lunes, enero 31, 2011

REAL SOCIEDAD 2 - ALMERÍA 0 Una buena respuesta, tres puntos importantes

La Real dio una buena respuesta a las dudas que en muchos había suscitado la lesión de Llorente. 2-0 y con una participación decisiva de su delantero centro, Tamudo. Asistencia y gol del catalán en un partido que tuvo dos mitades bien diferencias gracias a la torrencial lluvia que cubrió Anoeta e incluso puso en peligro la conclusión del encuentro. Ahí también se manejó bien la Real, ayudada por esa pizca de suerte que siempre hay que tener cuando manejar el balón es más una cuestión de azar que de habilidad futbolística (aunque algo de eso también hay que tener). La respuesta positiva del equipo también encuentra eco en la capacidad de sobreponerse a un mal arbitraje. Eso se ha conseguido a base de una costumbre que ha debido ya generar callo. Porque no es normal, pero pasa tantas veces que hay que contar con ello. Y la Real sobrevivió a todo. A un Almería que empezó mejor el partido, a su falta de contundencia defensiva en algunas fases del encuentro, a la constante reclamación de faltas, penaltis y tarjetas desatendida por el colegiado, a un campo encharcado, a la lesión de Llorente y a la psicosis injustificada que eso pareció levantar. Y la portería de Bravo, a cero en otra victoria más. A mirar hacia arriba.

Como era de prever, Lasarte trató de limitar al máximo los cambios en su once inicial, lo que motivó que siguieran en el once Estrada en el lateral derecho y Griezmann en el extremo izquierdo. Elustondo fue el acompañante de Diego Rivas por el centro, por detrás de Zurutuza y De la Bella también regresó al once para suplir a Mikel González. Con estos mimbres sobre el césped, el partido comenzó con un ritmo endiablado. Las llegadas más claras en su finalización eran las del Almería, porque el conjunto andaluz sí conseguía un disparo franco en sus jugadas. La Real no, y ese era el principal defecto del juego txuri urdin en la primera media hora. Ahí, quizá incluso con menos posesión de balón, el dominio del juego parecía algo más decantado del lado almeriense y pudo marcar después de un mal despeje de Bravo y un peor control de Labaka, pero Ulloa esta vez, y a diferencia de los anteriores enfrentamientos entre estos dos equipos, la mandó al palo. Zurutuza, el mejor del partido, fue el que más claro vio que la inexistencia de creación en el doble pivote (quizá va siendo hora de que asumamos del todo esa carencia, zanjemos el debate y aceptemos que el juego de la Real no nacerá ahí esté quien esté en el once) le obligaba a abarcar muchísimo campo. Y lo hizo.

En cualquier caso, y después de que la defensa volviera a mostrar los habituales signos de endeblez en las jugadas a balón parado del rival (a Bravo, muy seguro bajo palos a pesar de su error con el pie, se le vio molesto en alguna), quien reactivó al equipo txuri urdin pareció ser el árbitro, Clos Gómez. Contestó muy levemente a un nuevo episodio de la caza a Xabi Prieto y Zurutuza, dos de los jugadores que más faltas sufren en la competición (de hecho, el 10 realista encabeza esa tabla), mientras que concedía más faltas a los atacantes almerienses. Pero lo que terminó de encender Anoeta fue lo que sucedió dentro de las áreas. En apenas dos minutos, dejó de señalar dos penaltis. El primero, un empujón en la carrera a Diego Rivas. El segundo, una mano de Crusat (le rebota en la espalda, sí, pero eso no puede invalidar una pretensión tan clara de cortar el envío ilegalmente cuando el balón toca después en el brazo). Unos minutos después, Tamudo reclamó un tercero, tras ser agarrado y lanzado al suelo, que también pareció serlo. No se señaló ninguno. Y son muchos los penaltis a favor de la Real que han caído en el olvido esta temporada. Ya hay costumbre. Tanta como la de no ver al rival con diez a pesar de merecerlo. Un durísimo plantillazo de Bernardello con tarjeta amarilla se quedó sin ser la merecida roja ya en la segunda parte.

Dentro de ese galimatías arbitral que estaba montando Clos Gómez, se le escapó un jugada ilegal que favoreció y mucho a la Real, el 1-0. Tamudo recibió en claro fuera de juego dentro del área, pero un linier mal colocado no sancionó la infracción. El centro del delantero catalán al corazón del área encontró a un Ansotegi desatado e imparable que anotó de cabeza su primer gol de la temporada. El 1-0 no terminaba de hacer justicia a lo visto sobre el césped, pero el justificado enfado con el árbitro atenuaba esa sensación. Que los creadores del gol fueran Tamudo y Ansotegi no es un detalle trivial. Es la mejor respuesta que podía dar la Real a todo lo que se ha dicho en los últimos días sobre la lesión de Llorente. Y también, por qué no decirlo, una mejora sustancial en la efectividad a balón parado, hasta ahora principal talón de aquiles de la Real en su faceta ofensiva (sólo había marcado un gol en estas jugadas, de Griezmann en Alicante). El momento en que llegó el 1-0 también es significativo, al borde del descanso. Esta temporada el minuto 45 ha sido fatídico en muchas ocasiones, y esta vez la fortuna se alió con la Real. Y mucho más viendo el diluvio y los charcos que recibieron a Real Sociedad y Almería cuando regresaron de los vestuarios, pues el agua se convirtió en un aliado txuri urdin.

La velocidad de los visitantes quedó cercenada por el estado del terreno de juego. La Real, en cambio, supo entender mejor cómo había que llevar el partido en estas lides y sólo sufrió en un par de jugadas. Estrada fue quien mostró a toda la defensa qué había que hacer atrás en estas circunstancias: balones fuera, tan lejos como sea posible. Xabi Prieto, desaparecido hasta ese momento, cogió el mando del partido y controló todo lo controlable, además de sacar casi una decena de faltas a favor. Y Zurutuza dio un recital. El mediapunta realista tiene una virtud que no tiene ningún otro jugador de la plantilla, y es que casi nunca se equivoca en sus elecciones. La ejecución puede fallarle, pero lo que hace siempre tiene sentido. Ante el Almería fue, de largo, el mejor realista. Mereció el gol, y lo tuvo en dos jugadas, en un gran movimiento en la frontal del área que finalizó con un disparo que se marchó por poco y en un contraataque ya casi al final del encuentro. Si tuviera más gol, no sería nada descabellado pensar que los grandes estarían locos por ficharle. Pero a pesar de esa carencia sigue siendo un jugador a disfrutar. Y mucho. Entre tanta agua, Anoeta reclamó un cuarto penalti, otra vez sobre Tamudo, pero éste no lo pareció.

Lasarte movió ficha con menos celeridad que la semana pasada (dos de sus cambios, de hecho, fueron más para perder tiempo que por cuestiones tácticas), pero con acierto. El estado del césped no permitía jugar y lo importante era apuntalar el 1-0. Pero otra vez tuvo suerte la Real. Nada entrar Demidov en el campo por un Griezmann voluntarioso pero sin acierto, y formar con defensa de cinco, Tamudo marcó el 2-0 tras una dejada de cabeza de Labaka. Un gol muy suyo, muy de delantero pequeño, listo y veterano. El 2-0 y el final del partido en realidad, aunque todavía quedaran unos minutos por jugarse. De eso se encargó Xabi Prieto, de que no se jugara mucho más y de desquiciar a los defensas almerienses. Bravo, que cometió un segundo error por culpa del agua (se salió del área patinando sobre el césped con el balón en las manos), estuvo muy seguro y valiente a pesar del riesgo que siempre entraña atajar balones entre tantos charcos. Y ya se sabe que, en esta temporada del regreso a Primera, dejar la portería txuri urdin a cero es sinónimo de victoria para los de Martín Lasarte. Objetivo cumplido y tres puntos más en la saca. Tres puntos, por cierto, de mucho valor por las circunstancias que rodearon al encuentro y a pesar de que muchos pensarán que ha sido una victoria más, incluso una obligada o conseguida con facilidad.

La Real alcanza los 28 puntos y las nueve victorias. Está en la novena posición y a dos puntos de la séptima plaza, lugar que dará la clasificación para Europa si el Real Madrid confirma su ventaja en la semifinal copera ante el Sevilla y juega la final contra el Barcelona. Y está en esa situación por méritos propios. Los deméritos, mucho menos numerosos, son los que se han llevado algunos puntos que ahora podrían tener a la Real en una situación mucho más privilegiada. Pero la que tenemos es muy buena. Y lo es, además, porque las cosas se hacen bien. Porque arriba hay cinco jugadores que pueden ser y de hecho han sido en algún partido líderes indiscutibles del juego txuri urdin. Porque el salto de calidad que ha dado el equipo con el cambio de la Segunda por la Primera ha sido descomunal (y no sé si está siendo del todo reconocido). Porque las victorias se consiguen con la portería a cero. Porque esta Real tiene gol juegue quien juegue y falte quien falte. Porque para quienes quieran seguir mirando hacia abajo la distancia es ya de diez puntos (¡qué tranquilidad da visitar el Bernabéu con ese colchón!). Pero, sobre todo, porque esta temporada hay que disfrutarla y se está disfrutando. Y con lo que queda por venir, que si algo tiene este equipo es un futuro realmente prometedor.

viernes, enero 28, 2011

PREVIA Real Sociedad - Almería. Tres puntos importantes

La Real busca tres puntos importantes (sábado, 18.00 horas, Anoeta, PPV). Más importantes seguramente de lo que muchos pueden pensar, pero en absoluto definitivos para nada. Pero lo son porque, de lograrse, pueden marcar la frontera entre mirar hacia abajo o hacia arriba en la clasificación para el resto de la Liga. También porque será el primer partido en mucho tiempo sin Llorente, referencia arriba durante buena parte de la competición. Y también porque el rival será la auténtica bestia negra de esta Real en su vuelta a la Primera División, un Almería que, entonces con Lillo como entrenador, venció en los dos encuentros de Copa que disputaron y empató en la ida liguera en el último suspiro. Además, el equipo txuri urdin busca romper una doble mala racha. Por un lado, cosechó dos derrotas en los dos últimos partidos disputados en Anoeta, rompiendo la estela de fortín que se había forjado durante la primera mitad de la primera vuelta, y cinco de sus últimos seis encuenros acabaron sin sumar un solo punto. Sólo la goleada en Getafe se coló en este duro tramo del campeonato. Toca romper rachas. Toca demostrar que la Real es un equipo que está más allá de sus nombres, por importantes que sean.

Hay cambios importantes tanto en la lista de convocados como en el once que se prevé titular para este partido. Mikel González cumplirá un partido de sanción por acumulación de amonestaciones y se perderá su primer partido de la temporada. Llorente, como ya es sabido, es baja por lesión, al igual que lo sigue siendo Ifrán (se espera que se incorpore al grupo la semana que viene) y Griezmann ha estado tocado durante la semana, por lo que se mantiene todavía como duda para este encuentro. Por este motivo, Lasarte ha decidido llamar a los 19 jugadores de la primera plantilla que tiene disponibles. El técnico uruguayo admitió que tiene algunas dudas de cara al once y prefiere tener en la lista a todos los jugadores que están en condiciones. A Lasarte no le gustan los cambios bruscos y por diversas circunstancias va a tener que introducir muchas novedades en el once. Son tres los jugadores que regresan a la lista, Carlos Martínez después de su lesión, Elustondo tras la gastroenteritis de última hora que le impidió jugar en Villarreal y Agirretxe, que vuelve a la convocatoria por la lesión de Llorente después de no haber entrado en ninguna lista de 2010 y con su posible cesión ya definitivamente olvidada.

