domingo, septiembre 27, 2009

REAL SOCIEDAD 2 - HUESCA 0 Tres puntos, mucho sopor y locura final

La tranquilidad no tiene sitio en Anoeta, a pesar del 2-0 final ante un Huesca peleón pero bastante inofensivo. ¿Fútbol? Más bien poco, aunque el panorama de la primera hora de partido no fue exactamente el mismo del tramo final. ¿Sopor? Muchísimo. La Real juega a una velocidad tan lenta que ni siquiera figura en los manuales, aunque los cambios modificaron la marcha para bien. En los peores momentos, sólo pequeños toques de calidad (una jugada personal de Prieto, una bicicleta de Griezmann) animaban todo, el ritmo del equipo y el ánimo del público. Pero el final sí fue una locura. Bendita locura, por cierto, porque estos últimos fueron, de largo, los mejores de la Real. Esos minutos borran parcialmente la sensación cansina y soporífera que dejó el equipo de Martín Lasarte ante un Huesca que presentó muchas limitaciones en Aneota, pero que, en realidad, dominó el tempo del partido hasta que el técnico txuri urdin dio entrada a Zurutuza.

La alineación fue la que muchos le pedían a Lasarte. Con cai nulo margen de modificación en la defensa (que, a pesar de todo, no se mostró hoy demasiado firme) y con un delantero hasta ahora incuestionable, los cambios llegaron en el centro del campo. El más esperado, el de Griezmann por Johnatan (que no llegó siquiera a actuar en la segunda parte), fue el que desniveló el partido. Pero no como Lasarte hubiera esperado. El chaval convirtió en gol casi el primer balón que pudo tocar en ventaja en todo el partido, que ya se aproximaba al descanso, con un precioso derechazo. El gol convirtió en realidad el sueño de un potrillo, y llevó la alegría a Anoeta, que por fin pudo cantar un triunfo de la Real como local. El gol maquilló una primera parte horrible, en la que las camisetas blanquiazules estaban siempre a tres metros de distancia de las de sus rivales. Eso permitió al Huesca tocar, controlar y jugar de una forma en que probablemente no podrá volver a hacerlo en toda la temporada. Oasiones de gol no tuvo muchas, aunque una salida en falso de Bravo estuvo a punto de costar el 0-1. Fue la jugada inmediatamente anterior al gol de Griezmann.

El naufragio en el fútbol realista no tiene un culpable único. Elustondo, tal y como le viene sucediendo durante toda la temporada, no controló ninguna faceta del juego, esta vez como mediocentro único. Por delante de ellos, Sergio tenía una lentitud considerable y el Huesca llevaba a Aranburu a incrustarse demasiado atrás como para ofrecer a Elustondo o a los centrales una salida de balón aceptable. Así era muy difícil que el balón llegara a los pies de los jugadores desequilibrantes. Agirretxe se pegó con la defensa oscense sin oler como ocasión de gol más que un intento de vaselina desde 40 metros. Xabi Prieto forzó un par de buenas internadas, pero sólo eso. Demasiado inconstante para lo que se le puede exigir al diez realista. Griezmann andaba algo perdido, sin apoyo alguno de los compañeros para jugar con cierta ventaja de cara al marco contrario. Y en esas llegó el gol, además con la pierna mala del extremo realista. Quizá aconteció lo que dijo Lasarte hace algunos partidos, que Griezmann tiene ángel y que éste se apareció.

Los primeros minutos de la segunda parte no cambiaron demasiado el decorado. Fueron los cambios (otra vez) los que reactivaron al equipo y le dieron esa velocidad que no tenía hasta ese momento y que muy pocas veces ha demostrado en lo que llevamos de temporada. Bueno, que entró al campo por Agirretxe, ofreció arriba pelea y presión, esa mala leche que se antoja necesaria para que esta Real durmiente agarre con fuerza los partidos. El uruguayo marcó el segundo gol del partido, su segundo esta temporada. Y eso que hasta Lasarte le sigue viendo muy diferente al jugador que quiso traer a la Real, con lo que cabe asumir que el margen de mejora de Bueno es todavía amplio. Tiene pinta de ser un fichaje rentable, que además está haciendo gol con relativa facilidad. El segundo cambio fue aún más importante. Zurutuza debutó en Liga esta temporada y sí confirmó, a diferencia de otras muchas cosas en este equipo, lo visto durante el mes de agosto. A poco que las lesiones le respeten, y cuando la Real juegue sólo con un delantero, Zurutuza parece tener un lugar fijo.

Con él, el centro del campo volvió a cobrar sentido. No es que la Real jugara unos minutos inolvidables, pero la diferencia con respecto a la primera hora fue realmente notable. Había movilidad, había alternativas y, así, empezaron a producirse llegadas claras al área rival. Y entre ellas, dos que suponen un triste suma y sigue en el devenir de este equipo en Segunda División: dos penaltis que se le escamotearon a la Real, uno sobre Estrada, que además le costó una tarjeta amarilla, y otro por mano. Dos penaltis que hoy no tuvieron trascendencia en el resultado, pero que otros días podrían tenerla. El nivel arbitral es lamentable, favorezca o perjudique. Y nadie hace nada para evitarlo. Además de eso, llegaron las ocasiones. Y el gol de Bueno. El gol que evitó el habitual sufrimiento en el descuento que provoca la costumbre de no cerrar los partidos. Será bueno que la Real cambie esa tendencia y gane sus encuentros con dos goles de ventaja.

El juego de la Real, siendo sinceros, no invita al optimismo. Parece que a Lasarte le falta todavía mucho para construir el equipo que tiene en la cabeza, por mucho carácter que asome en momentos puntuales de los partidos, nunca hasta ahora de forma constante durante 90 minutos. Pero para ser justos hay que tener en cuenta muchas cosas. Para empezar, que esta Real tiene la capacidad de hacer mejor las cosas. Mucho mejor. Por eso se le puede exigir. Pero también hay que tener en cuenta que hoy le han faltado muchas cosas. La velocidad de Nsue, que está en el Mundial Sub-20 y podría estar fuera otro mes. La falta de ritmo por culpa de sendas lesiones de Elustondo y Aranburu, o de Bueno por el retraso en su fichaje. La ausencia de la bravura de Carlos Martínez en la banda o de la calidad de Zurutuza, ya por fin solventada, en la mediapunta. Y con todo eso, la Real es uno de los tres equipos que no ha perdido todavía ningún partido de Liga. Sólo el líder, el Cartagena, y un Levante que tiene los mismos puntos de la Real, pueden presumir de lo mismo.

"Tenemos que crecer todavía en este aspecto", admitió Lasarte cuando se le preguntó por el juego del equipo. Pero cuando no se juega bien es importante ganar. Eso es lo que hasta hoy le faltaba al equipo txuri urdin, sobre todo en Anoeta (ojo, tampoco es tan fácil porque, como recordó el técnico realista esta jornada sólo registró tres victorias locales). Hoy también se ha conseguido eso, y el equipo donostiarra ha pegado el salto hasta la zona noble de la clasificación. Por descontado, es muy pronto para hacer cualquier pronóstico, pero no sería descabellado pensar que los ocho equipos que ahora encabezan la tabla, con la incógnita del recién ascendido Cartagena, sean los que opten a luchar por el ascenso. Hoy la Real se ha colocado sexta, a un punto del ascenso y a dos del liderato. Ese ha sido el primer paso. Ahora, el primer partido de altura: contra el Numancia en Soria. Ese partido puede ser una gran oportunidad para dar un puñetazo en la mesa y dejar claro que la Real tiene que optar al ascenso con más claridad que el año pasado. Y una oportunidad para que este equipo se saque la espina que los sorianos dejaron en el conjunto realista hace dos años.

sábado, septiembre 26, 2009

PREVIA Real Sociedad - Huesca. Anoeta necesita más

Anoeta y su público necesitan ver que su Real es capaz de dar más de lo que ha dado hasta ahora (domingo, 17.00 horas, Anoeta; Canal + Liga y Gol TV). El bagaje de los de Martín Lasarte como locales es hasta ahora muy discreto, tanto en juego como en resultados, y la gente acumula años de decepciones que, a poco que se prolonguen en el tiempo, pueden caer como una losa sobre este equipo, aunque algunos de sus jugadores y técnicos no protagonizaran el descenso o los no ascensos de los dos años previos. La mejor receta para frenar el galopante pesimismo que rodea a este equipo pasa por sumar de tres en tres, por acercase ya a la zona de ascenso y por colocarse entre los tres primeros lo antes posible. En todo caso, no hay que olvidar que la Real es uno de los cuatro conjuntos invictos que quedan en Segunda y que, como apuntó el técnico en la rueda de prensa anterior a este encuentro, el equipo no es un desastre. Simplemente está lejos de los sueños que nos ha recordado la celebración del centenario.

