jueves, febrero 28, 2013

PARTIDOS INOLVIDABLES Real Sociedad 3 - Betis 3 (2002-2003)

La Real de la temporada 2002-2003 no era todavía leyenda cuando el Betis vistió Anoeta en la tercera jornada de Liga. El de Raynald Denoueix era entonces un equipo con muy buena pinta, ofensivo, con jugadores decisivos y un Darko Kovacevic en estado de gracia, pero todavía en construcción. Ganó el derbi en la primera jornada por 4-2 y derrotó al Espanyol en Montjuic por 1-3, aunque entre ambos encuentros sucumbió nuevamente a la maldición de la Copa y cayó eliminado a las primeras de cambio a manos de un Zaragoza que estaba en Segunda División y que, jugando 70 minutos con uno menos, le endosó un contundente 3-1. En tres partidos, la Real había marcado ocho goles, pero había recibido seis, sumaba seis puntos en Liga pero estaba fuera del torneo del KO. Nihat era duda por unas molestias musculares y también De Pedro, que se perdió el partido en Barcelona por una amigdalistis. El turco sí estuvo en el once inicial, el canterano no.

La apuesta ofensiva se vio desde el principio, con una Real lanzada a por los tres puntos. Nada más arrancar el partido, Kovacevic recibió un balón de Nihat en el pico derecho del área, recortó y su disparo con la zurda, buscado el palo, lo sacó Prats con una espléndida parada. Casi a renglón seguido fue Nihat el que probó fortuna entrando por la izquierda. Su disparo seco sorprendió a Prats, pero se escapó fuera, lamiendo el palo. La sorpresa llegó al filo del cuarto de hora. A pesar del dominio txuri urdin, el Betis se puso por delante. Y lo hizo con la jugada más básica del manual del fútbol: saque largo de Prats, cabezazo de Alfonso ganando la partida por alto a Schürrer y enviando el balón a la frontal del área, donde Capi se adelantó a la temeraria salida de Westerveld, que no estuvo nada bien en el partido, y le picó el balón por encima, haciendo inútil la carrera de Jauregi y Xabi Alonso para evitar el 0-1. Daba igual. La Real siguió a lo suyo, atacar sin descanso.

Un saque de banda largo de Rekarte, lo peinó Kovacevic para que el balón llegara al punto de penalti. Desde allí disparó Gabilondo, a la media vuelta, pero su el balón no encontró portería. Anoeta pensaba que el empate era cuestión de tiempo, pero otra vez la Real se vio sorprendida por la velocidad en el toque del Betis. En solo tres movimientos le hizo una jaque mortal. Assunçao metió un pase cruzado de casi cincuenta metros para la carrera de Joaquín por la banda derecha. Éste, sin dejar caer la pelota, la colocó en el corazón del área y allí llegó de nuevo Capi para batir por bajo a Westerveld y subir un contundente e injusto 0-2 al marcador cuando apenas se habían jugado 24 minutos. Dos tiros del Betis, dos goles. Pero entonces, cuatro minutos después, cuando más complicado se había puesto el partido, fue cuando la Real encontró la suerte que estaba buscando con tanto ahínco. Un centro de Aranburu desde el pico izquierdo del área, un balón que buscaba a Kovacevic, trató de despejarlo Rivas en plancha y lo introdujo en su propia portería. 1-2. Nihat corrió a por la pelota, no había un segundo que perder.

Kovacevic buscaba desesperadamente su gol, el cuarto en tres jornadas de Liga, y estuvo a punto de encontrarlo antes del descanso. Nihat, subiendo ahora por la derecha, puso el balón en la frontal, donde Karpin lo prolongó de primeras. Darko lo recibió dentro del área y con un solo movimiento regateó a Juanito y tumbó a Prats en su salida, pero su precioso disparo con la derecha lo sacó Rivas llegando a la carrera y desde la misma línea de gol, enmendando su tanto en propia puerta. Con esa oportunidad acabó la primera parte, pero en la segunda nada cambió en el recital ofensivo que estaba dando el conjunto txuri urdin. Un pase largo de Xabi Alonso lo peinó Karpin para la subida de un incansable Rekarte. Su pase encuentra a Kovacebic en el punto de penalti, pero Prats atrapa el balón, de nuevo sobre la misma línea de gol. Pero en la jugada siguiente, con los mismos protagonistas, el resultado fue distinto. Centro de Rekarte, ahora mucho más incisivo y al segundo palo. Prats no llega y Kovacevic gana en el salto a dos defensas béticos para hacer el empate. Su celebración, con rabia, es lanzar al suelo una protección de gomaespuma de una de las cámaras que retransmite el partido.

Quedaban 33 minutos para culminar la remontada, pero de nuevo, y casi de forma inmediata, un jarro de agua frío heló Anoeta. Una buena combinación del Betis acabó en los pies de Capi en la banda derecha. Su pase al interior del área lo remató Alfonso. No fue un remate limpio y eso despistó a Westerveld, que no pudo detenerlo a pesar de que iba algo centrado. 2-3 y vuelta a empezar. Pero a esta Real le daba igual la cantidad de veces que golpeara el contrario, porque tenía la fe suficiente para levantarse. Pudo haberlo hecho con un penalti clamoroso de Mingo, que le arrebató con la mano el balón a un Nihat que ya estaba pensando como hacer el empate. Daba igual. Denoueix, que también era un entrenador algo parsimonioso con los cambios, decidió jugársela en el minuto 76. Retiró a Xabi Alonso y a Gabilondo y puso en el césped a dos bazas ofensivas, Llorente y De Pedro. Y no hicieron falta más que dos minutos para comprobar que su apuesta era ganadora.

Aranzabal inició por la banda izquierda su sociedad con De Pedro y éste, en uno de los primeros balones que tocaba, conectó uno de sus misiles teledirigidos al área. Con rosca, pero con potencia. Perfectos para un killer. Y uno había dentro del área, Kovacevic, que conectó un poderosísimo cabezazo ante el que Prats no pudo hacer absolutamente nada aunque estaba en la línea de disparo. Cuántas veces habrá visto Anoeta ese gol, con un centro de De Pedro y un enorme testarazo de Kovavevic. Sin tiempo para el respiro, con la Real buscando el gol de la victoria y en una de esas decisiones que en directo sorprenden, Denoueix sacó a Darko del partido porque le vio fundido. A continuación pudo ponerse peor el encuentro si Undiano Mallenco hubiera señalado como penalti un pequeño empujón de Schürrer a Alfonso, que en el área contraria habría enloquecido a Anoeta.
Y pudo ganarse si, en el último minuto, hubiera acompañado la suerte. Karpin colocó un precioso balón en la línea del área pequeña para la entrada de Llorente, que cabeceó con toda su alma. Prats sacó sus manos arriba como no había podido hacerlo antes en el gol de Kovacevic, tocó el balón y éste salió despedido por el larguero. Nihat cogió el rechace, se giró y, casi sin ángulo, estrelló el cuero en la base del poste, ya por fuera. Fue en esta jugada cuando un joven Llorente descubrió que tan cerca de la portería hay que picar los balones. Se llevaba las manos a la cabeza, desesperado, porque sabía que había tenido el gol de la victoria en un partido precioso. La historia dirá que fue en la victoria ante el Athletic cuando nació este equipo de leyenda, pero fue en este encuentro, con el Betis como rival, cuando quedó claro que la fe que profesaba este equipo podía mover montañas tan altas como la de luchar por el título de Liga. Este día, la esperanza volvió.
El Real Sociedad - Betis fue un partido en el que hubo casi 80 llegadas a las áreas, con un claro dominio de los locales en esa faceta, porque los visitantes marcaron en sus tres únicos tiros entre los tres palos. "Estoy altamente satisfecho por el comportamiento que ha tenido el equipo, pese al empate", dijo Denoueix tras el precioso duelo. Dijo que era "una pena lograr sólo un punto después del esfuerzo realizado", pero recordó que "muchas veces los resultados se deciden por unos pocos centímetros", y esos, en el cabezazo de Llorente, "en esta ocasión han jugado en contra nuestra". Víctor Fernández se deshizo en elogios hacia el conjunto txuri urdin: "La Real es un gran equipo y pronostico muchas tardes de buen fútbol como el de hoy en Anoeta". Capi también alabó a su rival: "Me ha gustado mucho, mueve bien el balón y este año va a dar mucha guerra".No se equivocaron, no.

