sábado, junio 23, 2012

El auténtico reto del verano

El verano es esa época del año en el que la inquietud del seguidor txuri urdin pasa necesariamente por lo que puede pasar con los mejores jugadores de la plantilla de la Real y los cantos de sirena que provengan de otros equipos, y, por otro lado, por los fichajes que puedan venir. Este año, aún con la Eurocopa de por medio, se está hablando mucho de ambas cosas y yo tengo que reconocer que no siento demasiada inquietud en ninguno de estos dos terrenos y sí en otros aspectos. Pero vayamos por orden. Me sorprende que haya nombres de jugadores realistas en tantas listas de intereses de otros equipos. No, por supuesto, por su calidad, porque llevo tiempo defendiendo que tenemos muy buenos futbolistas en la plantilla, pero sí por la casi absoluta imposibilidad de que se vayan a otros equipos.

La totalidad de los realistas del primer equipo tienen una cláusula de rescisión de 30 millones de euros. Lo primero que hay que tener claro es que, salvo bombazo inverosímil, nadie va a pagar esa cantidad por ningún jugador txuri urdin. Nadie. No está el horno para bollos y de ahí que apenas se hayan producido movimientos, y todos muy económicos, en el largo mes transcurrido desde el final de la Liga. Económicamente, sólo supondría una amenaza la posibilidad de que el Athletic ingresara los millones que se dice que podría dejar Javi Martinez si se marcha a Alemania. Clarificado esto, y a tenor de lo que han ido expresando y demostrando con sus actos los realistas que aparecen en la lista de los vecinos (Iñigo Martínez, Illarramendi, Zurutuza y, sí, Griezmann), no parece probable que ningún realista dé ahora el paso de tomar la A8.

Gracias a la buena gestión económica de los últimos años (y, menos mal, al ansiado alivio que supondrá el pago de la deuda de Mediapro con el club, una noticia que todos hemos recibido con satisfacción), lo cierto es que la Real no necesita vender. Ni quiere hacerlo. Aperribay lo ha dicho por activa y por pasiva. También sabe que sería muy difícil que el aficionado entendiera una venta consentida, y más al Athletic, por mucho que se le ocurriera presionar a algún jugador. El año pasado ya se mostró firme ante la insuficiente oferta del Atlético de Madrid por Griezmann, y eso que los coqueteos públicos del francés hicieron que buena parte de la afición se pusiera en contra del jugador en aquellas fechas, lo que sin duda hubiera facilitado al presidente la explicación de su venta.

También se dice que el Real Madrid vuelve a la carga por Pardo. Dado que descarto por completo que el club aceptara una oferta de diez millones de euros por él, el único motivo para la reflexión que me produce este asunto es que, según algunas fuentes, lo quieran en las oficinas del Bernabéu para el Castilla, recién ascendido a Segunda, y no para el primer equipo blanco. Casi resulta insultante esa perspectiva, pero no hay que perder de vista que Montanier no le dio a Pardo en Primera los minutos que se mereció con sus actuaciones en la máxima categoría. Quizá la visión del Madrid esté vinculada a este hecho. ¿Iñigo Martínez? Quizá en algún momento Madrid o Barça sí se vuelvan locos y paguen su cláusula, pero no veo probable que lo hagan este verano. El equipo culé sí necesita centrales, pero no creo que se lance ahora a por Iñigo por ese precio.

No me inquieta tampoco el tema de los fichajes. Sigo pensando en la debilidad que tiene la Real en el lateral izquierdo, pero el club ya ha descartado moverse por ese lado, así que sería una inquietud baldía. Creo que perdemos una oportunidad de mejorar, pero eso no se podrá evaluar hasta que comience la Liga. Evidentemente, me gustaría que Vela siguiera siendo txuri urdin. Conoce la Liga, conoce al entrenador y conoce el vestuario. Si vuelve, sería un gran fichaje, porque ésta vez volvería en propiedad, no como cedido. Y si no vuelve, lo cierto es que, en cuanto a efectivos, el ataque está bien cubierto con el fichaje de Chory Castro, que dejaría a Montanier, incluso sin el mexicano, con el mismo número de atacantes de los que disponía la temporada pasada. Curiosamente, es ahí donde sí siento inquietud.

Una de las teorías que Montanier sostuvo durante la pasada temporada es que disponía de seis atacantes (Xabi Prieto, Griezmann, Vela, Agirretxe, Llorente e Ifrán), de los que sólo cinco tenían cabida en sus convocatorias y sólo tres disfrutarían en su esquema de una plaza en el once inicial. Si vuelve Vela, eso quiere decir que dos se quedarán fuera siempre. Y no hay que ser demasiado intuitivos para saber que esos dos serán Llorente e Ifrán (Sarpong, obviamente, ni siquiera cuenta en estos pensamientos). Mi inquietud viene por el hecho de que no se ha sido claro desde ninguna de las partes implicadas a la hora de explicar el papel que jugaron estos dos delanteros la pasada temporada y el que están destinados a desempeñar en la próxima.

