jueves, julio 29, 2010

Sabor clásico

Ya conocemos la nueva equipación de la Real, la que lucirá en su regreso a la Primera División, y la camiseta del centenario ya es historia. Astore dio muchos quebraderos de cabeza con esa emblemática indumentaria y los problemas que hubo para que llegara con facilidad a manos de los aficionados de la Real. Muchos pidieron incluso que se rompiera el contrato con la marca deportiva, y es que era tan justo como inevitable reprochar a Astore que las camisetas llegaran con cuentagotas a la tienda del club y, por extensión, a todo aquel que quisiera comprarla. Sigo convencido de que, a pesar de haber roto por completo la marca de ventas con la equipación del centenario, el club ha perdido dinero con la escasez de material que hubo en su tienda durante buena parte de la temporada. Y de eso la culpa la tendría Astore. Pero también es cierto que Astore lleva desde la temporada 1994-1995 equipando a la Real y ha creado algunas camisetas realmente bonitas. Y esta, la que lucirán Xabi Prieto, Llorente, Griezmann, Aranburu, Ansotegi y compañía a partir del 28 de agosto, es preciosa.

Para gustos, los colores. Ese es el dicho popular. Y, por eso, esta camiseta que se ha presentado esta tarde en Anoeta gustará o no a cada aficionado txuri urdin que la vea. Lo que está claro es que tiene un indudable sabor clásico. Astore la vende afirmando que se basa en la que lució la Real en las dos temporadas en que se alzó con el título liguero. Y al escuchar eso es inevitable que la memoria y la nostalgia nos empujen casi hasta la puerta de la tienda que el club tiene en Anoeta desde hace casi un año para comprarla. O al menos a soñar con tiempos pasados cada vez que la veamos. Las franjas que recorren las mangas de la camiseta y el pantalón son el detalle que termina de rematar el diseño. ¿Cuántas veces hemos visto a Zamora, López Ufarte, Kortabarria o Satrústegui luciendo una zamarra parecida? Hasta el cuello luce como aquel. Es una delicia ver otra vez a la Real vistiendo como aquella Real.
Lo que no deja de ser curioso es cómo ha evolucionado el propio diseño de Astore en poco más de un año. La de arriba es la camiseta que acaba de presentar la marca deportiva, asegurando que se ha buscado una "imagen más retro". Pero a mediados de la temporada 2008-2009, la Real convocó un concurso en la web que conmemoraba el aniversario del club para escoger la camiseta del centenario. Se presentaron tres diseños. El finalmente escogido, inspirado en el logotipo del centenario que se había presentado unos meses antes, un segundo con una única franja blanquiazul en el centro con los lados blancos y un tercera, que era el que se calificó también como retro. Es la camiseta que se puede ver más abajo.
Desde mi punto de vista no hay color. A pesar de que comparten el mismo número de rayas (que es lo que, efectivamente, hace recordar tiempos pasados), es mucho más bonita la actual que aquella que se quedó por el camino hace año y medio. No sólo por la espalda, que en la actual mantendrá las líneas blancas y azules, con el número en negro por encima (mucho mejor que ese cuadrado azul que tenía la propuesta centenaria), sino también por la ubicación del escudo (en el centro, en plena línea azul, no parece quedar tan bien, aunque sí funcionara con el diseño más blanco de la camiseta del centenario) y por el detalle retro de las mangas. Fue un acierto no escoger aquella y parece también un acierto el modelo que se acaba de presentar.

Lo que a mí no me termina de convencer, y me da que aquí sí que va a haber debate, es la equipación suplente. Es un calco de la vestimenta del Inter de Milán, en la forma y en los colores. El referente dentro de las camisetas de reserva de la Real puede ser una de las equipaciones suplentes que vistió el equipo entre las temporadas 1998-1999 y 2000-2001. Hay dos grandes diferencias entre ambas camisetas. La primera, que las líneas negras y azules de la camiseta eran horizontales y no verticales, marcando una clara diferencia con el diseño del club italiano. La segunda, que predominaba el azul más que el negro. Aquella siempre me pareció preciosa y, además, verdaderamente útil, porque se podía usar sin problemas contra casi cualquier rival con el que hubiera coincidencia (a veces también se utilizó con pantalón blanco).
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No sé si esta equipación suplente triunfará, pero lo cierto es que la Real no acaba de encontrar un diseño para su segunda camiseta que perdure. Pasa sin solución de continuidad del blanco al negro, atravesando el rojo. Llegó a utilizar incluso una camiseta verde en un partido contra el Oviedo de hace ya más de una década. Los diseños más innovadores (como aquel con mangas gris claro y una franja central más gruesa de color azul marino) no terminan de encajar. Y eso por no hablar de aquella verde y amarilla, homenaje al San Sebastián Recreation Club de 1903 que se utilizó durante dos temporadas, en el mandato de Iñaki Badiola. Igual si la camiseta nos trae suerte, cambia mi opinión...