Bravo estará en la portería. Otro jugador que no sea De la Bella como recambio para el sancionado Mikel González sería una sorpresa mayúscula. Lo normal es que en el centro de la defensa estén Labaka y Ansotegi, mientras que Demidov esperará su debut en el banquillo. La banda derecha pertenecía a Carlos Martínez desde el inicio de la temporada, pero su lesión le abrió las puertas de la titularidad a Estrada. Dado que Lasarte hará numerosos cambios, obligados y seguros, Carlos Martínez tiene menos opciones de volver al once y aumentar el número de relevos. El lateral derecho que no salte al césped tiene todas las papeletas de ser el jugador descartado. Por delante, Diego Rivas parece seguro. Su acompañante será Elustondo o Aranburu (que lleva tres goles en los dos últimos partidos). Markel, aunque fue titular en Villarreal, parece tener menos opciones. Por delante, Xabi Prieto y Zurutuza (que vuelve tras su sanción) son seguros. Si Griezmann está bien, jugará. Si no, Sarpong y Sutil se disputan la banda izquierda. Y delante todo apunta a que Tamudo será el titular, con Agirretxe esperando su oportunidad en el banquillo.

La Real comienza la jornada en la undécima posición con 25 puntos, a cinco del séptimo puesto (que será el que dé la clasificación para Europa si la final de Copa es el esperado Barcelona - Real Madrid) y ocho por encima de la zona de descenso. Ganar al Almería supondría alejarlo en once puntos, una distancia no definitiva pero sí casi insalvable. Anímicamente, será el espaldarazo para pensar en objetivo más importantes que eludir el descenso, teniendo en cuenta que tras visitar el Bernabéu habrá dos partidos en casa. El equipo de Martín Lasarte viene de caer en Villarreal 2-1. Sus dos últimos partidos en casa fueron sendas derrotas ante Sevilla (2-3) y Valencia (1-2), y no gana en Anoeta desde el primer fin de semana de diciembre, cuando derrotó al Athletic por 2-0. Dejar la portería de Bravo a cero es sinónimo de victoria. Así han llegado las ocho que ha conseguido la Real hasta el día de hoy. El Almería ha ganado dos partidos como visitante y ha empatado otros dos. Ojo, que el Sevilla cayó ante los almerienses y el Atlético de Madrid no pudo pasar del empate ante los andaluces. El partido ya no será tan especial al no estar en el banquillo visitante Lillo, ex técnico realista que comenzó la temporada con el equipo almeriense.

La historia es muy benévola con la Real ante este rival. Pero la historia pasada, porque la presente es un auténtico quebradero de cabeza. En Liga se han visto las caras en San Sebastián en sólo dos ocasiones, las dos en Primera, las dos en Atotxa y las dos fueron triunfos realistas. En la temporada 79-80, la del récord de imbatilidad, un gol de Satrústegui fue suficiente para vencer 1-0. En la siguiente, la campaña del primer título de Liga, el resultado fue de 3-1, con dos goles de Satrústegui y uno de Zamora. La única visita del Almería a Anoeta ha sido en Copa, esta misma temporada, y sirvió para romper la tendencia favorable al conjunto txuri urdin. El equipo de Lillo no sólo ganó el partido 2-3, sino que además remontó un 2-0 adverso que había conseguido la Real en la primera mitad con goles de Sarpong y Elustondo. En el partido de vuelta de esta eliminatoria también venció el Almería, confirmando su carácter de invicto ante la Real esta temporada. El resultado fue de 2-1. Agirretxe anotó el gol realista, que no sirvió ni para mantener viva la ilusión de una remontada que no llegó.

En el partido de ida liguero de esta temporada, la Real debió ganar pero tuvo que conformarse con un empate. El equipo de Lasarte se adelantó muy pronto en el marcador, a los siete minutos, por medio de Tamudo. Su primer gol de la temporada en su primera titularidad supliendo al lesionado Llorente, una situación muy parecida a la que se vivirá esta semana. El Almería empató en sus mejores minutos, todavía en la primera parte, pero lo hizo en fuera de juego. El gol, no osbtante, valió, y debido a eso se le escaparon a la Real dos puntos que eran suyos. Aranburu, con un jugadón, dio el 1-2 a Sutil, también primer gol con la camiseta txuri urdin, antes de que los equipos se retiraran a los vestuarios para el descanso. En la segunda parte, la Real cedió el balón y el campo, pero el Almería no encontró la forma de poner en aprietos a un Bravo que en la primera mitad sí había tenido trabajo. Y cuando el marcador ya parecía inamovible, apareció Ulloa, quien, aprovechando un error de cálculo en el salto de Mikel González, puso el empate a dos final. Ulloa ha marcado en los tres partidos que han jugado Almería y Real esta temporada. Ya sabemos por dónde viene el peligro.

jueves, enero 27, 2011

El ejemplo a seguir

Parece que nos quedamos sin Llorente para toda la temporada. Y antes de que se desborde el catrastrofismo si el Almería consigue puntuar en Anoeta el sábado, es conveniente incidir en varios detalles. El primero de todos pasa por quitarse el sombrero ante Joseba. Temporadón el suyo, aunque dentro de algunos años lo único que se mirará es que anotó sólo cinco goles. Ni siquiera se comprobará cuántos partidos jugó. Pero el valor de Llorente no está únicamente en las veces que mete el balón en la portería contraria, no. De hecho, su última acción reseñable, en Villarreal, fue una perfecta asistencia de cabeza a Aranburu para que fuera él quien marcara. No es la primera que da. Su taconazo a Xabi Prieto en la primera jornada de esta Liga, también curiosamente ante el Villarreal, quedará como una de las mejores acciones de la temporada. Y su trabajo. Qué manera de vaciarse en un terreno de juego, sirviendo como punta de lanza de una de las grandes armas de esta Real, la presión arriba. Y su experiencia. Qué forma de enseñar a los demás lo que es jugar con la camiseta txrui urdin. Es un ejemplo del camino a seguir para cualquiera.

¿Se acaba el mundo en su ausencia? No. Y él mismo sería el primero en decirlo. Hagamos memoria. Llorente se lesionó después de la primera jornada de Liga. A partir de ahí, cada vez que ha jugado lo ha hecho con molestias. Sin estar al cien por cien pero ha jugado. Cuando no lo hizo, su sustituto fue Tamudo. Gol en Almería. Gol ante el Real Madrid en Anoeta. Gol en Pamplona. Gol en tres jornadas consecutivas Ninguno de los tres sirvió para ganar, pero es que el problema de esta temporada para la Real no es el gol. El problema está atrás. ¿Otro dato para confirmarlo? Todos y cada uno de los partidos en los que Bravo ha conseguido dejar la portería a cero han acabado con victoria txuri urdin. Ni un solo empate a cero en lo que llevamos de temporada. Es decir, que goles se hacen. Y los hará Tamudo. O Agirretxe, que ya ha marcado uno en en Liga (al Deportivo) con tan solo 29 minutos de juego y otro en Copa en 160 minutos distribuídos entre los dos partidos ante el Almería, precisamente el rival de este sábado. O Aranburu, que ha superado sus mejores cifras goleadores. O Xabi Prieto, que está en promedio de hacerlo. Griezmann tiene gol, Zurutuza marcará alguno más... y los centrales todavía no han anotado, cuando todos sabemos que sobre todo Ansotegi siempre consigue alguno. Yo estoy tranquilo por ese lado.

Y lo estoy, además, porque la historia me permite estarlo. Los dos últimos grandes delanteros de la Real, Darko Kovacevic y Nihat Kahveci, han tenido lesiones de larga duración vistiendo la camiseta txuri urdin. ¿Pasó algo? Sí, que la Real perdió a un gran jugador durante meses, pero no se derrumbó por ello. Ojo, que estamos hablando de Kovacevic y Nihat nada menos. Y la Real sobrevivió. Como sobrevivirá ahora a la lesión de Llorente. ¿Por qué? Porque el éxito de este equipo es colectivo. Está claro que grandísimos jugadores han vestido la camiseta realista, pero el punto fuerte es el grupo, el equipo, la colectividad. Ese es el auténtico valor histórico de la Real, pero también uno de los aportes esenciales de Martín Lasarte a este conjunto. Por eso hay que estar tranquilos. Y lo digo antes del partido del Almería, y lo seguiré diciendo aunque el resultado de este fin de semana sea adverso. Porque la Real es la Real. Y sabiendo que Llorente es un ejemplo a seguir, la Real en sí misma también lo es con sus valores. Y los valores no se pierden porque falte un jugador. Habrá que cambiar cosas, porque la de Llorente es una baja importante y porque cada jugador es diferente. El contexto, que decía Lillo. Pero la Real seguirá siendo la Real, ya lo veréis.

domingo, enero 23, 2011

VILLARREAL 2 - REAL SOCIEDAD 1 Otra buena Real sin premio

Está empezando a ser una costumbre que la Real deje una buena imagen, plante cara a los mejores equipos de Primera División y, sin embargo, se quede sin premio en forma de puntos. Sé que muchos no lo habrán visto así. Que pensarán que Bravo evitó la goleada. Que mirarán los números del partido y destacarán que la posesión del balón fue claramente para el Villarreal y que dispuso de más de una veintena de disparos a portería. Pero quienes piensen así obviarán seguramente el enorme trabajo previo que hizo Lasarte para este partido con el fin de desnudar las carencias del Villarreal (que nadie lo olvide, tercero en la Liga e invicto en su estadio), el enorme esfuerzo de la presión arriba y la cantidad de balones que se recuperaron así, o el magnífico trabajo en defensa (con un Mikel González nuevamente erigido en jefe de la defensa, aunque fuera desde el lateral). La Real le puso las cosas muy difíciles al Villarreal, que lejos de disfrutar de la victoria sufrió lo suyo y tuvo que apuntular la remontada (otra que sufre el equipo de Lasarte, y otra que se debe a errores puntuales propios) con cambios defensivos. Otra buena Real sin premio. Y qué pena, porque esta Real tiene potencial para llegar mucho más lejos.

A pesar de que Lasarte amagó en su comparecencia ante la prensa del viernes con alinear una defensa con tres centrales, el técnico uruguayo fue fiel a sí mismo y mantuvo el esquema, introduciendo a Aranburu en el lugar de Zurutuza y a Markel en el doble pivote junto a Rivas. Y viendo cómo salió la Real al césped de El Madrigal, se puede afirmar sin problema alguno que estos son los partidos que sirven para medir lo que Lasarte le da a este equipo y para replicar a sus críticos con hechos. Superado el arreón inicial del Villarreal, que encerró al equipo txuri urdin en su propia área (aunque bien es verdad que sin crear peligro en esos momentos), y unos minutos tan fríos como la temperatura que había en el estadio castellonense, comenzó la clase táctica: presión muy fuerte arriba y salida rápida desde atrás, donde la consigna es firmeza y nada de complicaciones. Esas son las mejores armas de esta Real, radicalmente opuestas a las del Villarreal pero igualmente válidas para jugar al fútbol y ganar partidos. Y especialmente idóneas para ganar a equipos que gustan de tocar y tocar. Por eso Lasarte acabó tan enfadado con la imagen de la Real en el Camp Nou. Por eso el 0-4 de Getafe no es un resultado tan extraño conociendo las virtudes del equipo realista.

Y el momento puntual que todo equipo necesita para creer en la victoria más allá de los méritos que contraiga con su juego llegó cerca del cuarto de hora, en una jugada muy afortunada. Un despeje desde el área local cayó a los pies de Estrada, quien disparó de espaldas con más intención de finalizar la jugada y evitar el contraataque que de crear peligro. Y el disparo se estrelló en el larguero. El árbitro, Muñiz Fernández, señaló un córner inexistente y tras su saque Labaka estuvo a punto de marcar de cabeza. Si la Real ya salió de los vestuarios sabiendo que su planeteamiento era más que correcto, ahora, con dos ocasiones de gol en su zurrón, también sabía que tenía la capacidad de hacerle daño al Villarreal. Cinco minutos después, ese secreto a voces que ya recorría las despobladas gradas de El Madrigal estuvo a punto de convertirse en realidad, pero Aranburu no acertó a impulsar el balón al interior de la portería de Diego López, cuando parecía lo más fácil, tras una gran cabalgada de Griezmann por la banda izquierda. La Real estaba dando la cara en un estadio inexpugnable y ante el equipo que hizo sufrir al Bernabéu una semana antes con su fútbol de toque.