Inquieta que se publique que Montanier les ha dicho a ambos que no cuenta con ellos y que Ifrán afirme después que el presidente le ha dicho que sí cuentan. Inquieta que nadie haya sido capaz de explicar si Llorente no jugaba por su estado físico o porque no era del gusto del entrenador. Montanier se equivocó mucho con ellos la pasada temporada. Les alineó poco y cuando les puso lo hizo casi siempre mal, y dio explicaciones muy insatisfactorias y a menudo contradictorias para razonar sus ausencias. Habrá que confiar en que haya aprendido la lección, pero sería interesante saber desde el primer momento qué piensa el técnico txuri urdin y cuáles son las posibilidades reales que tienen Llorente e Ifrán en la Real 2012-2013, vuelva o no Carlos Vela. Porque la Real no es precisamente un equipo que se pueda permitir el lujo, ni económico ni deportivo, de desperdiciar jugadores. Clarificar esta situación es el auténtico reto de este verano.

domingo, junio 17, 2012

La Eurocopa Txuri Urdin

Estos días se disputa la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania y al seguidor txuri urdin le falta algo. Y es que ningún jugador de la Real Sociedad está disputando el máximo trofeo continental a nivel de selecciones. No es que tuviera muchas opciones, ya que el único de sus extranjeros que es internacional absoluto en una selección europea es Vadim Demidov y su combinado nacional, Noruega, no está entre las 16 clasificadas. Griezmann aún sigue jugando con la selección sub 21 de Francia, y en esa misma categoría han competido ya con España Iñigo Martínez y Asier Illarramendi, a quienes habría que sumar a Rubén Pardo, convocado pero a la espera de su debut. Así las cosas, a los realistas sólo nos queda echar la vista atrás y recordar la presencia de nuestros jugadores en la Eurocopa.
Hablar de la presencia histórica de la Real en la Eurocopa invita a pensar, de forma inmediata, en Luis Arconada. Para bien y para mal, su participación en el torneo de 1984 marcó su carrera. El guardameta txuri urdin fue el único superviviente de la Real en la selección española tras la debacle del Mundial de 1982. Ya en la fase de clasificación para el torneo que se disputó en Francia, Arconada se convirtió en el jugador que más partidos había jugado con la selección, superando los 49 de Iribar. En la fase de grupos, fue importante ante Rumanía y Portugal, pero absolutamente decisivo resultó su partido ante la República Federal de Alemania, con paradas de pura antología. Rummenigge, sin duda, todavía se acordará de algunas de ellas.

Igualmente estelar fue la aportación de Arconada en semifinales, ante Dinamarca. Después de parar lo imparable en más de una ocasión, aquella ronda se decidió en los penaltis, aunque Arconada sólo pudo parar uno que el árbitro inglés Courtney mandó repetir. Y en la final sucedió lo que todo el mundo recuerda. En el minuto 57, Platini lanzó una falta. Arconada llegó bien al balón, pero, al abrazarlo con ambas manos, se le escurrió por debajo del cuerpo. Es el famoso fallo de Arconada, el que se llevó por delante, a ojos de sus críticos y en un alarde de injusticia, el más que brillante torneo que había hecho el guardameta txuri urdin. Sin él, España jamás habría llegado a la final, pero el sueño de ser campeones se escapó con ese resbaladizo balón. Francia acabó marcando el 2-0 en el descuento de la segunda mitad. Arconada, aún así, es el realista que más lejos ha llegado en una Eurocopa.

Arconada también había jugado la Eurocopa de 1980, que se celebró en Italia. Ya entonces era el guardameta titular de la selección y disputó los tres partidos de España en aquel torneo, ante la anfitriona, Italia, además de contra Bélgica e Inglaterra. El combinado dirigido por Kubala quedó último de grupo y se marchó para casa a las primeras de cambio. La Real venía de quedarse a las puertas del título de Liga, en la más que célebre campaña de la imbatibilidad, y eso hizo que hubiera otros tres jugadores realistas en la convocatoria de Kubala. Zamora jugó los tres partidos, Satrústegui los dos primeros y Diego, que sólo fue una vez internacional en toda su carrera, formó parte del grupo que viajó a Italia pero no llegó a debutar en el torneo continental.