miércoles, julio 21, 2010

Allá vamos otra vez

Hace poco más de un mes estábamos dando carpetazo a la temporada 2009-2010 y ya hemos empezado de nuevo. Es la dinámica del fútbol moderno, una perversa montaña rusa en la que no hay tiempo material para el descanso. Y de ese desaguisado que es el calendario del fútbol tienen buena culpa la Liga de Fútbol Profesional y la Federación Española. Ellos son los responsables de que los seguidores de equipos que militaban en Segunda llegáramos tarde al disfrute del Mundial, de que la Real haya tenido menos vacaciones que 17 de sus 19 rivales de la próxima temporada o de que jugadores jóvenes que ya han dado el salto al profesionalismo, caso de Griezmann en la Real, tengan que disputar con sus selecciones, en estas fechas estivales, competiciones internacionales que tendrían que servir de promoción al fútbol base y no de chicos que ya han llegado a la élite. Algún día alguiten tendrá que poner fin a estas barbaridades, pero lo cierto es que ese día parece lejano.

Con inconvenientes o sin ellos, la Real 2010-2011 ya está en marcha. O al menos buena parte de esa Real, puesto que ha habido ya siete bajas (Bueno, Songo'o, Johantan Estrada, Riesgo, Sergio, Nsue y Sarasola) y sólo han llegado dos jugadores, además de los cuatro del Sanse que inician la pretemporada con el equipo (y de los que Lasarte ya ha anunciado que dos se quedarán con los mayores) y las ausencias temporales de Griezmann y de Bravo, el único mundialista del equipo txuri urdin. Y a la espera de que lleguen esos tres o cuatro fichajes anunciados, sólo queda cruzar los dedos para que efectivamente lleguen y no nos suceda como el año pasado con los porteros, que mucho anunciar y después pocos resultados. A día de hoy, el mejor once de la Real se parece mucho al de la temporada pasada (sólo un cambio, Llorente por Bueno) y con eso Lasarte puede hacer un buen once para Primera, no me cabe la menor duda, pero no competir durante las 38 jornadas.

Quizá ese sea el primer elemento en el que mi visión es discordante con respecto a la de la mayoría de aficiuonados en estas fechas. Muchos creen que la Real que subió a Primera no daría la talla en esa categoría y estaría abocada a un nuevo descenso. Yo discrepo y sí veo nivel. Estoy deseando ver qué hacen De la Bella, Carlos Martínez, Griezmann o Zurutuza en esta categoría. Quiero ver si Ansotegi y Mikel González siguen demostrando la jerarquía que exhibieron en Segunda. Tengo ganas de saber si Xabi Prieto sigue siendo igual de decisivo. Y estoy seguro de que Llorente cantará muchos goles. Pero si algo nos demostró la experiencia en Segunda es que un once no basta. La Real sufrió mucho con las lesiones de Díaz de Cerio, Elustondo, Bueno o Xabi Prieto. Hace falta banquillo. Y banquillo de verdad. No canteranos subidos con calzador para hacer número (eso fueron Sarasola, Esnaola o Viguera, a tenor de la poca confianza que Lasarte depositó en ellos) o foráneos de dudosa calidad o rendimiento (¿hace falta decir que estoy pensando en Johantan Estrada o Songo'o?).

Tampoco entiendo algunas de las visiones que se están teniendo sobre este regreso a Primera. Parece que algunos lo están viviendo como si nunca hubiéramos estado en la máxima categoría. Parece que Madrid o Barça jamás han pasado por Anoeta (y qué decir ya de Atotxa...). Parece que nuestros derbis hubieran sido siempre con el Eibar o el Real Unión. Comparto la ilusión de regresar a la élite, que no se me malinterprete, celebré como el que más el ascenso y creo que es una gran noticia que en la Real, por fin, se hable con ilusión antes de empezar una temporada. Pero este equipo pertenece a la Primera División. Es el único lugar posible en el que se moverá con comodidad. Es donde ha ido escribiendo las páginas más brillantes no sólo de su propia historia sino la del fútbol español. La Real es muy grande, no lo olvidemos. Si lo hacemos, estamos infravalorando lo que representa su escudo, su camiseta y su historia. No me va a cegar el brillo ajeno, porque la Real siempre ha tenido el suyo propio. Ilusión siempre, pero sin perder la memoria.