La convocatoria para el partido ante el Huesca ofrece dos novedades muy interesantes. Bravo volverá a estar bajo los palos, pero su suplente no será esta vez Riesgo, sino Zubikarai. Es verdad que Asier comenzó la semana con molestias, pero con esta lista de 18 da la impresión de que el técnico rotará a sus guardametas suplentes cuando el chileno ocupe la portería. No es una mala solución para gestionar el problema que arrastra la Real en su portería. En el grupo también estará Zurutuza, que entra en lugar de Borja Viguera. Es una buena noticia que el mediapunta forme parte de la convocatoria por primera vez, tras la lesión que se produjo en el encuentro conmemorativo del centenario ante el Real Madrid. Él fue uno de los destacados de la pretemporada y ofrecerá más soluciones a Lasarte desde la mediapunta, dada la ausencia de Nsue (que debutó en el Mundial Sub-20 con dos goles).

Con dos delanteros en la convocatoria, da la impresión de que Lasarte seguirá apostando por un esquema con uno solo y que ese, si las molestias que ha arrastrado durante la semana no lo impiden, será Agirretxe. La gran incógnita es cómo dispondrá el técnico al equipo por detrás de él. Si opta por lo visto en la segunda mitad ante el Girona, Sergio y Aranburu podrían jugar por delante de Elustondo, con Xabi Prieto por la banda derecha y Johnatan o Griezmann (ésta es la gran duda, si apostará ya por el canterano en el once inicial) por la izquierda. Diego Rivas sería el sacrificado, pero es muy probable que sea titular si Lasarte decide volver a utilizar el esquema con dos mediocentros. En ese caso, se jugarían el puesto de mediapunta Sergio y Aranburu (parece precipitado que Zurutuza sea titular, aunque quizá también podría serlo en el caso del capitán, que admitió que hace una semana notó su larga inactividad). Parece más probable la primera opción.

En la defensa no habrá cambios, entre otras cosas porque la única posibilidad sería la entrada de Labaka en el centro. No parece probable que se haga con un hueco en el once, puesto que parece haber coincidencia general en que Ansotegi y Mikel González están siendo de lo mejor en este irregular inicio de temporada. En las bandas, Lasarte ha decidido no arriesgar con De la Bella, que verá el partido desde la grada y dará una segunda oportunidad a Sarasola. Por la derecha, sucede lo mismo con Carlos Martínez, que todavía tendrá que esperar al menos una semana más para vestirse de corto. Dani Estrada seguirá ocupando ese carril. Nuevamente, la Real prescindirá de tener un lateral en el banquillo. Hasta ahora no ha habido contratiempos durante los partidos en forma de lesión o expulsión, con lo que todavía desconocemos qué fórmula puede utilizar Lasarte para solventar el escaso número de laterales de esta plantilla.

Con el nerviosismo casi por bandera desde hace demasiado tiempo, al entorno de la Real le urge una victoria. La nefasta trayectoria en Anoeta a lo largo de 2009 también necesita corregirse con tres puntos. Y el juego necesita mejorar para que el público no sienta la tentación de silbar. Pero sin estar el equipo como pensábamos (incluído el técnico) que podía estar, no hay que olvidar varias cosas. En primer lugar, la Real todavía no ha perdido, y aunque el ascenso se consigue sumando de tres en tres, no hay que menospreciar ese dato. Es muy difícil ganar a la Real e incluso marcarle gol. El Girona tuvo que anotar el gol de la jornada para batir a Bravo, lo mismo hizo el Nastic para superar a Riesgo y qué decir del golazo que marcó el Rayo en Anoeta en la eliminatoria copera. Y arriba está un Agirretxe que hoy encabeza la clasificación del Pichichi y que optará a lograr ese galardón de seguir este ritmo anotador. La Real comienza la jornada en la undécima posición con seis puntos, a tres del tercer clasificado y a cuatro del líder. Será difícil que entre en ascenso esta semana, pero es importante ganar para afrontar con tranquilidad la primera gran prueba de la temporada, la visita al Numancia de la próxima semana.

Sólo hay un precedente de enfrentamiento entre estos dos equipos, el de la temporada pasada. El Huesca llegó a Anoeta por encima de la Real en la clasificación, pero salió derrotado en un partido sencillamente horrendo. Fue gracias a un solitario gol de Castillo, el único que marcó con la camiseta txuri urdin y al mismo tiempo uno de los más bonitos que se han visto en el estadio donostiarra. El lateral enganchó un portentoso zurdazo desde más de treinta metros que se coló por la mismísima escuadra. Un gol que hizo que un encuentro soporífero pasara a la Historia. Los tres puntos le servieron a la Real para coger un poco de aire, ya que el partido llegó en uno de los momentos más delicados de la temporada: mediada la primera vuelta, ya a una pequeña distancia de los puestos de ascenso y con el shock todavía latente de la lesión de Díaz de Cerio ante el Eibar, en la anterior jornada disputada en Anoeta, apenas dos semanas antes. Fue también el partido en el que Zurutuza debutó con el primer equipo.

domingo, septiembre 20, 2009

REAL SOCIEDAD 2 - GIRONA 2 Anoeta no es un fortín

Un fortín es un lugar resguardado con obras de defensa que lo hacen capaz de resistir los ataques del enemigo. Anoeta no es un fortín. Ni se le acerca. 2009, el año del centenario (por si a alguien se le ha olvidado lo que supone la camiseta que llevan puesta), sólo ha visto hasta ahora tres victorias de la Real como local en nada menos que quince partidos jugados en Anoeta. Ninguna en lo que llevamos de temporada, y ya son tres las comparecencias que ha tenido este equipo ante su público. Poco, muy poco. Y más si tenemos en cuenta que el partido dejó muchas más sombras que luces. La luz, la de Agirretxe. Cuatro goles en cuatro partidos. Este chico va a mantener viva a la Real por mal que estén otras cosas. La Real todavía no ha perdido, pero gana poco. Como el año pasado. Se siguen repitiendo defectos, al equipo de Lasarte le faltan cosas similares a las que le faltaban al de Lillo. Y así es lícito que mucha gente vea el ascenso muy lejano, auque siga faltando tanto y estemos dando sólo los primeros pasos de la temporada.

Los laterales no terminan de ofrecer demasiado en este equipo, ni en defensa ni en ataque (en esta faceta, mejor Sarasola que Dani Estrada), pero el agujero de la Real sigue estando en el centro. Diego Rivas (que vio una muy rigurosa tarjeta amarilla en el minuto 14 y ya jugó mermado) y Elustondo volvieron a ser los dos mediocentros en el once inicial y siguen sin dar lo que se espera de ellos para que el juego del equipo sea fluído. Hay mucha distancia entre líneas y eso tiene efectos en ambas direcciones. Por un lado, el rival tiene mucha libertad para llegar al área realista, como hizo el Girona en los minutos de la primera parte en los que impuso un ritmo alto, unos minutos en los que Kiko Ratón marcó el 0-1 y el ex realista Moha estuvo cerca de hacer el 0-2, pero Bravo lo evitó con una doble parada. Por el otro, pocos balones llegan hasta los atacantes realistas, puesto que los rechaces de la defensa suelen caer en pies rivales. Lasarte metió mano ahí en el descanso y dejó sólo a Elustondo para que Aranburu se incoporase a una línea ofensiva de cuatro jugadores por detrás del único punto. La Real tuvo más balón, pero no más juego.

Ese grave defecto del fútbol de la Real, que no se termina de solucionar, quedó acentuado por un problema de ritmo, quizá hasta de actitud durante los primeros 45 minutos. Esa primera parte, esa que la temporada pasada provocó muchos bostezos y abundantes 0-0 en Anoeta, fue infame. Para olvidar. Y para estudiar, porque esto hay que corregirlo cuanto antes. Para hacer del estadio realista un fortín, hay que salir, como dijo Lasarte antes del comienzo de la temporada, quemando aceite. Dejando claro cuál es el equipo de Primera. Si no, no habrá fortín. Y sin fortín ya sabemos que es dificílisimo subir. No es que la Real no saliera así. Es que tuvo la actitud contraria. La bronca de Lasarte en el descanso debió ser importante. Y el mensaje fue claro: dos cambios de salida para afrontar los segundos 45 minutos. Aranburu volvió al equipo por el amonestado Diego Rivas y Griezmann salió con toda su ilusión (y dio una gran asistencia a Agirretxe en su primera intervención) por un Johantan Estrada que ya se ha llevado algunos silbidos de Anoeta porque no ha enseñado todavía nada de lo que apuntó en la pretemporada.

La segunda mitad ofreció una Real distinta, mucho más enchufada en el partido. De ahí vino el gol del empate, que ofrece la clave de lo que tiene que ser el conjunto txuri urdin para, uno, hacer de Anoeta el deseado fortín y, dos, lograr al final el objetivo del ascenso: la conexión de los mejores. Pase espectacular de Xabi Prieto y gol de Agirretxe por la escuadra. Fue el primer destello de clase que la Real dejó en el partido, más allá de la firmeza que hay en el centro de la defensa con Ansotegi y Mikel González y la categoría de Bravo bajo los palos, aunque bien es verdad que hizo una salida en falso en la segunda parte. El resto del equipo dejó bastante que desear en la primera parte. Y en la segunda, lo mejor salió de las botas de Xabi Prieto. Le sigue faltando constancia y regularidad, pero el buen juego de la Real depende en buena medida del 10. Y quizá de que Aranburu recupere su mejor nivel de juego, ese que en Segunda sólo hemos visto con cuentagotas. Y sin duda de un Agirretxe que sigue monopolizando las ocasiones de gol y que hoy marcó su primer doblete con la Real.

