidad. Tendrían que haber sido cuatro, pero ayer un árbitro se empeñó en que no fuera así...
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Me gusta esta Real porque tienen muchas alternativas arriba. Sergio fue fundamental en el esquema en pretemporada, pero no ha empezado la Liga del todo bien. Tiene recambio. Marcos deslumbró en el doble duelo con el Zaragoza, pero ayer estuvo apagado. Tiene recambio. Díaz de Cerio ya sabemos que hay días que no ve portería aunque se deje la vida en el campo. Tiene recambio. Y con los recambios, el equipo no pierde su personalidad. El ejemplo es Moha. Hay quien le condenaba a las segundas partes o los minutos de la basura. Lleva dos partidos seguidos de titular con acierto, y se han conseguido cuatro puntos. Todos tienen recambio. Inmensa noticia.
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Me gusta esta Real porque sabe jugar al fútbol en las más diferentes circunstancias. Cuando el día está para aprovechar la primera oportunidad que se tiene, se gana a Las Palmas. Cuando el día está para disfrutar jugando al fútbol, se remontan dos goles al Zaragoza en La Romareda. Cuando el día está para sufrir ante un rival superior, se empata (y por un penalti injusto) en el Rico Pérez de Alicante. Cuando el partido está para bregar después de fases brillantes, se gana 2-0 al Murcia de Clemente.
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Me gusta esta Real porque sabe que Anoeta es la clave. Tres partidos, uno de ellos de Copa (y tengo que decir que me gusta esta Real porque no ha tirado esta competición a las primeras de cambio), y tres victorias. Y porque sabe que fuera hay que sacar algo siempre que se pueda. Cuando no se puede ganar, hay que valorar el empate. Y esta Real lo valora, algo que no ha hecho en temporadas ocasiones y le ha costado dejarse muchos puntos por el camino.
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Sí, definitivamente, este Real me gusta. Claro que hay cosas por pulir, es lógico, estamos a 22 de septiembre. Pero, y ahora lo hago con argumentos futbolísticos, estoy convencido de que dentro de nueve meses estaremos celebrando el ascenso. Ya sabéis, 21 de junio...

domingo, septiembre 21, 2008

HÉRCULES 1 - REAL SOCIEDAD 1. Vuelan dos puntos y el liderato por el empeño arbitral

Tenía que llegar y sólo ha tardado un mes de competición. Dado el paupérrimo nivel de los árbitros españoles, y encima viviendo en la caverna de la Segunda División, era cuestión de tiempo que uno de estos nefastos colegiados privara a la Real de una victoria. Hoy lo ha hecho. Hernández Hernández decidió pitar un inexistente penalti en el tramo final del partido en el área txuri urdin. Y Bravo lo paró. Ya se sabe, penalti injusto, penalti que no se marca. Pero cuando se suma una nueva injusticia, la repetición del penalti en cuestión, ya es muy difícil salir indemne de semejante atropello. El empate final, inducido claramente por este despropósito arbitral no tiene hoy más efecto que dejar a la Real sin el liderato de la Segunda División. Y a efectos más sentimentales, de la primera victoria que podría haber conseguido la Real en Alicante frente al Hércules.

El nivel arbitral sigue siendo un drama y hay que seguir denunciándolo, más aún cuando se pone tanto empeño en perseverar en el error (parece que ha sido el asistente quien ha decidido la repetición del penalti). "Hay que aceptar las cosas como son", se limitó a decir Lillo, aunque después alertó de que "el penal clama al cielo". Bravo por su deportividad (y por la de todos los jugadores, la Real sigue siendo un ejemplo en este sentido, por muy maltratada que se pueda sentir) y por dejar el cabreo por dentro. La labor de denuncia es nuestra. Más cabreo demostró el técnico con la repetición del penalti, y llegó a mostrarse convencido de que si Bravo lo hubiera parado otra vez, se habría visto un tercer lanzamiento. Eso es duro de oír, aunque se pierda en la vorágine de una competición que devora las polémicas cada día. El caso es que siempre pasa algo en Alicante para que no se rompa al mal fario que arrastra la Real contra el Hércules como visitante.

El análisis del partido, obviamente, no se queda ahí. De hecho, hay muchos detalles a los que prestar atención, muchas lecciones que sacar y, sobre todo, mucho de lo que aprender. Y todo partiendo de una alineación, la de Lillo, que ha causado sorpresa. Lógicamente, es fácil hablar después del partido, pero lo cierto es que fue inesperada la revolución que planteó el técnico. Si se hubiera ganado, el entrenador habría recibido halagos. Como no se ha ganado, lo mismo alguien busca en los cambios la explicación. Pero se han visto buenas cosas que permiten estar satisfechos. El regreso a la línea de tres se intuyó durante la semana, pero era mucho más difícil prever la suplencia de uno de los hombres más en forma del equipo, de Castillo, y más teniendo en cuenta que su único recambio en la primera plantilla, Dramé, se había quedado en San Sebastián. Labaka, Ansotegi y Mikel González formaron la línea de tres y Diego Rivas fue titular por primera vez, junto a un Aranburu que volvía al once después de su lesión.

Los planes de Lillo se vieron trastocados por la lesión de Prieto, y probablemente también el torrente ofensivo que ha demostrado la Real hasta ahora en la competición. Lo suyo es una recaída de la lesión que le impidió entrenar con normalidad durante la semana. Es decir, que la violencia con la que se empleó el Murcia de Javier Clemente hace una semana en Anoeta ha tenido sus lamentables frutos. Por descontado, también hay que darle el mérito de ésto, además de a los jugadores murcianos, a un estamento arbitral que siempre está más pendiente de pitar penaltis absurdos o de mandarlos repetir que de frenar el uso de las patadas con saña como argumento futbolístico. El comienzo de la Real fue serio y solvente, la Real fue un equipo sólido que, eso sí, marcó en su primera llegada clara a gol. Una falta de Elustondo (bienvenida la pluralidad de lanzadores de esta plantilla) fue rematada a gol por Labaka, aunque al principio se dudó si había sido Díaz de Cerio, Ansotegi o incluso un jugador del Hércules en propia puerta.

Tras unos minutos de cierta comodidad, el Hércules se lanzó al ataque. Y ahí se erigió Bravo en protagonista del partido. Dos grandes paradas a Tuni (jugador pretendido por la Real hace no tanto tiempo). Siguió siendo el protagonista incluso con el penalti que, al final, el árbitro no le dejó detener. Una lástima, porque el partido era la confirmación de que este equipo tiene dos grandísimos porteros que pueden responder en cualquier situación. La Real, en todo caso, no ha sido la Real que gustó en muchas fases del partido frente al Murcia y que deslumbró en la segunda mitad de Zaragoza. Faltó mucha posesión de balón y se concedieron demasiadas ocasiones al rival. Eso provoca la sensación de que el empate puede ser justo, aunque no la forma en la que ha llegado. Sobre todo porque había, como dijo Lillo, sensación de que podía llegar el 0-2 y porque el fatídico penalti se produjo cuando el Hércules menos se aproximaba a la portería de Bravo.

El caso es que la Real, sin esa acción arbitral irresponsable, podría haber salido airosa de un partido tenso, con muchas llegadas del Hércules al área y sin jugar un futbol magnífico. La falta de balón ha impedido una victoria más clara. El equipo txuri urdin, en todo caso, puede salir contento porque se mantiene invicto, suma su segundo empate fuera de casa y mantiene la famosa media inglesa (victoria en casa, empate fuera) que, no lo olvidemos, garantiza el ascenso a final de temporada. La plantilla sigue demostrando que tiene mucho que ofrecer, que hay recambio incluso cuando faltan jugadores como Xabi Prieto (por lesión), Gerardo (que no ha entrado en el once para no forzar) o los dos últimos fichajes, Necati (que entró al final e incluso forzó una expulsión que ya no alteró el resultado en el marcador) y Dramé. Eso sigue valiendo mucho. Y con eso hay que quedarse. Porque va a ser muy difícil que esta Real pierda un partido. Alguno perderá, por supuesto, pero los rivales van a tener que sudar mucho para lograrlo.

Hoy acabamos con un cabreo importante porque, en la cuarta jornada de la temporada, ya podemos sumar dos puntos en ese ficticio casillero de puntos que se llevan volando las decisiones arbitrales (aunque el penalti a favor de la pasada semana ante el Murcia tampoco fue, la Real ganó con dos goles de ventaja). Pero, pese a todo, la jornada es positiva. El equipo txuri urdin sigue en puestos de ascenso, donde merece y donde debe estar, e incluso asciendo una posición. La Real es segunda la tabla, sólo por detrás de este Hércules que hoy, con méritos futbolísticos para puntuar, sólo lo ha podido conseguir gracias al árbitro. Y eso siempre deja sensación de impotencia.