Jornada 3 de Liga, 22 de septiembre de 2002, 20.30 horas. Anoeta, 24.424 espectadores.

Real Sociedad (Raynald Denoueix): Westerveld, Rekarte, Jauregi, Schürrer, Aranzabal, Karpin, Xabi Alonso (Llorente, 76'), Aranburu, Gabilondo (De Pedro, 76'), Nihat, Kovacevic (Tayfun, 84').
Betis (Víctor Fernández): Prats, Varela, Juanito, Rivas, Luis Fernández (Benjamín, 85'), Arzu, Assunçao, Joaquín (Fernando, 55'), Capi, Denilson (Mingo, 62'), Alfonso.

Goles: 0-1, minuto 14, Capi; 0-2, minuto 25, Capi; 1-2, minuto 29, Rivas (p.p.); 2-2, minuto 57, Kovacevic; 2-3, minuto 60, Alfonso; 3-3, minuto 78, Kovacevic.

Árbitro: Undiano Mallenco. Tarjetas amarillas a Varela, Capi y Alfonso.

El Diario Vasco: "Un empate con sabor a victoria. La Real supo remontar dos goles al Betis en Anoeta y sumó un punto en un partido espectacular".
Mundo Deportivo: "Exhibición con poco premio para la Real. Capi puso 0-2 al Betis, que se llevó un injusto punto tras el recital de Kovacevic".
Marca: "Real y Betis dieron el más bello espectáculo. Partidazo en Anoeta y seis goles".
As: "Sólo hubo fútbol ofensivo. Real y Betis empataron en un partido espectacular".
El País: "Un espectáculo de generosidad. La Real Sociedad y el Betis se entregan en una demostración de clase y acierto".

martes, febrero 26, 2013

A Irureta le siguió Krauss

Cada vez veo más paralelismos entre la Real de esta temporada y la que dirigió Javier Irureta en la temporada 1996-1997. Y viendo la clasificación de aquella Liga a estas mismas alturas, los paralelismos se multiplican. Resulta que, jugados 25 partidos, aquella Real sumaba 44 puntos, cuatro más de los que tiene hoy la de Philippe Montanier, gracias a que había ganado dos partidos más y empatado dos menos, y ocupaba la quinta posición. Con una buena generación de jugadores de casa (De Pedro, Aranzabal, Idiákez...) y extranjeros capaces de marcar diferencias (Kovacevic, Craioveanu...). Aquella Real ganó en Mestalla, en San Mamés, en Tenerife, y empató en el Calderón. Pero su juego no terminaba de convencer a todo el mundo y se fueron puntos en partidos insospechados, y perdió, por ejemplo, en los campos de tres de los últimos cuatro clasificados (Extremadura, Logroñés y Hércules). En la jornada 38 de una Liga de 42 partidos la Real ya era octava cuando siete equipos iban a Europa. Y esa fue la posición que ocupó al final, quedando a un punto de clasificarse para la Copa de la UEFA.

En la presentación de aquel año, Luis Uranga, dijo: "debemos adquirir un compromiso firme de ambición" para "evitar los dientes de sierra de la clasificación". No se pedía Europa, pero se anhelaba. Incluso antes del final de la Liga y de que se supiera si el equipo llegaría a la UEFA, Uranga decidió no renovar el contrato a Irureta, a pesar de que el equipo había luchado por Europa después de dos temporadas en las que se tuvo que recurrir al cese del técnico (primero Toshack, después Iriarte) para sacar a la Real de la parte baja de la tabla. Y fichó a Bernd Krauss. Por si hace falta recordarlo, la Real que dirigió el alemán, prácticamente con la misma plantilla de la que disfrutó Irureta (con los únicos fichajes de Kühbauer y Sarriegi, más conocidos por sus lesiones que por su fútbol), acabó en tercera posición, se clasificó para la UEFA, luchó por la Champions (entonces sólo había dos plazas) hasta el último segundo de la Liga, soñó por momentos incluso por disputar el título.

Es un precedente bastante claro como para censurar tan a la ligera como se está haciendo las críticas razonadas que hoy se esgrimen sobre Philippe Montanier. Tengo que dejar claro que nunca he sido muy resultadista. No mido el éxito de un equipo, mucho menos el de un entrenador, atendiendo exclusivamente a los resultados, y no creo que los mejores técnicos del mundo sean los que presentan un palmarés más abultado. Ganar motiva la felicidad del aficionado, pero no argumenta las posiciones que un analista defiende. La Real ganó en San Mamés 1-3 y, por supuesto, eso me llenó de felicidad. Daba saltos con los goles y me relamía ante el hecho de haber dejado para siempre el nombre del conjunto txuri urdin como el vencedor del último derbi en ese estadio. Eso no nos lo quita nadie a ningún aficionado realista. Pero eso no me impide tener una posición crítica sobre lo que sucedió el sábado, por lo que no acabo de entender que quienes defienden la gestión de Montanier, cuyas razones si las tienen las respeto y si puedo las rebato con argumentos, se agarren a eso, a las victorias, para atacar a los críticos.

Irureta, por seguir con el paralelismo que apuntaba al inicio, ganó en su debut con la Real 0-1 en Mestalla. El Valencia tuvo una docena de oportunidades clarísimas de gol, incluyendo dos tiros a los palos y cuantiosos paradones de Alberto. La Real marcó en un contragolpe. "Me he quedado con cara de gilipollas. Hemos hecho todo lo que hay que hacer para ganar un partido y aún no me puedo explicar por qué no lo hemos conseguido", dijo Luis Aragonés, el entonces entrenador del Valencia. No tiene nada que ver aquel partido del Valencia con el que planteó el Athletic el sábado a la Real, eso es evidente, pero Irureta podría haber sacado pecho y decir que el partido salió como se lo había imaginado, con los locales dominando y marcando a la contra. Desde luego, no lo hizo. A mí me sorprende que haya habido lecturas en ese sentido sobre lo que pasó en San Mamés. Que el partido salió tal y como lo había planteado Montanier, dicen algunos. Que qué se puede criticar después de un 1-3 en Bilbao, señalan otros.

Pues yo vi muchas cosas que no salieron bien. No sé si es suerte, si es la ya famosa flor de Montanier o cualquier otra cosa, pero si ese es el partido que imaginó el técnico francés, mal vamos. Fue un error clamoroso dejar a Vela en el banquillo que aún no entiendo cómo se ha podido llegar a justificar, con 1-3 o sin él. En los partidos grandes juegan los futbolistas trascendentes. Si los realistas decimos que no es casualidad que jugáramos ocho jornadas seguidas contra diez, aplicadlo ahora a que el Athletic acabara con once. La Real estuvo 70 minutos sin Vela, razón suficiente para entenderlo. No creo que Momtanier imaginara que los seis o siete cabezazos en jugadas de estrategia del Athletic se marcharan todos fuera. O que el que se colaba en la portería lo sacara Bravo con un paradón. O que la Real empataría en su único tiro a puerto de los primeros 45 minutos. O que Aduriz tiraría fuera la ocasión que le regaló Markel por sacar rápidamente una falta sin prestar atención a la situación del partido. O que el propio Markel, en un despeje temerario, no llegaría a cometer el penalti que se jugó. O que el mismo jugador no fuera expulsado por el manotazo a Herrera.

Que la Real ha mejorado en los últimos meses es evidente, y podríamos analizar si es o no a causa de los aciertos de Montanier. Ya lo creo que podríamos. Pero lo que está fuera de toda duda es que siguen ahí las trazas de todo aquello hizo general la crítica al entrenador francés. Ocultas para quien quiera por la situación clasificatoria, pero ahí. Y como yo no tengo tan claro que el técnico haya aprendido de los errores, sino que más bien los parches le han demostrado lo equivocado que estaba (y en algunos casos sigue sin dar su brazo a torcer, véase la tozudez de que Pardo sea la sexta elección para los tres puestos del centro del campo cuando los siete jugadores posibles están disponibles), no tengo tan claro aquello de que lograr un objetivo europeo le haga merecedor de una renovación. Si este Consejo vio de una forma tan evidente que cumplir el objetivo no garantizaba el puesto a Martín Lasarte, es de suponer que ahora tendría que aplicar el mismo criterio con Montanier y renovarle sólo si de verdad cree que el equipo crecerá con él.