Ambiciosos fueron los dos cambios de Lasarte en el descanso y también lo fue el tercero. Carlos Bueno entró por Sergio con casi veinte minutos por jugarse. Eran unos minutos en los que el partido no estaba del todo definido. La Real no había aprovechado sus mejores minutos para culminar la remontada (otro error a corregir; cuando el partido está a tiro hay que hincarle el diente) y el Girona recuperó un poco el dominio del balón que había perdido con el arreón realista de los primeros minutos. Y en esas llegó la sorpresa que casi nadie esperaba. Esperando el segundo de la Real, con toda la artillería txuri urdin sobre el césped y con un apreciable bajó físico de los catalanes, llegó el segundo del Girona. Un golazo de Peragón. Quizá tuvo demasiado libertad para disparar, pero un golazo al fin y al cabo. No es mala noticia que el rival tenga que hacer grandes excelencias para poder anotar, pero el resultado es el mismo que si anotan un churro. Anoeta, tras una gran pitada en el descanso, se quedó helado. Y la Real también.

No se veía la capacidad de reacción que sí tuvo la semana pasada en Tarragona, en la primera jornada de Liga en Las Palmas y hasta en el encuentro copero ante el Rayo (aunque en estos dos últimos no se consiguió nada positivo, se terminó atacando), pero apareció en una jugada aislada (tan aislada que Lasarte ya se había sentado en el banquillo, quizá aceptando como definitiva la derrota momentánea de aquellos minutos). Pase de Elustondo, gol de Agirretxe. El segundo. Cuánto vale este chaval. Y Anoeta resucitó, soñando con culminar la remontada. El partido se abrió mucho, se volvió loco y el conjunto txuri urdin se volcó en busca de la primera victoria como local. Con el mismo defecto de siempre, sin tener una gran cantidad de ocasiones claras. Y con un Girona que tuvo una actitud extraordinaria y que siempre buscó la victoria. La remontada quedó inconclusa y Anoeta sigue siendo un campo hostil para la Real, tanto que el equipo txuri urdin no gana tres puntos en casa desde el 17 de mayo. Desde entonces, una derrota en Liga, otra en Copa y tres empates.

Termina el partido con una sensación agria, porque un equipo que aspira a subir no puede presentarse en la quinta jornada con sólo una victoria, despreciando y desperdiciando otra vez la posibilidad de sacar seis puntos seguidos como local o sin haber logrado tres puntos en casa. El diagnóstico hasta ahora no puede ser positivo, porque se arrastran viejos defectos y no terminan de aparecer las soluciones nuevas que se querían con el cambio de entrenador. Pero que nadie pierda de vista el momento de la temporada en el que estamos. Un gol de la Real en los últimos minutos habría catapultado al equipo hasta la cuarta posición. A un puesto y a un punto del ascenso. Ese y no otro sigue siendo el objetivo. Pero está en la undécima posición. El equipo txuri urdin sigue teniendo capacidad para hacer las cosas bien, pues tiene luces y muy luminosas. Sólo quedan cuatro invictos en Segunda y la Real es uno de ellos, pero no sumar de tres en tres lastra mucho. Si las sombras siguen cercando Anoeta y los primeros 45 minutos en su totalidad, las cosas se irán complicando poco a poco. Lasarte, todavía tienes trabajo para construir el equipo.

sábado, septiembre 19, 2009

PREVIA Real Sociedad - Girona. Anoeta, ¿ese fortín?

La Real vuelve a Anoeta para jugar contra el Girona con el mismo objetivo inabarcable de los últimos tiempos: convertirlo en un fortín (sábado, 17:00 horas, Anoeta, sin televisión). Con una magnífica racha fuera de casa (cuatro puntos en dos partidos), los partidos como local del conjunto txuri urdin siguen siendo la asignatura pendiente. Y ahora cobran especial importancia porque se jugarán dos de forma consecutiva, y los dos ante rivales presumiblemente asequibles (Girona y Huesca). No por eso hay que darlos por ganados de antemano, ni mucho menos (recordemos que la pasada temporada el conjunto de Lillo no logró dos victorias seguidas hasta la segunda vuelta), pero estos seis puntos son un medio inmejorable para ver a la Real en puestos de ascenso dentro de dos semanas.

Para ganar al Girona, Martín Lasarte se encuentra con dos bajas sensibles, Nsue y De la Bella. El primero se ausenta por la insensatez (consentida por todos, la Real también) del calendario, que ubica un Mundial Sub-20 con las ligas nacionales ya iniciadas. El segundo no estará por lesión. En el caso del lateral, el recambio está claro. Sarasola debutará esta temporada, después de haber jugado dos partidos con el primer equipo en las dos últimas temporadas. A lo que habrá que estar pendiente es a la ausencia de un lateral en el banquillo, ya que Carlos Martínez, lesionado en el primer entrenamiento de la pretemporada, aún no entra en los planes del técnico y ha optado por no convocar a Morgado, que participó en algún entrenamiento esta semana. Un contratiempo en forma de lesión o expulsión olibgará a Lasarte a buscar una fórmula de emergencia, quizá el desplazamiento de Mikel González a la banda.

La ausencia de Nsue ofrece más variantes al técnico realista. Lo normal es que Xabi Prieto juegue en la banda y no como mediapunta, por la falta de alternativas en ese puesto. Así, y ante la ausencia de Zurutuza todavía por lesión, el puesto por detrás del único delantero se lo juegan Agirretxe (en el caso de que jugara Bueno en punta; de optar por uno de los dos, parece presumible que el titular sea el canterano), Sergio y Aranburu. El capitán regresa a la convocatoria, y esta vez ya parece que para quedarse. No obstante, quizá el técnico piense que es pronto para darle la titularidad y que juegue los 90 minutos. La presencia de Borja Viguera en el banquillo hace pensar que una de las opciones más probables es que jueguen juntos Agirretxe y Bueno. Aunque es una opción que no dio buenos resultados en el anterior partido de casa, ante el Murcia, no es para nada una mala elección, ya que los dos están dando un buen rendimiento.

Hay morbo en la portería, alimentado por el propio Lasarte, quien no confirmó quién será el meta titular. Riesgo ha cuajado muy buenos partidos aprovechando la ausencia de Bravo, aunque lo normal sería que el chileno esté bajo palos. Zubikarai, de momento, se queda como tercer portero del equipo y no entra en la convocatoria. El resto del equipo será, a priori, el mismo de las dos últimas jornadas. El centro de la defensa será para Ansotegi y Mikel González (Labaka esparará en el banquillo), el lateral derecho para un Dani Estrada que todavía no tiene la competencia de Carlos Martínez, el mediocentro para Diego Rivas y Elustondo (el técnico dijo que ve crecer al canterano con cada partido) y la banda izquierda en ataque para Johnatan Estrada. Griezmann, que todavía no ha debutado con el Sanse, sigue siendo un habitual en las convocatorias del primer equipo, pero parece que todavía no entrará en el once titular.

Anoeta espera ver la primera victoria de la temporada, después de que la Real lograra su primer triunfo en Tarragona. Esos tres puntos colocaron al conjunto txuri urdin en el pelotón que aspira a colocarse ya en cabeza, todavía sin perder un encuentro, con cinco puntos en la tabla, a dos del líder y sólo uno de los puestos de ascenso. No parece probable que la Real se meta ya esta jornada entre los tres primeros, puesto que tendría que superar a seis equipos de una sola tacada, pero lograr los seis puntos de los dos partidos consecutivos en casa que le esperan sí que parece garantizar un lugar en el triplete de cabeza. Además de la portería, habrá que estar muy pendientes de lo que suceda en el ataque. Los tres goles de la Real esta temporada se los reparten sus delanteros, Agirretxe y Bueno. Es clave para lograr el ascenso que mantengan ese podería anotador, pero también que el resto de líneas colaboren en esta faceta.

Si la Historia contara, la Real ya podría dar por ganado este partido. Pero no es así y la estadística sólo sirve para hablar de tendencias, nunca de hechos irrefutables. El caso es que el Girona siempre ha perdido en sus visitas a San Sebastián. En cuatro ocasiones ha jugado contra la Real como visitante y cuatro han sido las derrotas que ha cosechado, todas ellas en Segunda División. Los tres primeros enfrentamientos fueron en temporadas afortunadas para la Real. Paradójicamente, el primer partido se disputó en la peor temporada de la centenaria Historia txuri urdin, la 35-36, que acabó con el descenso a Tercera que la Guerra Civil impidió hacer efectivo (de ahí que se pueda hablar de fortuna para la Real en aquella triste campaña). El 3-2 a favor de la Real fue uno de los pocos resultados positivos que se lograron entonces. En los dos siguientes ejercicios en los que se cruzaron sus caminos, la Real acabó subiendo a Primera. Fue en las temporadas 42-43 (1-0) y 48-49 (5-1).