PREVIA Hércules - Real Sociedad. Un golpe sobre la mesa

Alicante, una ciudad gafe para la Real, presenta una gran oportunidad para dar un golpe en la mesa (domingo, 19.00 horas, Rico Pérez, sin televisión). El conjunto realista, metido en puestos de ascenso por primera vez ya esta temporada, se enfrenta al líder de la categoría. Es pronto, obviamente, para saber qué equipos estarán arriba, pero la Real de Lillo tiene una oportunidad de colocarse líder en la cuarta jornada. No será definitivo, ni siquiera trascendente, pero sí un síntoma de que las cosas se están haciendo bien y de que el equipo se ha traído un resultado positivo de tierras alicantinas, algo que, excepción hecha del empate de la temporada pasada, no sucede desde la campaña 84-85.

La semana ha dejado varios tocados en la enfermería realista y por eso es difícil saber qué alineación va a presentar Lillo. El técnico ni siquiera quiso confirmar quién será el portero, si un Bravo ya repuesto de las molestias con la que regresó de sus dos partidos con la selección o un Zubikarai que ha suplido al chileno con gran acierto en los últimos tres partidos. Lo que sí está claro es que Dramé no tendrá la oportunidad de debutar, ya que es el único jugador que se ha quedado fuera de la lista por decisión técnica, junto a Markel, ya recuperado de su lesión pero con el que no se va a arriesgar, y los descartados Stevanovic y Mikel Alonso.

Quienes vuelven a la lista de 18 son Aramburu y Gerardo, tras haber sido duda durante la semana. Eso sí, es difícil saber si Lillo les devolverá su puesto en el once inicial. Un once que bien podría presentar la defensa de cuatro que tan bien ha funcionado en las últimas semanas o la de tres que el técnico ensayó en pretemporada y en el primer encuentro liguero también con éxito. Xabi Prieto, superadas las molestias derivadas del juego brusco del Murcia, no tendrá problemas en ser titular, compartiendo ataque con Marcos y Díaz de Cerio. Lo normal sería que Necati esperara su oportunidad otra vez desde el banquillo. El resto de la alineación, es una incógnita, aunque no se prevén muchos cambios de la que venció al Murcia de Clemente.

El partido presentaba a priori el primer reencuentro de la temporada con ex jugadores realistas, pero Delibasic no estará sobre el campo por culpa de una lesión de rodilla que le obligará a pasar por el quirófano. El delantero, que marcó cinco goles con la camiseta txuri urdin la pasada temporada, había comenzado esta Liga con dos tantos. A falta del ariete herculano, seguro que más de uno mirará hacia la portería del equipo local, que ocupará Calatayud, el portero que, con la camiseta del Rácing, detuvo un penalti a Savio en la penúltima jornada, prácticamente condenando a la Real a Segunda División. Parada que hizo después de destrozar con el pie el punto de penalti, en una actitud impropia de un profesional que ya no se estaba jugando nada en ese partido, puesto que el Rácing había alcanzado ya la salvación.

Alicante es terreno maldito para la Real, que nunca ha conseguido sacar una victoria del campo del Hércules. En total, se han jugado 18 partidos, de los que 11 han acabado con triunfo local y los siete restantes en empate. En Primera División, son ocho las victorias para el Hércules y seis las igualadas, con un dramático saldo goleador para el equipo realista: apenas cinco goles a favor en todas sus visitas, uno sólo en las diez últimas (que no sirvió ni siquiera para puntuar; la Real perdió 2-1 en la temporada 96-97),, y nada menos que 20 en contra.

En Segunda los partidos se contaban por derrotas txuri urdin hasta la visita que la Real rindió la temporada pasada al Rico Pérez. El equipo que entrenaba Chris Coleman jugó una muy mala primera parte en Alicante, pero supo reaccionar con categoría. Los segundos 45 minutos debieron ser suficientes para conseguir los tres puntos. Xabi Prieto marcó un golazo de volea a la media vuelta cuando faltaban 20 minutos para el final. La Real gozó de cuatro ocasiones clarísimas de gol en ese tiempo, pero Díaz de Cerio, Delibasic, Prieto y Gari no fueron capaces de materializarlas. El conjunto txuri urdin seguía moviéndose, mediada ya la primera vuelta, en mitad de la tabla y sumaba su segundo empate consecutivo fuera de casa, tras el conseguido en Ferrol.

martes, septiembre 16, 2008

Y Prieto responde

Hace unas semanas, antes de que comenzara la Liga, dije que era la hora de Xabi Prieto, que tenía que serlo en una Real con vocación ofensivo y de juego bonito además de efectivo. Hora de que ese chaval que deslumbró en el Bernabéu en la temporada de su debut, la 2003-2004, reapareciera. De que fuera el jugador capaz de marcar diferencias con su portentosa clase que hacía ya algún tiempo no estaba siendo. De que se reencontrara con el fútbol que tantas ilusiones nos hizo depositar en él. De que alcanzara de una vez por todas el status de estrella que está llamado a tener dentro de este equipo. Y Prieto está respondiendo.
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Tras debutar con Denoueix, en la campaña 2004-2005 y de la mano de Amorrortu, Xabi Prieto se hizo con un puesto en el once. Un año más tarde, se convirtió en el máximo goleador del equipo con nueve tantos. Pero a Xabi Prieto, con sus goles y su calidad, se le echó mucho de menos el año del descenso. Jugó mucho, pero no fue el Prieto que deseábamos, excepción hecha del golazo que marcó en Anoeta ante el Mallorca, con dos sombreros incluídos. Aunque desaparecido en muchas fases de los partidos, Xabi empezó a enseñar de nuevo su calidad ya con la Real en Segunda, como con su golazo en Alicante. Hay quien piensa que si no se hubiera lesionado en el brazo en el tramo final de la temporada, hoy la Real estaría en Primera. Quién sabe, pero la importancia de Prieto en la Real del año pasado era inmensa. Si no tanto por fútbol, sí por números de goles y asistencias.
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Pero Prieto ya ha vuelto, y seguro que un entrenador como Juanma Lillo ha tenido mucho que ver en eso. Volvió en pretemporada, donde además destapó una cualidad goleadora que, sin penaltis, no le habíamos visto todavía (y que todavía tiene que explotar en los partidos oficiales). Es la primera referencia del fútbol de ataque de la Real, una solución para los balones largos que siempre gana de cabeza. Ha recuperado el atrevimiento para encarar a sus marcadores, sigue metiendo balones peligrosos dentro del área y no elude la responsabilidad, ni durante el juego ni a la hora de lanzar penaltis, como el que le marcó al Murcia el sábado.
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Xabi Prieto es uno de los pilares del juego de la Real, y los jugadores contrarios lo saben. Por eso le dan continuas patadas, que hasta ahora los árbitros de Segunda no han sabido frenar, y por eso le prestan tanta atención. Al jugador intrascendente no le intentan hacer la guerra psicológica, ésa es una losa que sólo los jugadores decisivos e importantes tienen que cargar. Y Xabi Prieto lo es. Pero es que además es un realista hasta la médula que renovó con el equipo en los peores momentos y un jugador que se merece que la ovación que le dio Anoeta al salir del campo el sábado pasado se vuelva a escuchar más a menudo en el estadio donostiarra. Y estoy seguro de que su magia volverá a salir aplaudida de Anoeta.

Quien no haya visto todavía el regate que le hizo a Paredes en el partido de Copa del Rey frente al Zaragoza, que se deleite con este vídeo. Hay quien ya lo ha bautizado como la prietinha. Qué pena que la jugada no acabara como merecía, con el gol.

sábado, septiembre 13, 2008

REAL SOCIEDAD 2 - MURCIA 0. Gana el fútbol

Así es cómo duerme la Real hoy: líder de Segunda División. Quedan todavía equipos por jugar y es fácil que no acabe así la jornada, pero este equipo pasa por un momento muy dulce que está devolviendo la ilusión, que está confirmando que, esta vez sí desde el principio, presenta una solvente candidatura al ascenso. Siete puntos de nueve posibles y el pase en la eliminatoria de Copa. Ninguna derrota y la portería propia a cero en tres de esos cuatro partidos. Con grandes noticias sobre el césped, un fútbol muy atractivo a ratos y muchas ocasiones de gol. Justo lo que no se veía la temporada pasada casi nunca. Y hoy, encima, con el añadido de vencerle a un presumible rival directo por el ascenso (con un marcador que deja muy decantado el golaverage, en caso de que fuera necesario para desempatar) y, para colmo, un equipo de Clemente. Una gran victoria. Una gran noche.