La temporada 1987-1988 se cerró con el doble subcampeonato de Liga y Copa para la Real, lo que llevó a Miguel Muñoz a echar un vistazo a las filas de Toshack para hacer la convocatoria de cara a la Eurocopa que se celebró en la Reública Federal de Alemania en 1988. Los dos jugadores realistas que estuvieron allí ya habían sido fichados para la siguiente temporada por el Fútbol Club Barcelona, José Mari Bakero y Txiki Begiristain. El primero jugó como titular los tres partidos, ante Dinamarca, Italia y la propia Alemania, el segundo apenas disputó unos minutos ante el conjunto transalpino. España sólo pudo ser tercera en la fase de grupos y tuvo que hacer las maletas. Ningún realista estuvo en 1992 (España ni siquiera se clasificó) y 1996. Agustín Aranzabal estuvo en la selección de José Antonio Camacho para la Eurocopa del año 2000, la primera que se celebró en una doble sede, Bélgica y Holanda. El realista le había arrebatado la titularidad en el lateral izquierdo al barcelonista Sergi y jugó tres de los cuatro partidos de España en aquel torneo, en el que se despidió en cuartos de final.
Xabi Alonso aún no se había hecho con la titularidad en la selección en 2004, cuando se celebró la Eurocopa de Portugal. Iñali Sáez no se atrevió a romper con él el doble pivote que formaban Alberda y Baraja y cuando le colocó en el once, en el último partido, fue sólo para ver la eliminación de España en primera ronda a manos de Grecia, posterior y sorprendente campeona, y Portugal, la anfitriona. La historia del tolosarra en la selección es, aunque ya no vista la camiseta de la Real, una de las más satisfactorias para el seguidor txuri urdin. Ya vistiendo la camiseta del Liverpool, en 2008 ganó este torneo que se jugó en Austria y Suiza, jugando cuatro de los seis partidos que disputó España. No obstante, no era aún titular indiscutible en el equipo de Luis Aragonés (en la final ante Alemania saltó al campo en el minuto 63), que prefería a Marco Senna. Vicente del Bosque ya le dio los galones de la selección y, con él iniciando el juego, España se proclamaría campeona del mundo en 2010, en Sudáfrica.

A pesar de que pocos lo recuerdan, sin duda por la alargada sombra de Arconada, el primer jugador de la Real en disputar una Eurocopa fue Inaxio Kortabarria, aunque lo hizo de una forma muy distinta a como se viven ahora estos torneos. En 1976, Yugoslavia fue la anfitriona de la fase final, pero eso sólo suponía acoger las semifinales y la final. Hasta entonces, las eliminatorias se jugaban a doble partido y en campo de cada una de las dos selecciones enfrentadas. En octavos de final, España se enfrentó a la entonces campeona del mundo, la República Federal de Alemania. Tras empatar a uno en Madrid, España cayó por 2-0 en Munich. Aquel fue el día que Kortabarria debutó con la selección española, el primero de los cuatro partidos que jugó. Entró en el minuto 17 sustituyendo al lesionado Sol y heredó la marca a Toppmoller, que fue quien hizo el 2-0 definitivo en claro fuera de juego.

Curiosamente, el primer jugador que vistió la camiseta de la Real a lo largo de su carrera y llegó a jugar una Eurocopa no era precisamente de la cantera. No formaba parte ya del conjunto txuri urdin, pero Agne Simonsson disputó el torneo continental en 1964. El sueco sólo militó una temporada en la Real, la 1961-1962, que finalizó con el descenso a Segunda y abrió el periodo de cinco años en la división de plata que se cerró con el ascenso de Puertollano. Simonsson disputó los dos partidos completos de los cuartos de final de aquella Eurocopa, en la que Suecia cayó eliminada ante la Unión Soviética. El empate a uno del partido de ida, en Estocolmo, se resolvió con el 3-1 de la vuelta, disputada en Moscú. Simmonson no pudo marcar ni evitar la eliminación de Suecia.

Valery Karpin jugó con Rusia la Eurocopa de Inglaterra de 1996, justó después de anunciar su marcha al Valencia. En aquel combinado ruso, que cayó en la primera fase, también estaba un joven Dimitri Khokhlov, que cuatro años después fichó por la Real. Sin vestir la camiseta de la Real en el momento de celebrarse la Eurocopa, otros futbolistas que antes o después jugaron de txuri urdin y disputaron este torneo son los portugueses Ricardo Sa Pinto (1996 y 2000) y Oceano (1996), los turcos Tayfun Korkut y Arif Erdem (1996 y 2000), el sueco Hakan Mild (2000), el serbio Darko Kovacevic (con Yugoslavia en 2000) y Nihat Kahveci (2008).