Tras salvar Bravo un disparo de Rossi que podría haber llevado más peligro, Aranburu confirmó la leyenda: le van los goles difíciles y no tanto los fáciles. Esta vez marcó de cabeza, y habría que tirar de hemeroteca para saber si el capitán había anotado uno así antes, tras una espectacular dejada de cabeza de Llorente, el mejor de los primeros 45 minutos, a pase de Dani Estrada. Un golazo que, eso sí, contó con la colaboración involutaria del portero local, pues el remate de Aranburu se estrelló en el larguero y después el balón rebotó en su espalda. El Villarreal tenía mucho más toque, pero muchas menos ocasiones. Sensación de peligró sí tenía, desde luego que sí, porque en la frontal cada jugada exigía mucho de la defensa realista y porque hay mucha calidad en los jugadores amarillos. Pero el partido atrás, como en Getafe, estaba siendo ejemplar, con un Mikel González estelar desde la banda en tareas defensivas. Pero como la Real sólo funciona como bloque compacto, dos pequeñas grietas acabaron por derrumbar el castillo de naipes y el sueño de sacar algo de El Madrigal. Esa sigue siendo la lección que dejan estos encuentros para el equipo de Lasarte. No se puede permitir fallos atrás. Y en Villarreal hubo dos muy graves.

El primero lo cometió Markel, al regalar un balón en el centro del campo que acabó en el primer gol de Rossi. Suena cruel decirlo, y seguramente injusto, pero esta pérdida de balón que costó el empate es el motivo por el que Markel no es titular en la Real. Tiene condiciones, pero también estas lagunas que cuestan puntos. Y en un equipo como éste, esos son pecados difíciles de solventar. El segundo error lo cometió Xabi Prieto, y también es reincidente en estas lides. Sin dudar ni un ápice de la capacidad del 10 realista, hay que recordar que ante el Sevilla le sucedió lo mismo: regateó en el centro del campo, en una zona en la que no debe hacerlo y regaló un contraataque mortal. Cazorla de nuevo dio el pase y Rossi hizo el segundo. Lo que le sucedió a Xabi Prieto es el precio de ser el jugador que mejor lee los partidos en el cuadro txuri urdin. Con Rivas y Markel en el doble pivote, el equipo perdió toda capacidad de sacar el balón por dentro. Y Xabi lo notó. Por eso se dejaba caer siempre a zonas centrales. Ahí recibió el balón que acabó siendo el origen del segundo gol y ahí lo intentó jugar como si estuviera en la banda. Ese fue el error. Dos errores. Y costaron muy caro.

El inicio de la segunda mitad fue el momento más difícil del partido para la Real. El Villarreal llegaba, esta vez ya sí, en oleadas, y fue cuando Bravo se erigió en el mejor realista sobre el césped. El chileno recuperó el tono de las primeras jornadas de Liga y destacó, sobre todo, con una espléndida mano abajo tras un disparo de Marco Rubén con toda la defensa tapando la visión del portero. Lasarte reaccionó bien y rápido. No es nada usual que el chileno haga dos cambios tan rápido, pero antes del cuarto de hora de la segunda mitad ya se habían producido esos dos relevos. Tamudo y Sarpong entraron por Markel y Llorente. Si el cambio del 5 estaba cantado por su error y por la voluntad de dar un aire más ofensivo al equipo (con Aranburu llegando desde el doble pivote), el de Llorente es más discutible. El delantero es la punta de lanza de la presión realista y sin él no hay tanta presión para el rival. Lo que la Real perdió en ese aspecto lo ganó, en cambio, en juego con Xabi Prieto en el centro de la línea de mediapuntas. El cambio no salió bien porque Sarpong no estuvo acertado (no acaba de ser el jugador que debutó en la primera parte de la temporada) y Tamudo no dispuso de ninguna ocasión de gol. No obstante, el cambio fue valiente.

Como valiente fue meter a Illarramendi en el campo para que tuviera sus primeros minutos de la temporada con el Villarreal dispuesto a cazar un contraataque que finiquitara el partido. No llegó, como tampoco hubo ocasiones claras para que la Real empatara un encuentro del que pudo sacar algo más. Bueno, sí hubo ocasiones. Dos concretamente, que acabaron abortadas por un árbitro descaradamente casero. Ya demostró ese carácter en la primera parte cuando enseñó una imposible tarjeta amarilla a Xabi Prieto por perder tiempo, pero después se inhibió de esa norma en el tramo final del partido con los jugadores del Villarreal. Su juez de línea privó a Griezmann con un fuera de juego inexistente de tener la más clara ocasión del partido. Y entre ambos decidieron convertir un posible penalti a Sarpong (para mí lo fue) en un piscinazo, también saldado con amarilla. Pudo pensar que no era penalti, pero contacto hubo. Hubiera sido el empate. Otro punto que se va, y son ya muchos. Pero amonestar al realista fue una muestra de chulería, de la que también hemos visto mucha ya esta temporada (¿hay que recordar la amarilla a Griezmann por subirse a un coche o la de Prieto por hacer una paradinha?), la misma que convertía todos los contactos en el centro del campo en faltas para el Villarreal pero nunca en libres directos a favor de la Real. Qué lástima que en Anoeta no se vean arbitrajes tan caseros.

En todo caso, si la Real no puntuó en Villarreal fue por dos errores propios. Puntuales, precisos y de concentación. Porque la Real que saltó al césped de El Madrigal fue una Real compacta, seria, segura de sí misma y dispuesta a competir al máximo nivel contra los mejores equipos de la Liga. Como contra el Madrid, el Valencia, el Sevilla o el Atlético de Madrid. Todos esos partidos se saldaron con derrota txuri urdin. Y si tantas veces sucede, como tantas veces suceden las remontadas en contra (en la previa, una información destacaba que la Real sería tercera en la Liga si sólo se hubieran jugado las primeras partes), por algo será. Y ese algo es lo que se tiene que solucionar en Zubieta. Porque no pasa nada por perder un partido ante un rival mejor. Pero la Real tiene la capacidad de derrotar a rivales mejores y eso, salvo en el partido inaugural de la Liga precisamente ante el Villarreal, no lo acabamos de ver esta temporada. Eso es lo que marca la frontera entre estar donde está ahora mismo la Real, undécima con 25 puntos, que luchar por unos puestos europeos que ahora mismo están a cinco puntos. Pero no despreciemos que el Villarreal, desde todo su pontencial, acabó pidiendo la hora y con un respeto máximo al juego del equipo de Martín Lasarte. Eso vale mucho. Puntos no, pero vale mucho.

sábado, enero 22, 2011

PREVIA Villarreal - Real Sociedad. Una bonita prueba

Villarreal supondrá una bonita prueba para la Real (domingo, 21.00 horas, El Madrigal, Canal +). Bonita porque el castellonense es el único equipo que sigue, aunque de lejos, el ritmo de los inalcanzables Barcelona y Real Madrid. Bonita porque, como dijo Martín Lasarte en la rueda de prensa previa al partido, es un conjunto que se asemeja en su juego al Getafe, aunque con más calidad arriba, y ya vimos lo que sucedió hace una semana en el feudo azulón. Bonita porque es el primer escalón de una ilusionante segunda vuelta de una temporada, hasta ahora, con muchas más luces que sombras. Y bonita porque pone a la Real en disposición de alcanzar los 28 puntos y meterse de nuevo en la lucha por las plazas europeas, a pesar de las cuatro derrotas consecutivas con las que cerró 2010 y comenzó 2011. Es un partido bonito entre dos equipos que saben a lo que juegan y que tienen armas y jugadores como para dar un entretenido espectáculo. Y luego ya veremos qué pasa, porque la Real no sale derrotada a pesar de los catorce puntos que separan a un equipo y otro en la tabla.

Difícil, muy difícil va a ser pronosticar qué hará Lasarte en El Madrigal. Ya antes de conocer la convocatoria se especulaba con la posibilidad de alinear tres centrales, como han hecho algunos equipos para enfrentarse al Villarreal. Eso ya dejaba en duda que Mikel González actuara como lateral izquierdo o como tercer central con el regreso de De la Bella. Pero las bajas obligarán al técnico uruguayo a repensar su once. Elustondo se cayó de la lista a última hora por una gastroenteritis. Carlos Martínez tampoco ha llegado a tiempo, lo mismo que Ifrán, que a pesar de que dejó buenas noticias sobre su estado tendrá que esperar todavía más para debutar con la camiseta txuri urdin. A eso hay que añadir la baja de Zurutuza, sancionado con un partido tras ver su quinta tarjeta amarilla en Getafe. Agirretxe, a pesar de que su cesión está todavía parada a la espera de ver si Ifrán está ya en condiciones, es el único jugador que se queda fuera de la lista por decisión técnica. Entre los 18 está de nuevo Demidov y entra, por la baja de última de Elustondo, un Illarramendi que todavía no ha jugado un minuto esta temporada con el primer equipo.

Lo que sí es seguro es que Bravo estará bajo los palos y tres de los nombres de la defensa: Dani Estrada por la derecha, Ansotegi en el centro y Mikel González. La primera duda a resolver será el esquema. Labaka y De la Bella estarán si la Real juega con cinco atrás. Si son cuatro, Lasarte tendrá que escoger para el lateral izquierdo entre De la Bella y Mikel González (que ha jugado en la banda los dos últimos partidos con buenos resultados). Demidov podría contar para el centro de la defensa o incluso para el mediocentro, pero no parece probable que debute como titular. En el doble pivote se abren muchas incógnitas. Con la más que probable suplencia de Illarramendi, pugnan por dos puestos Aranburu, Markel y Diego Rivas. La baja de Zurutuza convertía al capitán en su mejor recambio, pero la ausencia de Elustondo y el perfil similar de Markel y Rivas le dan más opciones para el mediocentro. Xabi Prieto y Griezmann estarán en la línea de mediapuntas, aunque de nuevo la ausencia de un claro recambio para Zurutuza abre incógnitas. Sutil o Sarpong podrían entrar y desplazar a Prieto al centro. Arriba Llorente es indiscutible, con Tamudo esperando en el banquillo, donde también se sentará una semana más Zubikarai.

La Real comienza la jornada en la undécima posición, con 25 puntos, a cinco de la zona europea (serían cuatro si Barcelona y Real Madrid juegan la final de Copa y dan a la séptima plaza liguera valor europeo) y nueve por encima del descenso. Tras cuatro derrotas consecutivas, la goleada en Getafe evitó la aparición de fantasmas. El Villarreal, en cambio, acumula cuatro victorias seguidas como local. Pero no hay que olvidar que la Real fue el primer equipo en derrotar al Villarreal esta temporada, en la primera jornada de Liga. Después de eso, sólo Real Madrid, Barcelona y Getafe han sido capaz de superar a los amarillos, y todos ellos con el conjunto de Garrido como visitante. Es decir, nadie ha ganado todavía en El Madrigal. ¿La Real? ¿Por qué no? Partido especial para Llorente, que visitará El Madrigal por primera vez después de su salida del club castellonense. Dos victorias consecutivas como visitante las consiguió el equipo txuri urdin la pasada temporada sólo en una ocasión (1-2 ante el Nastic y 1-3 en Numancia), aunque separadas por otros dos partidos jugados en Anoeta. Dos partidos consecutivos con victoria txuri urdin como visitante no se dan desde la temporada 2001-2002. Luiz Alberto dio la victoria en Tenerife por 0-1 y Jankauskas y De Pedro lograron los goles en el 1-2 ante el Espanyol.