El partido, en todo caso, ha estado muy condicionado por el árbitro, un nefasto Pino Zamorano, el mismo que ni siquiera sancionó falta en la terrorífica entrada que sufrió Aranburu en Santander y que le destrozó la rodilla hace dos temporadas. Comenzó el partido inventándose un penalti a favor de la Real (hay que tirar de hemeroteca para encontrar un partido en el que se haya producido un beneficio tan claro para el equipo txuri urdin en jugadas decisivas), algo que hay que admitir. La labor del árbitro se juzga cuando beneficia y cuando perjudica. Es de justicia decirlo. Nadie de quienes estaban en el campo ha parecido ver lo mismo que el árbitro, algo que no sorprende dado su bajísimo nivel. Xabi Prieto no falló y adelantó al equipo txuri urdin nada más comenzar el partido.

Pero ahí el árbitro cambió la cara. Lo demostró en la jugada siguiente, cuando le sacó amarilla a Prieto por una supuesta simulación de penalti. Y lo siguió enseñando en el resto del partido, dejando de pitar faltas clarísimas, señalando otras que sólo él veía y, sobre todo, consintiendo el juego duro, en ocasiones casi violento y rozando los límites del reglamento, del Murcia de Javier Clemente. Y es que si el partido se presentaba como un duelo entre las dispares ideas de fútbol que tienen el rubio de Barakaldo y Lillo, los técnicos tuvieron su traslación al césped en las figuras de Peña y Xabi Prieto. El primero trató de desquiciar al realista con pataditas, incluso sin el balón en juego. Prieto tiró de fútbol y de la clase que tiene. Sobra decir quién ganó. Anoeta despidió a Xabi con una cerrada y merecida ovación.

Clemente, que se mostró muy cabreado y tan malhumorado con la prensa como siempre que no gana, aseguró que "la Real ha estado bien", pero se apresuró a negar que el equipo de Lillo tuviera más ocasiones de gol que los que anotó. Sorprendente, sin duda, y Lillo lo definió a la perfección: "La cantidad de situaciones creadas por uno y otro es abismal, no sólo la cantidad sino también la calidad de las mismas", dijo. El Murcia, en realidad, lanzó por primera vez entre los tres palos ya mediada la segunda parte, un tiro que sacó Carlos Martínez de debajo de los palos, y forzó alguna que otra ocasión en la que Zubikarai tuvo que intervenir. A pesar de que en algunos momentos le metió empuje al partido el equipo murciano, lo cierto es que el partido no corrió peligro. No hay nada decisivo a estas alturas de la temporada, pero tener siete puntos de ventaja sobre el Murcia (y seis sobre el Zaragoza, que hoy no pasó del empate en Las Palmas) es algo muy importante.

Hoy ha ganado el fútbol, el de la Real, el de Lillo. Durante algunos minutos de la primera parte, antes de que Pino Zamorano comenzara a desquiciar el partido y a los realistas, la Real ha bordado el fútbol. La asignatura pendiente sigue siendo mantener el nivel durante 90 minutos, pero no hay que olvidar nunca de dónde venimos. El año pasado, la Real había perdido sus dos primeros partidos en casa y tenía cuatro puntos menos que esta temporada. Y Anoeta empieza a ser de verdad el fortín que todos queríamos. Las Palmas y Murcia ya han caído en el estadio donostiarra. La media inglesa, ganar en casa y empatar fuera, garantiza el ascenso. Y la Real, de momento, está cumpliendo. Con nota.

Lillo, en todo caso, mantuvo su postura de inconformismo y aseguró que la Real hizo "bastantes cosas mal" que hay que mejorar. Y es cierto, pero viniendo de donde venimos, las buenas noticias pesan más. Al menos desde fuera. A Lillo le toca el trabajo para mejorar aún más lo bueno. "Tengo que velar para que sigan encantados", dijo Lillo cuando le preguntaron por el entusiasmo que hay en la grada de Anoeta este año. Hace tiempo que un entrenador no daba con la clave de lo que tiene que ser la Real. La ilusión, en la grada. El técnico lo que tiene que hacer es trabajar. Y el trabajo de Lillo es, a día de hoy, absolutamente impecable. Habrá cosas que mejorar, pero todo lo bueno que ya hemos visto ya ha servido para disparar la ilusión.

Lo mejor que tiene esta Real, renovada, cambiada e ilusionante, es que no es posible destacar un solo nombre. Su juego tiene destellos tan luminosos que hay que hablar de muchos de sus componentes. Pero hoy Iñigo Díaz de Cerio se merece que el suyo destaque por encima de otros. Dio la tranquilidad cuando más parecía achuchar el Murcia con un golazo que nació de una de las virtudes que hacen de Iñigo el delantero ideal de este equipo: la lucha. Él peleó en solitario con tres defensas y finalizó la jugada con un magnífico disparo con parábola que no pudo detener un Elía que, sobre todo en la primera parte, evitó un marcador mucho más abultado a favor de la Real. El año pasado Díaz de Cerio anotó 16 goles. Este año ya lleva dos. Dos de los cinco que ha anotado la Real. Dos goles que han servido para sumar cuatro de los siete puntos del equipo. Badiola, haz todo lo posible por renovarle ya, no nos vayamos a arrepentir.

Pero, como decía, otros muchos nombres asoman al elenco de destacados. Al margen de los goleadores, la mejor noticia que deja el partido es la recuperación de Mikel González. Hizo un mal partido en Zaragoza y él mismo entonó el mea culpa, pero hay que recordar que la temporada pasada fue, de largo, uno de los mejores de la plantilla y uno de los principales pilares que sirvieron para que la Real fuera uno de los equipos menos goleados. Y también la portería. Hace un año era Riesgo quien la ocupaba y teníamos la seguridad de que Bravo estaba detrás. Ahora es Bravo quien está llamado a ser el titular pero tenemos la inmensa seguridad de que Zubikarai puede jugar, al menos, al mismo nivel. Anoeta coreó su nombre. Siempre será una gran noticia que un portero de la cantera sea tan bien recompensado.

Otro buen partido de la Real en esta segunda temporada en la categoría de plata. Otro buen resultado. Otro peldaño más en la escalera que nos tiene que llevar de regreso a la Primera División. Esto marcha muy bien en todos los sentidos. Funciona el fútbol, la Real demuestra que tiene recursos, plantilla y calidad. Y funcionan los resultados, algo que, a nadie se le debe olvidar, sigue siendo lo más importante para que el 21 de junio del próximo año la Real recupere el sitio que merece.