Yo, a día de hoy, sigo pensando que no. Que con otros entrenadores, esto que vemos hoy podría haber llegado el año pasado y en éste la Real podría haber mirado incluso más arriba. Salvando las distancias, a mí me da miedo que nos pase lo que al Chelsea de esta misma temporada, que renovó a Di Matteo teniendo millones de dudas simplemente (póngase entre comillas ese simplemente, por supuesto) porque había ganado la Champions. Y esta temporada le echaron, ya fuera de Europa y sin opciones de ganar la Premier. Montanier va a clasificar a la Real para Europa, yo ahora mismo estoy bastante convencido de ello, y más si la Europa League llega hasta la octava plaza. Lo que no sé es si jugaremos la Europa League o si, con la ambición suficiente, escucharemos de nuevo el himno de la Champions. Pero sigo dudando. En la Real, a Irureta le siguió Krauss. Y eso sigue resonando en mi memoria.

sábado, febrero 23, 2013

ATHLETIC 1 - REAL SOCIEDAD 3 Ya pueden cerrar San Mamés cuando quieran

El objetivo era cerrar San Mamés como se merecía y ya pueden cerrarlo cuando quieran. El marcador final fue efectivamente eso, el resultado que se merecían unos y otros. Y no necesariamente por los méritos de ambos equipos en el partido de hoy, muy discutibles en muchos terrenos, sino por lo que a día de hoy significa un conjunto y otro. El Athletic está en decadencia en demasiados aspectos. La Real tiene un proyecto de futuro y, sobre todo, de presente, con una sensacional generación de jugadores que comanda un jugadorazo: Illarramendi. Y, además, hoy ha hecho historia, porque cuando se repase el palmarés de los derbis en San Mamés el último nombre que se verá será el de la Real Sociedad. Pero no lo ha logrado con un gran partido. Al contrario. Hay unos cuantos peros que se le pueden poner al equipo hoy, empezando por la dirección técnica de su entrenador desde la pizarra. Sería un error escondernos detrás del marcador para no ver lo que la temporada podría ser ya de absoluto sobresaliente. Pero hoy no había rival en San Mamés y ganó el único equipo que podía ganar. El que debía ganar. El que ha ganado. 1-3. Y a disfrutar.

Olvidémonos por un momento del resultado del partido. Es difícil, porque la euforia es un sentimiento difícil de frenar mirando marcadores y clasificaciones, pero es obligado hacerlo. Obviamente, la Real ganó. Pero eso no quiere decir que el plan saliera bien. La decisión de Montanier de sentar a Vela ha sido la más temeraria que ha tomado en el tiempo que lleva como entrenador de la Real, y eso que lleva unas cuantas, porque suponía dejar fuera de los dos primeros tercios del partido al máximo goleador, al máximo asistente y al jugador que ha forzado cinco de las famosas ocho expulsiones consecutivas de rivales de las que ha disfrutado la Real. ¿Por qué? Para usarle como sentencia en la segunda parte. Eso es mucho más temerario que la persistencia en dejar a Pardo en el banquillo sin que haya explicaciones solventes para ello. ¿Salió bien su plan? No, la verdad es que no, porque fue sin Vela en el campo cuando el partido estuvo mucho más en peligro. Si otras veces ha sido el empuje del Athletic lo que ha castigado a una Real timorata, como en la primera parte de la pasada temporada, en esta ocasión el equipo bilbaíno no demostró nada que le hiciera acreedor a la victoria. Y, sin embargo, se puso por delante.

Sorprendió la poca intensidad con la que arrancó el partido, pero sobre todo por parte del Athletic, un equipo del que, incluso sin fútbol, siempre se ha podido destacar su garra. Pero no se vio mucha. En la Real se notó, y mucho, que no estaba jugando con su mejor once. El mal partido de Markel evidenció, como ha sucedido en otras jornadas, que Illarramendi juega por dos o por tres. Por el espacio que abarcó en el césped, por los balones que robó (los suyos y los que no sumó Markel) y por su intensa participación en el juego. Estuvo sensacional, sobre todo en la segunda parte, pero siempre sostuvo al equipo, incluso en los peores momentos. Y es que eso no bastó para dominar el partido ni para que hubiera una conexión clara entre el centro del campo y los atacantes. Así, Agirretxe se convirtió en una isla que sucumbió ante la enorme cantidad de balones largos que se le enviaron desde atrás. Griezmann con su movilidad se convertía en la mejor posibilidad de hacer algo. Tímidamente, el Athletic comenzó a tener algunas llegadas que Bravo solventó con la categoría habitual. La Real sólo opuso un disparo sin ángulo de Agirretxe que, tras dejarla pasar Raúl, estuvo a punto de convertirse en el 0-1.

Pero, y sin que pareciera que el Athletic fuera gran cosa, es obligado reconocer que la primera media larga de la primera mitad fue suya. Incluso con un par de ocasiones bastante claras para mover el marcador, el área que se rondaba era la de Bravo. Pero es que el chileno es un porterazo y en el minuto 23 hizo un paradón enorme tras un cabezazo de San José. El Athletic cazó y remató absolutamente todos los balones que bombeó al área, aprovechando la enorme debilidad que sigue evidenciando la Real en las jugadas de estrategia (supuestamente trabajadas esta semana en Zubieta), pero su escaso acierto permitió que el marcador no se moviera por esa vía. Pero el gol llegó porque se veía que tenía que llegar en esta tendencia en la que cae esta Real con demasiada frecuencia, la de dejar pasar minutos sin un plan claro. Ibai Gómez enganchó una preciosa volea desde dentro del área, recogiendo un espléndido pase de Aurtenetxe desde la banda izquierda. Quizá el único error severo de una defensa, la txuri urdin, que hizo un gran partido en líneas generales, soberbio en el caso de Iñigo Martínez y más que notable en el de Carlos Martínez.

Fue el momento en el que todo parecía que hacía aguas. Aquel en el que el Athletic de otras temporadas habría aprovechado para destrozar a la Real, incluso a equipos de leyenda como el del subcampeonato, que cayó en San Mamés por 3-0 en su primera derrota tras una primera vuelta inmaculada. Pero se juntaron dos cosas que sonrieron a la Real. La primera, que este Athletic no está para semejantes alegrías y, como gane el Celta en esta jornada, tiene que empezar a mirar con mucho cuidado hacia abajo. Y la segunda, la suerte del campeón. Sí, la suerte del campeón. Ya la conocemos. La vivimos en aquel año del subcampeonato cuando el buen juego no conseguía aparecer. Cuando un equipo coge una buena dinámica, su estado de ánimo, su fe y su buena fortuna suelen aliarse. Llámenlo flor, suerte o fortuna, esta temporada eso también está sucediendo. Y así, en la primera acción digna de mención, apenas cuatro minutos después de que Ibai inagurara el marcador, supuso el empate de la Real. Un pedazo de pase de Chory Castro desde la banda derecha lo encontró Griezmann en el segundo palo para marcar de cabeza y hacer visible una recuperación que, ojalá, le dure ya hasta el final de la temporada.

¿Fue el empate producto del plan de la Real? En absoluto. ¿Había mostrado fútbol como ir empatando en San Mamés? No, hasta ese momento no. Fue el momento clave del partido, sin discusión, porque a partir de ahí comenzó a tener otra cara. Con Carlos Martínez, enorme, despejando tiros del Athletic (y Markel cometiendo temeridades futbolísticamente inexplicables que por suerte no acabaron en un penalti en contra), Griezmann y Chory sacaron sendas tarjetas amarillas a Aurtenetxe y Laporte, aunque esta vez no hubo expulsión que agrandara el récord. La mejor noticia para el equipo txuri urdin al descanso, y esconderlo sería un grave error, fue el resultado. No ir perdiendo era algo fantástico tal y como se desarrollaron los primeros 45 minutos. El plan de reservar a Vela fue un fracaso porque fue en su ausencia cuando se pudo acabar el partido. No se acabó por las deficiencias del Athletic, pero no porque el plan de Momtanier saliera bien. Agirretxe no tuvo la más mínima opción de entrar en juego y el peligro que tuvo la Real partió de su línea de mediapuntas. No es difícil deducir que Vela habría dado juego ahí. Pero el fútbol no es un deporte de justicias o injusticias, sino de resultados, y esto quedará ahogado en el marcador final.