lunes, junio 11, 2012

AQUELLOS MARAVILLOSOS CROMOS: Meho Kodro

El cromo de la temporada 1994-1995 fue el último en el que se pudo ver a Meho Kodro llevando la camiseta de la Real Sociedad. Con su traspaso al Fútbol Club Barcelona se ponía fin a una exitosa estancia de cuatro campañas en el equipo txuri urdin. Este cromo tiene doble valor porque es de los que hacían trampa. A veces colocaban fotografías de otras temporadas, como es el caso, ya que la imagen de Kodro no pertenece a la recién finalizada 1993-1994 o a la pretemporada de la 1994-1995, que es el material que solía utilizarse. En la foto de Kodro es fácil deducirlo. Primero, porque el fondo es el viejo y añoado Atotxa, cuando Anoeta había sido inaugurado un año atrás. Y segundo porque la equipación que viste es de Rasan y no de Astore, marca que también se ligó a la Real en el verano de 1994.

En el momento de imprimir este cromo, Kodro venía de hacer la mejor temporada de su vida. La mejor que había hecho jamás un delantero de la Real. No es este un equipo pueda presumir de tener goleadores que se salieran de las tablas, pero no hay que olvidar que el máximo anotador de la primera Liga de la historia, la 1928-1929, Paco Bienzobas, vestía la camiseta txuri urdin. Es el único realista que figura en el palmarés del Trofeo Pichichi. Aún así, nadie en este equipo había metido nunca 23 goles en una sola temporada y en Primera División. Kodro lo hizo en la 1993-1994. Quién nos iba a decir que en la siguiente temporada sería incluso capaz de batir ese registro. En la 1994-1995 llegó a los 25. Sigue siendo, hoy en día, la mejor marca en Liga de un delantero de la Real. Y a nadie se le olvidará nunca que los tres últimos llegaron en el memorable derbi del 5-0 al Athletic.

Parece imposible que la Real retenga a un delantero que ha marcado 48 goles en dos temporadas. Lo sería ahora, y así lo fue entonces. El Barcelona pagó los 700 millones de pesetas de su cláusula de rescisión, porque Kodro además quería dejar dinero en las arcas de la Real, y el bosnio se fue a probar suerte a la Ciudad Condal. No la tuvo. Ni allí, ni en el Tenerife después. El impresionante goleador que se había visto en la Real, el que trajo Toshack para hacer una prueba en Zubieta casi de incógnito, no terminó nunca de aparecer. Será que la camiseta a rayas blancas y azules le daba una magia que no encontró en ningún otro sitio. Y eso que cuando llegó a la Real vivió momentos difíciles. Se lesionó en su debut, en la temporada 1990-1991 y contra el Racing. Aún así, fue capaz de marcar 13 goles que ayudaron a que el equipo se clasificara para la Copa de la UEFA. En la siguiente temporada, su registro fue menor. Se quedó en doce goles. No era fácil pensar que su explosión llegaría a partir de ahí.

Con el permiso de Kovacevic, Kodro es el último delantero clásico que ha tenido la Real, antes de que Bosman revolucionara el mercado futbolístico y de que otras formas de jugar al fútbol se instalaran en la Liga española y en todo el mundo. Kodro remataba todo balón que le llegaba. Le daba igual con qué parte del cuerpo lo hacía o si el remate era limpio o trompicado. Y su disparo... Su disparo era salvaje. Por eso hubo que ponerle nombre. Era el kodrazo. Y aunque no sirviera para nada, el Real Madrid, una de sus víctimas preferidas, encajó el primero. Ninguno, eso sí, como el que dio el empate en la temporada 1994-1995, en Anoeta, en el tiempo de descuento y desde una distancia que entonces parecía inasumible. Kodro es también el último jugador de la Real que ha marcado cuatro goles en un partido, al Tenerife y en esa misma temporada 1994-1995. Sacaba las faltas, tiraba los penaltis, tenía un gran remate de cabeza, marcó goles de todos los colores. Kodro, uno de los grandes.

jueves, junio 07, 2012

Hasta la vista, Manolo

Tengo en la cabeza la imagen de Manolo Preciado marchándose de Anoeta tras perder 5-1 esta temporada. O quizá la imaginación me está jugando una mala pasada y me trae ahora una imagen que no llegué a ver. Pero no, creo que no. Creo que sí la recuerdo. Y recuerdo que me dio pena pensar que aquel iba a ser su último partido en el Sporting, porque la contundente y exagerada goleada iba a ser definitiva para su cese. Lo que no me podía imaginar era que aquella sería la última vez que se sentara en un banquillo.