Villarreal es una plaza habitualmente afortunada para la Real, y uno de los pocos campos de Primera en los que puede decir que ha ganado más que perdido, algo que tiene más valor viendo la meteórica progresión del equipo amarillo en los últimos años. De los ocho partidos disputados, todos ellos en la máxima categoría (con el filial amarillo jugó la pasada temporada en Segunda, con resultado de empate a uno, pero no fue en El Madrigal, sino en la ciudad deportiva del Villarrreal), tres tuvieron color txuri urdin, otros tantos acabaron en empate y sólo dos fueron derrotas. La mayor victoria realista es el 1-3 de la temporada 2000-2001, con goles de Rekarte, Tayfun (tras un asombroso e inolvidable pase de Xabi Alonso) e Idiákez. Por contra, la victoria amarilla más contundente es el 2-0 de la temporada 2003-2004. Esa es la última vez en la que la Real cayó derrotada en El Madrigal, por lo que acumula ya tres partidos allí sin volverse de vacío (dos empates y una victoria, la de la campaña 2005-2006, un 0-2, con goles de Mikel Alonso y Mark González, importantísmo para alcanzar la permanencia en Primera aquel año).

La última visita de la Real a Villarreal fue en la temporada del descenso, la 2006-2007, y dejó un sabor agridulce. Por un lado, y a pesar de la diferencia clasificatoria, la Real tuteó al equipo castellonense, que aquella temporada acabaría clasificado para la Copa de la UEFA. Por otro, el empate fue un premio insuficiente para un equipo txuri urdin sumido en los puestos de descenso pero que todavía soñaba con la permanencia. Savio adelantó a la Real pocos minutos antes de que finalizara la primera mitad. Pero al cuarto de hora de la reanudación Riesgo encajó el empate, a la salida de un corner muy mal defendido. A once minutos del final Cani vio la tarjeta roja, dejando al Villarreal con diez. Pero la Real, lejos de arrojarse como una fiera necesitada a por la victoria desperdició casi diez minutos. Lotina no hizo el obligado cambio ofensivo hasta el minuto 87, cuando sacó del campo a unos de sus tres pivotes, Diego Rivas, y metió a un delantero, Díaz de Cerio. Ya era tarde. La opción de ganar en Villarreal, aunque se mereció por juego y ocasiones, se había esfumado. Y sumar de uno en uno cuando estaba en juego la supervivencia era muy poco. Tan poco que no fue suficiente al final.

miércoles, enero 19, 2011

AQUELLOS MARAVILLOSOS CROMOS: Alberto Ormaetxea

En la temporada 67-68, la Real volvió a Primera después de haber pasado cinco años en Segunda. En sus filas jugaba un tal Alberto Ormaetxea. Ormaechea, como se escribía entonces en la prensa o en los álbumes. Este cromo corresponde al álbum de aquella temporada. Jugó con el Sanse en Segunda, cuando el filial realista vivía sus mejores tiempos en aquella categoría, y fue en Segunda donde dio el salto al primer equipo. Entonces era lateral derecho, pero pronto cambió de banda. Su debut con la Real se produjo en la primera jornada de la temporada 62-63, en Atotxa y contra el Orense. El equipo txuri urdin ganó 6-1 al conjunto gallego y Olano marcó cinco de aquellos goles. No fue mal día para debutar. Fue el primero de los 280 partidos que jugó con la Real entre aquella campaña y la 72-73. Sólo marcó dos goles, los dos en la Liga 69-70. El primero fue contra el Sabadell y el segundo, de penalti, contra Las Palmas, ambos en Atotxa. La Real ganó los dos días.

Aunque fue una bonita trayectoria como jugador, pocos se acuerdan de ella. La memoria es tan selectiva como a veces injusta, pero es que si algo es Alberto Ormaetxea es el entrenador de la Real campeona de Liga. Ahí sí que estamos hablando ya de una auténtica leyenda. Sin discusión. 324 partidos, de los cuales ganó 157, casi la mitad. Dos títulos de Liga. Una Supercopa. Unas semifinales de Copa de Europa. Todo eso se consiguió con él sentado en el banquillo. Y, sin embargo, en aquellos años Alberto Ormaetxea no tenía la consideración en algunos sectores que semejantes logros requería. Se dudaba de él, se le consideraba defensivo, no se le ponía a la misma altura que los jugadores que ya entonces eran míticos para todos. Era como si Ormaetxea simplemente pasara por allí. Y no, no fue así. Ormaetxea fue un genio capaz de llevar a un modesto equipo a lo más alto. Menos mal que el tiempo le puso donde merecía. Con el 25º aniversario del primer título de Liga, en 2006, se inauguró un busto con su efigie junto al estadio de Anoeta. Él ya no pudo verlo. Nos había dejado ya. Pero sigue ahí, con todos nosotros, disfrutando ahora con lo que la Real, su Real, está haciendo ahora ya de nuevo entre los grandes.

domingo, enero 16, 2011

Para todas las edades

Me encanta la imagen de un padre con su hijo en un campo de fútbol. Sencillamente me encanta. No puedo evitar una sonrisa cuando lo veo. Y más aún si el crío, encima, lleva el escudo de la Real. En Getafe hubo varios chiquillos dentro del centenar de aficionados realistas que acompañaron al equipo. Y debieron disfrutar como lo que son, como niños. Ellos recordarán que, siendo unos canijos, estuvieron sentados en Getafe viendo ganar a su Real por 0-4. El lunes irán al colegio orgullosos, presumirán ante sus compañeros de clase, más aún si éstos son de equipos que no hayan ganado esta jornada. En su memoria tendrá un recuerdo precioso de lo de ayer. Sí, ya sé que es sólo una victoria en Getafe. Pero los niños no hacen distingos. Quieren que su equipo gane siempre, ya sea la final de la Champions League o el partido de la jornada 19 de Liga. Con ambientes como el de Getafe, con las aficiones mezcladas por la calle, con un respeto mayoritario entre las gradas, y con un buen partido en el césped, hacemos afición en los niños. Con partidos los lunes, los sábados a las diez de la noche o los domingos a las nueve, no. No saquemos a los niños del fútbol, por favor.

Porque esos niños son los que después crecen y siguen a la Real por todo los campos. A la Real y a cualquier equipo, pero sobre todo a la Real. Quizá no somos tan numerosos como otras aficiones. Quizá no hagamos tanto ruido. Pero ahí estamos. Y estamos siempre. Con nuestra camiseta txuri urdin, con nuestro corazón a tope animando al equipo, cantando sus goles, lamentando sus errores. No importa que estés callado o gritando, con una máscara que siempre acapara los flashes o en la última línea de la grada, allí donde sabes que no vas a salir en la televisión. Nada de eso importa. Lo que importa es que estamos. En todas partes. Donde menos se pueda esperar el equipo que hay algún aficionado. Algunos viajan y otros están. Porque algunos se marcharon en sus autocares de vuelta para el norte y otros simplemente cogieron el Metro para llegar a casa. En todas partes hay realistas que cada fin de semana sufren y se emocionan con la Real. Eso tampoco podemos permitirnos el lujo de que se pierda. Por eso es tan importante que, cuando acaban los partidos, los jugadores saluden a los suyos y reconozcan su esfuerzo por estar allí, en terreno rival. Y con su camiseta siempre puesta.

Y eso, además, ha calado muy hondo. Si antes el vestir de txuri urdin en un campo parecía algo propio de la juventud, ahora ya no. No importa la edad para enseñar lo que uno quiere a la Real. Y de todo se aprende. Mientras la Real ganaba y nos hacía disfrutar, había quien contaba batallitas. "¿Habíais nacido cuando lo de Gijón?", preguntaba un hombre. "Joder, aquello sí que fue increíble", añadía. Y de aquel día pasamos al 0-4 del Bernabéu en la Copa del 88, sin saber que Getafe nos iba a regalar el mismo resultado, aunque sea menos trascendente para la historia realista. Y de ahí, pese a ser completos desconocidos, acabamos abrazados, celebrando el cuarto gol de la Real y sin mirar ya el tiempo que faltaba para el final. Es hermoso ver que la memoria no se pierde, que todos tenemos ya nuestras batallitas por contar. Que la Segunda División no nos ha quitado ilusión alguna por narrarlas, y que hay quien te cuenta que estuvo en Tarragona, en Córdoba, en Cádiz, en Irún o donde hiciera falta. Y esas batallitas las cuentan los más mayores, sí, pero también las tenemos ya nosotros. La Real es parte de nuestras vidas y no hay edad para ser de la Real. A las duras y a las maduras, como decía una pancarta txuri urdin que se colocó en la grada.

La edad, la inexperiencia, es lo que muchos han destacado para hablar de la celebración de Griezmann en su gol. "Cuando marco un gol soy como un niño", dijo el propio francés disculpándose con la gente de Getafe a la que hubiera podido ofender. Estoy con Lasarte en que el gesto del chaval sobró, sí. Fue una forma de echarse al público encima, un público que a partir de entonces silbó cada acción del joven extremo realista. Pero, qué queréis que os diga, creo que todo esto abunda en lo que vengo sospechando desde hace demasiado tiempo, que hay alguna gente esperando a que sucedan anecdotillas como ésta para sacarles punta. Repasad lo que hizo Griezmann. Besó la ikurriña de su camiseta. Ni insultó a nadie, ni hizo un corte de mangas, ni escupió a la grada, ni agredió a ningún rival. Besó una ikurriña. Y la gente se molestó. Lo curioso es que ningún medio de comunicación hace referencia a la sempiterna presencia de banderas españolas en manos de unos cuantos cafres de los fondos de los campos españoles cada vez que son visitados por la Real o el Athletic. Ellos sí van al campo para ofender y a nadie parece importarle. Lo de Griezmann no es una ofensa, se mire como se mire, aunque sí pudo perjudicar a la Real. Él no lo volverá a hacer. ¿Habrá banderas españolas buscando esta misma respuesta en los próximos partidos que la Real juegue fuera de casa?

GETAFE 0 - REAL SOCIEDAD 4 Categoría... y suerte

Victoria de categoría la que logró la Real en Getafe. Por la forma, por el fondo y por lo que representa. Porque igual corremos el riesgo de no darle el valor que tiene en realidad. Un 0-4 no se ve todos los días, y menos en un campo históricamente inexpugnable para el equipo txuri urdin, por poco que esa historia siga siendo todavía breve. El caso es que la victoria se logró por calidad. Calidad atrás, la que tiene el entramado defensivo del equipo de Lasarte, la que nos devolvió a Primera y la que algunos creían perdida con los últimos resultados adversos. Y calidad arriba, la que este año sí sabe todo el mundo que tenemos, la que garantiza un cuarteto ofensivo de auténtico lujo, incrementado cuando además el resto del equipo colabora. Y ganó con suerte. o hay que negarlo. Cierto que la Real controló el partido a su antojo, pero también es cierto que en los momentos decisivos del partido la suerte sonrió al equipo que ayer vestía de verde. La misma suerte que le faltó a la Real para puntuar contra Sevilla, Valencia o Zaragoza. La misma que en Getafe le sonrió. Victoria importante, merecida y seguramente más contundente de lo merecido por uno y otro equipo. Pero si otros días no hubo fortuna txuri urdin, ahora lo que toca es disfrutar la que sí llegó en tierras madrileñas.

Llegó, en primer lugar, porque Lasarte es un entrenador más valiente de lo que se le reconoce. Seguir apostando por los mismos con una racha a cuestas de cuatro derrotas consecutivas es una muestra de lo convencido que está de transitar por el camino correcto. Yo estoy con él. Creo que la Real nunca se alejó de lo que debe de ser, al margen de lo que el marcador señalara al final de los últimos partidos. Jugaron los mismos que ante el Sevilla, con la única modificación de Griezmann por Sutil, toda vez que el francés ya había cumplido su partido de sanción. Si bien este regreso estaba más que cantado (a pesar del buen nivel de Sutil ante el equipo andaluz hace una semana), más valiente fue mantener a Elustondo en el doble pivote junto a Diego Rivas y a Mikel González en el lateral izquierdo que hasta hace una semana era territorio exclusivo de De la Bella. Decisiones valientes porque no encuentran una comunión absoluta con la grada, especialmente en el primer caso. Pero muestra en cualquier caso de una fe absoluta en Lasarte para con sus jugadores y en sus decisiones. La apuesta salió bien. No sólo por resultado sino también por juego.