Y el arranque de la segunda mitad no cambió mucho el panorama salvo por un detalle. Aunque pudo costar cara la temeridad de Markel de dar una leve bofetada a Ander Herrera en una jugada en la que sus continuas patadas a Illarra debieron de costarle la tarjeta amarilla, el Athletic ya no llegaba tan fácilmente al área realista. Eso fue minando la poca confianza que ya tenían los de Bielsa. Y el mazazo definitivo fue el 1-2 que llegó después de que ambos entrenadores tiraran a la basura hasta veinte minutos de juego tras la reanudación. Justo después de que el técnico local introdujera en el campo a Muniain y el visitante llamara a Vela, que esperaba en la banda, el Athletic regaló a la Real una falta lateral. Griezmann la lanzó demasiado cerrado pero Raúl, ya muy nervioso antes de esa jugada, dejó escapar un balón en el que solo Agirretxe puso fe. El gol del nueve realista, el sexto de la temporada, viene a ratificar la importancia que tiene en este equipo jugar con un delantero centro. No importa lo desaparecido que pueda estar en un encuentro, aunque como en el de hoy no sea culpa suya, siempre habrá jugadas como ésta de las que sacar petróleo.

Con el 1-2, el partido comenzaba a estar sentenciado, porque fue a partir de ese instante (antes de sacar de centro, Vela sustituyó a Agirretxe) cuando la Real encontró la comodidad más absoluta para que casi todo lo que sucediera desde ahí fuera según los intereses del conjunto txuri urdin. Tocando la pelota como sabe y haciendo que la desesperación del Athletic fuera aún más patente, era evidente que el 1-3 estaba al caer. Y cayó, casualmente, cuando por fin Montanier colocó a Xabi Prieto en la banda derecha. Entró Zurutuza por Chory Castro y el capitán cayó a la banda, controló con maestría un balón, atrajo rivales, sacó la pelota al espacio abierto para Zurutuza y éste le metió un espléndido balón a Vela para que marcar el tercero con un precioso disparo pegado al palo derecho de Raúl. Quedaba un cuarto de hora para el final, y ya sólo los balones a la olla podían poner en peligro la victoria realista. Y, efectivamente, el Athletic aún tuvo tiempo de cazar un par de balones por alto, pero el desacierto de todos sus intentos, incluidos los de un Llorente de nuevo silbado por San Mamés, hizo que el final fuera plácido.

También, por supuesto, que a la Real le faltara la convicción habitual para sellar goleadas históricas cuando se presentan ocasiones para ello, y para replicar el mal perder de jugadores como Raúl, Munian y, sobre todo, Ander Herrera. Hoy la ha tenido pero, como casi siempre, no ha querido hacer sangre. Cierto es que el 1-3 es un resultado magnífico, que se ha logrado remontando el 1-0 que logró el Ahtletic, que es el marcador que cierra San Mamés para siempre. El resultado es reflejo de lo que son los dos equipos y de sus estados de ánimo, pero la Real no ha hecho un partido perfecto en San Mamés. Ha hecho muchas cosas bien, pero se le ha aparecido la virgen tras no presentar, y van muchas veces, la mejor alineación posible, tras permitir que todas las jugadas de estrategia acabaran con remate del Athletic y tras desaprovechar, una vez más, capital propio como el de Pardo (sacarle cinco minutos con el choque resuelto no ayuda en su progresión, se mire como se mire). Pero es un 1-3 en San Mamés y eso hará que muchas cosas se olviden. Que lo haga la afición, pase. Que lo haga el equipo, no. Porque viene el Betis y ganar sería un paso de gigante para el único objetivo posible que tiene que tener este equipo: la Champions. Xabi Prieto ya lo dice. Y  es que decir cualquier otra cosa sería engañar.

jueves, febrero 21, 2013

PREVIA Athletic - Real Sociedad. A despedir San Mamés como merece

Derbi vasco en un día atípico (viernes, 21.30 horas, San Mamés, Marca TV). Y derbi especial en Bilbao porque será el último que se juegue sobre el terreno de juego de San Mamés. Ese es el primer motivo por el que la Real está obligada a dar la cara, para darle una despedida como corresponde al estadio bilbaíno. La segunda lleva a responder a todas las insinuaciones arbitrales con las que desde la capital vizcaína se ha calentado el ambiente y se ha preparado una encerrona cuyas consecuencias se verán durante el encuentro en el arbitraje de Undiano Mallenco. Poca memoria tienen en Bilbao si no recuerdan el último derbi que arbitró Undiano y cómo ganaron hace un año. Y, finalmente, para confirmar realidades y objetivos. Porque la realidad es que ahora mismo la Real está once puntos por encima del Athletic de Bilbao y el objetivo de unos y otros no tiene nada que ver. Mientras los de rojiblanco penan en una temporada llena de problemas, aunque lejos del descenso, el conjunto txuri urdin busca definir cuál será su propósito real en mayo, si luchar por la Europa League o por la Champions. A despedir San Mamés como se merece.

Para este último derbi en San Mamés, Montanier ha tenido que tomar decisiones, ya que contaba con la plantilla al completo para afrontarlo. Sí es cierto que había una ausencia prácticamente confirmada, la de Elustondo. Aunque incorporado al grupo, el técnico le dará una semana más para recuperarse de la lesión que le ha tenido fuera en los últimos encuentros. Así, de los 21 jugadores que tenía disponibles, ha tenido que dejar en tierra a tres. Era más que evidente que uno de ellos sería Javi Ros, al que acompañan Cadamuro y José Ángel. Sigue siendo llamativa la ausencia reiterada de este segundo que, no lo olvidemos, ha sido un fichaje del pasado verano y está en la Real cedido por la Roma con opción de compra. La gran novedad en la lista es Zurutuza, cuyo regreso es una magnífica noticia, acortando incluso los plazos que se habían dado para la recuperación de su esguince. El otro jugador que regresa a la lista es Dani Estrada, que no estuvo en el grupo para recibir al Levante.

Hay pocas dudas en el once inicial de Montanier y, salvo sorpresa, son las habituales. La defensa parece inamovible, con Bravo en la portería, Iñigo Martínez y Mikel González como centrales y Carlos Martínez y De la Bella en las bandas. Por delante de ellos, Illarramendi es más que fijo y la primera de las dudas está en su acompañante. A tenor de anteriores decisiones de Montanier, da la impresión de que Markel sigue teniendo ventaja sobre Pardo. Con las costumbres del técnico francés, parece prematura la titularidad de Zurutuza, lo que supone que la otra duda en el once está en la posición de Vela. Si actúa de nuevo como falso nueve, posición que ya ha dicho que no le gusta, por detrás de él estarán Xabi Prieto, Griezmann y Chory Castro. En caso de retrasar al mexicano, Montanier enviará a la suplencia a uno de los dos últimos, quizá con más posibilidades de jugar para el francés. En este caso, Agirretxe e Ifrán se disputaríann la delantera, pero parece más factible el plan anterior. Zubikarai, Ansotegi y Estrada son suplentes seguros.

El derbi abre la jornada. La Real llega al partido en la sexta posición, con 37 puntos, aunque el tropiezo ante un Levante con diez jugadores ha alejado la Champions a cinco puntos. El Athletic está decimoquinto con 26, once por detrás del conjunto txuri urdin y seis por encima de la zona de descenso. No es el Athletic en un equipo local temible, pues ha ganado apenas cinco de sus doce encuentros en San Mamés y ha perdido los mismos. La Real, en cambio, suma tres victorias y tres empates en once partidos a domicilio, y sólo ha perdido uno de los últimos siete que ha jugado lejos de Anoeta (4-3 en el Bernabéu). De hecho, esa es la única derrota de los de Montanier en los últimos catorce choques. La Real suma ocho jornadas consecutivas viviendo la expulsión de un jugador rival, aunque eso apenas le ha permitido ganar la mitad de esos partidos. Ese hecho y su mala estadística con Undiano Mallenco han hecho que desde Bilbao se hagan muchas insinuaciones, olvidando que fue ese árbitro quien regaló al Athletic un penalti con una mano de Aduriz en la temporada 2006-2007. Y San Mamés ha sido terreno abonado para los robos a la Real en los últimos años.

