domingo, agosto 29, 2010

REAL SOCIEDAD 1 - VILLARREAL 0 Enorme prueba de valor

La Real ha dado una enorme prueba de valor. La prueba de que es un equipo hecho y preparado para competir en Primera División. Primer partido, primera victoria y Anoeta sigue en el estado de gracia con que finalizó la pasada temporada. El triunfo ante el Villarreal deja tantísimas lecturas positivas que hoy la nota predominante es la satisfacción absoluta. El equipo de Martín Lasarte ha demostrado que en su regreso a la Primera División va a ser un equipo duro, serio y competitivo. Como lo fue en Segunda. Su carácter no ha cambiado, y una vez que se dio cuenta de que la Primera División no se come a nadie, al menos a un partido, abrazó con fuerza sus opciones de ganar el partido. Y lo ganó, en muy buena lid y con todo merecimiento. Contra un rival de los importantes de la Liga (juega la Europa League), al que no permitió cantar un "uy" con auténtico peligro de gol hasta el minuto 86 de partido. Eso vale mucho. Casi tanto como los tres puntos que ya suma en el casillero.

Martín Lasarte presentó una alineación más o menos esperada y muy fácilmente reconocible. Fue casi la misma que logró el ascenso ante el Celta en junio, con la excepción de Bravo (aquel día, con el chileno en el Mundial, jugó Zubikarai), Sutil (por un Griezmann sin apenas vacaciones, que se asomó en la segunda parte tras la atronadora ovación de un Anoeta feliz) y Llorente (aquel día estuvo Bueno en punta). Con Zurutuza en plena forma, la única duda estaba en el doble pivote, y Lasarte decidió confiar en el que ascensió a Primera División, Rivas-Aranburu, en lugar de darle al manchego la pareja con la que comenzó la temporada, Elustondo. Y con ese once, la Real optó por conocer poco a poco el nivel de Primera, con tranquilidad, sin perder la cabeza. Dejó que el Villarreal manejara el balón y buscó la salida en contraataque (el mejor en estos minutos fue un Aranburu notable conduciendo y desplazando el balón) y con balones largos desde atrás. Llorente, Sutil (al que pareció pesarle el salto de dos categorías, hasta que empezó a cogerle el tacto al balón en jugadas de estrategia) y un entonces desaparecido Xabi Prieto no consiguieron bajar ninguno con peligro.

El panorama empezó a cambiar, curiosamente, con un defecto de la Real. Un libre indirecto al borde del área pequeña es una de esas ocasiones que no se pueden dejar pasar. Puede pasar factura no aprovechar algo así en otros partidos, pero hoy, afortunadamente para el equipo txuri urdin, no fue así. Prieto le tocó el balón a Sutil y su disparo lo repelió en su salida Diego López. Hubo un segundo disparo del propio Xabi, pero también fue despejado. El libre indirecto llegó por una debatible cesión al portero tras una magnífica internada de Aranburu. Y a pesar del error en la ejecución, la jugada demostró que la Real podía estar al mismo nivel que un equipo que sólo había perdido una vez en Anoeta y que presentó una alineación con dos campeones del mundo. Casi nada. Pues la Real no sólo no fue inferior, sino que tuvo grandes momentos en los que le demostró al Villarreal que puede ser bastante mejor.

La clave, como la temporada pasada, hay que buscarla desde atrás. Espléndido partido defensivo de la Real, con un Mikel González de nuevo imperial y con un Carlos Martínez al que la Primera División le da un plus. Y se lo da porque sigue siendo el mismo: serio atrás y muy atrevido en ataque. Sigue siendo un apoyo imprescindible para Xabi Prieto y no ha perdido por ello un ápice de su fuerza defensiva. Esa es, quizá, una de las mejores noticias que deja el partido. La fortaleza defensiva es tan grande que los tres cambios de Lasarte fueron ofensivos. Y eso es magnífico, porque si se mantiene permitirá siempre al técnico uruguayo buscar solucionar para ganar un partido, no para defenderlo. Diego Rivas también se enchufó al partido en los minutos que rodearon a esa jugada, y el Villarreal dejó de manejar el balón con tanta soltura. El centro del campo pasó a ser txuri urdin y Zurutuza empezó a crecer. Y con él, la Real. Xabi Prieto estuvo a punto de marcar tras una falta botada por Sutil que no llegó a peinar por poco. No se movió el marcador antes del descanso.

El gol llegó pasados los diez minutos de la segunda mitad. Y llegó como solía llegar la pasada temporada: por la calidad de los jugadores de ataque de la Real. Un jugadón entre Llorente (¡qué capacidad de pelea, lucha y presión la suya!) y Xabi Prieto, que éste remató con una sangre fría sencillamente maravillosa. Un golazo. Lo más difícil parecía hecho. Pero en realidad no era así. Lo más difícil fue saber sufrir en Primera. Fue aguantar al Villarreal durante media hora, con un esfuerzo titánico en el que participaron todos los jugadores al unísono. Nadie desentonó. Es complicado saber si el equipo reculó unos metros o si fue el rival el que dio un paso adelante, pero los últimos minutos tuvieron una constante presencia en la frontal del área de Bravo. El chileno, en todo caso, no tuvo más que estar seguro en su colocación, atento en los centros y detener con una maestría inisual un tiro a bocajarro de Jefferson Montero en una jugada que ya estaba anulada por fuera de juego. El partido tuvo similitudes con el que se jugó hace unos meses ante el Villarreal B. Acabó de la misma forma. Y con triunfo de la Real.