Y, una vez conocido el calendario, tampoco comparto muchos de los análisis que pueblan los periódicos estos días. Se habla de un comienzo y un final muy exigentes, de un tramo medio más asequible y de una primera vuelta en Anoeta con los partidos más complicados. Creo que es un error mirar así el calendario ahora mismo, porque la filosofía que nos ha llevado a Primera es precisamente la contraria, la de ir partido a partido. Cierto es que aquí sí habrá rivales a priori superiores a la Real, cosa que en Segunda no sucedía, pero los tres puntos valen igual ante todos, luchen por la Liga, por Europa o por la salvación. Nos fuimos a Segunda hace tres años por ceder una derrota y dos empates ante los últimos tres rivales que tuvimos, y sólo el Osasuna tenía algo remotamente en juego. Y me acuerdo de aquella Real de la temporada 90-91 que, en una campaña en la que cesó a Boronat para evitar el escenso y puso en su lugar al gran Javier Expósito, es la única que consiguió ganar en una misma competición en los campos de Barcelona, Real Madrid y Valencia. Partido a partido. No hay otra manera.

Ahora a los aficionados sólo nos queda esperar. Queda algo más de un mes para el inicio de la LIga. Estamos en manos de Lasarte, del trabajo físico que Balbi haga con la plantilla y de lo que Loren y Javi Pérez hagan en los despachos. Entre medias, veremos los amistosos de siempre, haremos nuestras cábalas sobre el once que debutará el último fin de semana de agosto contra el Villarreal y todos, sin excepción, empezaremos a pensar a qué puede aspirar la Real. Allá vamos otra vez. Pero con la mirada alta, que por mucho que seamos un equipo recién ascendido también seguimos siendo la Real.

martes, julio 13, 2010

De Tolosa, de la Real... y campeón del mundo

El 1 de diciembre de 1999 saltó al césped de Anoeta un chaval de 18 años llamado Xabi Alonso. Aunque muchos le conocían ya, para la mayoría no era todavía Xabi Alonso, sino el hijo del gran Periko Alonso. Llevaba el número 32 en la camiseta y en el pantalón y estaba debutando con el primer equipo. Si no fuera por él, aquel día habría pasado a la Historia de la Real sólo por ser una de las muchas decepciones que nos ha dejado la Copa en los últimos tiempos. Aquel día, un Segunda B, el Logroñés, apeaba al equipo txuri urdin de la cimpetición, ganándole además los dos partidos. Aquel día todos terminamos el partido molestos, enfadados, cabreados, incluso indignados. Y hoy resulta que aquel día sólo se puede considerar como histórico. Aquel día, Xabi Alonso debutó con la Real.

Han pasado casi once años desde aquel día. Xabi triunfó en la Real, formó parte de aquel equipo que nos devolvió una gloria sin título en 2003, fue traspasado al Liverpool donde tocó la gloria de ganar una Champions, con un gol suyo además en la final, fue campeón de Europa de clubes en 2008, siendo todfavía jugador red, le fichó el Real Madrid y acaba de ser campeón del mundo. Campeón del mundo, repito. Un chaval salido de Zubieta es campeón del mundo. No hay nada más grande en esto del fútbol.

Bueno, para un corazón txuri urdin puede que sí haya algo más grande, pero de momento ese mismo corazón alcanzó la felicidad al ver las fotos de la celebración de la selección española. Al ver a Xabi Alonso con la bandera de la Real, la de su centenario, en su espalda.

La Real es un equipo de detalles sencillos. Un pequeño gesto, un modesto reconocimiento nos vale casi tanto como un título. Vicente del Bosque dijo que la Copa del Mundo es de todo el fútbol español, de todos los equipos, de todas las canteras. Xabi Alonso es nuestro trocito de esa copa. Ya sé que España no levanta pasiones entre muchos aficionados realistas, ya sé que casi todos cambiaríais este Mundial por una nueva Liga para la Real. Ya lo sé. Pero a mí ayer me emocionó que este chaval de Tolosa, de Zubieta y de la Real, ese que hoy es jugador del Real Madrid, celebrara el mayor momento deportivo de su vida diciéndole al mundo entero, en voz baja, como corresponde a un campeón tan humilde como él, que su corazón es txuri urdin. Gracias, Xabi.