La historia juega claramente a favor del Athletic en sus duelos en San Mamés ante la Real. De los 66 encuentros disputados, todos ellos en Primera División, 37 acabaron con victoria local, once con triunfo realista y 18 en empate. El 7-0 de la temporada 34-35 es la mayor goleada conseguida por el conjunto local, mientras que la victoria más holgada de la Real fue el 1-4 de la temporada 1987-1988, con dos goles de Begiristain, uno de Loren y otro de Bakero, en un año en que la Real logró el subcampeonato liguero. El cuadro donostiarra no gana en San Mamés desde la temporada 2000-2001, 1-3, con tantos de Jankauskas, De Pedro e Idiákez de penalti que dieron la permanencia en Primera a los entonces muchachos de Toshack. Ese fue el último de una espléndida racha de ocho encuentros sin perder en San Mamés y el inicio de otra racha que dura hasta hoy, ocho sin ganar con siete derrotas y un único empate, precisamente el de la temporada del descenso, la 2006-2007. Doce años después de aquel triunfo, ya va tocando ganar de nuevo en San Mamés.

En el choque jugado en San Mamés la pasada temporada, la 2011-2012, fue el colegiado, Mateu Lahoz, quien decidió el derbi del lado del Athletic. Con Illarramendi injustamente sancionado y sin la cautelar que sí había tenido Muniain un año atrás por una sanción sin discusión, Montanier pensó en una Real de contragolpe y eso impidió que su equipo llevara la iniciativa como podría haber hecho. Los locales explotaron el dominio que les cedió la Real para adelantarse en el marcador en el minuto 24, en una bonita combinación que culminó Susaeta. Bravo fue el mejor realista de una primera mitad regalada. Pero la historia cambió tras el descanso. La Real salió dominadora y mereció el empate. De hecho, lo consiguió, porque Vela marcó, pero Iraizoz sacó el balón desde dentro de su portería y Mateu Lahoz, aún habiendo visto la jugada, se dejó engañar por su linier cumpliendo con una máxima de castigo arbitral injusto a la Real que se ha producido en cinco de los ocho últimos derbis en San Mamés. Poco después, una falta a Xabi Prieto no pitada devino en un contragolpe que acabó en una falta que Susaeta de nuevo convirtió en el 2-0 definitivo.

En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, la Real fue muy superior al Athletic. Mucho más que lo que reflejó el 2-0 final. Un equipo txuri urdin con diez canteranos, y sin Vela en su once, borró del campo al cuadro bilbaíno desde el minuto uno, aprendiendo la lección de la pasada temporada: es necesaria la intensidad para disputar un derbi. Una primera parte algo más floja ya ofreció a la Real ocasiones de adelantarse en el marcador, pero fue con el vendaval con el que arrancó la segunda con lo que se decidió el choque. Una preciosa combinación entre Griezmann, Zurutuza y Agirretxe culminó con el gol del francés, que por fin cobró protagonismo en un derbi. El propio Griezmann fue quien inició la jugada del segundo gol con un disparo que rechazó Iraizoz, el balón cayó a los pies de Xabi Prieto y su remate a gol seguro lo sacó Amorebieta con una zamorana. Penalti, segunda amarilla... y gol. De Vela, que acababa de entrar en el campo. Con el 2-0, la Real no quiso hacer mucha más sangre y se confirmó con esa diferencia en el marcador en un parido en el que Illarramendi y Griezmann fueron los mejores.

martes, febrero 19, 2013

PARTIDOS INOLVIDABLES Athletic 1 - Real Sociedad 3 (1996-1997)

En la temporada 1995-1996, el derbi en San Mamés llegaba lleno de malos augurios para la Real. Llevaba el equipo txuri urdin siete temporadas sin ganar en Bilbao, desde el 2-3 de la temporada 1988-1989 y cinco sin marcar un solo gol. El último había sido de Patxi Salinas en propia puerta y ni siquiera sirvió para puntuar, pues el duelo de la campaña 1991-1992 acabó con un 2-1 para los locales. Todavía andaba caliente el ambiente por la fuga de Etxeberria al Athletic y fue el consejo realista presidido por Luis Uranga el que quiso enfriarlo, acudiendo prácticamente en pleno a San Mamés y aceptando la invitación para la comida de directivas que no se había celebrado un año antes. Además, el derbi cayó en miércoles y en una noche lluviosa, lo que limitó la presencia de la afición txuri urdin. No fueron tantos, pero se les vio. Pero el peor augurio de todos fue el partido que habían jugado un par de meses atrás, en plena pretemporada, Athletic y Real, con 6-1 para los bilbaínos. Como si les hiciera falta ganar un partido por ese resultado para sentirse crecidos.

Estábamos todavía en la sexta jornada de Liga. Llegaba la Real un punto por encima del Athletic en la clasificación, pero con una baja sensible, la de Darko Kovacevic, concentrado con su selección antes de que se crearan las fechas FIFA para evitar estas ausencias, y después de haber sumado tres goles y una asistencia en sus cinco primeros partidos como txuri urdin. Mild fue descartado por unas molestias musculares. A falta de su delantero centro y aprendida la lección de aquel choque amistoso veraniego, Javier Irureta diseñó a su Real para que el contragolpe fuera su mejor arma en San Mamés. Y eso que el Athletic salió con ganas de hacer gol pronto. A los diez minutos, Ziganda lanzó un primer disparo que detuvo con una gran seguridad Alberto, pero a renglón seguido la Real le metió el miedo en el cuerpo a los locales. Un envío en largo de Mutiu acabó con un disparo de Gica Craioveanu a las manos de Valencia. La Real le había dicho ya al Athletic cómo iba a ganar el partido, pero los de Luis Fernández ni se enteraron.
El primer gol de la Real nació en la banda derecha. Desde allí, De Paula cruzó un pase largo hacia Gica. El rumano embolsó el balón en la frontal del área, se lo colocó y aún teniendo a José Mari delante de él, enganchó un precioso zurdazo ante el que nada pudo hacer Valencia. No se había cumplido la primera media hora y la Real ya ganaba. Gica se dirigió hacia la zona en la que están los aficionados realistas y les hizo una reverencia por haber ido a San Mamés en un día así. Impresionante. Siete minutos después, en el 32, De Pedro se aprovechó de la caraja del Athletic y sacó rápidamente de banda, colocando el balón dentro del área, donde lo recibió un Gica que no paraba de volver loca a la defensa bilbaína. Tras revolverse y hacer que José Mari todavía le esté buscando, metió al balón hacia atrás. De Paula llegó como una bala y disparó de primeras desde la frontal del área pequeña. El balón se coló junto al larguero, por el centro de la portería. Con el 0-2, cayeron objetos. Uno de reducido tamaño impactó en la cabeza de Gica, que no pudo reprimir una peineta hacia el energúmeno de turno.