Decía que son muchos los méritos de la Real hoy, y es verdad. El más obvio es el triunfo, sumar tres puntos. Pero ojo a otras cosas. Le ha dado la vuelta al sentido de un partido que comenzó con dominio del Villarreal. Se plantó sobre el césped con seis debutantes en Primera División, y no creo que nadie notara menos oficio en los realistas que en los castellonenses. Siete canteranos en el once inicial. Nueve después de los cambios. Por convencimiento de que es la filosofía con la que tiene que vivir y morir la Real y porque son buenos jugadores que se merecen la camiseta que han vestido. No concedió más que un par de ocasiones claras de gol del rival, un disparo de Nilmar que se marchó rozando el palo a la izquierda de Bravo y un pie que tuvo que meter el arquero chileno ya en el descuento. La portería a cero una vez más, como en tantos partidos de la pasada campaña. Una victoria sobreviviendo a un mal arbitraje de un mal árbitro, que entre otras cosas se tragó un penalti por manos tras un cabezazo de Llorente.

Y una entrega brutal de absolutamente todos los que han vestido hoy la camiseta txuri urdin. Hoy la Real quiso ganar y ganó. En el campo y en la grada. Eso es lo que siempre ha sido este equipo. Habrá días en que el rival sea mejor, incluso que gane sin superar en el juego a la Real, pero hoy no era uno de esos días. Le preguntaron a Lasarte por algún pero, y citó la euforia. Falta mucho, cierto. Yo veo algún problema claro más, como el poco provecho que se sacó del balón parado (a Carlos Martínez hay que enseñarle a rematar mejor de cabeza, puede dar muchos goles), y Lasarte lo reconoció. Además, se puede hablar de no haber buscado el segundo gol en jugadas que podrían haber acabado en gol. El técnico habló de dudas en la salida rápida del balón, pero expresó que Griezmann mejoró ese aspecto del equipo. Yo creo que en los últimos minutos se pudo matar el partido. Pero da igual. El 1-0 da tres puntos. El primer día no es el mejor para mirar a la clasificación. Ya tendremos tiempo. De momento, vamos a disfrutar de este magnífico arranque. Que nos lo merecemos.

sábado, agosto 28, 2010

PREVIA Real Sociedad - Villarreal. Un día más, un día especial

Es un día más, pero es un día especial. La Real debuta en Primera División (domingo, 17.00 horas, Anoeta, PPV), pero en realidad no es un debut, pues es el sitio natural del equipo txuri urdin. Estaba allí cuando la competición arrancó en 1928. La comenzó dos veces recibiendo la copa de campeón. Y no vive un partido como el de este fin de semana desde hace 43 años. Pero es un debut, o más bien un regreso, y eso lo convierte en un día especial. Porque los últimos tres años los ha pasado la Real sufriendo por volver a este lugar. Tanto trabajo, tanto esfuerzo, tantos gritos, tantos jugadores sólo cobrarán sentido a partir de las cinco de la tarde del domingo, cuando comencemos a disfrutar de lo que nos hemos ganado con nuestro sudor, cuando veamos y saboreemos el merecido premio. Hay quien dice que esta temporada se va a sufrir más que las anteriores. No estoy de acuerdo. Es el momento de disfrutar. Empezando con un día más, pero con un día especial.

Martín Lasarte, quien dijo el viernes que ya tiene escogido el once con el que abrirá la competición, ya ha dado algunas pistas con la primera convocatoria de la temporada. Sigue viejos patrones, como el de no tener un lateral en el banquillo. Pero también habrá nuevos hábitos. Entran tres de los cinco fichajes, y el único disponible que de momento se queda fuera es Sarpong, quien también es verdad se incorporó al equipo sólo hace unos días. La gran novedad entre los 18 escogidos es, en realidad, Borja Viguera, que se ha convertido en lo que no fue la temporada pasada: miembro de pleno derecho de la primera plantilla de la Real. En el año del descenso tuvo número pero no presencia. Ahora está ante su gran oportunidad. De momento, y como era previsible, no se cuela entre los 18 ninguno de los canteranos que entrenan con el primer equipo. La gran sorpresa es la ausencia de Agirretxe, quien a pesar de ser el máximo goleador de la pretemporada ve su camino cerrado, al menos de momento, por los nuevos fichajes.