"Cuando pierdes 5-1 no estás en tu mejor momento, pero pienso que esta plantilla puede hacerlo mucho mejor y que quedan 18 jornadas todavía para conseguir el objetivo. De hecho, hoy en la segunda parte le hemos creado muchos problemas a la Real, aunque al final no pudo ser. Llevo tanto tiempo en el fútbol que me han salido pelos en los huevos, así que entendería cualquier decisión, pero no soy yo quien debe tomarla", dijo entonces.

Mira que la Real se las vio tiesas con el Sporting en su primer año en Segunda, primero con la rivalidad deportiva que se generó al convertirse ambos equipos en candidatos al ascenso y después con la controversia sobre las primas a terceros que provocó acusaciones cruzadas. Recuerdo a gente de Gijón, incluso a algún que otro jugador al que sigo sin poder mirar con buenos ojos, lanzar proclamas absurdas y lamentables, tal era el nerviosismo que les provocó ver la sombra perseguidora de la Real. Pero a Manolo Preciado no. A Manolo Preciado nunca. Él era un tío de fútbol, de los de antes, de los de verdad, de los de felicitar al que te gana y valorar el triunfo sobre un digno rival.

"(Se vio) un hermoso espectáculo, la esencia del fútbol, con 22 tíos sobre el campo jugando al límite. Puede ser que en el cómputo general del partido hayamos merecido más, pero la Real ha marcado dos goles y no hay nada que decir. Las dos aficiones han estado de diez y nos veremos en Primera el año que viene", es lo que dijo después de perder 2-1 en Anoeta en la temporada 2009-2010, ya en la máxima categoría. Y tenía razón. Aquel partido no estará en los titulares de los libros de historia, pero guardo de él un recuerdo maravilloso.

Y es que a Manolo Preciado no se le relacionaba con el glamour de la Champions League o los Mundiales. Pero era verle y pensar en fútbol. En el fútbol de verdad. El que en realidad nos gusta a todos, el que tenemos que seguir enseñándole a los más jóvenes antes de que se cieguen con el brillo de un fútbol irreal, que es el que nos meten por los ojos todos los días desde los grandes medios de comunicación. Ese es el mejor homenaje que se le puede a Manolo Preciado, un tipo al que la vida trató realmente mal, dándole grandes tragedias personales y familiares, y que encontró en el fútbol un refugio para seguir adelante. Esa es la grandeza de este puñetero deporte que tantas horas se lleva de nuestro tiempo.

Evidentemente, lo peor es la pérdida personal y familiar. Pero hay un detalle que no me quito de la cabeza. Sus dos grandes equipos, el Racing y el Sporting, bajaron este verano a Segunda. El Racing, siguen las malditas casualidades, bajó en Anoeta. Estoy seguro de que Manolo Preciado tendría esa espina clavada en el corazón desde que acabó la Liga, y siento que sus dos equipos estuvieran en Segunda en el momento de su muerte. Cuando vuelvan a Primera, él lo celebrará desde donde lo esté viendo, como hacía él, con vehemencia, con una alegría desborada. Como seguro que hicieron a su manera cuando subió la Real Genaro Celayeta y José Luis Orbegozo. Manolo Preciado ya está con ellos y con otros tantos que se nos han ido. Tenía 54 años. Qué asco de vida ésta. Suerte en tu nuevo equipo allá donde estés, Manolo.

lunes, junio 04, 2012

El equipo terrible de fichajes extranjeros

Ahora que estamos ya en periodo de fichajes y dado que siempre se suscita el debate sobre los aciertos o errores de los responsables de las llegadas de los jugadores, tomémonos el asunto con sentido del humor u echemos la vista atrás. Toca recordar al equipo terrible que formarían esos futbolistas extranjeros que llegaron a la Real Sociedad y que dejaron un recuerdo lamentable. Como en todos los onces, hay nombres que se quedan en el tintero. Sé que habrá otros en la memoria de muchos, y es que a cada uno se nos puede atravesar un jugador por motivos muy personales, pero no todos podían llegar a esa horrible selección. El único puesto del banquillo que no queda cubierto es el de portero por falta de aspirantes. Y dado que han sido mucho más los atacantes que los defensores que han llegado en los últimos años, la decisión de jugar con un 3-5-2 es la mayor licencia que me he tomado. Este es el equipo terrible de los extranjeros de la Real. Con sentido del humor, por supuesto.