Pudo sentenciar la Real a renglón seguido, en otro contragolpe magistralmente lanzado de primeras por Gica desde el círculo central. Esta vez fue Mutiu quien se plantaba solo ante Valencia, pero anduvo lento y su posterior pase al corazón del área, donde lo esperaba De Paula, lo mandó Karanka a córner. Y lo que podría haberse convertido ya en una goleada importante, devino en un partido abierto porque en la siguiente jugada marcó el Athletic. Guerrero sacó una falta lateral desde la zona izquierda de su ataque. Peinado el balón por el primer defensor realista, la pelota llegó hasta el segundo palo, donde Urzaiz la cabeceó hacia el interior del área, y desde allí Ziganda remató a placer. Poco más sucedió antes del descanso, momento en el que Luis Fernández quiso arriesgar y colocó sobre el verde de San Mamés a Etxeberria en lugar de un defensa, Vales. Fue Etxeberria quien, desde la banda derecha, metió un balón cruzado muy similar al que De Paula envió a Gica en el 0-1, pero Guerrero, mucho menos diestro que el rumano, mandó el balón muy lejos de la portería de Alberto.
Pasado ese susto, la jugada le salió mal al técnico del Athletic por la reprobable acción de Urrutia. Una feísima acción del hoy presidente del Athletic, clavando los tacos en la pierna de De Pedro sin posibilidad de llegar al balón, le valió la tarjeta roja directa. Justísima, para un jugador que, horas antes del partido, había dicho que la hermandad entre Athletic y Real no es buena. A él lo del derbi de la paz que se pretendía no le llegó. A Luis Fernández sólo le quedó la temeraria jugada de colocar más delanteros. Irureta, en cambio, reforzó su centro del campo y así posibilitó que de ahí en adelante las ocasiones fueran casi todas de color blanco y azul. Un precioso córner botado por De Pedro al palo largo encontró la cabeza de Aranzabal para meter el balón al corazón del área, donde lo remató Mutiu de cabeza. Valencia repelió el testarazo y Urzaiz, que se había lanzado sobre el nigeriano, despejó todo el peligro desde el suelo. Etxeberria intentó igualar el partido  tirándose dentro del área sin que Loren le hubiera tocado, pero Camona Méndez no picó. Y Juan Gómez lo intentó desde fuera del área con un disparo que no se marchó demasiado desviado.

La puntilla a las esperanzas del Athletic la puso Idiákez en el minuto 83. Mutiu sacó el balón desde la banda derecha con un envío cruzado que buscó a De Pedro. Éste, con una tranquilidad y una categoría impresionantes, esperó el balón y lo impulsó de primeras al espacio libre entre los centrales, por donde se había colado ya Idiakez. Sin necesidad de controlar el balón, el realista conectó un precioso derechazo que entró en la portería junto al palo a la izquierda de un Valencia que ya había salido a la desesperada. Idiakez celebró el tanto besándose la camiseta de un equipo que, aquel día, se mostró muy superior a su rival, controlando el partido en todo momento y explotando sus armas con mucho más acierto que el Athletic. Luis Fernández, por supuesto, se quejó del árbitro. Irureta, a pesar de tener un carácter que no siempre encajó bien en la Real, analizó mucho mejor el partido: "Nosotros jugamos a un nivel bastante bueno y ellos no pudieron hacer nada contra esto, y con diez no estaban para levantar el partido".
Jornada 6 de Liga. 2 de octubre de 1996, San Mamés, 21.00 horas.
Athletic (Luis Fernández): Valencia, Vales (Exteberria, 45'), José Mari, Karanka, Larrainzar, Urrutia, Guerrero, Alkiza (Bolo, 66'), Urzaiz y Ziganda.
Real Sociedad (Javier Irureta): Alberto, Fuentes, Loren, Pikabea, Aranzabal, Gracia, Albistegi, De Paula (Gómez, 63'), Mutiu (Luis Pérez, 78'), De Pedro, Gica (Idiákez, 60').

Goles: 0-1, minuto 25, Gica; 0-2, minuto 32, De Paula; 1-2, minuto 35, Ziganda; 1-3, minuto 83, Idiákez

Árbitro: Carmona Méndez. Tarjetas amarilllas a Gracia, Mutiu, Loren, Bolo y Larrazábal. Roja directa a Urrutia (61').

El Diario Vasco: "La Real es mucho más. Superó con claridad en San Mamés a un frágil Athletic en un partido que debió resolver antes".
Marca: "Un derbi feliz... para la Real".
As: "Perdió un Athletic osado. La Real puso la efectividad en un choque cargado de pasión".
Mundo Deportivo: "Revancha. La Real se llevó el derbi de San Mamés y enterró el 6-1 de la pretemporada".
El País: "La Real lleva al Athletic al precipicio".

domingo, febrero 17, 2013

REAL SOCIEDAD 1 - LEVANTE 1 Otra lección táctica a Montanier

Aunque nos parezca ciencia ficción, hay partidos que se ganan con la pizarra. La Real de Montanier no ha ganado ningún partido así ni en esta ni en la pasada temporada, por lo que debemos entenderlo como un rasgo de su trabajo. Y hoy el Levante de Juan Ignacio Martínez ha dado una nueva lección táctica al técnico francés. Otra vez, el entrenador rival ha entendido que el partido se podía salvar con sus decisiones, por su signo y por su momento. Montanier, no. Su Real se ha equivocado en casi todo, y en realidad casi desde el principio aunque la octava expulsión consecutiva de un jugador rival ha agudizado esa sensación. Sin una marcha más, sin jugadas ensayadas a balón parado, sin valentía en los cambios y, aunque parezca mentira teniendo la experiencia de las últimas jornadas, jugando mucho peor contra diez que contra once jugadores del Levante. Al menos la expulsión sirvió para que se disiparan las sensaciones de que se podía repetir el 2-1 favorable al equipo valenciano y se salvó el empate. Y así seguimos alabando rachas sin perder cuando éste es un equipo que tendría que estar pensado para ganar. Conformismo y falta de ideas. Eso es lo que demostró hoy la Real.

El partido se empezó a marchar desde el inicio por cuestiones muy concretas que, por desgracia, sólo se señalan si el equipo no gana. El Levante venía de jugar un partido de Europa League el pasado jueves. ¿Metió la Real el ritmo necesario al partido como para que eso fuera decisivo? No. El conjunto de Martínez presionaba sólo con sus dos delanteros. ¿Qué hizo Montanier para contrarrestarlo? Colocar a Markel Bergara antes que a Rubén Pardo. No hace falta decir cuál de los dos jugadores tiene más calidad y más salida de balón, cualidades que se perdieron en el limbo. La decisión de Montanier se califica sola asumiendo además que se esperaba un partido con alta posesión txuri udin. Vela dijo dos días atrás que no es un nueve. ¿Y qué decidió el técnico francés? Colocarle en esa posición, sentando una vez más a un goleador de la jornada pasada, Agirretxe, y restando opciones a todos los atacantes que sacrificaron sus mejores cualidades para obtener la tan cacareada movilidad. ¿Que esperamos un partido cerrado que se pueda solucionar a balón parado? Pues se sacan doce córners y un buen puñado de faltas laterales sin crear peligro alguno tardando en colocar a ese nueve.

La alta posesión de balón que se esperaba se vio ya desde el inicio. El Levante esperaba atrás y buscaba contras. La buena noticia es que las pocas que concedió la Real, fundamentalmente por pérdidas de balón de Iñigo Martínez (alguna también de un Markel que sigue abusando del juego hacia atrás), no terminaron de concretarse. Y como el juego estaba algo insulso, mucho más de lo que pudiera parecer a simple vista, el protagonismo lo adquirió el árbitro. Y Vela, que volvió a jugar un papel decisivo en el devenir del partido a pesar de estar algo desconectado del juego. En el minuto 16 forzó un penalti de Karabelas cruzándose delante del jugador levantinista nada más entrar en el área. Como poco dudoso, a mí no me pareció penalti porque creo que el mexicano hace mucho más por provocar la falta que su defensor, que además vio la tarjeta amarilla. Decisivo, en todo caso, porque además fue el propio Vela el que convirtió el penalti con una sangre fría espectacular, esperando a que Navas cayera a un lado para colocar el balón suavemente en el otro.