viernes, septiembre 12, 2008

PREVIA Real Sociedad - Murcia. Sumar y seguir

La ilusionante Real que ha empezado esta su segunda temporada en la categoría de plata afronta una nueva oportunidad de sumar y seguir (sábado, 20.00 horas, Anoeta, sin televisión). Sumar puntos, desde luego, porque eso es lo que en junio determinará el éxito de esta campaña, pero también efectivos, ya que en esta convocatoria entran por primera vez los dos últimos fichajes del club. Y seguir adelante, en una temporada muy larga y muy intensa que no ha hecho más que comenzar. Seguir adelante Lillo también en sus espléndidos números al frente de la Real, con una única derrota (la inolvidable de Vitoria). Delante tendrá una buena piedra de toque, un Murcia que ha empezado muy mal la temporada (dos derrotas), pero que, como el Zaragoza, sigue siendo uno de los equipos más fuertes de la Segunda División y un claro candidato al ascenso.
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Con apenas tres partidos oficiales disputados, ya padece la Real los rigores de tener una plantilla corta. Aranburu y Markel eran bajas seguras para este partido (es probable que la semana que viene puedan estar ambos a disposición del entrenador), pero a ellos se les han sumado dos nombres más. Gerardo no se ha recuperado de la contusión que se trajo de Zaragoza y Bravo ha vuelto con una dolencia similar de sus partidos con Chile. Ésta es la baja más fácil de cubrir, ya que Zubikarai, tras su buena respuesta en el doble enfrentamiento con los maños, seguirá defendiendo la portería realista por tercer partido consecutivo. Ramírez, del Sanse, completará la convocartoria.
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Las bajas, pero también su buena adaptación mostrada en los entrenamientos, permiten que los dos últimos fichajes de la Real hayan entrado entre los 18 elegidos. Necati y Dramé tendrán su primera oportunidad de vestir la camiseta txuri urdin. Suerte a los dos. La entrada del turco en la lista provoca que Agirretxe vuelva de nuevo al Sanse, pero se mantiene con el primer equipo Sio, que ya debutó apenas unos minutos hace una semana en Zaragoza. No es fácil aventurar qué once sacará Lillo, más allá del seguro ocupante de la portería, Elustondo en el centro del campo y un triplete ofensivo formado por Marcos, Xabi Prieto y Díaz de Cerio. Dada la baja de Gerardo, también parece difícil imaginar un once sin Carlos Martínez y Castillo. Lo demás parece en el aire.
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El partido es, obviamente, un choque de escuelas futbolísticas, las que defienden sus dos entrenadores: el fútbol de toque ofensivo de Lillo frente al resultadismo de Clemente. Algunos han demostrado durante la semana más interés en ver una confrontación entre Lillo y Clemente fuera del campo de fútbol, en las salas de prensa, pero el entrenador realista es mucho más inteligente que eso y no ha caído en la trampa. Afortunadamente. Sobre el campo, resulta curioso que estos dos técnicos sólo se hayan enfrentado en una ocasión. En la temporada 98-99, el Betis de Clemente venció por 1-0 al Tenerife de Lillo. Tres semanas después de aquel partido, el hoy entrenador realista era cesado.
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Clemente también gana en sus estadísticas frente a la Real. De los 24 partidos disputados, sólo en cuatro ocasiones ha podido vencer la Real a los equipos del rubio de Barakaldo. No obstante, en once ocasiones se produjo un empate, el resultado más repetido. El hoy técnico del Murcia se ha sentado en cuatro ocasiones en el banquillo visitante de Anoeta, con un saldo de una victoria, dos empates y una derrota. Su última visita al estadio realista se produjo en la temporada 2005-2006, con el Athletic. El partido finalizó con empate a tres goles. Fue el día que Skoubo maravillo y Nihat marcó dos goles.
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Contra el Murcia, la Real mejora las estadísticas que presenta contra Clemente. Realistas y pimentoneros se han enfrentado en doce ocasiones, todas ellas en Primera División. El conjunto txuri urdin venció en siete de esos partidos y perdió sólo en dos (curiosamente, en dos temporadas consecutivas, la 87-88, a pesar del subcampeonato que alcanzaron los de Toshack, y la 88-89). La última vez que el Murcia jugó en San Sebastián fue hace cuatro años, en abril de 2004. Entonces, los murcianos llegaron como colistas, ya con Toshack de entrenador, y casi descendidos. La Real venció con dos goles de Nihat en un partido que no fue nada cómodo y en el que, de hecho, el Murcia marcó dos goles que no subieron al marcador, uno por fuera de juego y el otro por no conceder el árbitro una clara ley de la ventaja.

jueves, septiembre 11, 2008

La ilusión, la grandeza y el Olimpo

No dejo de pensar en aquella Real que logró el subcampeonato en la temporada 2002-2003. Fue un año demasiado feliz como para olvidarlo. Ni puedo ni quiero olvidarlo. Y recuerdo, en especial, tres fechas. El partido que sirvió para devolverme la ilusión, el partido en el que la Real me confirmó que era grande y el partido en el que el equipo txuri urdin subió al Olimpo. Tras días inolvidables dentro de una temporada aún más inolvidable.

El día que recuperé la ilusión es, probablemente, un partido del que no todo el mundo se acordará. Fue en Anoeta, frente al Betis, en la tercera jornada de Liga. La Real ni siquiera ganó aquel partido. Aquel día, después de varios años de sufrimiento, el equipo de Denoueix jugó al fútbol como los ángeles. Tuvo decenas de llegadas al área y de ocasiones de gol. Con un partidazo inmenso de Darko, debió ganar en el descuento con un remate al larguero de Llorente, pero no ganó. Empató. Pero me devolvió la ilusión por el fútbol. Y eso era más importante que tres míseros puntos.

El día en que la Real se hizo definitivamente grande tampoco acabó con triunfo txuri urdin. Fue en su visita al Bernabéu, en la jornada 10. La Real llegó como líder al estadio del Madrid y salió como líder. El empate a cero final no hizo justicia a lo que se vio en el campo, un auténtico duelo de titanes, un hermoso espectáculo deportivo en el que pudo ganar cualquiera. Y cuando se tienen opciones de ganar en el campo de un equipo que cuenta con jugadores de la talla de Casillas, Ronaldo, Zidane, Roberto Carlos o Figo, sólo hay una conclusión posible: el equipo es grande.

El día en que la Real llegó al Olimpo fue la visita del Madrid a Anoeta, mediada la segunda vuelta. Aquel día, la Real y los realistas volvimos a soñar con que ganar la Liga era posible. Nada menos. Aquel día, vimos a nuestro equipo bordar el fútbol en una primera parte memorable ante el que podía ser en aquel momento el mejor equipo del mundo. Aquel día, la Real hizo historia. No se concretó con el título, pero ese 4-2 estará para siempre en el recuerdo de quienes lo vivimos, y más de quienes tuvimos la suerte de ocupar un asiento en Anoeta para verlo.

Se puede decir que la eliminatoria de Copa y la remontada en Zaragoza pueden servir a Lillo como el día de recuperar la ilusión, después de años muy difíciles. El problema es que Lillo no tendrá un día en el que se pueda recuperar la grandeza, porque este año (salvo machada en la Copa), no jugaremos ante Madrid, Barcelona o Athletic de Bilbao, equipos que, con su talla o su historia, puedan engrandecer al nuestro por sus méritos. Pero sí va a tener un día en que alcance el Olimpo, cada día estoy más convencido de ello. Y sigo pensando como lo hacía Lillo la temporada pasada: 21 de junio, todo es 21 de junio...