Pese a tenerlo ya decidico, el técnico uruguayo no adelantó cuál será el once que saltará al cesped de Anoeta, pero hay cosas que parecen bastante claras a tenor de lo visto en los amistosos de pretemporada, en los entrenamientos y también con sus declaraciones. La defensa será la misma que facilitó el ascenso con sus grandes actuaciones de la temporada pasada. Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez (Estrada se ha quedado fuera de la lista) y De la Bella en los laterales y Mikel González y Ansotegi en el centro. El primero de los centrales será el recambio si hay un percance en alguna de las bandas y Labaka esperará en el banquillo. Si Lasarte mantiene, como parece que hará, el 4-2-3-1 habitual de la pasada campaña, Llorente es el delantero que parte con ventaja. No hay sorpresa ahí. Tamudo esperará en el banquillo. En el centro del campo, y por uno u otro motivo, el único jugador que parece tener asegurado un lugar en el once y un puesto concreto sobre el campo es Xabi Prieto, que ocupará como es habitual la banda derecha.

Los dos puestos de mediocentro se lo disputan cuatro jugadores. Tres, en realidad, porque no parece que Markel cuente con las mismas posibilidades de ser titular. Elustondo, Diego Rivas y Aranburu pugnan por esos lugares, y aunque parece que la apuesta es dejar al manchego en el banquillo hay varias dudas, debidas sobre todo al estado físico de Zurutuza. Si el canterano está en condiciones de jugar, será titular en la mediapunta. Si no, el capitán podría adelantar su posición, permitiendo que Rivas y Elustondo repitieran el doble pivote más habitual de la pasada campaña. La otra alternativa para el enganche con Llorente sería Viguera, con lo que Lasarte respondería a la gran pretemporada que ha hecho el canterano. Por la izquierda, Sutil y Griezmann se disputan el último puesto en el once titular. El jienense ha tenido molestias durante la semana, pero ha tenido toda la pretemporada para ponerse a punto, mientras que el joven canterano francés llegó tarde debido a la disputa del Campeonato de Europa sub-19 y apenas pudo tener minutos en los dos últimos partidos amistosos. Lo normal es que juegue Sutil, pero no se puede descartar la presencia de Griezmann.

Anoeta presentará una gran entrada para abrir el campeonato y para ver fútbol de Primera División tres años después. Si contemplar el estadio donostiarra con 20.000 personas todos los días en Segunda y ante rivales que no despiertan expectación alguna ya era impresionante, rozar los 30.000 en Primera será aún más fabuloso. Los casi 26.000 abonados y los aficionados que puedan estar en partidos puntuales lo harán posible semana a semana. El otro gran centro de atención, por paradójico que parezca en la primera jornada de un campeonato liguero, será el árbitro. La Federación ha decidido dar la bienvenida a la Real designando para su partido a González González, un árbitro que se distinguió en Segunda por perjudicar notablemente al equipo txuri urdin (el gol en fuera de juego del Sporting en Gijón o sus polémicas decisiones en el duelo ante el Eibar en Anoeta) y para el que Lillo llegó a pedir públicamente que lo desterraran de los partidos de la Real. Pese a sus nefastas actuaciones, ascendió a Pimera. A ver de qué pie cojea en esta categoría.

Real Sociedad y Villarreal sólo se han visto las caras en Primera División (en Segunda sólo huboi un duelo con el filial castellonense, el año pasado, con victoria realista por 2-1). Y los datos son muy negativos para el conjunto txuri urdin: sólo una victoria en nueve partidos, por cuatro triunfos del equipo amarillo y tres empates. La Real apenas fue capaz de ganar en la temporada 2001-2002, por la mínima e in extremis, 2-1, con goles de Aranburu y De Paula. Las tres últimas visitas del Villarreal se cuentan por derrotas realistas, incluyendo la más abultada de la historia de estos enfrentamientos, la que aconteció en la campaña 2004-2005, cuando el Villarreal logró un rotundo y comodísimo 0-4, con Riquelme como estrella. El empate más doloroso se produjo en la temporada del subcampeonato, la 2002-2003. La Real llegó al descuento ganando 2-0 gracias a dos goles de Kovacevic, uno de ellos de penalti, pero el Villarreal acabó empatando un partido que el árbitro prlongo hasta el exceso, hasta el gol del empate.

La última visita del Villarreal, que llegó a Anoeta con una delantera formada por Forlán y Nihat, fue el año en que la Real bajó a Segunda, en la temporada 2006-2007. El conjunto amarillo venció por 0-1 y la derrota txuri urdin llegó además de forma cruel. No sólo jugó un buen partido, sino que además perdió el punto que al menos mereció de forma injusta: a nueve minutos del final y por culpa de un gol que Arruabarrena marcó con la mano sin que Clos Gómez señalara la infracción o atendiera las protestas de los realistas, sobre todo de un Claudio Bravo que, sin poder llegar al centro desde la banda izquierda del ataque visitante, tuvo una visión privilegiada del tanto. Cinco jugadores que saltaron al cesped aquel día siguen en la Real (Bravo, Labaka, Ansotegi, Rivas y Aranburu). Aquella derrota fue el primer partido de Miguel Ángel Lotina al frente de la Real, después del cese de José Mari Bakero. El partido se jugó a finales de octubre y la situación del equipo ya era dramática: colista, con seis derrotas en ocho partidos y todavía sin conocer la victoria. Que este fin de semana no se repita la historia y podamos celebrar el regreso a Primera con un triunfo.