No es que la Real bordara el fútbol durante 90 minutos, no. Pero sí jugó con suma inteligencia, sabiendo lo que tenía que hacer en cada momento. Sólo pareció estar algo desubicada en los primeros minutos del partido. Cuando apenas se habían jugado 90 segundos, el Getafe tuvo una clara ocasión de gol, que Bravo desbarató con una buena mano abajo en su primer palo. Esa jugada y algún que otro momento de nerviosismo en alguno de los primeros corners en contra hicieron pensar que no estaban del todo enterrados los fantasmas defensivos de las últimas semanas. Pero aquí apareció la suerte, en forma de penalti. Xabi Prieto metió uno de sus espectaculares centros desde la banda derecha, Codina despejó a duras penas y Miguel Torres, al girarse, tocó el balón con la mano para impedir que Zurutuza lo controlara dentro del área. Penalti claro. Después de tanto tiempo luchando por ver un penalti, y resulta que la Real ya ha dispuesto de tres. El resultado casi no hace falta ni comentarlo. Si lo tira Xabi Prieto, es gol. Golazo otra vez, porque su maestría y su sangre fría desde los once metros es sencillamente espectacular. Codina se lanzó bien pero era imparable.
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Estaba el partido donde lo necesitaba la Real. Con el marcador a favor y ante un Getafe cuyos nervios iban creciendo al mismo tiempo que su incapacidad para llegar a la portería de Bravo. Juega bien al fútbol el equipo de Michel, toca el balón con soltura y llega con solvencia a la frontal del ára. Pero ahí se encontró con una Real incomensurable atrás. Ansotegi hizo un auténtico partidazo. Siempre he pensado que Mikel González tiene más cualidades que él, pero su crecimiento en los años que ha pasado el equipo txuri urdin en Segunda es incuestionable. Si está a su nivel, Ansotegi es un muro. Y en Getafe lo fue. Espléndidamente ayudado por todos y sobre todo por un Rivas que se multiplicó. Rivas, de hecho, fue el protagonista del segundo punto clave afortunado de la tarde. En pleno aluvión de protestas locales tras el penalti, hubo una jugada más que polémica. Una mano dentro del área que reclamó mucho una de las tribunas del Coliseum Alfonso Pérez, la que pudo ver la jugada de cara. En televisión no hay un plano claro, pero parece mano. Y más si tenemos en cuenta que no es la primera jugada de de este corte que protagoniza el manchego. Fue el pequeño borrón a unos primeros 45 minutos formidables del mediocentro realista.

45 minutos que acabaron mejor de lo esperado. En uno de los muchos contraataques que permitió la defensa getafenses, Llorente se escapó por la banda derecha, colocó un centro magnífico al otro lado del área y Griezmann enganchó una volea espectacular. Golazo y 0-2. La verdad es que con ese marcador parecía muy difícil que el Getafe le quitara algo a la Real, porque Bravo se había convertido en un espectador de lujo. Algún disparo local desde fuera del área que no encontró portería fue todo el bagaje ofensivo del conjunto local. La Real puedo haber ampliado la ventaja con una falta de Elustondo que se estrelló en el palo y con un cabezazo de Llorente que se fue muy lejos de la portería, en una ocasión que pareció realmente clara. El tercer punto decisivo del partido fue también afortunado para la Real. Lasarte, al que muchas veces se le puede reprochar la lentitud en mover el banquillo, dejó en el vestuario a Rivas para meter en el campo a Markel. Cuando el 5 realista, gran partido también el suyo, vio minutos después la amarilla, muchos pensaron que esa tenía que haber sido la segunda de Rivas, con lo que Lasarte evitó que la Real se quedara con diez. Turienzo se pasó de tarjetas en un partido que no tuvo para tanto, y entre ellas sacó la quinta a Zurutuza, que no estaré en Villarreal.
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Lo que quedaba por delante era solventar otro de los puntos débiles de la Real: matar los partidos. Pocos podían confiar en que el 1-2 estuviera cercano, ya que el control que el equipo txuri urdin tenía del centro del campo era absoluto y su firmeza atrás era espectacular. Pero ya se sabe que en el fútbol pasan cosas que se salen de los guiones previstos, y la Real puede dar buena fe de ella sólo repasando sus tres últimos partidos. El tercero era una necesidad. Y llegó como tenía que llegar: en un contraataque, otra arte que tampoco domina demasiado la Real pero que ayer ejecutó con maestría. Y, otro toque de suerte (¿o éste es de los de calidad?), el autor del tanto fue el último cambio de Lasarte (que ya había introducido en el campo a un correoso sutil en el lugar de Griezmann). Aranburu saltó al campo por un Zurutuza fundido. En realidad, Lasarte tuvo que elegir entre quitar al mediapunta o a un Llorente fundidísimo, que mereció el gol. Ese, de hecho, era su cambio habitual, el cambio de delanteros para dar entrada a Tamudo. Y en Getafe varió el guión. Y cómo le salió. El tercer gol es una obra de arte, un contraataque magníficamente llevado por Llorente, espléndidamente trazado por Xabi Prieto y maravillosamente concluído por Aranburu.

El cuarto tuvo exactamente los mismos protagonistas. Y es difícil elegir cuál de los dos goles es mejor. El primero es un contraataque más de libro. El gol del segundo nace de un espléndido centro de Xabi Prieto (dos asistencias y un gol en Getafe, ¿quién dijo que el 10 realista no es decisivo?), un maravilloso arrastre de Llorente y un precioso empalme del capitán. Dos golazos y dos rúbricas perfectas para un marcador soñado. E incluso el tramo final del partido pudo dejar un resultado aún más abultado para la Real, que pudo marcar el quinto en otra contra. El Getafe acabó absolutamente a merced del equipo de Lasarte, sin haber conseguido en su cuenta ofensiva más que otro disparo a las manos de Bravo en los primeros minutos de la segunda mitad. Ganó la Real porque fue mejor, porque aprendió de los errores y porque sacó partido a todas sus virtudes. Porque jugó como la Real. Y jugando así se podrá perder, como de hecho se perdió ante el Sevilla, pero de lo que no cabe duda es de que el equipo txuri urdin sí estará dentro de los partidos si expone lo que expuso en Getafe. Puede que el marcador sea excesivo, pero a eso contribuyó también la carga de la brigada ligera que ordenó Michel en busca del milagro.

El triunfo de la Real deja muchísimos datos para la Historia. Para empezar, es la primera victoria en Getafe, donde había cosechado tres derrotas en otras tantas visitas. Para continuar, es la mayor derrota que encaja el equipo madrileño en su estadio desde que llegó a Primera División, y era el escudo de la Real el que apareció en el marcador en el hueco reservado al equipo visitante. Había nueve canteranos en el once inicial (eso ya no es noticia, pero sigue siendo motivo de orgullo) y diez estaban ya en el equipo que subió a Primera (tres de cuartos de lo mismo se puede decir sobre esto). Es la primera vez que Aranburu marca dos goles en un partido. No, desde luego, la primera que Xabi Prieto da dos asistencias, pero es que tampoco será la última y hay que presumir por ello, porque la exhibición que dio en Getafe fue de órdago. Y por si alguien cree que todo esto no es suficiente para darle a este triunfo el valor que se merece, se puede tirar de estadística para recordar que este 0-4 es la segunda mayor goleada conseguida por la Real en Primera División jugando como visitante, superara sólo por el 0-5 en Oviedo de la temporada 97-98.
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La Real alcanza 25 puntos, una cifra que invita a pensar (yo ya lo pensaba, a pesar de las cuatro derrotas consecutivas) que este equipo no pasará apuros para mantener la categoría, como algunos pensaban en los momentos previos al inicio liguero. Por si alguien sigue mirándolo, el descenso sigue a nueve puntos. Europa, a la espera de lo que haga el Atlético de Madrid el lunes, a cuatro. Las dos próximas salidas serán muy exigente (Villarreal y Real Madrid), pero en Anoeta el calendario permite ser optimista y pensar que el fortín de Anoeta está cerca de regresar. También se puede soñar con rascar algo del campo de los más grandes, ¿por qué no? De momento, toca sonreír y celebrar el día de San Sebastián como tiene que ser, ganando. Y además goleando.

viernes, enero 14, 2011

PREVIA Getafe - Real Sociedad. ¿A la quinta...?

Después de cuatro derrotas consecutivas, la Real buscará romper la mala racha a domicilio (sábado, 18.00 horas, Coliseum Alfonso Pérez, PPV). Y habrá que confiar en la estadística para acabar con esa suerte adversa que persigue a este equipo desde que cayera goleado en el Camp Nou porque la historia no ofrece más que disgustos en Getafe. Algunos incluso de gran calado. El caso es que el equipo de Martín Lasarte puede presumir de haber tuteado a los grandes equipos de la Liga, excepto al Barça, pero sin haber sumado puntos. Y necesita sumar de nuevo porque la sensación de estancamiento en los 22 puntos que tiene podría pasar una factura mayor si se prolongora en el tiempo. Y Getafe, el primero de los dos partidos consecutivos que afronta el conjunto txuri urdin como visitante, parece una buena ocasión para puntuar. La ambición no parece haberse perdido en el equipo y eso es un gran síntoma. El amplio colchón sobre el descenso ayuda a que la tranquilidad sea la nota dominante, pero en Getafe tiene que verse que la semana en Zubieta ha servido para corregir aquello que llevó a la Real a no sumar ningún punto de los últimos doce posibles.

La convocatoria de Martín Lasarte para este partido es casi la misma que hace una semana. Sólo hay una variación, que es el regreso de Griezmann, que sorprendentemente ocupa el lugar de Vadim Demidov. Vista la sangría defensiva de los últimso partidos, y aunque no sea directamente achacable a los centrales, parecía que el último fichaje realista tenía opciones de ser incluso titular y, en cambio, se ha quedado fuera del grupo de 18 elegidos que se desplaza a la localidad madrileña. Tmpoco estará Viguera, ya cedido al Nastic de Tarragona y que fue incluído en la lista la pasada semana por la indisposición de Aranburu. Carlos Martínez y Diego Ifrán son los únicos jugadores que están en la enfermería. El lateral, parece ser, estará ya para la próxima semana, mientras que para el atacante uruguayo habrá que seguir esperando. Además de Demidov, el otro jugador que se queda fuera por decisión técnica es Agirretxe, quien no ha entrado en ninguna lista desde que anunciara que tenía la intención de quedarse en la Real, a pesar de tener ofertas de Segunda para este mercado de invierno. Con estos mimbres, y a pesar de la racha de cuatro derrotas consecutivas, el once de Lasarte se acercará mucho a su equipo tipo.

Bravo, obviamente, es indiscutible en la portería. En la defensa, toda vez que Demidov no estará en Getafe, lo más normal es que la dupla de centrales sea de nuevo Ansotegi y Mikel González, después de que éste jugara por la izquierda ante el Sevilla. Dani Estrada estará en la derecha y De la Bella, del que ya se da por segura su renovación, tiene muchas opciones de celebrarlo recuperando el lateral zurdo. Diego Rivas y Aranburu también tienen muchas papeletas para ocupar el doble pivote, aunque tanto Elustondo como Markel, más seguramente el primero, tienen sus opciones de estar en el once. El trío formado por Griezmann (que vuelve después de su partido de sanción), Zurutuza y Xabi Prieto es indispensable, tanto como Llorente solo en punta, más aún después de haber roto la pasada semana una pequeña sequía goleadora. Tamudo, Sutil y Sarpong serán las bazas ofensivas que se guardará el técnico uruguayo en el banquillo, en el que también estará Labaka.