martes, septiembre 09, 2008

El día que Clemente salió de la Real

Clemente vuelve a Anoeta este sábado. La cosa tiene su morbo porque, como sabe todo el mundo, Clemente fue entrenador de la Real Sociedad. Relevó a Bernd Krauss al poco de iniciarse la temporada 99-00 y fue cesado tras las sexta jornada de la campaña siguiente. Estuvo casi un año sentado en el banquillo txuri urdin. Su Real jugó 37 partidos, ganó 10, empató 13 y perdió 14. Marcó 37 goles, apenas uno por partido, y encajó nada menos que 51. A pesar de que la gente confesaba al final que esperaba no sufrir tanto con Clemente, fue suficiente para que la Real no bajara a Segunda División en su primera campaña (la primera en la que el equipo realista luchó por ese objetivo en su historia moderna).
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Pero hay una historia de Clemente que no todo el mundo conoce o recuerda, y es la forma en que el técnico vizcaíno salió de la Real. Todo el mundo sabe lo que figurará en los libros de historias, en las estadísticas, que en su segunda temporada sólo aguantó seis partidos. Que en ese periodo de tiempo sufrió tres goleadas vergonzantes (entre ellos el 0-6 del Barça en Anoeta que, todavía hoy, es la derrota más abultada de la Real como local en Anoeta) y el partido suspendido en Montjuic por la lluvia, aquel en el que ese malísimo árbitro que es Medina Cantalejo obligó al equipo txuri urdin a saltar al campo con una camiseta suplente roja del Espanyol, sin el escudo de la Real.
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Clemente cayó cuando su Real hizo el ridículo en Vallecas el 22 de octubre del año 2000. 4-1 fue el resultado final. Increíble tanto para los aficionados realistas, que todavía recordaban días más gloriosos, y para los vallecanos, que veían a su equipo goleando a un histórico. Y eso que Asper, el portero sueco que Clemente trajo, detuvo un penalti en el descuento para maquillar un partido nefasto. Pero aquel día no pasará a la historia por la destitución de Clemente (que en realidad se produjo al día siguiente, tras el regreso del equipo a San Sebastián). Aquel día fue inolvidable porque el estadio del Rayo Vallecano, un lugar en el que se tiene mucho aprecio por el equipo y la afición txuri urdin, cantó en su totalidad el grito de "Clemente, vete ya" que iniciaron los pocos realistas que aquel día estuvieron en sus gradas.
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Tito Irazusta, en El Diario Vasco, lo contaba de esta forma: "Vallecas fue un clamor en la demanda de la marcha de Clemente de ese banquillo en el que casi ni asomó. Aunque debe constar también que a continuación gritaban un ¡Aupa la Real! para diferenciar conceptos, esa palabra que tanto le gusta al míster. Y no sólo era un grupo de seguidores de la Real los que se dejaban oír, que ya hubiera bastado para tenerlo en consideración, porque fue todo Vallecas el que se unió al repertorio, sacándonos los colores. Es que así no vamos a ninguna parte". Clemente, en la rueda de prensa que dio tras el partido lo explicó así: "Lo de la afición del Rayo cantando Clemente, vete ya es como de cachondeo. En Anoeta sólo grita eso un grupo reducido, que los tengo localizados y sé quiénes son".
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Clemente volvió a hablar de este asunto al día siguiente, pero con su destitución, que se produjo horas después, esas palabras cayeron bastante en el olvido. El Diario Vasco recogía este entrecomillado: "Lo de Vallecas fue un cachondeo. Sé que son madrileños de una Peña de la Real. Desde luego mostraron muy poco respeto hacia el entrenador de la Real". Entiendo que un día después la noticia era la destitución y no este asunto, pero esa transcripción dejaba mucho que desear. Yo oí esas declaraciones íntegras gracias a que me las permitió escuchar Gorka Reizabal, uno de los periodistas que más ha querido y quiere a la Real. Y no se limitó a decir eso. Cuando dijo "madrileños" lo dijo en un tono insultante, convencido de que por ser "madrileños" no podíamos ser de la Real. Dijo que él sabía "lo que hay en Madrid", y que ya podíamos hacer lo que quisiéramos por la Real, que sólo seríamos "madrileños".
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Yo estaba en las gradas de Vallecas aquel día. Yo formaba parte de esas decenas de aficionados realistas que estaban viendo atónitos como el Rayo goleaba a los nuestros, como ese equipo no se parecía en nada a la Real que todos soñábamos. Es más, yo cogí un bombo en un momento dado e impulsé el grito de "Clemente vete ya". Y pedí a los aficionados rayistas que estaban junto a nosotros que se sumaron, algo que hicieron, insisto, por cariño a nuestro equipo. Y aquel día, en las gradas y con la camiseta de la Real, había madrileños, sí. Y vascos. Y extremeños. Y castellanos. Pero, por encima de todo, lo que había era realistas. Todos teníamos en común una cosa: nuestro corazón txuri urdin. Clemente sí que nos faltó al respeto otorgándose la potestad de repartir carnets de realista entre los aficionados que él quiera. No defenderle a él era, por lo visto, no defender a la Real.
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Lo más gracioso es que ese desprecio a los aficionados realistas lo proclamaba alguien que no entendía la Real en absoluto. Alguien que decidió fichar nada menos que cinco jugadores extranjeros ese mismo verano, de los cuales sólo Tayfun era interesante, tras haber incorporado a otros dos en el anterior mercado invernal. Alguien que contribuyó a cavar la fosa económica en la que todavía nos hallamos con un dispendio incomprensible, que ascendió a más de 4.000 millones de pesetas, en fichajes que nadie conocía (lo de los 400 millones por un tal Peiremans, jugador que ni siquiera llegó a debutar con la Real por venir lesionado en una rodilla forma parte de la historia más triste de este equipo; y todavía recuerdo a Clemente mofarse de los periodistas porque nadie se había enterado de esa operación antes de que se hiciera).
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A mí aquel día no me avergonzó el grito de los aficionados rayistas. Al contrario. Me llenó de orgullo porque era un grito nacido desde el cariño y el respeto a un equipo otrora admirado, un equipo que ya está empezando a volver tras los años más oscuros que muchos hemos vivido. Me resultó curiosa la ironía de ver, esta misma temporada, el debut de Clemente en Segunda con el Murcia. En Vallecas. Y perdió. Ahora vuelve a Anoeta. Y confieso que es uno de los partidos que más ilusión me hace ganar esta temporada...

sábado, septiembre 06, 2008

ZARAGOZA 2 - REAL SOCIEDAD 2. Punto de carácter, punto de ilusión

La Real lleva tanto tiempo empeñada en convertir sus partidos en auténticas montañas rusas que lo de hoy no sorprende. Bueno, sí sorprende porque esta vez ha pasado a favor. Cuántas veces habremos visto al equipo txuri urdin dilapidar una ventaja de dos goles... Pero hoy hemos visto dos caras de esta Real. Una primera parte de nerviosismo incomprensible, de errores de juveniles y de dos goles encajados en muy pocas ocasiones del Zaragoza. Pero la segunda mitad ha sido sencillamente espléndida, ha llegado para empatar y se ha podido ganar. El punto es muy importante y casi todos lo hubiéramos firmado antes del encuentro. Pero ¿con qué nos quedamos? ¿Cómo se evalúa esto? La respuesta, al menos para mí, es obvia: por ilusión y por carácter, hay que quedarse con lo bueno.

Y de bueno ha habido mucho, aunque lo primero que hemos vivido ha sido lo malo. Y ha sido muy malo. En el minuto 1 ya iba perdiendo la Real y en el 11 el partido apuntaba a tragedia con el segundo gol del Zaragoza, ambos de Ewerthon. Un error de Castillo (que se ha resarcido con el pase a Díaz de Cerio para el gol del empate) propipió el primer gol, pero no fue el único que se cometió en la retaguardia txuri urdin. La defensa parecía de mantequilla, hacía pases inverosímiles y no efectuaba con acierto controles de balón que cualquier chaval sí es capaz de hacer en la calle. El 2-0 era casi una buena noticia viendo lo que había sucedido. Pero sobre todo por el nerviosismo de la Real, porque el equipo de Lillo (hoy de Caneda, puesto que el entrenador, sancionado, vio el partido desde el palco) incluso tuvo más posesión de balón durante unos primeros 45 minutos para olvidar.

El nerviosismo de la Real se antoja, en todo caso, bastante incomprensible y hay que revertirlo cuanto antes. El partido de Copa había dejado unas sensaciones muy buenas y la visita a La Romareda es de esas en las que, en realidad y a priori, no pasa nada por no sacar un gran resultado. Pero la Real dilapidó la mejor arma de la que disponía de cara al partido: el nerviosismo que se podía apoderar de los aficionados zaragocistas. En el minuto 1 se había tirado por la borda esa posiblidad. Y es una pena, porque el nerviosismo se empezó a ver entre el público ya desde el comienzo de la segunda parte. ¿Qué hubiera pasado si esas sensaciones hubieran estado presentes desde el comienzo? ¿Qué hubiera pasado si la Real hubiera conseguido adelantarse?

Pero algo pasó en el descanso y el equipo reaccionó como no lo ha hecho en demasiados partidos de los últimos años (me viene a la memoria la última victoria en Primera, 0-1 ante el Celta en el descanso, 3-1 y locura al final, cuando todavía la salvación se veía como algo posible). En los dos primeros minutos, la Real ya había tenido tres situaciones en torno al área zaragocista. Nada de excesivo peligro, pero sí lo suficientemente significativo como para pensar que algo había cambiado. Y algo había cambiado (los jugadores confesaron que Lillo les dijo en el vestuario que apostaba por puntuar en La Romareda), ya lo creo, aunque en realidad el Zaragoza tampoco tuvo tantas ocasiones de machacar a la Real en la primera mitad. El gol de Marcos (que está haciendo un comienzo de temporada espléndido y mucho más goleador de lo que muchos esperaban) certificaba la posibilidad de una remontada.
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El Zaragoza apenas tuvo jugadas de peligro en toda la segunda parte, pero sí es verdad que tuvo una espléndida del mejor jugador local, Ewerthon, que lanzó un balón al palo. Fue un oasis para los maños en medio del desierto que era para ellos el juego txuri urdin. El dominio de la Real en la segunda mitad fue absoluto, las ocasiones numerosas, el fútbol espléndido. Pero Lillo hacía el mejor resumen: "un buen resultado para como estaba el marcador y un muy mal resultado en función de las ocasiones y el juego realizado por el equipo". El Zaragoza tuvo mucha efectivadad en las escasas oportunidades que tuvo y la Real creó muchas situaciones de peligro pero no fue capaz de marcar más que dos. "Más que dos". Sólo escribir esto (o decirlo, en el caso de Lillo) denota la ambición de este equipo. Perdiendo 2-0 en Zaragoza, ante el conjunto más fuerte de la categoría, y el empate, al final, sabe a poco. Pero el punto es un punto de carácter, un punto que se lleva un equipo que acaba los partidos siempre en el área rival.