Esa buena racha de finales positivos se truncó la temporada pasada, aunque el triunfo se quedó también en casa. La Real fue muy superior al Girona y logró un cómodo 2-0. Aranburu hizo el primero tras el rechace de una gran jugada de Xabi Prieto, y Sergio hizo el segundo al anotar una falta directa. Como era costumbre en Anoeta la pasada campaña, el primer tiempo fue muy aburrido y concluyó con el resultado inicial. En la segunda mitad, la Real hizo valer su superioridad técnica y consiguió sumar la tercera victoria consecutiva, tras derrotar en Anoeta al Sevilla Atlético y fuera al Xerez, líder entonces de Segunda. El equipo entrenado por Lillo se colocó con esta victoria a cinco puntos de los puestos de ascenso, y parecía reengancharse a la lucha por el ascenso respondiendo a tres derrotas consecutivas y cuatro jornadas sin ganar. Pero fue un espejismo. La distancia ya nunca fue menor a esos cinco puntos.

lunes, septiembre 14, 2009

"Van contra todos"

Nunca he entendido por qué la cuestión arbitral genera tanta hipocresía. No hablar de los árbitros significa que no se habla cuando beneficia. Quejarte de la actuación del cuarteto que se supone debe impartir justicia supone sistemáticamente justificar y desviar la atención de una derrota. Se usa el término "polémica" cuando no se quiere hablar abiertamente de un error que ha beneficiado a los tuyos. Muy triste. Las medias tintas son tristes. Así lo único que hacemos es perpetuar el error y eso es precisamente lo que hace daño al fútbol. No el error humano, no, sino el error subsanable con una mejor preparación y disposición de los árbitros. Lo que ahora mismo no existe. Lo que permite pitar con tanta facilidad un fuera de juego inexistente como el de Nsue en Las Palmas o dar como gol el tiro de Bueno en Tarragona.

Teniendo en cuenta los incontables errores en contra que ha sufrido la Real en los últimos años (por mucho que algunos no quieran oírlo o lo entiendan como una burda justificación, parte esencial de las complejas explicaciones que requieren los resultados de temporadas como la que acabó en el descenso de hace tres años o la del no ascenso de hace dos) no me gusta adoptar una actitud defensiva cuando hay un error a favor de la Real. En la prensa guipuzcoana de estos dos últimos días hemos visto que se hacía hincapié en que el linier era el mejor colocado para ver si el tiro de Bueno traspasaba la línea de gol en lugar de admitir abiertamente que no pudo ver que el balón jamás entró. También hemos visto una recopilación de todos los calamitosos arbitrajes que sufrió el equipo txuri urdin la temporada pasada, como si tuviéramos que decir "¡eh, que a nosotros ya nos han robado bastante, no os quejéis ahora los demás!".

Y no es así. No puede ser así. Hevia Obras cometió un error imperdonable en Tarragona y dio un gol que no existió. Rompe una tendencia muy negativa en la Historia reciente de la Real, eso está claro, pero no deja de ser un error. Y hay que decirlo. Porque, insisto, si estas cosas no se dicen, el efecto pernicioso es doble. Por un lado, perdemos toda la legitimidad moral para quejarnos cuando nos suceda en contra (y nos va a suceder, como ya nos ha sucedido en el pasado). Por otro, seguimos perpetuando el error, ya que no hacemos nada para solucionarlo. Y ese debiera ser el trabajo de todos los equipos, por su propio beneficio. Los árbitros no dan la talla, cometen errores inverosímiles y deciden en contra de los principios que ellos mismos se marcan. Eso es subsanable.

En esta línea, me tengo que poner del lado de Tote. Resulta que el Hércules se encuentra tras esta jornada como estaba la Real hace una semana, quejándose de dos arbitrajes nefastos en su contra. "El problema de estos arbitrajes es que no podemos hacer nada porque todos los árbitros son así. Siempre es la misma historia, hacen lo que quieren en cada partido, pero no sólo con nosotros, sino con todos los equipos. Van contra todos, no hay un equipo que salga beneficiado. A mí me da pena por el público, pero no podemos hacer nada". Esta es la explicación de Tote. Y estoy de acuerdo.

Las teorías de la conspiración pueden encontrar acomodo en algunos momentos. Los propios árbitros contribuyen a veces a ello, con designaciones reiterativas como las de González González a la Real durante la teporada pasada (el ascenso a Primera de tan mal árbitro da también argumentos a los más paranoicos) o afirmaciones como aquella de Iturralde González refiriéndose al Athletic de Bilbao en primera persona. Pero lo que se ve semana tras semana, en casi todos los campos de Primera y Segunda División, es que casi todos los arbitrajes son poco presentables. Y no sólo cuando deciden el resultado con decisiones equivocadas como la de Tarragona.

No se trata de mantener una predisposición negativa hacia los árbitros, sino de que hagan su trabajo lo mejor posible, que es exactamente lo mismo que le exigimos al futbolista. Ahora mismo, los colegiados tienen un margen de mejora demasiado amplio para un fútbol que se quiere considerar a sí mismo como el mejor del mundo. Nosotros también podemos contribuir diciendo las cosas como son y no escondiéndonos en subterfugios, lugares comunes y eufemismos. El gol de Bueno no entró. El árbitro, con la colaboración del asistente, permitió con su notable equivocación que la Real ganara el sábado. ¿Cuesta tanto reconocerlo? A mí no, desde luego.

domingo, septiembre 13, 2009

NASTIC 1 - REAL SOCIEDAD 2 Mejora futbolística y regalo arbitral

Primera victoria de la Real en la temporada 2009-2010, cinco puntos ya en el casillero txurdi urdin. El equipo de Martín Lasarte es uno de los seis conjuntos que todavía no conoce la derrota y sí las mieles de la victoria. Tres conclusiones claras dejó la tercera jornada. En primer lugar, el fútbol del equipo va mejorando. Poco a poco, pero va mejorando. En segundo lugar, que los tres puntos volaron de Tarragona a San Sebastián a un lamentable error arbitral que dio como válido un gol de Carlos Bueno, el primero que marca con la camiseta txuri urdin, a pesar de que el balón jamás llegó a rebasar la línea de meta. Y, finalmente, que la Real ha comenzado esta temporada repitiendo varios patrones que se hicieron habituales en la anterior. El partido ante el Nastic nos dejó una resolución casi calcada a la de hace un año: victoria en el descuento por 1-2, aunque entonces no hubo polémica alguna.

La cuarta alineación oficial de Martín Lasarte y los cambios que hizo en la segunda mitad, dejan ya algunas conclusiones claras de lo que vamos a ver durante toda la temporada. Riesgo es el segundo portero de la plantilla ya definitivamente, por delante de Zubikarai. El de Deba suplirá a Bravo cada vez que falte por sus compromisos con Chile. En Tarragona, como ya sucedió hace una semana en Anoeta, Riesgo tuvo una actuación sobresaliente. Por delante, los centrales elegidos parecen ser ya de forma definitiva Ansotegi y Mikel González. Markel Bergara, a la espera de cuánto y dónde juegue Aranburu, se configura como el tercer mediocentro y el comodín para la contención que Lasarte quiere usar cuando no se puede ganar un partido. Y Johnatan mantiene su puesto por delante de Griezmann a pesar de no haber dado todavía el paso adelante que se espera de él. Seguro que le hubiera dado confianza anotar el disparo que se le fue al larguero en la primera mitad, pero no pudo ser.

El de Tarragona fue un partido igualado, quizá de empate pero en el que los visitantes tuvieron más y mejores ocasiones de gol. El paso adelante de la Real está en el plano ofensivo. No hay todavía una salida clara de balón y los apoyos para este fin no están aún perfeccionados del todo, pero arriba el equipo txuri urdin tiene calidad, gol y alternativas. Por eso generó bastantes ocasiones de gol en tierras catalanas. Esto, entren o no en la portería rival, debiera ser lo habitual, y la deficiente imagen atacante de los dos partidos en Anoeta la excepción. Elustondo aún no ha asumido el liderazgo y no contribuyen todavía demasiado los laterales, que no suben tan asiduamente como cabía esperar vista la pretemporada. Lasarte pensó su equipo desde las bandas en buena medida, pero ni De la Bella ni Dani Estrada están teniendo todavía el papel deseado. Quizá el regreso de Carlos Martínez espabile la banda derecha, quizá el catalán procedente del Sevilla Atlético necesite un toque de atención si el técnico confía en Sarasola.

Pero arriba la cosa cambia, y para bien. Xabi Prieto es un peligro constante para las defensas rivales, desde la banda y desde el centro. Hay que seguir exigiéndole más, en juego y también a balón parado. El primer corner que sacó el diez realista acabó en el primer gol (en contraste con los muchos que sacó antes Johnatan y que acabaron en nada; en Anoeta hace una semana sucedió lo mismo, nula efectividad del colombiano y el primero sacado por Griezmann acabó en ocasión de gol). Nsue va a ser una pérdida sensible para el ataque realista ahora que se marcha con la selección sub-20. Y Agirretxe tiene la pólvora intacta. Suyo es el primer gol según la mayoría de crónicas y el acta del árbitro, aunque cabe la duda de que Mikel González remache la pelota dentro del campo. Si el gol es del delantero, ya lleva dos en tres partidos. Si fuera del defensa, sería su primer tanto con la camiseta de la Real. En cualquier caso, es una acción a balón parado perfectamente ejecutada (y eso es una gran noticia), con opciones de remate en el centro del área y en el segundo palo.