lunes, agosto 23, 2010

Confianza absoluta

Qué cosas. Durante buena parte de la temporada pasada, la parte en la que todavía algunos sectores de aficionados y medios de comunicación dudaban de que la Real pudiera consiguier el ascenso, el argumento era que ese equipo no duraría en Primera. Que sí, que podíamos subir, pero que el descenso un año después era una realidad mucho más que probable. Yo no estuve de acuerdo entonces, tampoco lo estoy ahora. Tengo una confianza absoluta en los jugadores que conforman la plantilla de la Real, como la tenía hace un año. Porque yo hace un año sí creía que el equipo de Martín Lasarte acabaría entre los tres primeros, por razones que van más allá del confesado amor que profeso a estos colores y a este escudo. Tendemos a infravalorar demasiado lo que tenemos y a sobrevalorar lo que hay ahí fuera. Y por eso este año repito un mensaje de ilusión: tengo confianza absolua en que la Real no estará entre los tres últimos y creo que, si se dan los detalles necesarios, la temporada puede ser muy buena para el equipo.

A una semana del comienzo de la Liga, hay algo en lo que apenas se está reparando, y es que el once inicial con el que la Real se enfrentará en Anoeta al Villarreal, al menos con el que seguro le gustaría comenzar a Lasarte, es casi el mismo que logró el ascenso. Sólo cambiaría el delantero. Llorente por Carlos Bueno. Pero el resto del equipo sería el mismo que ganó al Celta en Anoeta y que maravilló en Cádiz para lograr el ascenso. No estarán seguramente Zurutuza por lesión y Griezmann porque casi se acaba de incorporar al equipo tras sus exiguas vacaciones, pero no se enfrentarán al Villarreal muchos jugadores que no estuvieran hace pocos meses en el encuentro ante su filial. Confiaba en ellos hace un año y confío en ellos ahora. Y, además, sostengo que la plantilla está mejor configurada que la de la temporada 2009-2010. Es lo que permite tener algo de dinero. No mucho, porque la inversión de la Real apenas supone algo más de cutro millones de euros (la mitad de lo que gana en bruto Xabi Alonso al año en el Madrid, por dar una referencia), pero eso marca la diferencia. La diferencia entre penar en Segunda y vivir en Primera.

Lasarte cuenta, este año sí y al menos sobre el papel, con dos jugadores por puesto. Pero dos jugadores, en algunos puestos incluso más, que sí van a luchar por jugar con dignidad e igualdad. El año pasado había jugadores que no tenían recambio y hay que reconocer que hubo algo de suerte. Suerte en que De la Bella apareciera cuando lo hizo. En que Griezmann deslumbrara como lo hizo. En que no se echaran en falta los goles de Agirretxe cuando no estaba Bueno y los de Bueno cuando no estaba Agirretxe. En que apenas nos diéramos cuenta del fracaso estrepitoso de dos de los fichajes, Johantan Estrada y Songo'o. O en que las muchas lesiones de Zurutuza fueran encontrando diferentes relevos de garantías en el once inicial. Esas circunstancias, pese a producirse, no mermaron a la Real. Pero esos son los detalles que pueden decidir el destino de un equipo cada temporada. El destino es impredecible, pero a estas alturas de la temporada lo que se puede decir es que la Real ha puesto mucho de su parte para que el destino no le amargue el regreso a Primera.

Puestos a encontrarle un problema a la plantilla de la Real, echo de menos carácter sobre el césped. Y con carácter no quiero decir que no haya capacidad para enfrentarse a las adversidades o que vea blando al equipo. Pero echo en falta el liderazgo, la mala leche y el conocimiento absoluto del fútbol (de todo tipo de fútbol) que, por recordar a la última gran Real, ponían en el campo Karpin y Schürrer, sobre todo el ruso. Eso le falta a esta Real. En alguna medida lo aportó la temporada pasada Carlos Bueno y quizá coja el relevo en este terreno Joseba Llorente. Quizá. Pero faltan Karpin y Schürrer. Lo digo como si todos los equipos lo tuvieran, pero no es verdad, y esa es la ventaja de la Real. Lo de Schürrer quizá lo supliremos con la categoría que tienen los centrales de este equipo (confianza absoluta, sí, en Mikel González y Ansotegi), pero si tuviéramos a Karpin yo no me conformaría con escuchar que el objetivo de esta Real es sólo la permanencia. ¿Lo es? Partido a partido, que es lo que funciona.