Quizá todavía la historia reciente de este equipo impida que muchos se queden con lo bueno. Yo no tengo dudas: me quedo con que la Real, hoy, ha merecido ganar en Zaragoza, como ya le ganó el miércoles en Anoeta. Ha marcado dos goles en uno de los campos más difíciles de la categoría. Ha recuperado a su Pichichi del año pasado con el tanto de Díaz de Cerio (sin duda, el primero de los muchos que va a marcar en la temporada). Ha demostrado, pese a encajar dos goles, que sigue teniendo un portero seguro, por mucho que el titular, un internacional, no haya jugado. Tiene la calidad de jugadores como Xabi Prieto y Marcos para hacer creíble la apuesta por un fútbol ofensivo y hermoso. Y sabe sobreponerse a todas las adversidades que le caigan encima como losas. La baja del capitán y un 2-0 en contra no han sido obstáculo para que esta Real muestre lo que lleva dentro. Que es muchísimo.
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Hoy, pese a la caraja inicial, es un día para sentirse orgulloso de este equipo. Para felicitar a los jugadores que han sabido sobreponerse a una situación que tantos puntos nos ha quitado en los últimos tiempos. Para felicitar al entrenador, que sigue apostando por una idea de fútbol contra viento y marea, por un estilo que va a llevar a la Real a Primera División. Y para felicitar a todos los que en el descanso hemos mantenido la fe en que se podía sacar algo positivo de La Romareda. En la primera jornada, dije que esta Real puede. Después de la clasificación copera, añadí que puede haciéndolo bien. Hoy se me han empezado a disipar muchas de las dudas que podía tener. Si certificamos el sábado que viene ante el Murcia que Anoeta se convierte en un fortín, el sueño que se debe hacer realidad el 21 de junio del año que viene está cada día más cerca.

(Nota: Las imágenes son capturas de cómo he podido ver la retransmisión del encuentro por Internet. No tiene ningún sentido que las cadenas autonómicas no puedan ofrecer el partido de Segunda por satélite o por Internet. No tiene ningún sentido que los aficionados sigamos siendo las víctimas del contencioso televisivo entre dos empresas privadas que ni nos va ni nos viene. QUEREMOS VER A NUESTRO EQUIPO)

viernes, septiembre 05, 2008

PREVIA Zaragoza - Real Sociedad. A confimar las buenas sensaciones

La Real busca en Zaragoza (sábado, 18.30 horas, La Romareda; ETB-1, Aragón Televisión, Canal Sur, TVG, Televisión Canaria, TV3, Televisión Balear, Televisión de Murcia; y posiblemente Televisión de Castilla-La Mancha, pero no es seguro) la confirmación definitiva de las buenas sensaciones que ha dejado con los dos primeros partidos oficiales, más en el segundo que en el primero, y durante la pretemporada. Sacar algo positivo de tierras aragonesas, ante un equipo que sigue siendo uno de los favoritos al ascenso (que nadie cometa el error de menospreciarle por su mal comienzo de temporada), sería el espaldarazo definitivo para el fútbol que pretende hacer la Real de Lillo y la confirmación de que este año puede ser mucho más bonito que el debut txuri urdin en la Segunda División. Más bonito en cuanto a fútbol y en cuanto a resultados.

El once va a sacar Lillo en Zaragoza presenta algunas incógnitas. Lo que sí es seguro es que el técnico realista cuenta con tres bajas, las ya conocidas de Markel Bergara (por lesión) y Claudio Bravo (por estar con su selección) y la de Mikel Aranburu, que tuvo una pequeña rotura en el partido de Copa del miércoles. Necati no está en la lista, después de que el mismo delantero turco admitiera que aún no está en la forma necesaria para ayudar al equipo, lo que vuelve a dejar a Díaz de Cerio como único delantero de la plantilla para este partido. No obstante, Agirretxe también está en la convocatoria, junto con Giovanni Sio, el extremo izquierda francés del Sanse que ya disputó algún partido amistoso con el primer equipo tanto en esta pretemporada como en la campaña anterior.

El otro fichaje realista de última hora, Dramé, tampoco se ha metido en la lista de 18, aaunque a priori parecía contar con más opciones debido a que Castillo acabó tocado el encuentro copero ante los maños. Zubikarai volverá a ocupar la portería después de su buena actuación del miércoles (Ramírez será el portero suplente, como ya lo fue el miércoles) y la defensa es bastante probable que se parezca más a la del debut liguero que a la del partido de Copa, con Labaka, Mikel González y Castillo, más Gerardo si el técnico decide salir con una línea de cuatro. Es el primer partido que juega la Real como visitante, y lo hace ante un rival potente (que además de estar necesitado, debuta en casa), por lo que será interesante ver qué sistema defensivo es el que escoge Lillo para la ocasión. Elustondo, Xabi Prieto y Marcos parecen seguros, pero habrá que ver quién es el sustituto de Aranburu.

Hasta ahora, el comienzo de la Real es inmejorable. Dos partidos oficiales que se han saldado con sendas victorias. Todavía no ha encajado un solo gol, han jugado todos los jugadores disponibles del primer equipo (cierto es que no son muchos, pero es importante que todos se sientan importantes) y está convirtiendo Anoeta en el ansiado fortín que todos queremos. Y si a eso añadimos las fases de espléndido juego demostrado ante el Zaragoza de Marcelino, poco más se puede pedir. Zaragoza, en este sentido, puede ser una buena prueba de fuego. Un rival herido, con una afición que puede estallar si la Real cobra ventaja en el marcador, puede evidenciar las verdaderas posibilidades de este equipo. La seguridad demostrada en casa y en Copa debe tener su reflejo fuera y en Liga. Los grandes equipos son los que sobreviven a los ambientes más complejos. Suben quienes están fuertes en casa y fuera demuestran carácter.

Aunque en los últimos años ha sido un campo poco propicio (una sola victoria en los últimos diez partidos disputados, en la 2005-2006, 0-1, gol de Xabi Prieto de penalti), lo cierto es que la Real no presenta estadísticas demasiado adversas en La Romerada. En Segunda División han jigado tres partidos, los tres de forma consecutiva en los años 40, y se saldaron con una victoria maña, otra realista y un empate. Igualdad absoluta, por tanto. En Primera se han visto las caras en muchas más ocasiones, ya que estamos hablando de dos históricos del fútbol español. Nada menos que 45 partidos han jugado en la máxima categoría, de las cuales la Real ha ganado ocho y empatado otras 15. En otras palabras, la Real saca algún punto en la mitad de los partidos y tiene una media de más de un gol por partidos en sus visitas a la capital aragonesa, lo que no es nada desdeñable.

La última vez que midieron sus fuerzas en La Romareda fue en la temporada que acabó con el descenso de la Real, la 2006-2007. El equipo txuri urdin que ya entranaba Miguel Ángel Lotina ofreció un compendio de todo lo que provocó el hundimiento en el pozo. La Real se adelantó gracias al único gol que marcó Germán Herrera en su afortundamente breve estancia en el equipo. Pero se dejó remontar, a pesar del buen fútbol que por momento se desplegó, por cobardía... y por decisiones arbitrales más que dudosas. Igualó Aimar ya en la segunda parte y el árbitro, Megía Dávila, regaló al Zaragoza el penalti que le puso por delante a quince minutos del final. Ewerthon puso la puntilla y, para mayor dolor en el corazón txuri urdin, Díaz de Cerio (en la imagen) anotó en el descuento el gol que dejaba la derrota en la mínima diferencia, pero sin tiempo para nada más. Aquel día, la Real cayó al último puesto de la tabla, culminando la racha que definitivamente, y pese al arreón final, dio con sus huesos en Segunda. Nada menos que siete derrotas y un empate en ocho partidos. Y con Lotina de entrenador.

miércoles, septiembre 03, 2008

REAL SOCIEDAD 1 - ZARAGOZA 0. Adelante... y mereciéndolo

La Real ha pasado la eliminatoria de Copa. Sólo escribir esa frase ya es una gozada, porque no estamos en absoluto acostumbrados a tener noches felices en esta competición. Pero es que, además, el equipo txuri urdin se ha ganado el pase con fútbol y con mucha seguridad. Hoy tenemos muchas grandes noticias, muchos aspectos que celebrar y hay que ser conscientes de ello. Llevamos tanto sufriendo que las pequeñas satisfacciones hay que disfrutarlas como si este equipo estuviera luchando por los grandes objetivos a los que su historia le obliga. Hoy sólo se ha ganado la primera eliminatoria de la Copa. "Sólo". Pero cuánto vale hacerlo después de lo que llevamos vivido en los últimos tiempos, en casa y frente a un rival como el Zaragoza, el más difícil que podía haber tocado en esta primera ronda.