jueves, julio 01, 2010

La necesaria adaptación


De la última alineación que presentó la Real en Anoeta jugando en Primera División, aquel fatídico partido ante el Racing, sólo quedan dos supervivientes en la plantilla. Aquel día jugaron Riesgo en la portería; Gerardo y Rekarte en los laterales; Ansotegi y Víctor López en el centro de la defensa; Juanito y Garitano por delante; con Estrada y Savio por las bandas; y Díaz de Cerio y Kovacevic en punta. Sólo siguen en la Real Ansotegi y Estrada. Han pasado poco más de tres años desde aquel día, tres años en los que la Real ha vivido la lógica adaptación a su realidad, a la Segunda División. Es cierto que ahora mantendremos buena parte del bloque con el que hemos vuelto a Primera, pero vuelve a tocar un trabajo de adaptación. No tan importante como el que hemos vivido en estos tres años, no, pero trascedental para no volver a dar con nuestros huesos en ese infame pozo.

Porque, veréis, en la temporada 2010-2011, es bastante probable que la Real no vaya a ganar 20 partidos, los que le sirvieron para ascender. También hay muchas posibilidades de que pierda alguno más de los ocho partidos que perdió en su último año en Segunda. Tendremos muchos más lkunes tristes, no lo dudéis. Que Bravo (o quien ocupe la portería de la Real) luche por el Trofeo Zamora es algo poco factible, aunque nos hayamos acostumbrado a ello en los últimos tres años. Anoeta verá perder a la Real algún partido, no uno solo. Temeremos las salidas a Bernabéu y Nou Camp como no hemos temido ninguna en los últimos tres años. Tendremos un derbi de máxima tensión. No llegaremos a los 42 puntos que garantizan la salvación en la jornada 20, como hicimos en la primera vuelta que asentó el ascenso que acabamos de celebrar. De todo eso nos tenemos que olvidar para competir en Primera. Esa es la necesaria adaptación que la Real debe hacer.

Los dos primeros años en Segunda (incluso en algún tramo del tercero), el entorno del equipo txuri urdin mostró mucho nerviosismo, a veces algo exagerado. Enterrémoslo por el bien del equipo. Porque el camino en Primera va a ser mucho más duro que en Segunda. Lo disfrutaremos más, sí, porque habrá más fútbol en el césped de Anoeta, pero será mucho más exigente con la capacidad de nuestro equipo. Creo que hay mucha gente que ya se ha olvidado de lo que es transitar por la parte baja de la tabla o en tierra de nadie, sin que haya una posibilidad de lograr un objetivo en junio. Quizá esta Real nos sorprenda y acabe compitiendo por algo grande. Quién sabe. Yo, desde luego, no le voy a perder la confianza a estos jugadores por el simple hecho de jugar contra Barcelona, Real Madrid o Athletic. Pero con los pies en la tierra y en previsión de un caminar mucho más lento y pesado en la clasificación, tenemos que asumir que nuestra realidad ha cambiado.

No soy partidario de limitar las aspiraciones del equipo. ¿Por qué hacerlo? Pero ahora, con mucho más sentido común si cabe, hay que ir paso a paso. Hay que asumir que cada partido es una final. Que el primer objetivo es llegar a la frontera de los 40 puntos para asegurar la permanencia, y cuanto antes mejor para no vernos acuciados en junio. Y después ya veremos dónde está el límite de este equipo todavía en formación. Pero con la misma confianza que hemos tenido este año y sin que aparezcan los nervios. El mejor espejo para mirarnos es la Real de la temporada 91-92, entrenada por Toshack. En las cinco primeras jornadas perdió cuatro partidos y empató uno. A cero, porque no había sido capaz de marcar un solo gol. Por supuesto, ocupaba el farolillo rojo de la clasificación. Aquella Real, pese al nefasto arranque, respondió y acabó ganando 16 partidos y sumando el equivalente a 60 puntos actuales. Acabó en quinta posición y se clasificó para jugar la Copa de la UEFA.

Hay que adaptarse a esto. A competir a otro nivel. Ya lo conocemos, pero la memoria es frágil. Eso sí, desde hoy se acabó lo de buscar la información de la Real en las páginas de Segunda División. Desde hoy, ya somos de Primera a todos los efectos. Con paciencia y confianza, pero a disfrutarlo, que nos lo hemos ganado.