martes, agosto 17, 2010

Delanteros de Zubieta

Orgullosos de la cantera de porteros que siempre hemos tenido (Zubikarai ya se ha ganado un lugar en el corazón de todo realista aunque el titular sea Bravo), tranquilos por la fortaleza de los defensores que forjamos (punto fuerte del equipo en los últimos tiempos) y algo abrumados por la enorme cantidad de centrocampistas que llegan al primer equipo de la Real (o que suenan, porque a los Elustondo, Markel o Aranburu, hace años que venimos sumando a Illarramendi, Albistegi o Ros), quizá no seamos conscientes de los muchos delanteros que están saliendo de Zubieta. Desde que Aldridge llegó a San Sebastián en 1989, el delantero siempre ha sido el fichaje foráneo más recurrente de la Real. Pero desde que se marcharon Nihat y Kovacevic (y a pesar de que también han vestido la camiseta txuri urdin Germán Herrera, Delibasic, Abreu y Carlos Bueno), algo ha cambiado. Quizá la situación económica ha tenido algo que ver, pero ya no extraña que un delantero de casa llegue al primer equipo. Y eso me parece una gran noticia.

Todavía no hay decisión oficial sobre Borja Viguera, si se quedará en el primer equipo de la Real o se le buscará acomodo en algún equipo de Segunda o, como se dijo al comienzo de la pretemporada, Segunda B. Hoy Mundo Deportivo dice que se quedará. Ojalá. El caso es que la pasada temporada, la de su debut en el primer equipo, fue nefasta para él. Probablemente no habría tenido ficha si la situación económica del club hubiera permitido un fichaje. Era obvio que Lasarte no confiaba en él y fue el último jugador de la plantilla en saltar al campo durante la temporada. No marcó ni un gol en los escasos minutos que jugó. Y resulta que ahora está siendo la sensación de la pretemporada, como el año pasado lo fue Griezmann. Se ha fichado a Llorente, a Tamudo, a Ifrán. Y Viguera, pese a todo, se está dejando la vida por seguir en la Real. No sé si se quedará. No sé si jugará mucho o poco. No sé si se le desplazará a alguna de las bandas para facilitar su entrada en el equipo (¿como recambio de Prieto?). Lo que sí sé es que me encanta que a la Real lleguen jugadores como Viguera. Ojalá tenga suerte. Aquí o donde esté.

Llorente es, seguramente, el delantero canterano que más sufrió la presencia de delanteros foráneos. Kovacevic y Nihat fueron mucho para la Real y Joseba les pilló en su mejor momento. Y estaba también De Paula, que con la excepción de la temporada del subcampeonato acostumbraba a marcar un buen número de goles todos los años. Llorente aceptó cesiones y nunca se le escuchó queja alguna. Importaba más la Real y sólo se vio su trabajo. Y sus goles. Se ganó a pulso que durante muchos años algunos nos preguntáramos por qué no se dio una oportunidad real a este chico en el primer equipo. No la tuvo, no nos engañemos. Cierto que era difícil sentar al serbio o al turco, pero los dos tuvieron lesiones largas y ahí Llorente ya no estaba (qué bueno que Martín Lasarte no va a cometer ese error y haya apostado por tener una delantera amplia). Sé que es imposible que la Real le hubiera repescado antes por cuestiones económicas, pero también ha quedado claro que, si ha vuelto, es porque lo que quiere Llorente es vestir la camiseta txuri urdin y triunfar con ella. Más vale tarde que nunca. Y es que no se me olvida esa cara de felicidad cuando, siendo casi un niño, marcó su primer gol con la Real. Así da gusto ver a un jugador con esa camiseta.

El de Agirretxe es un caso singular. Iba para estrella cuando marcó su primer gol con la Real, con 17 años, allá en 2005. Nadie se atrevió a darle la alternativa real en el primer equipo. Quizá dio el salto muy pronto y no estaba listo, quizá también porque ahí empezaron los peores años de la Real en Primera. Al final llegó. Y llegó, en realidad, gracias a la lesión de Díaz de Cerio. Se ganó primero la oportunidad de jugar y después la de llevar el 9 a la espalda logrando un mejor promedio de goles por minuto que Abreu. El espectacular comienzo de la pasada temporada y la noable primera vuelta parecían consolidarle como el delantero de la Real, pero en la segunda vuelta todo cambió para él. Por eso, ahora ya no es el 9 de la Real aunque mantenga el número. Por eso, no sabemos cuánto va a jugar esta temporada y no son muchos los que creen que podrá adelantar a Llorente o Tamudo (no digamos ya cuando Ifrán se recupere, si es tan bueno como dicen). Agirretxe está en el momento más crucial de su carrera. La próxima temporada determinará si va a ser un jugador importante para el equipo txuri urdin o si, por el contrario, se deja adelantar por otros delanteros de casa y de fuera. Yo no creo que hayamos escuchado su última palabra, tengámosle fe.