En términos futbolísticos, lo de hoy ha sido un importante paso adelante con respecto al partido del pasado sábado ante Las Palmas. En la primera parte, el movimiento de balón ha sido bueno, pero ha costado llegar con peligro a la portería de López Vallejo. Aunque la primera ocasión clara, nada más comenzar el encuentro, fue para Ewerthon, los primeros 45 minutos pudieron acabar con un gol de Gerardo. Nada más salir de vestuarios, Marcos adelantó a la Real con su primer gol como txuri urdin, después de recibir un gran pase de Elustondo que rompió la adelantada defensa zaragocista. Y a partir de ahí, la Real fue el equipo que debe ser, el que quiere Lillo, el que todos deseamos ver. Mostró seguridad y aplomo, en ningún momento sufrió y el resultado no pareció correr peligro en ningún momento.

Antes del partido, la noticia estaba en la portería. Eñaut Zubikarai debutaba con el primer equipo y lo hacía con una prueba de auténtico nivel. Después del partido, su nota es de sobresaliente. "El día soñado", reconocía el portero tras el partido. Para todos los que llevamos la Real muy dentro, una enorme satisfacción. Sin tener excesivo trabajo, todo lo que le llegó lo solventó con categoría, demostrando que no era ninguna barbaridad apostar por él para los partidos que Bravo se verá obligado a perderse por estar con su selección. El suyo era el único nombre confirmado antes del partido en el once, ya que Lillo no había dado demasiadas pistas. La sorpresa es que el técnico decidió salir al verde de Anoeta sin delantero, ya que el único disponible, Díaz de Cerio, se quedó en el banquillo.

Y con este sistema, que seguro hizo torcer el gesto a más de uno antes del pitido inicial, la Real demostró que se puede jugar al ataque y llevando peligro, sobre todo en la segunda parte. La versatilidad de esquemas que está planteando Lillo puede ser uno de los motivos que lleve a esta Real al éxito. Y si no, al tiempo. La defensa de tres recuperó las buenas sensaciones de la pretemporada, desterando los fantasmas que dejó la primera parte del debut liguero, aunque sí es cierto que hubo algunas imprecisiones en pases hacia atrás. Nada que no sea normal a estas alturas de la temporada y nada que pueda ocultar la espléndida respuesta del equipo en la segunda parte, que árrancó numerosos aplausos de la grada con buenas jugadas en ataque. Lillo vio una mejora con el balón, pero cree que este equipo puede dar todavía más de sí mismo. Otra buena noticia, el margen de mejora que este equipo tiene.

El éxito de la Real en esta eliminatoria copera ha pasado, por descontado, por el gol del minuto 1 de la segunda parte. La Real supo jugar a favor de corriente. Pero que a nadie se le olvide que llevamos unos cuantos años viendo cómo la superioridad numérica o en el marcador no era en asboluto sinónimo de victoria. Hoy la noticia está en el aplomo de este equipo. Buena parte de culpa la tiene Elustondo, que ha sabido conducir al equipo, ha sacado muy bien el balón y ha tenido incluso llegada para disparar a puerta, lo que es muy notable teniendo en cuenta que jugaba de pivote único. Estrada también tuvo un papel destacado en un once en el que no estaban las auténticas figuras de este equipo, Xabi Prieto (hizo grandes cosas en segunda parte, que disputó íntegra) y Díaz de Cerio.

Qué distintas pueden ser las sensaciones con el mismo resultado. Qué distinto fue el 1-0 del sábado pasado ante Las Palmas con respecto a este 1-0 ante el Zaragoza. Hace cinco días, la victoria fue inmerecida. Hoy ha sido merecida. Muy merecida. La Real ha sido superior al Zaragoza, y que a nadie se le olvide que éste es uno de los equipos que está llamado a luchar con el nuestro por los puestos de ascenso, que tiene una plantilla prácticamente de Primera. Se ha ganado y se ha merecido. "Hoy se han dado las dos cosas, que es lo lógico", dijo Lillo, recordando que el pasado sábado se lamentó de que la Real no hubiera merecido la victoria cosechada. Lillo, por cierto, fue expulsado (primera vez en su carrera) por protestar una serie de tarascadas de jugadores zaragocistas sobre Xabi Prieto. Qué rapidez tienen los árbitros para sacar tarjetas por protestar y qué poca valentía para cortar las entradas violentas.

Lo de hoy es importante porque supone acabar, aunque sea con un pequeño paso hacia una segunda eliminatoria en la que todavía no habrá un rival de Primera, con la maldición de la Copa. Anoeta no veía una clasificación txuri urdin en esta competición desde enero de 1998, cuando tres goles de Kovacevic y uno de Gica Craioveanu certificaban con un 4-2 el pase a la siguiente ronda. Y es que no han sido muchas las tardes coperas felices que este equipo ha pasado hasta ahora en Anoeta. Pasó dos eliminatorias en el nuevo estadio en la temporada 93-94, ante Figueres y Hércules; otra más la temporada siguiente ante el Mérida; y en la 97-98, antes de superar al Xerez se hizo lo propio con el Burgos. La de hoy es la sexta ocasión en quince años, que se dice pronto, que la parroquia txuri urdin sale de las gradas de Anoeta celebrando el pase en la Copa. Por eso, hoy es un día para celebrar.

El sábado, el segundo asalto contra el Zaragoza, esta vez con tres puntos en juego. Hoy la Real ha demostrado que puede ser mejor que el equipo maño. Hoy la Real ha vuelto a ganar (dos partidos, dos victorias, las dos en Anoeta -ese fortín añorado la pasada temporada-, dos veces la portería a cero). ¿Será posible que, esta temporada, de una vez por todas, nos acostumbremos a tener estas sensaciones de felicidad...?

martes, septiembre 02, 2008

PREVIA Real Sociedad - Zaragoza. Que la Copa vuelva a ser ilusionante

La Copa del Rey es un torneo ilusionate para casi todos los equipos. Para la Real hace ya muchos años que dejó de serlo. Pero lo bueno del fútbol es que siempre ofrece momentos para la redención. El equipo txuri urdin afronta una nueva oportunidad de recuperar ese carácter festivo y alegre en la Copa (miércoles, 20.00 horas, Anoeta, sin televisión) frente a un rival de categoría, el Zaragoza. Lillo debuta en la competición asegurando que la Real no tiene intención alguna de tirar la eliminatoria. Y ojalá sea así, porque la Copa es siempre una valiosa herramienta para reforzar la moral y, además, la única posibilidad de que un equipo de Primera División acabe visitando Anoeta este año. La Real cuenta con la ventaja de jugar en casa el partido único de esta eliminatoria, algo que no había podido hacer hasta ahora en temporadas precedentes.

Debido al absurdo atraso de la Federación en este torneo, que tan poco se valora incluso desde los estamentos que la organizan, la Copa es la única competición en la que sólo se pueden convocar 16 jugadores. Y la noticia de la lista de la Real, aunque ya era conocida, está en la portería. Bravo está concentrado con su selección y se perderá los dos partidos frente al Zaragoza, el de mañana de Copa y el del sábado ya de Liga. Zubikarai debutará con el primer equipo y tendrá el mejor escaparate posible para ponerle las cosas difíciles al chileno. Que debute un jugador procedente del Sanse es siempre una gran noticia. Que además sea portero, un puesto en el que han jugado tantas figuras en este equipo, multiplica esa ilusión. Suerte Eñaut. Ramírez, del Sanse, estará en el banquillo.

Lillo no ha tirado en esta ocasión del Sanse para completar la convocatoria y ha dejado fuera de la misma a Agirretxe. La decisión sorprende puesto que el único delantero que hay en la lista es Díaz de Cerio, que además la semana pasada sufrió algunas molestias. Lillo tendrá que improvisar un delantero si Iñigo no aguanta los 90 minutos (que podrían ser 120 si hay empate). De la alineación que saldrá poco se sabe. El técnico ha dicho que introducirá algunos cambios, aunque no serán demasiados puesto que la escasa amplitud de la plantilla no lo permite. Quizá Diego Rivas disfrute de su primer partido como titular en esta segunda etapa en la Real. Labaka es el tercer jugador que entró en la lista para el partido frente a Las Palmas que tendrá que ver la eliminatoria copera desde la grada.