Entrenador
· Chris Coleman
La verdad es que al galés no le tocó una papeleta sencilla. Llegó al equipo después de descender a Segunda y tras 40 años seguidos en Primera, con un margen mínimo para fichar y con la obligación de subir. Fue partícipe del shock generalizado. Quien vio el primer partido de aquella temporada, el 0-2 ante el Castellón, no lo olvidará con facilidad. Como su excusa de la lavadora que inundó su piso para esconder la noche de juerga que le llevó a llegar tarde a una rueda de prensa.

Once titular
· Mattias Asper
Clemente le trajo porque no le convencía Alberto. O porque era alto. O quién sabe por qué. El sueco, a pesar de ser internacional, demostró un nivel bajísimo que no pudo hacer frente a las expectativas y obligaciones por elevadísimo precio para la época. Costó nada menos que 600 millones de pesetas en el año 2000. Fue víctima del pésimo arranque de aquella Real de Clemente, aunque, curiosamente, Toshack también le alineó después en algunos partidos.

· Víctor López
Fue uno de los fichajes invernales con los que Lotina quiso que la Real mantuviera la categoría en la temporada 2006-2007. Debutó, de hecho, en aquella racha nefasta de ocho partidos sin ganar que condenó al equipo. Ya en Segunda, memorable su expulsión en Tarragona: en el último minuto de la primera parte, protegiendo un balón para que se marchara por la línea de fondo y agarrando al jugador que se lo quitó. Un central blandito del que se libró la Real en cuanto pudo.

· Boukary Dramé
El mayor expediente X de la historia de la Real se llama Dramé. El senegalés jugó dos partidos en toda la temporada 2008-2009. Dos. Uno de Liga en Tarragona y otro de Copa en Vigo. Y estuvo la temporada completa El balón parecía darle miedo y no sabía muy bien qué hacer con él. Los dos partidos los jugó en la banda izquierda. Ponerle en la derecha este once es una licencia poética para completar una muy poco poblada defensa en este equipo terrible de extranjeros de la Real.

· Adriano Fabiano Rossato
Debuta Rossato contra el Racing de Santander, en la temporada 2004-2005. Lo hace como lateral zurdo. Una semana más tarde sale por primera vez de titular, en Sevilla y de extremo. Y marca un pedazo de gol de falta que deja temblando la portería del Sánchez Pizjuán. Nos frotamos las manos. Este va a ser como Roberto Carlos. Malo no parecía, pero no se le recuerda por mucho más que aquel gol. Y por recibir un puñetazo de Juanito en un entrenamiento en plena temporada del descenso.

· John Viafara
Eate mediocentro colombiano de cualidades desconocidas llegó a la Real siendo José Mari Bakero el director deportivo y fue Gonzalo Arconada, ya cesado Amorrortu, quien tuvo el valor de colocarle en el campo por primera vez. Viáfara tiene lo que debe de ser un récord mundial. Jugó once partidos con la Real y fue expulsado en dos ocasiones. Si hubiera disputado una temporada completa, podría haber llegado a registros insuperables.

·McDonald Mariga
Otro con el que nos frotábamos las manos. Venía del Inter, lo había fichado Mourinho, era el box to box que nos iba a sacar las castañas del fuego... Creo que todavía dura el asombro por el escaso rendimiento que ofreció. No mostró que supiera colocarse, su trote era cansino, sus marcas relajadas y su disparo impropio de la Primera División. Aún así, Montanier le mantenía en el once contra viento y marea. 18 partidos nada menos en la media temporada que le disfrutó la Real.

· Dalibor Stevanovic
A la Real no le ha ido demasiado bien cuando se ha ido a fichar promesas. Con Pürk o Yaw le sucedió. Stevanovic, Dado le llamaban, es el mejor ejemplo. Llegó con 21 años y en su tercer partido con la Real marcó su primer gol. Su único gol. Al Alavés y el día que cesaron a Amorrortu. Será que ese gol le gafó, porque sólo jugó 19 partidos entre lo que restaba de esta temporada 2005-2006, la siguiente y los primeros partidos en Segunda de la 2007-2008. Se fue de mutuo acuerdo y sin que supiéramos en qué destacaba

· Arif Erdem
Vinieron juntos dos turcos, Arif y Tayfun. Decían que Arif era el bueno y Tayfun el luchador. Y resulta que Tayfun fue el que se ganó el corazón del aficionado y Arif fue el nostálgico que se marchó a su país después de jugar sólo dos partidos y marcar un gol de penalti, en el día en Montjuic en el que la Real jugó con la camiseta suplente del Espanyol y el encuentro se suspendió por una lluvia torrencial. El mexicano Luis García ya había dejado claro que fichar a una estrella no funcionaba, pero Arif lo superó.