A la Real se le fue el control del partido en algunos momentos, y eso es uno de los aspectos en los que más hincapié pone el técnico uruguayo en sus comparecencias de prensa. Quiere intensidad durante los 90 minutos y a la Real todavía le falta para conseguirlo. En Tarragona empezó fría, se recuperó y se dejó enfríar de nuevo con el gol del empate del Nastic. Quizá en esa media hora final, Martín Lasarte vio más factible amarrar un punto que buscar los tres, y por eso metió a Markel por Johnatan para formar un trivote y a Bueno por Agirretxe para incorporar más pelea arriba. Y fue esa pelea, junto con la calidad que tiene la Real arriba (magnífica jugada la del segundo gol, una larga posesión con pases rápidos en la frontal del área rival), lo que acabó dando el triunfo. Si para unas cosas la Real repite esquemas de la temporada pasada, para otras los rompe. Bueno convierte su primer gol sin que éste lo sea en realidad, mientras que Necati vio dos goles legales anulados antes de anotar el único que finalmente sumó de txuri urdin.

El gol no fue tal y dos puntos se fueron al casillero de la Real por un grave error arbitral que demuestra el nefasto nivel de los colegiados de la categoría. Es inaudito que un asistente quiera ver el balón dentro de la portería cuando, desde su posición, está tapado por el cuerpo del portero, y es ilógico que el árbitro dé un gol que no ha existido, y que él no ha visto, siguiendo el consejo de un linier que tampoco lo podía tener muy claro. Tras varios años y dos jornadas perjudicada, la Real salió beneficiada de Tarragona. Tan alto y claro como se dice una cosa hay que decir la otra, y no resignarse a que la incompetencia de los jueces de la competición adulteren la pugna deportiva semana sí, semana también. Y sin que sirva de excusa o argumento para nada, porque una cosa es el rendimiento de los futbolistas y otra muy distinta la injusticia de quienes tienen que administrar la justicia.

La Real logra su primera victoria y sentencia los agoreros comentarios que en septiembre quieren ya ver decicida una temporada, desgraciadamente tan comunes en todas partes. Se sube en junio, no antes, y aunque es cierto que el inicio del equipo de Martín Lasarte no había sido del todo bueno, algunos juicios fueron demasiado tajantes y prematuros. El empate en Las Palmas era para la Real un mal resultado, y ayer los canarios vencieron a un Numancia que algunos ya veían en Primera. El Rayo que era tan abiertamente superior a esta Real incluso con los suplentes, tiene un punto menos con los mismos partidos. El ascenso está a un punto y esa es la única referencia válida, pues el único objetivo es precisamente ese, subir. La Real mejora poco a poco desde el punto de vista futbolístico y, también poco a poco (porque no se puede ni se va a ganar siempre), debe ir ubicándose en el furgón de cabeza. Sin ilusiones falsas, sin vendas que oculten la realidad y sin catastrofismos absurdos en el comienzo de la temporada.

viernes, septiembre 11, 2009

PREVIA Nastic - Real Sociedad. El remedio contra la ansiedad

La Real tiene ansiedad. No específicamente el equipo, pero sin duda sí el entorno. Lo dijo Coleman hace dos años. Lo repitió, con otras palabras, Lillo. Y ahora lo reitera Lasarte. Y la victoria en Tarragona (sábado, 18.00 horas, Nou Estadi; ETB-1, Canal 33, Telemadrid-La Otra) sería el mejor remedio posible contra esa ansiedad. Tres puntos calmarían mucho los ánimos, encrespados desde hace demasiado tiempo, tras dos empates en Liga y la derrota y consiguiente eliminación en la Copa. Tan importante como los tres puntos sería que el equipo comenzara a recuperar las sensaciones de la pretemporada, porque, de lo contrario, esa misma ansiedad llevara a los más pesimistas a pensar, cuando queda casi toda la competición por delante, que el ascenso es una quimera. El entrenador realista parece tranquilo y eso es ahora mismo lo más importante. Pero la tranquilidad necesita también sumar de tres en tres.

Las convocatorias internacionales están haciendo daño a la Real desde el principio. Claudio Bravo no llega a tiempo de disputar este partido, aunque la portería está en magníficas manos, las de Riesgo (más que probable titular en Tarragona) y las de Zubikarai. Nsue, a quien jugar 20 minutos ante Lietchenstein con la selección sub-21 le impidió estar ante el Murcia, vuelve esta semana a la convocatoria (y tiene muchas posibilidades también de entrar en el once titular), pero el lunes se marchará al Mundial de la categoría. El calendario de Segunda es un galimatías, una falta de respeto a los equipos y un llamamiento a la insumisión. Es triste el perjuicio que se causa a los clubes, y hay que decirlo y denunciarlo cada vez que se tenga ocasión. Como ahora, cuando la Real puede perder a uno de sus fichajes durante más de un mes. O cuando Bravo se vaya presumiblemente al Mundial con Chile cuando el equipo txuri urdin se puede estar jugando el ascenso.

A pesar de que la imagen no ha sido la esperada en los tres primeros partidos oficiales, Martín Lasarte no parece que vaya a hacer demasiados cambios en su equipo. De momento, en la convocatoria sólo hay uno, el mencionado regreso de Nsue por un Aranburu que se quedará en Zubieta mejorando su puesta a punto. Su inclusión en la lista de hace una semana queda ahora ya como un regreso algo anticipado y, esto es lo preocupante, como una muestra de falta de confianza en algunos jugadores del primer equipo que no estuvieron entre los elegidos, principalmente un Viguera que todavía no ha debutado esta temporada. El equipo se asemejará bastante al que saltó al césped de Anoeta para medirse al Murcia, con el único cambio previsible de Nsue, que entrará en la mediapunta por Bueno, recuperando el esquema más habitual en el técnico uruguayo, el 4-2-3-1.

Lo normal es que Mikel González y Ansotegi sigan siendo la pareja de centrales, al igual que Elustondo y Rivas la de mediocentros. De la Bella y Estrada siguen sin rival en las bandas (Carlos Martínez todavía no ha entrado en ninguna convocatoria por su lesión y Sarasola no parece estar para al técnico al mismo nivel que el catalán procedente del Sevilla Atlético), al igual que Prieto. La duda está en la izquierda, aunque parece probable que Johnatan siga jugando antes que Griezmann. En la mediapunta, todo apunta a que el escogido será Nsue (hasta el momento ha demostrado ser el realista más en forma), aunque Sergio cuenta con opciones de entrar. Agirretxe, autor del único tanto anotado por la Real en partido oficial (en Las Palmas) será el 9 titular. Ojalá al final del partido podamos hablar de ellos y no de los árbitros, que ya han castigado a la Real en los dos partidos ligueros que llevamos.

Tarragona es una plaza bastante propicia para la Real. De sus siete visitas en Primera y Segunda División, tres se saldaron con victoria y dos más con empate. Sólo en dos ocasiones venció el Nastic, y de eso hace ya medio siglo. La última vez que vencieron los locales fue en la temporada 49-50, por 2-1, cuando ambos conjuntos militaban en la máxima categoría. La última visita en Primera se saldó con victoria txuri urdin. Fue en la temporada 07-08, y a cinco jornadas del final. Los goles de Garitano, Savio y Ansotegi mantuvieron vivo una semana más el sueño de permancer en Primera, un sueño que se truncó casi por completo en la siguiente jornada, en Pamplona. En Segunda, la Real nunca ha perdido como visitante ante el Nastic, con dos empates y otras tantas victorias.

Una de esas victorias fue la que se produjo la temporada pasada. Ya en noviembre, fue el primer triunfo fuera de casa logrado por los de Lillo y fue tan merecido como afortunado. La Real hizo una muy buena primera parte, y se adelantó con un golazo de Moha desde fuera del área, el único que al final marcó con la camiseta txuri urdin. El Nastic empató avanzada la segunda parte, con la colaboración de un árbitro que machacó a la Real a base de faltas inexistentes. Una de ellas acabó en el fondo de la portería realista. Y el Nastic se creció, convirtiendo la soñada defensa de tres de Lillo en una de cinco (incluyendo a Dramé, pues éste fue el único partido de Liga que jugó en toda la temporada). Pero en el último minuto, cuando nadie esperaba la reacción realista, Agirretxe bajó un balón imposible y Díaz de Cerio empalmó un precioso derechazo. 1-2 y tres puntos para la Real.

lunes, septiembre 07, 2009

Feliz centenario, Real

Por el gol de Zamora que valió una Liga, tras el peor tiro pero el mejor pase de Górriz.

Por las gradas de El Molinón repletas de realistas felices.

Por ser un equipo campeón antes incluso de nacer, por el Club Ciclista.


Por el cerrojo y la WM del gran Benito Díaz.

Por los tres Zamoras consecutivos de Arconada, sus medias blancas y sus paradas imposibles.

Por el ascenso de Puertollano, con el gol de un chaval debutante y una promesa truncada de no volver nunca a Segunda.

Por 40 años seguidos de alegrías y penas en Primera Divisón.

Por el 14-2 al Valladolid de la temporada 40-41 y el 0-5 al Oviedo de la 97-98.

Por ganar todos los partidos en Atotxa de la temporada 48-49.