Cuatro derrotas consecutivas, dos en casa y dos como visitante, justo antes de dos encuentros seguidos como visitante y con las visitas al Madrigal y al Bernabéu en el horizonte. Buen juego pero malos resultados. Ese es el panorama con el que termina la Real en Getafe la primera vuelta de la temporada de su regreso a la Primera División. Ganar tendrá más beneficios psicológicos en el equipo que efecto en la clasificación, puesto que la Real sólo aspira a superar al Hércules, que tiene los mismos 22 puntos que el conjunto txuri urdin. Por debajo sí. La distancia con respecto al descenso es de nueve puntos y en función de los resultados de la jornada podría irse incluso a los doce. El Getafe lleva dos jornadas sin ganar en Liga y viene de caer con estrépito en la Copa del Rey, tras perder en su campo por 1-3 ante el Betis, un equipo de Segunda División. Estar más de un mes sin sumar ha alejado los puestos europeos en cinco puntos. El de Getafe será un partido entrañable para Diego Rivas, pues el equipo azulón fue el que lo vendió a la Real por tres millones de euros en el verano de 2006 y fue allí donde alcanzó su mejor nivel antes de venir a San Sebastián. Rivas no jugó en la última visita realista al Coliseum, la única en la que vestía la camiseta txuri urdin.

Cero de tres. Ese es el pobre bagaje histórico de la Real en el Coliseum Alfonso Pérez. Y, además, con un fútbol bastante pobre siempre en estos tres duelos, todos ellos jugados en Primera División y todos ellos saldados con victoria clara del Getafe, más clara incluso en el juego que en el marcador. No es un buen campo para las aspiraciones de la Real, pero con mucha más historia eso podía decir el Atlético de Madrid de Anoeta y se marchó esta temporada de San Sebastián con los tres puntos. El primer duelo entre ambos equipos fue en la temporada 2004-2005. Aquel día, el Getafe certificó su permanencia en Primera División ante un Real lamentable, que, ya salvada previamente, no estuvo en el Coliseum y perdió fácilmente por 2-0. Jugándose la vida el equipo txuri urdin, tampoco mejoró sus sensaciones en Getafe en la temporada 2005-2006. 2-1 fue el resultado final. Mark González, que jugaba en la Real cedido por el Liverpool, fue el autor del tanto realista, el único que un jugador txuri urdin ha marcado en este estadio.

La última visita, en la temporada 2006-2007, fue el día en el que se evidenció con absoluta claridad la realidad del descenso a Segunda. No fue matemático, no, pero aquel día la permanencia se convirtió casi en un imposible. La Real apenas puso algo sobre el césped de Getafe. Lucha, sí. Pero nada de fútbol. Cayó derrotada por la mínima gracias a un gol que Alexis marcó de cabeza, a la salida de un corner, en el minuto 70. Con la ausencia de Kovacevic, y Herrera y Díaz de Cerio en punta, apenas se crearon ocasiones de gol. La amplia representación de la afición realista se llevó un duro revés en Getafe. Y era el día indicado para resurgir. De haber ganado, la Real habría salido del descenso por primera vez desde que cayera en los últimos tres puestos en la tercera jornada. El premio era valioso. A efectos clasificatorios y a a nivel psicológico. Pero la Real naufragó. Eran tres puntos de diferencia. Y a Lotina pareció convencerle el empate hasta que marcó el equipo local. Entonces, hasta Ansotegi se puso de delantero centro. Quedaban seis jornadas de Liga y la Real necesitaba ganar al menos cuatro para lograr la permanencia. No hace falta recordar cómo acabó aquella temporada.

martes, enero 11, 2011

Hablando de mediocentros

Curioso el funcionamiento de la memoria. A veces nos lleva a lo mejor y a veces a lo peor. Y que ahora mismo nos lleve a lo peor me parece un error. No vemos lo bueno y queremos ver lo malo. No, yo no. Hay quien cree que hay que hacer saltar las alarmas, que las cuatro derrotas de la Real son culpa de sus jugadores o de su entrenador, como si éstos no fueran los mismos que nos hicieron felices en junio. Queremos cantera, pero ahora los canteranos no valen. Asumimos que somos peores que muchos equipos, pero cuando nos ganan es culpa nuestra y de lo malos que somos. No, no creo que sea ese el camino. Llamadme ingenuo, pero hay muchos factores que han influido en estas cuatro derrotas seguidas de la Real (y en las nueve que ya lleva el equipo en la Liga) y la suerte es uno de ellos. Uno de los importantes. Yo no vi a la Real peor que su rival más que en Pamplona y en Mallorca. Y en el resto de los días, la vi superior. Como equipo. Si luego viene Di Maria y te calza un gol por la escuadra, aplaudes y punto. O si Kanoute solito te remonta un partido que mereces ganar. O si viene un árbitro y no te pita un penalti y a continuación da como legal un gol en fuera de juego del Atlético, que entonces protestas y después te aguantas.

Pero a lo que iba, que pierdo el hilo. Mi idea era hablar de mediocentros y las malas pasadas que la memoria nos está jugando con ellos. Desde hace unos cuantos años, una de las quejas más recurrentes sobre el juego de la Real está en esa zona del juego. La memoria ahí nos está matando, porque recordarmos a Xabi Alonso, luego le vemos con la selección española y el Real Madrid y pensamos que eso tendría que tenerlo la Real. Y por desgracia no lo tenemos. Ojalá Xabi vistiera de txuri urdin, pero de momento lo hace de blanco. Ahora va una de perogrullo: Xabi Alonso es uno de los mejores mediocentros del mundo, luego la amplia mayoría de los demás son peores. Los de la Real también, aunque a veces pensemos que si alguien es mejor que ellos es por culpa del que lleva la camiseta realista. Ni Elustondo ni Markel son Xabi Alonso ni tiene la misma capacidad que él. Estoy seguro, a pesar de lo que poco que les hemos visto, que ni Ros, ni Illarramendi, ni Albistegi estarán a día de hoy a la altura del tolosarra. Pero la memoria nos lleva a pensar que la Real puede jugar al nivel al que Xabi Alonso la movía. Y no. Lo siento, pero no. Tenemos otras armas, no por carecer de Xabi somos menos competitivos. Pero las cosas son distintas.

Dicho esto, tengo que romper una lanza (y las que hagan falta) por Diego Rivas. Mire por donde mire, yo no veo en el primer equipo de la Real ningún jugador con la capacidad de robo de balón, la regularidad y la experiencia de Diego Rivas. Un dato. Es uno de los que mas balones roba y, al mismo tiempo, el jugador que más faltas hace de la Liga. Pero sólo lleva cinco tarjetas amarillas, una cada 271 minutos. Markel tiene una gran capacidad de robo de balón, pero ha visto dos amarillas en 325 minutos, una cada 172. Eso es experiencia. Y esa es la diferencia que marca Rivas. El consejo de administración y Loren, director deportivo, dicen que no decidirán si renueva hasta final de temporada. No termino de creer ese mensaje. Ojalá me equivoque, pero creo que Rivas está fuera de la Real. Se habla constantemente de la gran cantidad de mediocentros que produce Zubieta, del overbooking en su posición y de que, leyendo entre líneas, Rivas no es por tanto imprescindible en el equipo, ni ahora ni en el futuro. Si de verdad en Zubieta hay alguien como el manchego, no sé por qué no le hemos dado ya la alternativa. De verdad. Con valentía y sin miramientos. Y si yo veo a esa perla, seré el primero en decir que no es necesario renovar a Rivas y agradecerle los servicios prestados. Pero no comparto esa visión.

A veces se escucha el discurso de que se valora más a los jugadores de fuera que a los de cantera. A mí, francamente, me da igual la procedencia de un futbolista cuando le veo sobre el campo. Es obvio que quiero que la Real sea un club de cantera, pero creo que eso, ahora mismo, no está en peligro. Ocho o nueve de los titulares, semana tras semana, han crecido con nosotros. Lo importante es que los otros dos o tres cubran puestos en los que Zubieta no ha conseguido un producto fiable o que el foráneo sea mejor que el canterano. Lo primero no está en duda, mediocentros hay. Lo segundo, a día de hoy, creo que sí tiene una certeza. Diego Rivas es mejor que lo que tenemos. Este Diego Rivas que recuperó Lillo y consolidó Lasarte es un jugador imprescindible para esta Real, que nada tiene que ver con el jugador que Bakero torció y Lotina desanimó. Y, sin embargo, Diego Rivas es junto a De la Bella (aunque el club sí está negociando con él) el único jugador del primer equipo que no tiene contrato para la temporada que viene. Y no lo entiendo. Porque incluso si Rivas es un jugador prescindible por la eclosión de un talento de Zubieta, un dinerillo se podría sacar de su traspaso en el verano de 2011... o en el de 2012.

Diego Rivas, que siempre ha tenido buenas palabras para la Real y para su gente, para nosotros, no es el primero ni será el último futbolista en enamorarse de este equipo después de haber vestido la camiseta txuri urdin. Lo que me resulta inaudito es que, como en su día le sucedió a Kovacevic, no se les trate acorde a ese cariño que ha demostrado con creces, incluso rebajándose el sueldo y jugando en Segunda con una camiseta que no es la suya de la infancia. A Darko se le trató como se le trató, injustamente en cualquier caso, por su mala temporada en el año del descenso, sólo tres goles. En cambio, Diego Rivas está en el mejor momento que le hemos conocido. Y no lo digo por el golazo que le marcó al Sevilla. Ni por ser el que mejores cambios de juego ofreció en ese partido. Lo digo por su línea de los últimos tres años. Tres años, que no es poco. Renovación ya.

sábado, enero 08, 2011

REAL SOCIEDAD 2 - SEVILLA 3 El fútbol no es justo con la Real

El fútbol no es justo. Bienvenidos al mundo de los tópicos aplicados al deporte rey. Pero es que el fútbol no está siendo justo con la Real. La derrota de hoy ha sido muy injusta, como lo fue la de Zaragoza o la anterior en Anoeta ante el Valencia. Como lo fue ante el Real Madrid. O ante el Atlético. Como lo fue la de Alicante ante el Hércules e incluso el empate en Almería. Hoy la Real no ha merecido perder. Aunque, paradojas de la vida, ha perdido por causas muy fáciles de concretar. La primera, la esencial, la que ha costado dos goles, la endeblez en la defensa de las jugadas a balón parado. No es la primera vez que se escapan puntos por goles encajados tras un saque de esquina. Ni la segunda. Ese es el factor localizado y corregible (pero vamos a corregirlo ya) que ha costado la derrota. El otro, el más indefinible, es el de la pura suerte. No creo que nadie pueda decir que el Sevilla ha sido mejor que la Real. El recuento de ocasiones desnivela el partido claramente en favor del conjunto txuri urdin. Y la posesión. Y el malestar con otro árbitro que permite el juego violento contra las estrellas realistas (¡qué fácil es pitar en Anoeta!). Pero el Sevilla marcó un gol más. Para mí, injusto. Muy injusto. Pero cuenta igualmente. Y son ya cuatro las derrotas consecutivas. Duele. Y más así.

Con las novedades que cabía presuponer, Lasarte no sorprendió mucho con su once. Estaba anunciado que quería reforzar la banda izquierda y lo hizo colocando a Mikel González de lateral por ese lado, con la entrada de Labaka en el centro junto a Ansotegi y con Estrada manteniendo el lateral derecho, a muy buen nivel, como el año pasado y mucho mejor que en Zaragoza hace una semana. Y Mikel estuvo fenomenal, hasta el punto de que Navas fue un fantasma en Anoeta. Mucho susto, pero en realidad poco juego y ninguna influencia en el marcador. A eso también contribuyó la buena ayuda defensiva de Sutil, quien ocupó el extremo izquierdo y estuvo muy participativo. Le falta la chispa y la influencia de Griezmann en los resultados, pero demostró ser un recambio válido. Y es más trabajador en defensa que Sarpong, por lo que parecía cantada su entrada en el once para suplir al sancionado canterano francés. En el mediocentro, Diego Rivas recuperó una posición que es suya por derecho propio, aunque la dirección deportiva y el consejo de adminitración del club estén muy tranquilos ante la posibilidad de que salga del club. Yo, desde luego, no lo estoy tanto. A su lado, Elustondo y no el capitán Aranburu, quizá el movimiento más sorprendente de Lasarte para su once.