· Johnatan Estrada
Menos mal que Griezmann apareció cuando lo hizo. Si no, a ver cómo hubiéramos explicado lo de Johnatan Estrada. Cuando vino nos contaron que le llamaban Cocoliso, por motivos obvios, y Calidoso, porque era muy bueno. Su aportación a la Real fue absolutamente nula en los doce partidos que disputó por la banda izquierda del ataque de Martín Lasarte. Lo asombroso es que el uruguayo había coincidido con el jugador en Millonarios y, aún así, lo trajo a la Real.

· Germán Herrera
Este sí que fue EL fichaje de Miguel Ángel Lotina. Darko Kovacevic estaba atravesando la peor temporada de su vida y, aún así, parecía vergonzoso que quedara relegado al banquillo para que jugara este argentino. No sé si quiero saber porque dicen que le llaman Casigol. ¿Su bagaje? 19 partidos, un gol al Zaragoza y que no sirivió para sumar ningún punto, una asistencia precisamente a Savio en el partido contra el Atlético de Madrid y el horrendo disparo mordido que sirvió para que Moretti, del Valencia, anotara en propia puerta el último gol de la Real en Primera. Dramático.

· Víctor Bonilla
Fichado al mismo tiempo que el Real Madrid se hacía con los servicios de otro colombiano, Edwin Congo, decían los expertos que la Real había fichado al bueno. Jugó 20 partidos y metió tres goles, dos de ellos al Atlético de Madrid. Y, a pesar de todo, fue justo ese día cuando nos dimos cuenta de que no era precisamente el delantero de nuestros sueños. Vino para suplir a Kovacevic, cuando éste se fue a la Juve. Krauss dijo que, tras Darko, le echaban a él. Y no se equivocó, no... Bonilla no pudo ayudarle.

Banquillo
· Jeremie Brechet
¿Cómo iba a ser malo un central que había jugado en el Olympique de Lyon y el Inter de Milán? Brechet no era malo, la verdad es que no. Pero entre las lesiones que tuvo y alguna que otra cantada espectacular, se ganó una muy mala fama. Seguramente merecida. En dos temporadas completas, apenas jugó veinte partidos. Como recordaba él mismo en una entrevista que concedió a Mundo Deportivo esta misma semana, Bakero le dijo que confiaba en sus cualidades pero no en su cuerpo. Sería eso.

· Dragan Mladenovic
Mercado invernal de la temporada 2004-2005. Tras no saber qué hacer con Arteta y mandarlo a la Premier y con Alkiza lesionado, Amorrortu le pide a Bakero un mediocentro que pueda jugar de central. Llega Mladenovic. Jugar, jugó de mediocentro, pero casi nadie se acuerda de él porque no destacó absolutamente en nada. En 12 partidos no fue capaz de superar la aportación en el centro del campo de Mikel Alonso. Vino cedido con opción de compra. Obviamente, no se ejecutó.

· Stéphane Collet
La mayor gracia de Clemente fue fichar a Peiremans, un belga lesionado que no llegó a debutar. Pero como cojos no caben en un equipo, el mérito se lo lleva Collet. Era un extremo francés diestro... y eso es todo lo que llegamos a saber de él. En seis partidos se le vio por el campo, sin que llegara a hacer absolutamente nada por lo que merezca la pena recordarle. Bueno, sí, que empezó la temporada como titular y que perdió el sitio con tanta rapidez como Clemente. Toshack le dio minutos en su debut y después se olvidó de él.

· Frank Songo'o
Se lesionó Xabi Prieto cuando la Real estaba ya luchando por subir a Primera en 2009 y la Real buscó un sustituto de garantías en el mercado de invierno. Lo que consiguió es la cesión desde el Zaragoza de Songo'o, hijo del que fuera portero del Depor. Debutó ante Las Palmas y gustó. Pero ya no gustó más. Sólo jugó ocho partidos. Y no se le echó demasiado en falta, la verdad. Eso sí, la fiesta del ascenso la vivió como si hubiera disputado los 42 encuentros de Segunda...

· David Vaughan
Con el descenso a Segunda, la Real buscó fichajes económicos. Teniendo a Chris Coleman de entrenador, parecía evidente que llegaría algún conocido suyo. Y llegó David Vaughan, extremo izquierdo. Entre que llegó tarde, que apenas se le vio en los nueve partidos que disputó y que sufrió una lesión de pubis, en realidad nos quedamos con las ganas de saber si era bueno o malo. Se le recuerda más porque Badiola quería forzarle a que se operara para disponer de su ficha que por lo que hizo en el campo.