Por la épica final de Copa de 1928 y la contraoda de Gabriel Celaya al poema culé de Rafael Alberti.

Por la imagen de Kortabarria e Iribar portando la prohibida ikurriña.

Por el inmortal encanto de Atotxa, sus cohetes, su marcador simultáneo y la cercanía del césped.

Por la final de Copa de Europa que merecimos y que nos arrebató un gol alemán en fuera de juego.

Por extranjeros como Aldridge, Darko, Kodro, Karpin, Océano..., que siempre fueron como de casa.

Por el equipo ascensor, ese que tan pronto bajaba a Segunda como subía a Primera.

Por los 162 goles que Satrústegui celebró siempre con el puño en alto.

Por Zubieta, surtidor inagotable de una cantera única, y todos los que jugaron allí soñando con llegar al primer equipo.

Por Javier Expósito, José María Echaniz, Carmelo Amas y tantos otros que han construido chavales campeones.

Por el descenso a Tercera que evitó la Guerra Civil.

Por los 77 goles marcados en la Liga 50-51.

Por Aitor Zabaleta, siempre en el recuerdo.

Por las incontables batallas ante el Real Madrid, por el 4-2 de 2003, por el 0-4 de 1988 y el 4-0 que valió la Supercopa de 1982.

Por la modernidad de Anoeta, aunque sus pistas de atletismo enfríen el ambiente.

Por los 42 realistas que fueron llamados para la selección española.

Por Alberto Ormaetxea, el campeón humilde, el hombre que nos llevó a la gloria eterna.

Por el 5-0 al Athletic. Por los dos, el de los años 70 y el de los 90.

Por los 599 partidos de Górriz, que debieron ser 600.

Por la primera Real que pudo ser campeona, la de 1931, que no lo fue por la diferencia de goles.

Por la Copa de La Romareda, por sus penaltis, por el “No pasa nada, tenemos a Arconada”.

Por escuchar en Anoeta el himno de la Champions, por el gol de Kovacevic en el debut, por el de De Paula que nos metió entre los 16 mejores.

Por aquellas 32 jornadas imbatido que no tuvieron el merecido premio de la Liga.

Por Paco Bienzobas, el único realista que fue máximo goleador de una Liga, de la primera.

Por la remontada, tan gloriosa como inacabada, ante el Inter.

Por no dejar que el título logrado en Gijón fuera flor de un día, por ser bicampeones de Liga.

Por Toshack, el cabrón simpático que más ha querido a la Real.

Por todas las finales de Copa que nos ganó el Barça, por las tardes tristes de Sevilla, Vigo o Valencia.

Por los tres campeonatos de invierno, ninguno de ellos con el sabor final de la victoria.

Por los 25 goles de Kodro que ningún otro realista ha logrado marcar en una sola Liga.

Por Mariano Arrate, el primer gran capitán.

Por Górriz, Larrañaga, Zamora, Arconada, Gajate, López Ufarte y Bakero, los únicos que ganaron todos los títulos.

Por José Luis Orbegozo, Luis Uranga y todos los que aportaron grandeza desde las oficinas.

Por las decenas de entrenadores y centenares de jugadores que han vestido la camiseta txuri urdin, por todos ellos sin excepción.

Por miles de partidos y goles, por formar parte de nuestras vidas, por grandes momentos de emoción, por risas y llantos, alegrías y penas, momentos inolvidables, jugadores que se nos quedan en la retina, gestos que aplaudimos a rabiar, viajes agotadores sólo por ver once camisetas de blanco y azul, fútbol y más fútbol, sentimientos a flor de piel. Por todo ello, feliz centenario, Real; feliz centenario, realistas. Hoy cumplimos cien años. Hoy, como siempre, somos grandes. En Primera o en Preferente, con la Real hasta la muerte.


domingo, septiembre 06, 2009

REAL SOCIEDAD 0 - MURCIA 0 Un equipo por hacer

La Real sigue siendo un equipo por hacer. El partido de hoy ante el Murcia, dentro de un mes, acabará con un resultado favorable al conjunto txuri urdin. Pero hoy han traicionado a los realistas esos pequeños detalles que se van ganando con los partidos, esos mecanismos que un entrenador nuevo va enseñando poco a poco a sus jugadores. La Real ha hecho cosas prometedoras, pero también ha cometido errores ya conocidos. El principal, como sucedió en tantos encuentros de la temporada pasada, es que la primera parte se ha ido directamente a la basura. Con más intensidad y ritmo que lo que veíamos en la Real de Lillo, pero con el mismo resultado de cara a puerta: 0-0 y escasísimas ocasiones de gol. Y si alguien ha llegado al área en ese tiempo con relativa claridad, tampoco con demasiado peligro, ha sido el Murcia. Pero en la segunda parte el panorama ha cambiado bastante y la Real estuvo cerca del triunfo. Fue un querer y no poder, faltó calidad, pero el equipo ha conectado con la grada, algo que no se produjo en demasiados tramos de la pasada campaña.

Martín Lasarte ha colocado sobre el césped el once más o menos esperado, con dos delanteros, Agirretxe y Bueno. El uruguayo mostró lo mismo que el pasado miércoles, mucha pelea, mucha tensión y brega infinita. Pero le faltó capacidad para generar peligro, como le faltó también en esta ocasión a Agirretxe. Nuevos nombres y un defecto conocido de sobra en la Real, que no olvidemos que tuvo su talón de aquiles la temporada pasada en la falta de ocasiones y, sobre todo, de gol. Este defecto, eso sí, se corrigió en parte en la segunda parte con un juego más directo. Por tierra, mar y aire intentó la Real asediar la portería visitante pero no hubo forma. Sobre todo por ese mal conocido: la única ocasión verdaderamente clara fue un disparo de Elustondo tras un corner botado por Griezzman, que tuvo sus primeros minutos en Liga en la segunda mitad. Poco bagaje en realidad. Y tampoco se puede obviar que la ocasión más clara la tuvo el Murcia, pero se encontró con un Riesgo inmenso, que con gran intervención cambió los pitos del miércoles por aplausos.

Que la Real es todavía un equipo por hacer se vio en más detalles del juego.Lasarte habló de cierta ingenuidad. Y el balón parado sigue siendo una asignatura pendiente. Casi una decena de corners y media docena de faltas botó Johnatan Estrada antes de ser sustituído y no consiguió llevar peligro en ninguna de estas jugadas. El colombiano no termina de demostrar el por qué de la insistencia de Lasarte y Loren por traerle y, aunque sólo llevamos dos jornadas, ya está en una situación peligrosa ("estoy convencido de que va merjorar", dijo Lasarte de él). Sobre todo porque su sustituto natural, Griezmann, desborda y contagia ilusión. También se vieron bastantes desajustes en el juego, muchos balones perdidos y algunos errores de compenetración. Ojalá que todo eso se deba a que el equipo está todavía por hacer. Mimbres hay para trabajar, y sobre todo merece destacarse la progresión de Ansotegi, que se ha convertido en el jefe de la zaga. Hoy ha estado acompañado por Mikel González, que ha dejado en el banquillo a un Labaka al queha pasado factura su mal partido en Las Palmas.

A medio hacer también está la construcción del juego que pretende Martín Lasarte para la Real. Durante la semana señaló a Gorka Elustondo como el líder del centro del campo, pero el jugador no está terminando de responder a las expectativas que generó el poco tiempo que estuvo sobre el campo la temporada pasada. La lesión que sufrió parece estar pesándole demasiado todavía. Pero no es la única losa que pesa sobre la construcción del fútbol de la Real, a la que también le están doliendo las lesiones de Zurutuza y Sergio. El primero no ha podido debutar todavía y el segundo, como se vio ante el Rayo, todavía no está en forma. Demasiado lastre por el momento para un equipo al que tampoco le sobran alternativas. Con un arranque de temporada con mucho ritmo, sorprendió que el entrenador no hiciera más que un cambio. Según explicó después, optó por no cortar los mejores minutos de la Real en el partido. No funcionó, no se logró el resultado de la victoria, pero es una opción válida porque sobre el campo había mucho potencial.

La ínfima categoría del árbitro, el descendido Lizondo Cortés, ayudó a un Murcia que optó descaradamente por cortar de forma brusca las jugadas realistas, como sistem y no como último recurso. Sin que hubiera jugadas demasiado polémicas, el colegiado se ganó sonoras pitadas de Anoeta, sobre todo por no expulsar a Óscar Sánchez cuando lo mereció, cuando hizo una dura entrada de tarjeta sobre Xabi Prieto estando ya amonestado con anterioridad. Hoy tanto Xabi como Bueno han forzado muchas faltas y cuantiosas tarjetas, pero se han topado con la cobardía y la incompetencia de un colegiado que no se ha atrevido a hacer justicia y ha favorecido así al infractor. Eso y las constantes interrupciones en la segunda mitad mermaron también las opciones de la Real que, eso sí, está obligada a hacer mucho más para ganar partidos. No de actitud, que esa fue intachable, pero sí de la categoría que se le debe suponer a algunos de sus jugadores.