El gol era mucho más importante de lo que parecía, porque suponía toda una alfombra roja para que la Real decidiera el partido a placer y sin necesidad de prestar tanta atención al contragolpe de un Levante que se desarrollaría más a gusto con empate que perdiendo. Pero no. La Real, como suele hacer, dejó pasar los minutos confiando en que su oportunidad llegaría. No llegó. Y poco más de diez minutos después lo que sí llegó fue el jarro de agua fría, en forma de penalti. Chory Castro persiguió a Lell hasta el interior del área y le derribó por la espalda. El jugador levantinista fue tan inteligente como Vela diez minutos antes, pero esta infracción pareció más clara que la que favoreció a la Real. Michel colocó el balón raso y junto al palo, impidiendo que la gran estirada de Bravo le valiera para detener el lanzamiento. Curiosamente, fue con el empate cuando la Real se volcó sobre la portería rival y en esos minutos antes del descanso sí pudo adelantarse en el marcador. Carlos Martínez puso un magnífico centro con la zurda que Vela remató de cabeza a las manos del portero, Griezmann disparó desde lejos para el despeje de Navas y Vela colocó un centro muy similar al de Charly minutos antes al que Griezmann no llegó con claridad por centímetros.
Después de dejar pasar muchos minutos sin probar a un portero poco acostumbrado a jugar (poquísimos tiros desde fuera y muchos centros... sin delantero que los rematara), en esos instantes finales de la primera parte sí mereció el gol la Real. Fueron los únicos en los que se advirtió la superioridad que se esperaba. Hernández Hernández aprovechó esos minutos para decidir que dos penaltis habían sido suficientes, y se hizo el sueco ante un clarísimo agarrón dentro del área a Chory Castro. Como la Real no aprovechó su momento, Juan Ignacio Martínez comenzó a urdir su plan. Cambio en del descanso. Porque, aunque la Real no lo sepa con su actual entrenador, se pueden hacer, aunque sean obligados por lesión, y permiten movimientos que el equipo txuri urdin no busca porque deja pasar minutos sin más. Los primeros instantes de la segunda parte fueron del Levante y las sensaciones eran muy similares a las de la primera vuelta. Mucho. El disparo al larguero de Michel, y pareció que Bravo tocó levemente ese balón, fue el aviso más claro.

Y aquí de nuevo el colegiado entró en juego. Mostró la segunda tarjeta amarilla a Karabelas, clarísima, por una dura entrada a Chory Castro. Por octava jornada consecutiva, la Real jugaba contra diez por expulsión de un rival. Increíble. Y la lección táctica de Martínez continuó para contrarrestar esa inferioridad. La roja fue en el 57, y dos minutos después el entrenador rival hizo un cambio, quitó a Pedro Ríos y colocó a Juanfran. La consigna, clarísima, una defensa rocosa con balones largos para que los pelearan Valdo y Martins. Justo en esos instantes, fue de nuevo el Levante el equipo que provocó peligro y Bravo quien lo solventó. Montanier dejó pasar todavía cinco minutos más, casi diez después de la roja, antes de reaccionar. Porque no es su fuerte la lectura de los partidos, eso es más que evidente. Al menos, el cambio fue acertado, aunque quizá llegó muy tarde porque el Levante ya sabía que podía sacar algo de Anoeta y lo defendía con uñas y dientes. Pardo entró por Markel, pero ante el cerrojazo bien planteado del rival, el joven realista no pudo hacer demasiado.

Hasta el minuto 71 no colocó Montanier un delantero sobre el campo. Agirretxe sustituyó a Xabi Prieto. Y hasta el 76 no dio la alternativa a Ifrán en lugar de Chory Castro. La Real mantuvo una defensa de cuatro para defender únicamente a Martins. La decisión valiente no llega nunca. El conjunto txuri urdin no entendió el partido contra diez, no creó superioridades en las bandas, no movió el balón con acierto, no generó espacios ni ocasiones claras de gol. Fue Pardo quien tuvo la más peligrosa, pero no consiguió golpear con acierto la pelota desde dentro del área. Con un delantero centro hubo menos envíos al área que sin él y más disparos lejanos. Y, sobre todo, faltó lo que tantas veces antes ha faltado, una marcha más. El Levante se atrincheró y defendió con mucha comodidad, porque nadie supo dar velocidad al juego. La orden desde el banquillo tampoco llegó. Y casi 40 minutos en superioridad que se fueron al limbo, como sucedió, por ejemplo, en Vigo.

Esta Real de Montanier, por muchos grandes números que presente, que los tiene, sigue dando la sensación de que no va a terminar de despegar. Gana partidos porque tiene un gran equipo, pero no gana aquellos en los que las cosas no salen a la perfección. Y son muchos los equipos que son capaces de ganar así. Hoy el equipo txuri urdin lo tuvo todo a favor y casi todo lo despreció ya desde la alineación con la que comenzó el encuentro, dejando una vez más una sensación de que se escapan ocasiones relativamente sencillas para sumar más puntos. Y, ojo, eso no resta valor a que la Real haya perdido sólo uno de los últimos catorce partidos, que haya sumado ocho expulsiones consecutivas, que tenga tres jugadores entre los diez que más faltas sufren o que apenas Barcelona, Real Madrid y Atlético hayan marcado más goles. Pero sigue dando la sensación de que este equipo tiene un freno de mano que aparece en los momentos más insospechados. Hoy ha sido uno de esos días. Y cuando enfrente hay un entrenador valiente e inteligente, las carencias de la Real se notan mucho más.

sábado, febrero 16, 2013

PREVIA Real Sociedad - Levante. El partido del año... de momento

Dice Philippe Montanier que cada partido es el partido del año, pero parece evidente que la Real afronta el partido del año (domingo, 12.00 horas, Anoeta, Canal + Liga, Gol TV)... de momento. Al menos desde el punto de vista psicológico porque, de ganarlo, los objetivos que se puede plantear este equipo subirán de nivel. Sumar tres puntos ante el Levante alejaría al equipo valenciano a seis puntos y, aunque aún quedan muchos puntos en juego, reduciría el número de conjuntos directamente implicados ahora mismo en la lucha por Europa. Es un partido que, además, vale doble por el golaverage, lo que hace importante que, en caso de triunfo, éste sea por dos goles de diferencia. No ganar no tendría que desinflar las opciones europeas de la Real, pero hacerlo sería el empujón definitivo para que se acaben los discursos conformistas a los que hemos asistido desde el comienzo de la temporada y hasta que el Barcelona cosechó en Anoeta su primera derrota liguera de la temporada. La otra gran pregunta que deja la previa de este partido es si la Real conseguirá aumentar su ya estratosférico récord de siete jornadas consecutivas con la expulsión de un rival.

Montanier tiene dos bajas para este partidos, y ambas las confirmó el propio técnico en su comparecencia ante la prensa del viernes. Ni Elustondo ni Zurutuza estarán en el choque ante el Levante por sus respectivas dolencias, aunque probablemente ambos podría estar a disposición del entrenador la próxima semana, para el derbi en San Mamés, con muchas más opciones para Elustondo que para Zurutuza. Así, dos han sido los descartes técnicos que ha realizado Montanier. Uno de ellos era realmente fácil de predecir, Javi Ros, que sigue sin tener hueco para el entrenador francés y probablemente no lo tendrá salvo que se produzca una enorme plaga de lesiones y sanciones. El otro descartado es Estrada. Era también previsible que tendría que ser un hombre de la línea defensiva, tras la desequilibrada convocatoria de la semana pasada. Aún así, en esta sigue habiendo siete defensores citados y tan solo tres centrocampistas. Ifrán y José Ángel son los que vuelven a la lista.

No se esperan grandes sorpresas en la alineación de Montanier y apenas tres posiciones parece no adjudicadas con claridad. Bravo estará en la portería y la defensa modelo del francés estará por delante: Carlos Martínez y De la Bella en los laterales, con Iñigo Martínez y Mikel González en el centro. Por delante de ellos, Illarramendi es fijo. Junto a él estará Pardo o Markel. Sobre decir que el deseo de la afición sería que se decantara por el primero, que sigue sin obtener una clara confianza cuando Montanier tiene más efectivos entre los que elegir. Por delante de ellos son seguros Xabi Prieto y Carlos Vela, presumiblemente por el centro y por la derecha. Griezmann y Chory Castro se juegan la banda izquierda y el puesto de delantero se lo disputan Agirretxe, goleador la pasada semana, e Ifrán, que anotó la anterior y se perdió el último partido por lesión. Poco probable es que Vela sea el nueve, tras asegurar esta semana en Noticias de Gipuzkoa que no es su puesto. Zubikarai, Ansotegi, Cadamuro y José Ángel completarán el banquillo.