Como teníamos fe en un chaval llamado Oskitz Estefanía. Cuando tenía quince años, ya se hablaba de él como la nueva perla de Zubieta y llegó a saltar a las páginas de los medios deportivos más importantes por el siempre presunto interés del Athletic en él. Debutó con el primer equipo de la Real muy pronto, con diecisiete años y en su segunda temporada en el Sanse. Y nunca más se volvió a saber de él. Nunca llegó a hacerse la foto oficial con el primer equipo. Nunca jugó más que los partidos de relleno, las eliminatorias pobres de la Copa y poco más. Hasta que al final de la temporada 2008-2009 la Real anunció que Oskitz quedaba desvinculado del club. Quienes no podemos seguir la actualidad del filial más de cerca, no sabremos nunca qué pasó con este chaval. Dicen que ha tenido lesiones que le impidieron llegar a la élite. Tras pasar por el Écija, acaba de fichar por un equipo de Tercera División, la Arandina. El caso es que se nos ha quedado por el camino. Y no sé muy bien de quién es la culpa, si es que se le puede echar la culpa a alguien.
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Y aunque salen muchos nombres de delanteros canteranos, el único que ha sido titular indiscutible en algún momento y hasta ahora es Iñigo Díaz de Cerio. Me imagino lo que habrán sentido la amplia mayoría de aficionados de la Real cuando se hayan enterado de que jugará cedido en el Córdoba. Él, que cambió el equipo txuri urdin por el Athletic de Bilbao porque su única pretensión, dijo, era deportiva, la de jugar en Primera División. Qué cosas. La Real ya está en Primera y él se va a Segunda, después de verse relegado la pasada temporada a ser el quinto o sexto delantero del Athletic. Fue una decepción importante la actitud de Díaz de Cerio cuando se estaba hablando de su renovación. No sé qué habría pasado de haber seguido él en la Real, pero vistos los resultados creo que podemos decir que no se le ha echado de menos. Lo que me da pena es que no todos los jugadores que salen de Zubieta demuestren lo mismo que Llorente cuando marcó aquel primer gol. O que Agirretxe cuando ha trabajado tanto por llegar al primer equipo. O que Viguera cuando logre triunfar aquí. Distintos caminos, desde luego. Que cada cual siga el suyo.

sábado, agosto 07, 2010

¿Puede ser un escándalo si todos lo conocemos?

Otro año más, las primas a terceros, tan ilegales por ganar como por perder, se ponen de moda. Y digo de moda, que no de actualidad. La actualidad es lo que todos vemos, lo que sabemos, lo que conocemos. Y todos sabemos desde hace ya mucho tiempo, de un modo u otro, con más o menos certeza, que esas primas existen. La moda es que todos los veranos, desde el final de las competiciones hasta casi el arranque de la siguiente temporada, se habla de este asunto. Ahora lo hacemos por una de esas benditas casualidades que siempre, en algún momento, acaban por destapar asuntos turbios como éstos. Resulta que un juez anda investigando un delito que nada tiene que ver con esto y caza unas conversaciones telefónicas en las que el presidente del Hércules habla con total tranquilidad de la compra de partidos, de los que ha intentado y del que, se supone, ha conseguido. ¿Algo nuevo? No. Sólo que se trata de una escucha policial ordenada por un juez, aunque sea por otro asunto que nada tenía que ver con el fútbol o el Hércules.

Lo de las primas es uno de los cuentos más viejos del fútbol español. Y tan viejo es, que si no se ha puesto remedio ya es única y exclusivamente porque no se quiere hacerlo. A la Real le birlaron (sí, es el término adecuado por mucho miedo que haya a decir las cosas con total claridad) la que debió ser su primera Liga, la de la temporada 1979-1980, la que al final se quedó como la campaña del récord de imbatibilidad, porque Betis y Sevilla cobraron primas por empatar y ganar respectivamente al conjunto txuri urdin. Entonces hubo sanciones, reconociendo la trampa (aunque sólo la del día del Betis), pero quedaron sin efecto. Pasaron los años y se habló mucho de aquellas ligas que ganó el Barcelona y que el Madrid se dejó en Tenerife. O la alegría descomunal de González, en el Valencia, al parar aquel famoso penalti al deportivista Djukic. A nadie le interesó investigar. El anterior ascenso a Primera del Levante estuvo siempre envuelto en rumores, pero ni a la Liga, ni a la Federación, ni al Consejo Superior de Deportes le dio por indagar. Y así llegamos a los sucesos más recientes que atañen a la Real.

Cuando el equipo txuri urdin descendió, había muchos equipos implicados en esa batalla. Hasta cinco se jugaban las dos plazas de descenso que quedaban por adjudicar en la última jornada. Y no hay pruebas, no. Y por eso cuando se habla de compra de partidos hay que utilizar ese odioso vocable, "supuestamente", porque si no hay amenazas constantes de denuncias. Y la denuncia tendría que salir de quien no compra, de quien aspira a una competición limpia, pero el fútbol español es, desde hace mucho, el mundo al revés. Porque nadie le da importancia. Los jugadores y entrenadores tienen toda la libertad del mundo para aparecer en rueda de prensa y decir que les parecen estupendas las primas por ganar (de ahí a las primas por perder hay sólo un paso... o una diferencia entre la cantidad que pagan unos y la que pagan otros), los estamentos deportivos pasan olímpicamente de las denuncias y las archivan, quienes mueven dinero en torno al fútbol (como las casas de apuestas) todavía no han reaccionado. Y eso que la sospecha es tan grande como la de vivir con competiciones adulteradas.