La Real está ahora mismo en un terreno delicado. Dos empates en Liga (la pasada temporada fue el rey del empate en Segunda y eso lastró sus opciones de subir) y una eliminación copera, sumado a todos los sentimientos negativos que se arrastran de las tres últimas temporadas, obligan a sumar de tres en tres cuanto antes par tranquilizar a la masa, para que los realistas sepan y vean que sui equipo luchará por el ascenso hasta el final. Esto es muy largo, y hay ejemplos sobrados en la Historia de malos comienzos y finales felices. Pero si se mira la clasificación, se ve hoy a la Real en la decimtercera posición, con dos puntos, ninguna victoria y sólo un gol a favor. Y si se busca un poco más arriba, se ve a dos de los aspirantes a subir, el Nuancia y el Recreativo, ya con seis puntos. Hay que terminar de hacer este equipo cuanto antes porque el fútbol no espera a nadie. Sin perder nunca la noción de que esto es largo. Larguísimo.

sábado, septiembre 05, 2009

PREVIA Real Sociedad - Murcia. Buscando la victoria que tranquilice los ánimos

Las urgencias no son buenas en el fútbol, pero el ambiente en el que vive la Real, desde hace demasiado tiempo en realidad pero en concreto esta semana, obliga a conseguir una ya. El equipo txuri urdin debuta como local en Liga (domingo, 19.00 horas, Anoeta, sin televisión) después de lograr un punto en Las Palmas que muchos han menospreciado injustamente y de una lamentable eliminación copera que ha apagado muchas llamas de ilusión. Es el partido más próximo a la fecha del centenario, el próximo lunes, y sin embargo la gente no parece estar deseando muchas fiestas. Los tres puntos parecen innegociables para tranquilizar los ánimos y no conseguirlos podría abrir una senda peligrosa, porque el bagaje de decepciones es ya muy amplio y ni siquiera cumplir 100 años podría apaciguar ese sentimiento negativo. Martín Lasarte y los suyos tendrán que poner sobre el campo mucho más de lo que pusieron ante el Rayo para contentar al público de Anoeta.

Poco se sabe de lo que planea Martín Lasarte, pero parece seguro que habrá cambios con respecto al equipo que jugó el miércoles y, probablemente, también sobre el que empató en Las Palmas. El propio técnico habló en rueda de prensa de la posibilidad de colocar juntos de inicio a Agirretxe y Bueno, cuya capacidad de lucha gustó en el partido ante el Rayo. De ser así, el sacrificado sería uno de los tres mediapuntas. Xabi Prieto parece tener el puesto asegurado, pero los otros dos elegidos son una incógnita, habida cuenta del bajo rendimiento ofrecido hasta ahora por Johnatan Estrada, del regreso de Aranburu a las convocatorias, de las molestias que arrastra Sergio y de la posibilidad de que Griezmann tenga ya una oportunidad desde el inicio. Nsue no estará porque fue convocado para los dos partidos que jugará la selección sub-21 estos días (ayer no jugó un solo minuto, lo que agrava el perjuicio a la Real).

En la portería, y dado que Bravo sigue con su selección, parece seguro que volverá a estar Riesgo, después de toda la polémica sobre su situación en la Real y de los silbidos que escuchó en Anoeta el pasado miércoles. En el centro de la zaga siguen siendo tres jugadores para dos puestos, aunque Ansotegi cuenta con ventaja. Está por ver, además de los aspectos puramente deportivos que debieran incidir en la decisión final por encima de cualquier otra cosa, si pesa más en Lasarte la mala actuación de Labaka en Las Palmas o la situación contractual de Mikel González. Los laterales, si no hay contratiempos, seguirán siendo de Dani Estrada y De la Bella. Y en el mediocentro también hay dudas. Si Diego Rivas está para jugar de inicio, estará en el once junto a Elustondo, aunque tampoco es descartable que este último repita pareja con Markel o incluso que Aranburu se haga con un sitio en esta parcela del campo.

En la espiral de negatividad que rodea a este equipo, la situación vuelve a ser de urgencia. De Las Palmas se sacó un buen punto, pero la forma en que empataron los locales minimizó las cualidades que desplegó la Real en su estreno liguero. El enésimo fracaso en la Copa hizo el resto. Parece que ya hay gente que ha sentenciado a Johnatan, que no ve nada en De la Bella o que piensa que muchos canteranos no dan la talla. Es muy pronto todavía para hacer juicios de ese calado. La Segunda División es una espantosa y larguísima carrera de fondo en la que lo importante es llegar al 20 de junio en una de las tres primeras plazas. Es bueno empezar bien, pero que nadie se olvide que dentro de dos jornadas la Real tiene dos partidos seguidos en casa. Si consigue por fin convertir Anoeta en el ansiado fortín y logra tres victorias, con la del Murcia, llegará a la quinta jornada con al menos diez puntos de quince posibles, una media que ya apunta números de ascenso. Paciencia.

La Historia da ventaja a la Real. De los 16 encuentros en los que el Murcia ha visitado San Sebastián, tanto en Primera como en Segunda División, doce se saldaron con victoria local. En la categoría de plata, además, hay pleno txuri urdin: cuatro partidos, cuatro triunfos, incluyendo un muy contundente 7-0 en la temporada 48-49 (tres goles de Bravo, y uno de Caeiro, Alsúa, Gastón y Ontoria, este último de penalti), una temporada en la que la Real acabó subiendo. De grato recuerdo es también el 2-0 de la 46-47 porque fue un partido de promoción que también significó un ascenso a Primera. En la máxima categoría, en la campaña 50-51 también se registró un 7-0 (tres goles de Epi, otros tantos de Igoa y el restante de Barinaga). Los murcianos sólo han ganado dos veces, ambas en Atotxa y en temporadas consecutivas, la 87-88 (0-1) y la 88-89 (0-2).

La temporada pasada, Real Sociedad y Murcia se vieron las caras en la tercera jornada de Liga y el triunfo se quedó en casa con mucha claridad. Fue uno de los mejores partidos del conjunto de Lillo y, tras eliminar de la Copa al Zaragoza e igualar un 2-0 adverso en La Romareda en el partido de Liga, la ilusión se disparó. Xabi Prieto hizo el primero al transformar un penalti de los que no siempre se pitan, de los que dejan dudas. Para el segundo hubo que esperar hasta los últimos minutos. Díaz de Cerio sentenció en una preciosa jugada personal que culminó con un certero disparo con el interior que se coló junto al poste izquierdo del meta del Murcia. El resultado fue incluso corto para los méritos de ambos equipos. Los pupilos de Javier Clemente dejaron, no obstante, un doloroso sello en Anoeta. Cosieron a patadas a Xabi Prieto hasta que le lesionaron. Fue el principio del fin de esa ilusionante Real de los primeros días de la temporada 08-09.

miércoles, septiembre 02, 2009

REAL SOCIEDAD 0 - RAYO VALLECANO 2 Fracaso centenario con defectos ya conocidos

Calificar la eliminación copera de la Real con una valoración más suave que la de fracaso sería faltar a la verdad. Lo de hoy ha sido un fracaso, puro y duro. Sin paños calientes. Porque la Real ha tirado la Copa. Otra vez. Pero este año duele más, si cabe, porque es el año del centenario. Quedan cinco días para que el equipo txuri urdin cumpla cien años de vida, pero los jugadores que han saltado hoy al campo no han podido, sabido o querido ser conscientes de lo que representa la camiseta que llevan. Es triste empezar de esta forma la temporada en la que se pretende celebrar algo tan bonito como un centenario. Y es duro caer una vez más a las primeras de cambio con errores ya conocidos. Porque la Real ha hecho hoy un partido que tendría perfecto encaje en la temporada pasada. O en alguna de las anteriores. Los silbidos finales del público se quedan cortos, supongo que acogiéndose al tópico de que ahora la Copa no distraerá del objetivo del ascenso. Pero no vale esa explicación. Y menos cuando tu entrenador apuesta por ganar "todo lo que se nos ponga por delante". Porque así, ganar, poco.

La alineación fue más o menos la prevista. Asier Riesgo ocupó la portería. De ser el objeto de las iras del club por no aceptar una salida, pasó a jugar de titular por delante de quien a principios del verano estaba llamado a ser el primer portero del equipo, Zubikarai. El público silbó a Riesgo, pagando con él una situación de desánimo prolongada en el tiempo con muchos jugadores, renovaciones frsutradas y directivas que no les satisfacen. La principal apuesta del once de Lasarte era el doble medio centro, formado por Markel Bergara y Gorka Elustondo. Y fracasaron. Ese fue el primer defecto conocido de la Real de Martín Lasarte. Entre Markel y Elustondo no fueron capaces de frenar el control del Rayo en el centro del campo, con dos veteranos como Movilla y Michel, ni tampoco dar salida al balón, debido a una alarmante falta de movilidad. Sin centro del campo en el que apoyarse, la salida de balón corría a cargo de Riesgo y de los centrales, Mikel González y Ansotegi. Y eso ya lo hemos visto. Cierto es que ahora la Real toca más el balón en la defensa que en la etapa de Lillo, pero no consigue enlazar con el ataque y provoca finalmente el imposible balón largo.