· Georgi Demetradze
Mercado invernal de la temporada 2000-2001. La Real luchando por el descenso. Y con Periko Alonso en en banquillo, justo antes de tener a Toshack por tercera vez, se ficha a Demetradze por 800 millones de pesetas nada menos. Verle pasado de peso nada más aterrizar en Zubieta era ya un síntoma de lo que nos esperaba. Estuvo esa temporada y la siguiente, antes de empezar a buscarle salidas con cesiones que no funcionaron. Marcó un gol en 14 partidos. Otro del que tampoco se recuerda nada.

viernes, junio 01, 2012

Ambición

Hay muchas opiniones y decisiones adoptadas por el presidente de la Real, Jokin Aperribay, desde que aterrizó en el club y que no he compartido. Lo entiendo como algo normal, es imposible estar siempre de acuerdo con quien toma las decisiones. Sin embargo, hay algo que me siento obligado a decir, y es que cada vez me siento más identificado con algunas de las cosas que hace y dice. Y la palabra clave para entender este planteamiento la da él en la espléndida entrevista que Mikel Recalde le hace hoy en Noticias de Gipuzkoa. Esa palabra es ambición. Aperribay es ambicioso y quiere que su Real lo sea. Y estoy plenamente de acuerdo con él. Es más, me gusta que el presidente de la Real use esa palabra sin miedo. Me alegra enormemente de que no sea un conformista, que apueste por seguir creciendo en todos los sentidos y devolver por fin a la Real al lugar que se merece y que ha tenido durante tantos años.

Él habla, evidentemente, de la estructura del club y no sólo de lo que le preocupa por encima de todo al común de los realistas, que es lo que sucede cada semana en el terreno de juego. Es su responsabilidad, y a tenor de lo que vemos el club ha recuperado con él una estabilidad institucional y económica que se comenzó a poner en riesgo con el mandato de José Luis Astiazarán. Pero también habla de fútbol. Y lo que es mejor, actúa sobre eso. Es justo reconocer, al margen del resultado que hayan podido ofrecer, que sus fichajes han sido muy ambiciosos desde que la Real volvió a Primera. Hace dos veranos, llegaron Llorente y Tamudo, dos goleadores consolidados como referentes en Primera. Hace uno, llegaron dos jugadores, uno del Arsenal y otro del Inter. Y ahora de lo que se habla es de convertir a Vela en el mejor pagado de la plantilla (¿acaso no se lo ganó con su espectacular y determinante segunda vuelta?) y en seguir reforzando el ataque. Eso es ambición. Y es una ambición elogiable y digna de aplauso. Con todos los matices y los peros a la labor de la dirección deportiva que se quiera, pero ambición hay.

Aperribay sólo duda al fijar un objetivo para ese ambicioso crecimiento. Duda al hablar de Europa, de ese ansiado regreso a las competiciones europeas que la Real no conoce desde la temporada 2003-2004. Tengo la impresión de que ahí no quiere pillarse los dedos, y es entendible, sobre todo desde un planteamiento económico y de club. Pero es el objetivo natural de la Real y defender lo contrario va contra natura. No significa eso que haya que conseguirlo siempre, pero hay que aspirar a ello. Las seis primeras plazas de la Liga conforman la aspiración de este equipo, y es hora de que lo entendamos y de que luchemos por ello, sin volvernos locos y gastar lo que no tenemos, pero con determinación. Si digo que es hora de hacerlo, es porque en las dos últimas temporadas lo hemos despreciado. Hemos decidido, sin que hubiera auténticas razones para ello, que el techo de la Real era la permanencia. Nos hemos felicitado, como si fuera un logro incomparable, por salvarnos tres jornadas antes del final. Y, sí, fue un alivio no sufrir como un año atrás. Pero no es para pensar en una temporada muy buena, como se ha llegado a oír.

La ambición que demuestra Aperribay y que, insisto, aplaudo enérgicamente, tiene ahora mismo una dificultad evidente, y se llama Philippe Montanier. Coincido en que no es buen síntoma relevar al entrenador cada año, pero no creo que el francés se haya ganado la continuidad. Ha demostrado demasiadas carencias en su primer año para ofrecer confianza. Lo he dicho durante la temporada y lo he dicho al hacer balance. Y temo que no esté a la altura de la ambición del club, evidenciada a través de su presidente, también en la próxima temporada. Lo temo, sí, porque cuando el francés se ha referido a esas legítimas dudas que muchos hemos expresado sobre su capacidad lo ha hecho en términos de incredulidad e incomprensión. Ojalá Montanier sepa aprovechar el aprendizaje que ha supuesto su primera temporada. Ojalá sea capaz de pulir los muchos defectos que ha demostrado hasta ahora. Ojalá la temporada 2012-2013 evidencie la necesaria ambición de la que habla Aperribay. Ojalá.