Y, repito, la Real tiene experiencia en estas lides. Todos vimos cómo corrían algunos jugadores de Osasuna en la antepenúltima jornada, a pesar de ir ganando claramente por 2-0 en un día en el que la Real falló estrepitosamente. O cómo el portero del Racing, Calatayud, destrozaba el punto de penalti antes de que Savio errara el lanzamiento, o celebrara su parada como si de la final de la Champions se tratara a pesar de que su equipo ya nada tenía en juego aquel día. Todos recordamos lo que se publicó un año después acerca del último partido de Liga de aquella campaña que jugaron en San Mamés el Athletic y el Levante, con los bilbaínos todavía por salvarse y los valencianos ya libres de peligro. Y todos recordamos el año de Iñaki Badiola en la presidencia de la Real. Seamos claros. Badiola pudo ser un buen o un mal presidente para el club, pero si un legado dejó fue el de dejar bien claro que en Segunda División se compran partidos y ascensos. Aquella conversación con Jesuli que nadie quiso convertir en una declaración judicial o que nadie quiso elevar a las instancias deportivas correspondientes era, hasta ahora, la prueba más clara de que algo había.

En aquel Tenerife que, según explicó Jesuli, cobró por dejarse perder ante el Málaga, el portero era Raúl Navas. El mismo, ahora en el Córdoba, al que ahora se apunta con las informaciones sobre el Hércules. La pregunta es si creemos en las casualidades. La verdad es que yo no creo mucho en ellas. Pero no tengo pruebas. Tampoco soy quien debe tenerlas. Han pasado por las manos de un juez y se han publicado en un medio de comunicación. Y lo que me fastidia es que esto no genere un escándalo de proporciones épicas que haga tambalear los cimientos del fútbol español. El año pasado se publicaron de tapadillo algunas informaciones que decían que la Liga estaba alertando a los equipos que luchaban por el ascenso (incluída la Real a pesar de que siempre viajó por detrás en la clasificación) de movimientos irregulares del Zaragoza. Ahora dicen que el Hércules ya se movió por ahí el año pasado. Todos recordamos al Málaga y a la familia Sanz (¡qué gran noticia que hayan dejado el club andaluz!). Y como miremos la última jornada de la pasada Liga, esa en la que todos los que tenían que ganar iban goleando a la media hora de juego, es para echarse a llorar.

Pero sólo se investiga, y más bien poquito, cuando aparece alguien que no tiene miedo a los linchamientos públicos (como Badiola) o cuando la casualidad pone sobre la mesa estos hechos (como en el actual caso del Hércules). Los medios son reticentes a abordar este tema en serio y en profundidad, salvo que cacen una exclusiva que se olvide en una semana. Ahora el CSD parece que sí planta un poco de batalla judicial, pero nunca hasta ahora lo había hecho a pesar de que ya hemos visto claras evidencias en otros casos. Y resulta que no hay un escándalo, a pesar de que ya se empieza a decir que puede haber ascensos ganados a base de dinero en los despachos. ¿Pero puede ser un escándalo si todos conocemos lo que pasa? Seguramente no. A ver qué va pasando, pero no soy optimista. Lo único bueno de todo esto es que el nombre de la Real no se ha visto salpicado.

miércoles, agosto 04, 2010

Comprando gol

El gran problema de la Real en los últimos años ha estado en la delantera. El gran rendimiento que ha dado el equipo atrás, tanto en la portería como en la defensa, es indiscutible y además Bravo, Zubikarai, Ansotegi o Mikel González han ido creciendo con los partidos y con los años. Y aunque mucho se podría hablar sobre su centro del campo y su capacidad para generar juego, creo que la mayoría convendremos en que la gran carencia de la Real ha sido la suerte suprema del fútbol, el gol. Los datos lo avalan. El equipo txuri urdin bajó a Segunda en la temporada 2006-2007 marcando sólo 32 goles. Se salvaron Athletic con 44, Betis con 48 o Levante con 37. En Segunda, la Real no consiguió subir en la temporada 2007-2008 con 55 goles anotados (sexto goleador de Segunda, a seis de los 61 del Sporting, y en una temporada que fue en general bastante pobre desde el punto de vista anotador) y en la 2008-2009 con 48 (décimo equipo de la categoría, lejísimos de los ¡¡¡82!!! que marcó el Hércules).