Nadie puede decir antes del partido si será bueno o malo que el rival sea el Zaragoza, puesto que experiencias con equipos mucho más modestos ya nos sacaron los colores con demasiada frecuencia. Nadie podrá decir si es mejor jugar ahora contra los equipos fuertes o con el campeonato más avanzado. Nadie puede decir si será bueno o malo jugar dos partidos consecutivos contra los maños en dos competiciones tan distintas como la Liga y la Copa. Lo que sí está claro es que el equipo aragonés llega necesitado. Recién descendido a Segunda División y con una derrota en la primera jornada, el Zaragoza de Marcelino busca una alegría para arrancar de verdad en su paso por la categoría de plata. Y la Copa podría dársela ya que, como la Real, el Zaragoza no está dispuesto a tirar por la borda esta competición. Eso hace pensar que el partido puede ser abierto, bonito y vibrante.

La maldición que arrastra el equipo realista en la Copa dura ya dos décadas. Desde que en las semifinales de la campaña 87-88 eliminara al Real Madrid con aquella inolvidable goleada 0-4 en el Bernabéu, no ha conseguido eliminar a un solo equipo de Primera División. Pero es que últimamente ni siquiera llega a jugar contra ellos, siendo el último rival de la máxima categoría el Atlético de Madrid (en la temporada 98-99, y porque el equipo se clasificó aquel año para la UEFA y entró en la Copa en octavos). La Real no supera una eliminatoria del torneo del K.O. desde el 27 de octubre de 2004, cuando superó por 1-3 al Burgos en la primera ronda, a partido único, aunque después cayó ante el Mirandés en los penaltis. La última victoria en casa fue hace dos años, el último en Primera. El 2-1 frente al Málaga no sirvió para remontar el 4-1 adverso de la ida. ¿Será ésta, por fin, la ocasión que esperamos para que la Copa vuelva a ser ilusionante?

Esta será la cuarta vez que Real Sociedad y Zaragoza se ven las caras en la Copa. El equipo txuri urdin ganó las dos primeras, en las temporadas 56-57 (1-0 en el partido de desempate, tras dos igualadas previas) y 70-71 (sólo hubo un gol en los dos partidos, conseguido en La Romareda por Marco Antonio Boronat). La última vez que jugaron ambos equipos ya fue a un sólo partido, en la temporada 02-03. Fue la última vez que los maños pasaron por la Segunda División y cuando la Real luchó por ganar la Liga. Pero ni siquiera aquel grandísimo equipo consiguió sorterar la maldición copera. A pesar de que De Pedro empató a un gol al transformar un penalti que dejó al Zaragoza con diez jugadores, el equipo maño consiguió ganar 3-1. Una humillación más de las muchas que ha vivido el equipo realista en esta competición durante las dos últimas décadas.
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Como la de la temporada pasada, en el campo de Las Palmas. La Real que entrenaba Chris Coleman se presentó en las islas habiendo perdido el primer partido liguero en Anoeta frente al Castellón y después de ganar al Eibar en Ipurúa, con ganas de que la Copa certificara el potencial del equipo. Pero el batacazo fue mayúsculo. El conjunto canario se quedó con diez jugadores nada más comenzar el partido, en el minuto dos, por roja directa a Juanpa. Un gol en una falta lateral, en la que Riesgo fue claramente obstaculizado (en la imagen) colocó en ventaja a los locales mediada la primera parte. Y a partir de ahí la Real demostró una impotencia impropia de un equipo que aspira a lo más grande. A pesar de que jugó 88 minutos con un jugador más, cayó. Como casi siempre. Ojalá cambie la historia.

lunes, septiembre 01, 2008

Ecos de la primera jornada

Ha llegado el fútbol, pero eso no ha acallado todo lo que rodea a la Real. Todo lo negativo, habría que decir. Es sorprendente cómo se ha aprovechado hasta el último segundo para criticar todo lo criticable, para hablar sin tener en cuenta que el sábado debutaba el equipo, para centrar la atención en cuestiones que nada tenían que ver con la presencia de Las Palmas sobre el verde de Anoeta. Desde los fichajes a los no-fichajes, pasando por el tema de los médicos o, por descontado, la gestión de Badiola en estos y otros asuntos. ¿Por qué todo parece importar más que lo que hagan los 14 jugadores que saltan al campo con la camiseta y el escudo de la Real? No lo entenderé y, desde luego, no lo alentaré. Lo más importante sigue siendo lo que haga el equipo txuri urdin cada fin de semana. Y el pasado, el primero de esta nueva y larguísima Liga de Segunda, la Real ganó.

Ganó por muchas cosas, pero la esencial fue la suerte. Porque no mereció el 1-0 final, sobre todo durante la primera hora de partido. Pero la pasada temporada nos dejó con cara de tontos en bastantes partidos que debieron acabar con resultados mucho más claros para la Real que el exiguo tanteo que lució el marcador de Anoeta el sábado. Así es como se sube. Ganando partidos que no se merecen, además de los que se merecen, y aprovechando las jugadas a balón parado. El año pasado a estas alturas la Real vivía en un velatorio, con los dos goles que marcó el Castellón en aquel debut en Segunda. Hoy vive feliz. Consciente de todo lo que falta, pero feliz. Zaragoza y Murcia, dos recién descendidos, se han encontrado ahora con ese sopapo de realidad que ya vivió la Real hace un año. Sacarles ahora tres puntos puede que no signifique mucho. Pero es interesante.

Como interesante fue ver que Geijo marcaba el primer gol del Levante o que Delibasic metiera dos con el Hércules, algo que no hizo en la Real en todo el año pasado. ¡Ya se preparaban las afiladas plumas de algunos para atacar a Badiola por las actuaciones de ambos delanteros, sin duda! Pero ganó la Real y se acallaron por ahora las críticas, algunas muy malintencionadas. Como las que tratan de equiparar el fichaje el año pasado de Morgado con el traspaso de Balenziaga al Athletic. No conozco a ninguno de los dos jugadores. No sé si el ya ex realista es mejor que el lateral que se queda en el Sanse. Lo que sé es que Morgado llegó en el único momento que podía llegar, el año pasado, antes de que el Athletic se lo llevase por la mano, y que Balenziaga se ha ido única y exclusivamente porque la Real necesita el dinero. Si en junio se hubiera ascendido, los dos se estarían jugando el puesto en el Sanse y los galones para suplir a Castillo en el futuro... si demuestran ser mejores que el ahora titular en el primer equipo.

También hubo grandes dosis de oportunismo para valorar la situación de la portería de la Real. Siempre he defendido que el arquero txuri urdin debe ser de la cantera. Por principios y por historia. Pero eso no me impide decir claramente que Westerveld y Bravo han sido (es, en el caso del chileno) magníficos guardametas para la Real. Yo hubiera preferido que Asier Riesgo se quedara, pero la mejor oferta que llegó a las oficionas de Anoeta fue por Riesgo. Por Bravo no había nadie que pagara lo que el Recre ha pagado por la cesión de Riesgo. Curioso es que Riesgo, que tantos detractores parecía tener cuando estaba en Donosti, ahora sea tan defendido. Pero lo cierto es que Riesgo ayer se salió en Sevilla con su nuevo equipo, con tres paradones de lujo. Y nadie ha intentado utilizar la espléndida actuación del ex realista (que todavía lo es y volverá el año que viene) para atacar a Badiola. Curioso también, sin duda. A mí lo que me importa es que Asier gane toda la experiencia que pueda y contribuya a los 150.000 euros que dejará el Recre en las arcas realistas si consigue la permanencia.

De los nuevos fichajes que han llegado en las últimas horas, poco puedo decir, pues no los conozco, pero eran necesarios por simple cuestión numérica. Sí cabe apuntar algunos detalles sobre Necati. Si está en la Real es por el enorme prestigio que sigue teniendo pese a todo este equipo, en Primera o en Segunda, con una economía saneada o en concurso de acreedores. Son ya cuatro los turcos que han pasado por aquí. Y uno de ellos, Nihat, ha sido clave en dos de los fichajes de este año: Marcos y Necati. Con el primero estaba en el Villarreal y con el segundo ha jugado en la selección turca. ¿Por qué Nihat habla de la Real unas maravillas que no escuchamos de parte de quienes más tienen que defender a este equipo? Nunca podremos agardecerle lo bastante al grandísimo Nihat el cariño que le sigue teniendo a la Real. Pero ya lo dijo Lillo el año pasado, asombrado ante el enrarecido ambiente: luego lo arreglamos todo diciendo que somos realistas...

El equipo puede. Lo pensé el sábado, tras el primer partido. Y estoy seguro de que lo mantendré toda la temporada. La Copa, en casa y ante un grande como el Zaragoza, es una gran oportunidad para confirmarlo.