El Rayo saltó más cómodo al campo, pero sin peligro para la portería de Riesgo. Cuando lo llevó, marcó, y eso dice poco del equipo realista. Un golazo, muy difícil de defender (si acaso, y si ánimo de volver a cargar las tintas sobre el mismo jugador al que se responsabilizó del gol en Las Palmas, se podría haber cerrado desde la banda derecha, pero Dani Estrada llega algo tarde al corte), pero una muestra de que la segura defensa de la Real no está todavía preparada para hacer frente a todo aquello que sea diferente. Es lo mismo que sucede en el segundo gol rayista, ya en el tramo final del partido. Otro golazo, prácticamente imposible de defender. Pero es que la Real no llega nunca a lo prácticamente imposible y eso deja un margen importante a todos los equipos rivales. Porque ellos, y no los realistas, sí llegan en algún momento a hacer algo más de lo que se espera de ellos. Al Rayo no le han hecho falta más que tres tiros a puerta para salir de Anoeta con dos goles y forzar una buena intervención de Riesgo. Las jugadas no estuvieron mal defendidas, pero tampoco vimos nada extraordinario en los nuestros.

El segundo defecto ya conocido está donde siempre, arriba. A la Real no es que le falte gol, es que le falta llegada. Cuando hablo de llegada no me refiero al frío dato de cuántas ocasiones de peligro genera, que también, sino la sensación. Esta Real no asusta porque no ofrece algo diferente arriba. Es decir, lo mismo que le ha venido sucediendo en los dos años que lleva penando en la Segunda División. Y esto es así porque el equipo juega los partidos en tercera, y sólo en alguna contada ocasión logra meter la quinta velocidad. La Real comenzó jugando el partido como si no fuera con ella. Ni chispa, ni velocidad, ni empaque, ni entidad. Nada. Y terminó jugando como si fuera un partido de Liga con empate en el marcador, en absoluto como una eliminatoria de Copa en la que se acercaba la derrota minuto a minuto. Ese es el tercer error conocido, que es el principal mal que aqueja a este equipo en el torneo del K.O. Todos lo sabemos, pero nadie lo soluciona. Ni siquiera colgar balones al área, subir con todo arriba, provocar que Riesgo tenga la opción de subir a rematar un corner. Sin la épica propia de la Copa, es imposible avanzar en este torneo.

A esta falta de épica tampoco ayudaron los cambios de Martín Lasarte. No por los jugadores que entraron, ya que Xabi Prieto dio categoría, Agirretxe peligro y Griezmann ilusión, sino por la salida de Carlos Bueno. Al uruguayo le faltan todavía cosas, pero ofreció, de largo, lo mejor del partido. La Real necesita un jugador como él, un broncas, un tipo que luche por todos los balones, que se pegue hasta con su sombra, que levante los brazos en las muchas faltas que provoca, que haga que el público se encienda. Mejor en la segunda mitad, pero le faltó el gol, que estuvo cerca de llegar en un buen cabezazo a pase de Estrada. Esa fue la primera gran ocasión de una Real que, sí es cierto, tuvo ocasiones sobradas y muy claras en la segunda mitad como para empatar e incluso ganar la eliminatoria. Pero hace falta algo más. Y ese algo más sólo llegó a ráfagas. Un par de toques de Prieto, dos disparos de Griezmann ("tiene ángel", dijo de él Lasarte; sin duda su debut es la noticia más hermosa e ilusionante de esta triste jornada) y la lucha de Bueno. Poco más.

Con los pies en el suelo, es obvio que la Real no iba a ganar la Copa. Pero el fútbol es ilusión y hoy la Real no sólo no ha generado ilusión sino que ha desilusionado. Porque ha presentado errores conocidos, que han sido causas notables de que este equipo siga en Segunda División. Porque ahonda la cruda herida que la Copa viene dejando ya en 22 de los cien años de vida de este grandioso equipo. Porque le cercena de raíz al año del centenario la posibilidad de ver un equipo de Primera en Anoeta. Porque carga de razones a quienes ven lo más negativo de esta plantilla. Ha habido cosas buenas, ha habido ocasiones, ha habido un arranque de furia que provocó posibilidades de dar la vuelta a la eliminatoria (quizá más provocado por el cansancio del Rayo que por méritos del conjunto txuri urdin). Por ello, sigo creyendo que hay motivos de sobra para pensar que este equipo se puede meter entre los tres primeros de la Liga al final de la temporada. Pero duele ver una derrota como la de hoy. Duele por la Copa. Duele por el centenario. Y duele sobre todo por la Real y los realistas, que ya han soportado mucho más de lo que sus corazones pueden soportar.

La próxima oportunidad para cambiar la mirada, el próximo domingo. Será la primera de las 41 que quedan. A por ellos.

martes, septiembre 01, 2009

PREVIA Real Sociedad - Rayo Vallecano. Ganar todo lo que se ponga por delante

Tras el estreno liguero, llega la Copa (miércoles, 21.00 horas, Anoeta; Canal +; será el primer partido que retransmite el canal de pago al conjunto txuri urdin desde que descendió a Segunda División). El torneo del K.O. lleva demasiados años dejando sinsabores en San Sebastián como para que la Real se permita el lujo de tirarla a la basura otra vez más. El objetivo debe ser, en palabras del entrenador, "ganar todo lo que se ponga por delante". O, lo que es lo mismo, llegar lo más lejos posible en esra competición, porque la Real tiene razones históricas y de prestigio para dar la cara también en la Copa, un torneo que siempre gustó en el conjunto txuri urdin, pero que, salvo contadísimas excepciones, sólo ha dado disgustos en las dos últimas décadas. Para afrontar esta primera eliminatoria, Martín Lasarte hará algunos cambios con respecto al equipo que jugó el sábado en Las Palmas.

La convocatoria no se conocerá hasta la mañana del miércoles, pero el técnico ya ha adelantado que habrá cuatro o cinco nombres nuevos con respecto al primer once de la temporada. El primero es obligado, puesto que Claudio Bravo está con su selección. Zubikarai no estuvo en Las Palmas y Toño Ramírez se ha marchado cedido a Tenerife, por lo que es bastante seguro que el portero titular será Asier Riesgo. Mikel González y Carlos Bueno son los que más posibilidades tienen de entrar en el equipo titular, seguramente por Labaka y Agirretxe. Lasarte quiere dar minutos a jugadores que todavía no han entrado, por lo que no sería descabellado ver sobre el césped a Markel Bergara, Sarasola, Sergio o Griezmann, al igual que Carlos Martínez y Aranburu si este partido no les llega demasiado pronto en la recuperación de sus respectivas lesiones. En todo caso, Lasarte cree que Charly no estará el miércoles. Xabi Prieto salió tocado de Las Palmas, pero no tener un recambio claro en la plantilla le puede mantener en el equipo. La única baja segura para este partido es la de David Zurutuza.

La Real tiene sobrados motivos para tomarse en serio la Copa. El principal, que sería un soplo de ilusión que en la temporada del centenario, y después de la bonita noche ante el Real Madrid, un equipo de Primera visitara Anoeta. La Copa es la única posibilidad y para ello hay que pasar esta eliminatoria y la siguiente. La Real no gana un duelo ante un Primera desde que venció al Madrid en las semifinales de la campaña 87-88, hace más de veinte años, pero es que ni siquiera ha pasado las rondas suficientes como para jugar contra un equipo de la máxima categoría desde la 98-99, cuando fue eliminado por el Atlético de Madrid. Quien piense que el torneo del K.O. puede distraer del principal objetivo, que no es otro que el ascenso a Primera, puede recordar el ejemplo del Valladolid de hace tres años, que subió como campeón de Segunda batiendo el récord de puntos con 22 equipos y alcanzó los cuartos de final en la Copa.

Real Sociedad y Rayo se han visto las caras una sola vez en la Copa del Rey, y fue hace casi 45 años nada menos. Fue en la temporada 1965-1966, con ambos conjuntos militando como ahora en la Segunda División, aunque entonces en grupos distintos. La eliminatoria cayó del lado txuri urdin gracias a la victoria en el partido de vuelta en Atotxa por 2-0, ambos tantos marcados por Urreisti, después de que el resultado en Madrid fuera de empate a uno (Arregui marcó el gol realista). La Real, no obstante, cayó en la siguiente eliminatoria, ante el Mallorca. La estadística general contra el Rayo en Liga es bastante favorable a la Real, que ha vencido en nueve de los catorce encuentros disputados. El Rayo sólo ganó en una ocasión, en la temporada 92-93 y por 1-2.

En Segunda sólo se han enfrentado dos veces. La primera fue en la campaña 66-67, la del ascenso de Puertollano, y acabó con una victoria realista por la mínima, 1-0 con gol de Boronat. La segunda, la última visita del equipo franjirrojo a Anoeta, fue la temporada pasada y el resultado fue de empate a uno. La Real hizo una muy buena primera media hora, en la que se adelantó por medio de Agirretxe, que anotaba su tercer tanto en la Liga. Pero a la media hora, el conjunto entrenado por Lillo desapareció del campo y el Rayo, probablemente el equipo que mejor jugó contra la Real en los dos partidos del pasado ejercicio, se convirtió en claro dominador del choque. Mientras Bravo desbarataba ocasiones rayistas, Castillo estrelló un balón en el larguero. El empate (en la imagen) llegó de forma cruel, en el descuento y tras un dudoso penalti por mano de Markel, que además le costó la expulsión.