Colectivamente, se hace difícil recordar una goleada de la Real. Partidos en los que ha habido muchas ocasiones sí perduran en la memoria reciente de los realistas, pero con muchos goles convertidos no. Y ese que la primera vuelta de la Real de Lasarte se ha quedado en el imaginario colectivo como bastante goleadora Con Lillo como entrenador, se marcaron cuatro goles a Xerez y Las Palmas en la primera campaña en Segunda. Ese es el topetxuri urdin en la división de plata. Pero es que, excepción hecha del oasis que fue la temporada del subcampeonato de 2003, la Real no superaba los cuatro goles a favor en un partido desde que metió cinco en Málaga a finales de 2004. Y entonces marcaron dos goles cada uno Kovacevic y Nihat, dos de los mejores delanteros que ha tenido la Real en toda su historia. Con su marcha (incluso todavía con la presencia de Darko) acaba la Real goleadora de comienzos de siglo y da comienzo este oscuro periodi del que hablamos.

Y es que el análisis colectivo bien podría encontrar un análisis paralelo en lo indiviudal. Desde que Kovacevic y Nihat lucharan por la Liga, el Pichichi y hasta el Balón de Oro (ambos estuvieron entre los 50 nominados, el turco recibió dos puntos), sólo un delantero realista ha luchado por ser el máximo goleador de la competición (y no olvidemos que hemos pasado tres años en Segunda siendo, sobre el papel, uno de los equipos más fuertes). Fue Díaz de Cerio en la temporada 2007-2008, cuando anotó 16 goles. La pasada campaña, el máximo anotador realista fue Bueno con doce tantos. La anterior, Abreu con once. El año del descenso, fue Savio con sólo cinco, y eso que llegó en el mercado invernal. En la 2005-2006, ni siquiera fue un delantero el que logró este honor, sino que fue Xabi Prieto, con nueve goles. Y en el recuerdo quedan los delanteros que han pasado por la Real con mucha más pena que gloria y sin que dieran el mínimo exigible para vestir esta camiseta: Delibasic, Necati, Germán Herrera. Y eso sin remontarse ya a los tiempos de Demetradze o Bonilla.

Este verano la Real ha apostado por comprar gol. Ya ha fichado a Llorente y a Tamudo. Se habla también de Ifrán y Pacheco, y parece que incluso podrían venir los dos. Jo Alves parece descartado. Muchos nombres, muchos fichajes. Y me parece no sólo razonable, sino acertadísimo apostar por refuerzos en esta zona del campo. Me gusta, además, que sean jugadores veteranos, aunque eso para algunos puede ser un motivo en contra de la contratación de estos jugadores. Tengo en mente el modelo de aquella Real que luchó por la Liga. Toshack consolidó el modelo de juventud en la campaña anterior (y Xabi Alonso fue su emblema). Olabe como director deportivo y Denoueix como entrenador le dieron veteranía a ese equipo (ficharon a Schürrer y Karpin). Lasarte ya ha consolidado a los jóvenes (Griezmann, Agirretxe, Carlos Martínez, Estrada, Elustondo...) y ahora necesita la veteranía.

Tamudo, además, viene a demostrar que el perfil de jugador que puede fichar la Real ha cambiado definitivamente y eso parece haber despertado reticencias en algunos sectores. Es un perfil diferente por procedencia (¿no queremos que se fiche fuera lo que Zubieta no da? Tanto me da que procede de Cataluña que de Serbia si es bueno y económicamente viable) y por categoría. Cierto es que estamos hablando de un jugador en la recta final de su carrera y que la pasada temporada vivió tiempos conflictivos (nunca del todo bien explicados) en el Espanyol, pero se trata de un jugador internacional con una cifras goleadoras impresionantes. La Real se fue a Segunda por aspirar a un perfil de jugador como el de Germán Herrera. Ahora, incluso siendo un recién ascendido, aspira a más. Uno no sabe si eso será responsabilidad del entrenador, del director deportivo, del presidente o de todos en conjunto, pero me parece un salto de calidad necesario para que la Real no viva eternamente pendiente de las tres últimas plazas de Primera División.

Todo aquel que vista la camiseta de la Real tendrá que demostrar su valía a partir del último fin de semana de agosto. Lo que digamos antes no valdrá nada a partir del comienzo de la competición. Pero sí tengo una cosa clara. Si Lasarte consiguió que el equipo txuri urdin subiera a Primera siendo el décimo máximgo goleador de Segunda (53 tantos, por 67 de Elche y Rayo; el Cádiz se fue a Segunda B con sólo tres goles menos que la Real), sin un goleador que pugnara por el Pichichi y sin un delantero de referencia (Bueno se pasó media temporada fuera de forma o lesionado y Agirretxe falló en la segunda vuelta), ¿qué podría hacer con cuatro o cinco atacantes de categoría en la plantilla? Estoy deseando ver cómo gestiona el uruguayo tanto potencial atacante. Y ansioso por ver cómo se suman al reto centrocampistas de calidad como Xabi Prieto, Griezmann o Zurutuza. Nadie tiene asegurada la llave del gol, pero se está trabajando para descerrajar esa puerta. Y eso es imprescindible para vivir una temporada bonita e ilusionante.