El partido comenzó lento, cansino y falto de ritmo. La Real, conocedora de la velocidad que tiene el Sevilla en los metros finales, decidió salir al campo de otra forma, sin el arranque arrollador que ha tenido y otros días. No salió bien, no salió mal. El Sevilla decidió hacer lo mismo así que los primeros minutos fueron de transición, ni para uno ni para otro. Parecía que todos esperaban que sucediera algo. En esos minutos, en las áreas apenas hubo dos sobresaltos, un centro chut de Luis Fabiano por parte de los visitantes y un servicio de Sutil que Llorente no pudo conectar. Y en eso apareció primero Sutil, peleando un balón en el lateral del área, después Mikel González (que no desdeñó tampoco las subidas por banda) para ceder el balón hacia atrás y finalmente Diego Rivas, culminando bien pronto (minuto 23) un nuevo partidazo con un golazo, parecido al que ya le marcó al Atlético de Madrid. Por desgracia, su segundo gol de la temporada y el tercero con la camiseta txuri urdin tuvo el mismo y nulo efecto para la Real en forma de puntos que el que anotó ante los colchoneros. Empezó entonces esa mezcla de errores y mala suerte que tiene al equipo txuri urdin con muchísimos puntos menos de los que tendría que tener en la tabla (obra y arte también, no lo olvidemos, de muchas decisiones arbitrales).

En el siguiente ataque del Sevilla, apenas dos minutos después, llegó el empate. Eso es mala suerte, sí. Pero también un error cometido por la Real. El gol llegó en un corner, tras una dejada de cabeza desde el segundo palo de Luis Fabiano que remató sin piedad Kanouté al fondo de la portería de Bravo. El disparo, imparable. Pero lo que era muy evitable, lo que seguro enfadó de nuevo al guardameta chileno, es que el delantero sevillista estuviera tan solo dentro del área en una jugada tan clara y con tanto tiempo para pensar cómo defenderla. Eso se trabaja y es responsabilidad de los que están en el campo, pero también de los que mandan en Zubieta, porque llueve sobre mojado. Con el empate en el marcador, los minutos finales de la primera mitad dejaron sensaciones contradictorias. Por un lado, el Sevilla parecía despertar más temores en la defensa realista, pero no provocó ocasiones de gol. Por otro lado, esas ocasiones sí llegaron del lado de la Real. Llorente y Zurutuza de cabeza y Estrada con un disparo desde fuera del área tuvieron la ocasión de conseguir el 2-1.

Y cuando parecía que iba a llegar el descanso sin más sobresaltos, Llorente marcó un gol muy suyo. Un despeje de Estrada encontró la respuesta de lucha y presión habituales del delantero realista. La defensa del Sevilla se vio sorprendida y perdió la posesión del balón. Con Palop (que no saltó al césped en la reanudación, quizá se lesionó en esa jugada) muy adelantado, Llorente disparo desde lejos y el balón entró. Muy, muy de Llorente el segundo gol realista. Y por ocasiones, un gol muy merecido. Mucho. Porque, además de romperse la sequía de cinco semanas de Llorente, por una vez parecía que esta equipo iba a tener la suerte que se merece. Pero no. No va con la Real lo de la suerte. Con la llegada de la segunda mitad, el Sevilla trató de adelantar líneas (Kanouté dispuso de una buena ocasión que desbarató Bravo en su única gran intervención de la noche), y la Real respondió como suele ser habitual dando medio paso atrás y buscando el contraataque. Manzano respondió introduciendo a Negredo por Renato, un cambio valiente. Quizá desde el banquillo de la Real tuvo que haber llegado una réplica inmediata a ese cambio. Pero, tirando de tópico de nuevo, después de visto todo el mundo es listo.

El Sevilla le dio la vuelta al partido de forma casi inmediata. Y se juntan cuatro circunstancias dignas de análisis. En primer lugar, el gol del empate llega de nuevo tras un corner, mal defendido en la prolongación en el primer palo (el balón cruzó al área a ras de suelo; nadie lo despejó), en la cobertura del segundo palo y también a la desesperada sobre la línea de gol para evitar el gol de Luis Fabiona. En segundo lugar, llega tras un disparo de Negredo, el jugador que acababa de entrar al campo, recordando que desde el banquillo hay más capacidad de voltear lo que está sucediendo en los partidos de la que a veces reconocemos. En tercer lugar, el gol llegó en segunda jugada, como sucedió en Zaragoza. Y en cuarto lugar, que dos minutos después llegó el tercer gol del Sevilla, de nuevo tras un error de la Real (un balón que perdió Xabi Prieto de forma incomprensible) y de nuevo con la intervención decisiva de Negredo, autor de la asistencia a Kanouté. Es decir, que los errores le cuestan muchos puntos a la Real por muchos méritos que haga para superar como de hecho supera habitualmente al rival, que el balón parado le está costando muchos puntos y que a veces la valentía tiene premio.

Digo a veces porque la respuesta de la Real a un mazazo de proporciones épicas como el recibido fue de campeón, por mucho que no consiguiera rédito en forma de puntos. Lasarte fue valiente en sus dos cambios (el tercero podría y tendría que haber sido Agirretxe, pero estaba en la grada; no había más atacantes en el banquillo y sobraron defensas en la convocatoria): metió a Sarpong y Tamudo por Sutil y Elustondo, y acabó colocando a Ansotegi casi de tercer delantero. Los cambios fueron lógicos. Sutil estaba ya fundido y sus mayores virtudes defensivas ya no eran necesarias. Elustondo se sintió sobrepasado durante todo el partido. Se mueve muy bien por el campo pero no genera efecto alguno cuando el balón pasa por sus pies. Además, Diego Rivas y una minimizada defensa se bastaban para contener las tímidas salidas del Sevilla. En cambio, tuvo muchas llegadas la Real en esos minutos, aunque las imprecisiones mantuvieron el gol del empate algo lejos. Xabi Prieto desbordó como quiso por su banda, y generó peligro. Sarpong lo intentó desde lejos. A Llorente se le escapó un control dentro del área que acabó en las manos del portero. Zurutuza dispuso de una buena opción de cabeza. Y ya en el descuento, Ansotegi tuvo también en su testa el gol del empate y el remate se le marchó ligeramente desviado.

La Real ha vuelto a perder, pero la Real ha vuelto a ser mejor que un rival que casi todo el mundo considera mejor que el infravalorado equipo txuri urdin. Es una constante a lo largo de la temporada, tanto como la facilidad con la que los árbitros permiten a los rivales coser a patadas a los mejores realistas, hoy a Xabi Prieto. Tanto como que la suerte le sea esquiva a este equipo cuando más la merece. Algunos pensarán que los goles llegaron por una caraja realista, un término que se usa mucho para definir los momentos en los que el conjunto txuri urdin encaja o es más dominada, pero con el que por desgracia se omite también que hay un rival que juega. Y, cosas que vienen aparejadas al ascenso, juega siempre mejor que los rivales que hemos conocido en Segunda División. Los jugadores que arrastraban inactividad han estado a buen nivel. Arriesgando lo indecible ya con el 2-3, el Sevilla apenas ha tenido una ocasión y el empate ha estado muy, muy cerca. Sigo viendo aspectos muy positivos en esta Real. Pero se ha perdido. Por cuarta vez consecutiva. 22 puntos en el casillero, los mismos que tenía el equipo hace mes y medio. No se puede estar satisfecho con esos números, pero es que, a excepción del balón parado, no le veo reproche alguno a la Real. Alguna vez la suerte vendrá de cara. Alguna vez.

viernes, enero 07, 2011

PREVIA Real Sociedad - Sevilla. Obligados en una cita exigente

Las tres derrotas consecutivas, dos de las cuales se produjeron de forma muy inesperada y en el último minuto, hacen que la Real llegue a esta jornada (sábado, 20.00 horas, Anoeta, Canal + Liga y Gol TV) con la obligación de ganar. Y dicho así parece fácil, pero será un partido muy exigente, ante un rival que no se le da especialmente bien al conjunto txuri urdin y que viene de dos victorias consecutivas desde que ha recuperado a Jesús Navas después de una larga lesión. Pero lo que importa es lo que hagan los que salten con la camiseta de la Real, porque capacidad tienen de sobra para darle a una mala noche a cualquier rival. Otra cosa es que lo hagan, pero la capacidad la tienen. El calendario también obliga, porque tras la visita del Sevilla a Anoeta la Real afronta dos partidos complicados como visitante para cerrar la primera vuelta y comenzar la segunda. Ganar es casi obligatorio porque, de lo contrario, empezarán a aparecer fantasmas. No tendría por qué ser así, pero todos sabemos que lo será. La Real tiene que abandonar esta fase de estancamiento en la clasificación cuanto antes. Y si es con el apoyo del fortín de Anoeta, mejor que mejor.

Más que nunca, esta jornada es difícil conocer cuáles son los planes de Martín Lasarte. El técnico uruguayo ha introducido dos novedades en la convocatoria, la previsible vuelta de Diego Rivas tras su partido de sanción y el debut en una lista de Vadim Demidov, ocupando el puesto del canterano Cadamuro, que viajó a Zaragoza. El primero parece claro que estará en el once titular. ¿El segundo? Aunque no parece lo más viable, tiene sus opciones, y más teniendo en cuenta que no ha tenido el problema del rodaje (con el Rosenborg compitió casi hasta su fichaje por la Real) y que el rendimiento defensivo ha bajado en los últimos encuentros. Además de la baja ya conocida de Ifrán, Lasarte tiene el dilema de encontrar el sustituto ideal para Griezmann, quien vio en Zaragoza su quinta tarjeta amarilla y, por tanto, cumple un partido de sanción. Éste parece el problema más acuciante para el técnico realista, aunque dijo tener ya decidido el nombre del sustituto, ya que el rendimiento del canterano francés es notable incluso cuando no juega su mejor partido. Ahí están sus tres goles y otras tantas asistencias para corroborarlo.

Bravo es seguro en la portería, igual que De la Bella en el lateral izquierdo. Pero a partir de ahí comienzan las dudas. La entrada de Demidov en la dinámica del equipo hace que esté en peligro la titularidad de Mikel González o Ansotegi, aunque lo más normal parezca que la pareja habitual de centrales siga teniendo continuidad. Al no recuperarse Carlos Martínez, Estrada tiene papeletas para seguir en el once en el lateral derecho, pero no todas. La presencia de cuatro centrales en la convocatoria, algo inaudito en Lasarte, hace pensar en la posibilidad de que Mikel González juegue por la derecha. Incluso por la izquierda, aunque eso sería un movimiento más extraño. Lo normal es que Diego Rivas y Aranburu recuperen la titularidad a la vez, aunque el capitán también podría ser el relevo de Griezmann. En caso de ser así, Elustondo seguiría en el once. No obstante, es más verosímil que el extremo izquierdo se lo disputen Sutil y Sarpong. Zurutuza y Xabi Prieto completarán la línea de mediapuntas y Llorente volverá a estar arriba. Tamudo, Markel y Zubikarai completa la lista de los 18 elegidos. Agirretxe volvió a quedarse fuera por decisión técnica, junto a Viguera, ya a la espera de un club donde jugar cedido hasta final de temporada.

La Real llega a este partido en una situación ligeramente delicada. No por su situación en la tabla, es undécima con 22 puntos, a cinco de los puestos europeos y nueve por encima de los de descenso, sino por los antecedentes y por el futuro inmediato. Tres derrotas consecutivas arrastra el equipo de Lasarte (Barcelona, Valencia y Zaragoza), y dos en los últimos tres partidos en Anoeta (Atlético de Madrid y Valencia, con la victoria ante el Athletic de por medio). El futuro depara dos salidas consecutivas, a plazas que no son imposibles pero sí complicadas, Getafe y Villarreal. Ganar se antoja vital para no asomarse, en el peor de los casos, a la posibilidad de sumar hasta seis jornadas sin vencer. Lasarte ya sabes lo que es perder tres partidos seguidos, lo ha hecho en dos ocasiones en esta temporada, pero no cuatro. Eso le sucedió en dos ocasiones de la temporada 2006-2007 (en la primera de ellas fueron cinco las derrotas consecutivas). El Sevilla rompió la pasada semana ante Osasuna una racha más nefasta aún: cinco jornadas perdiendo. Ahora, con la de Copa, suma dos victorias consecutivas, que han coincidido con el regreso al equipo de Jesús Navas. El Sevilla sólo tiene un punto más que la Real y ha ganado ya tres partidos como visitante (Levante, Málaga y Zaragoza).

La historia dice que el Sevilla es un visitante bastante asequible para la Real, ya que de sus 51 visitas a San Sebastián, todas ellas en Primera, 30 acabaron con victoria txuri urdin, 16 con empate y sólo cinco con triunfo sevillista. Pero esa estadística, por desgracia para los realistas, es muy matizable con los resultados de los años más recientes. En Anoeta se han visto las caras en once ocasiones, de las que la Real ganó cuatro y perdió dos, con tablas en los cinco restantes. Es decir, que las victorias no llegan al cincuenta por ciento desde que la Real se mudó de escenario. Sin embargo, también hay datos alentadores. Entre las temporadas 1992-1993 y 1996-1997, el Sevilla no consiguió marcar en San Sebastián, y nunca consiguió la victoria entre la 1954-1955 y la 1984-1985, nada menos que durante treinta años y 24 encuentros. Tampoco pudo el Sevilla ganar en Atotxa y Anoeta entre las campañas 1988-1989 y 2004-2005, aunque el conjunto hispalense pasó tres de esos años en Segunda División. El 5-0 de la temporada 49-50 (goles de Epi, Caeiro, Basabe y dos de Pérez Payá) es la mayor victoria realista ante el Sevilla, que cosechó su mayor triunfo en su última visita, en la temporada 2006-2007, por 1-3.

Ese partido empezó como una fiesta y acabó siendo el primer episodio de la pesadilla en la que se convirtió el torneo liguero. La Real venía de empatar en San Mamés (y no ganó por culpa del árbitro) y celebró en los prolegómenos que se trataba del partido 2.000 en Liga. Bakero no pudo tener una presentación peor en Anoeta, después de las dudas que tuvo sobre su trabajo doble como técnico y director deportivo al mismo tiempo. Renato adelantó pronto al Sevilla en una primera parte en la que Dani Alves tuvo que ser expulsado, pero Teixeira Vitienes (sí, el de Zaragoza hace unos días) no se atrevió. Tan claro estaba el peligro, que Juande Ramos le sustituyó en el descanso. ¿Os suena? Hay cosas que no cambian. Ante una Real sin pegada, juego ni ideas, Kanouté sentenció en el minuto 75. Llegó después el tercero, en el 90, de Dragutinovic. Díaz de Cerio, ya en el descuento, anotó el gol del honor, su primer tanto con la Real. Aquel partido sólo sirvió para recuperar la tradición de los cohetes que anuncian los goles. Y fue sólo el segundo de los catorce partidos que estuvo sin ganar el conjunto txuri urdin en el arranque de la temporada de su descenso a Segunda.

martes, enero 04, 2011

Los perjudicados somos nosotros

No es precisamente fácil hablar de este tema. La Real, la política y ETA. No es fácil, porque digas lo que digas, pienses lo que pienses, y defiendas lo que defiendas, generarás críticas y odios. Y el odio siempre acabará provocando violencia. Siempre. Que nadie se engañe pensando lo contrario. Siempre habrá una respuesta violenta de alguien a un mensaje cargado de odio. Son ya muchos años viendo partidos de la Real, muchos años visitando los más variados campos de Primera y Segunda División, como para tener una venda en los ojos y no querer ver este asunto. La Real, como equipo, como entidad, es un club que despierta las simpatías de muchos. Creo que el cariño que nos demostró el mundo del fútbol cuando luchamos contra el Real Madrid por la Liga de 2003 tendría que ser prueba suficiente de ese cariño. La afición de la Real, mayoritariamente, ha reforzado esa imagen por su carácter festivo y deportivo en sus desplazamientos. Pero cuando el nombre de la Real aparece en un titular en el que también está ETA, todo el trabajo de muchos se va al garete. Todo el trabajo. A veces de años. Un trabajo con el que me siento identificado.

Veréis, creo firmemente en la libertad de expresión. Si no, tendría poco sentido que creyera en el periodismo. Creo que se puede defender cualquiera causa o idea que entre en los límites de la legalidad. Creo que es un derecho fundamental., imprescindible. Me repugna que alguien sufra represalias, de cualquier tipo, por defender algo que la Ley no persigue. Y concretando en el caso que nos ocupa, creo que los jugadores de la Real Sociedad tienen todo el derecho del mundo a firmar el manifiesto que consideren oportuno, a adherirse a la causa que crean que se ajusta a su forma de pensar y a inscribirse en las asociaciones legales que les interesen. ¿Que quieren defender el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles vascas? Están en su derecho. No sé si todo el mundo ha leído el manifiesto de Etxerat para la marcha que tendrá lugar el próximo día 8. No, más bien estoy convencido de que casi nadie lo ha leído. Lo malo es que a la mayoría le da igual lo que diga, porque un titular espectacular siempre vende más. Yo no firmaría jamás ese manifiesto. Ocho jugadores de la Real lo han hecho. Como personas individuales, allá ellos.

Pero resulta que no son sólo personas individuales. Todos ellos son jugadores de la Real Sociedad. No he encontrado el comunicado en el que se adhieren a la manifestación, sólo las noticias sobre su adhesión, con lo que no sé si firman sólo con sus nombres o si añaden el nombre del equipo en el que juegan. No lo sé, y por tanto eso no lo puedo juzgar. Pero creo que ellos saben que la reacción que van a provocar es justo la que se ha producido. Virulenta y polémica. Creo que lo sabían antes de firmar. Y lo que no sé es si son conscientes de las consecuencias que tendrá este acto suyo. No para ellos, que no sufrirán ninguna como personas individuales. Digo para los demás. Para la Real, porque su nombre se mezcla con el terrorismo irremediablemente ante hechos así. Muchos leerán las informaciones que se han publicado y no pensarán nada más que la asociación más simple: los jugadores de la Real apoyan el terrorismo. Hay muchos que lo llevan pensando ya muchos años, y eso se ve y se siente en muchos campos de la Liga española. Que un grupo de jugadores de la Real se signifique de esta forma, no les coloca a ellos en el disparadero. Al menos, no sólo a ellos. Coloca también a la Real. Y a los realistas.

Esa es la parte que más me preocupa, porque pase lo que pase siempre somos nosotros los que salimos perdiendo. Que jugadores de la Real se posicionen a favor de los familiares de presos de ETA hace que mucha gente vea a los seguidores de la Real como simpatizantes del terrorismo. Así de claro, así de triste y así de equivocado. Pero, al mismo tiempo, así de cierto. La firma de Zubikarai, Agirretxe, Ansotegi, Mikel González, Labaka, Aranburu, Markel y Zurutuza es un problema cuando un realista quiere ir a animar a su equipo fuera de Anoeta. O cuando vive fuera de Guipúzcoa. A mí me han silbado "Que viva España" para que me sintiera insultado, por mucho que me diera igual. A mí me han llamado terrorista en la grada de un campo, aunque ya me da igual que alguien que no sabe pensar se exprese en esos términos mientras no vaya más allá. A mí me han lanzado piedras. A mí me han dicho de todo. Y es, en buena medida, por cosas como ésta. Lo siento, pero es así. Nadie se acuerda de lo positivo. Lo negativo, en cambio, da rienda suelta a odios y fervores violentos. En Zaragoza los hubo. Los habrá probablemente en Getafe, siguiente destino de la Real. Y los habrá en otros muchos campos de la Liga.

¿Quién tiene la culpa de esto? No sé si hay alguien que se libre de tener una buena parte. Creo, sinceramente, que los jugadores en cuestión no tendrían que haber firmado el manifiesto, al menos no si son conscientes de lo difícil que nos ponen animarles en determinados lugares con estas posiciones. Tienen todo el derecho del mundo, pero creo que tenían muy poco que ganar y, en cambio, podían hacer que muchos perdieran bastante, empezando por el club que les paga y los aficionados que les animan. Creo que nos conviene que los jugadores de la Real empiecen a pensar que la Real es lo primero, que está muy bien tener ideas y prestarse a las más diferentes causas, pero también que es la Real lo que ha hecho que su nombre valga lo que vale y que, por tanto, tienen que tener en cuenta sus intereses. Creo que nos conviene que la Real tome cartas en el asunto y vele por los intereses del club, como crea oportuno hacerlo. Bien claro quiero decir que la próxima vez que me insulten en un campo de fútbol por llevar mi camiseta txuri urdin tendré muy presente que esto es, probablemente, la razón que hay detrás de ese insulto. Y de eso, la principal responsabilidad es de los ocho jugadores de la Real que, como tales, han firmado el manifiesto.

Pero aquí no acaban las culpas. Desprecio la forma en la que se ha dado a conocer este hecho, prejuzgando la culpabilidad del pensamiento. Rechazo que cualquier movimiento político que hace un jugador de la Real tienda a considerarse como un apoyo al terrorismo, porque a este colectivo y a esta manifestación en concreto se han sumado 4.500 personas, entiendo que todas o la mayoría de ellas con algún tipo de relevancia social. ¿Conocéis a alguien más que a los ocho jugadores de la Real? Yo tampoco. Lamento que ésto pueda tener más importancia en la consideración hacia un futbolista que el desempeño de su actividad profesional. Considero vomitivo el cariz despreciativo hacia unas ideas, sean las que sean, que se adopta en los medios de comunicación sólo por no comulgar con ellas. Aborrezco que se cercene la libertad de expresión desde los medios que más tendrían que defenderla, sólo porque no coincida con sus ideas. Y siento profundamente que el aficionado siempre sea el último pensamiento de quienes generan corrientes de opinión. Gracias a todos los que se han hecho eco de esta noticia de forma contextualizada, sesgada o de forma dañina. La próxima vez que me insulten, incluso que me agredan, también pensaré en todos vosotros y en este enésimo ejercicio de irresponsabilidad.

La palma, para variar, se la lleva el diario Marca, al que el partido que ayer jugó la Real no le importa. Tampoco si los aficionados de la Real fueron insultados o agredidos antes, durante o después del encuentro. Mucho menos los cánticos insultantes que se escucharon en La Romareda, incluso a través de la televisión. Sí le importa que en Anoeta haya cánticos contra los españoles y este manifiesto. Gracias, de nuevo, por ponerme en la diana de una forma tan rastrera. Lo que le hacen a la Real o a los realistas no le preocupa. Que los realistas pongamos en peligro nuestra integridad por animar a los nuestros, tampoco. Porque de esas cosas nunca se hacen eco. No informan sobre las banderas franquistas, emblema de una dictadura sanguinaria, que se sacan en algunos campos de fútbol para recibir a la Real. Tampoco de los cánticos insultantes contra nosotros. Sólo hablan de ellos y de los suyos. Lo que nos pase a los demás, bien poco les importa. Los perjudicados siempre somos y siempre seremos los mismos: nosotros, los aficionados, los realistas. Somos quienes tenemos que lidiar en el día a día, en cada desplazamiento y en cada foro con el odio que se genera. ¿Os importa? Demostradlo de una vez.

Esta es mi opinión. Sé que no la compartirá todo el mundo. Ya dije que el tema era difícil. Pero insisto en la misma idea: los perjudicados, nosotros. Y creo que ahí si estará casi todo el mundo de acuerdo conmigo.