La Real, que no ha ganado al Levante desde que volvió a Primera, ocupa la séptima plaza al comienzo de la jornada, que dará Europa League si el Atlético elimina al Sevilla en la semifinal de la Copa o si se confirma la sanción de la UEFA al Málaga. Sus 36 puntos le colocan a uno de la sexta plaza, en poder del Rayo, y a tres de la cuarta, en manos precisamente del Málaga. El Levante es noveno con 33. El equipo txuri urdin es el quinto mejor local, con siete victorias en doce partidos, mientras que el conjunto granota ha puntuado en cinco de sus doce salidas, con tres victorias (0-1 al Getafe y al Zaragoza y 0-2 al Deportivo) y dos empates (a cero ante el Sevilla y a uno ante el Celta). Los de Montanier han perdido sólo un encuentro de los últimos trece disputados, han logrado diez de los doce puntos posibles en lo que llevamos de segunda vuelta y buscan lograr por primera vez tres victorias seguidas. El equipo dirigido por Luis García llega a Anoeta tras sumar dos derrotas consecutivas y sólo tres puntos de los últimos quince posibles. Ojo al golaverage, que empieza a ser importante ante los rivales directos por Europa. En la ida ganó el cuadro valenciano por 2-1.

El Levante ha visitado San Sebastián en nueve ocasiones, cuatro de ellas en Primera División. Y es un equipo que claramente se le atraganta a la Real, que sólo ha podido sumar una victoria en esos duelos en la máxima categoría, por otro del Levante y dos empates. El conjunto txuri urdin venció por 1-0 en la temporada 2006-2007, tres puntos logrados con un gol de Ansotegi que dieron esperanza pero no impidieron el descenso. Los granotas sacaron los tres puntos la pasada temporada, ganando por 1-3. Y antes de cada uno de esos partidos, en las temporadas 2004-2005 y 2010-2011, sendos empates a uno. En Segunda, el balance es mucho más positivo para la Real, que no conoce la derrota en los cuatro partidos jugados, tres victorias y un empate, y ha logrado la mayor goleada contra el Levante, el 6-2 de la temporada 1946-1947, con tres tantos de Vázquez y uno de Castivia, Patri y Pérez, además del recordado 3-1 de la temporada del ascenso, la 2009-2010, con goles de Bueno, Ansotegi y Zurutuza. La estadística la completa la victoria del Levante por 2-3 en la fase de ascenso a Primera de la Liga 1939-1940.

La pasada temporada, la 2011-2012, como está dicho, el Levante ganó por primera vez en San Sebastián en partido de Primera División. Y eso que la Real se adelantó muy pronto en el marcador, a los cinco minutos y después de que Xabi Prieto asistiera magníficamente a Vela para que, en profundidad, abriera el marcador. Pero a renglón seguido Álvarez Izquierdo facilitó que Barkero devolviera las tablas al marcador gracias a un inexistente penalti. El empate provocó numerosas imprecisiones en una Real que prescindió de Pardo e Illarramendi para este encuentro (seguían sin haber jugado juntos) y Bravo evitó que el Levante se adelantara con una gran parada. Sin embargo, Koné puso el 1-2 en el marcador en un contragolpe ya en el descuento de la primera mitad. La expulsión de Elustondo por doble amarilla, injusta la segunda, decantó definitivamente el partido. La Real dominó sin peligro y el Levante acabó marcando el tercero y llevándose tres puntos con un marcador holgado y apenas un 30 por ciento de posesión de balón. Esta segunda derrota consecutiva impedía pensar todavía en la tranquilidad con diez partidos por jugarse.

En la primera vuelta de la presente temporada, la 2012-2013, la Real cayó justamente derrotada por no haber aprendido todavía por aquel entonces cómo gestionar los partidos. Montanier apostó por una alineación extraña, con José Ángel de extremo, sentando a Xabi Prieto, y dejando a Griezmann abandonado a su suerte como falso nueve con Agirretxe lesionado. El caso es que, con todo, la Real dominó con cierta solvencia la primera hora de juego y Zurutuza adelantó al equipo txuri urdin con un chispazo, un gran disparo desde fuera del área. Pero la Real no se fue a por el partido y dejó que el Levante reviviera. Barkero igualó tras un claro penalti cometido por Iñigo Martínez. El empate se veía venir y lo mismo sucedía con el gol de la victoria local. Minuto 85, balón largo a Martins, fallo colectivo de la defensa y gol. Montanier no había ayudado con sus cambios y el equipo fue naufragando poco a poco hasta que un Levante con más hambre decidió apostar fuerte por la victoria. Aviso a navegantes: este 2-1 llegó después de una jornada europea del Levante. Justo como el partido de este fin de semana.

viernes, febrero 15, 2013

GRANDES GOLES: KOVACEVIC (Real Sociedad 3 - Athletic 1, 98-99)

Ahora que el gol que encajó Asensjo con el Atlético de Madrid en su partido de esta semana en la Europa League ha dado la vuelta al mundo, es buen momento para recordar que hace unos cuantos años la Real marcó un gol bastante similar... y lo hizo en un derbi contra el Athletic. Un derbi que, además, llegaba tras nada menos que once de estos duelos sin que la Real conociera la derrota, en una histórica racha que llegó hasta los quince. No ganaban los bilbaínos a los donostiarras desde el 2-0 en San Mamés de la temporada 1992-1993. Pero estamos en los primeros pasos de la temporada 1998-1999, en la novena jornada de Liga. Real y Athletic viven un momento dulce, ambos jugando en Europa. Concretamente, el equipo txuri urdin venía de disfrutar contra el Dinamo Moscú, al que goleó 3-0 en la vuelta de los dieciseisavos de final, con un Kovacevic brutal que sumaba ya siete goles en los cuatro partidos de la UEFA. Y Kovacevic, precisamente, se convertiría en el protagonista del derbi.

A los dos minutos de partido, un espléndido pase suyo lo convirtió De Paula en el 1-0. A los doce, una buena jugada del serbio por la banda izquierda la acabó despejando Alkiza a los pies de Sa Pinto, que enganchó un precioso disparo que subió el 2-0 al marcador. Sa Pinto y Kovacevic lo celebraron colocándose una txapela cada uno. Dos minutos después, un más que discutible penalti de Loren sobre Guerrero lo transformó Larrazabal en el 2-1. Así se llegó al último minuto del encuentro. Imaz, en su primer partido en Anoeta con la camiseta del Athletic después de dejar la Real tras su mejor temporada de txuri urdin, vio la segunda amarilla en el minuto 89 y se marchó a calle. En el 91, Kovacevic agrandó su leyenda en el partido, encaró a Imanol Etxeberria, éste le derribó y vio la roja directa. El Athletic se quedó con nueve jugadores y, ya sin cambios, tuvo que colocar a Larrazabal bajo palos. Eso sí, detuvo la falta lanzada por Idiakez. El Athletic, aún con esa inferioridad, tuvo opciones de empatar. En el 92, Carlos García echó el balón fuera a bocajarro.

Y en el 93 dispuso de una falta lateral desde la banda izquierda. No quedaba otra, así que Larrazabal se sumó al ataque y se metió en el área. La defensa realista despejó la falta y Larrazabal acabó por los suelos mientras un jugador del Athletic disparó desde muy lejos, a la desesperada, buscando una segunda jugada. Pero el balón se encontró con un muro argentino llamado Juan Gómez, que lo despejó con precisión a los pies de Cvitanovic. Y ahí, aunque el balón estaba todavía cerca de su propia área, Anoeta comenzó a cantar gol. Cvitanovic echó a correr hacia el campo del Athletic, hacia una portería que no tenía guardameta para defenderla. Pero quien ya había visualizado el gol era Kovacevic, que echó a correr como poseído por el diablo con un solo pensamiento en la cabeza. Cvitanovic, todavía en campo propio, lanzó el balón al espacio, perfecto para Darko, que después de controlarla con un buen primer toque miró hacia atrás para asegurarse de que nadie le podía alcanzar. Alkiza lo hacía con la mirada, en una carrera inútil, sabiendo que el tanto era ya inevitable.

En lo que se llama marcar a puerta vacía, Kovacevic avanzó hasta la misma línea de gol, y ni siquiera el susto que le dio el balón al botarle justo antes de introducirse en la portería impidió que el 3-1 subiera al marcador. Anoeta saltaba de alborozo. Pocas veces ha cantado la afición realista un gol durante tantos segundos antes de que efectivamente se marcara. Tras salir del fondo de las mallas, hasta donde acompañó al balón, Kovacevic se quitó la camiseta y Prados García le mostró por ello la tarjeta amarilla. Daba igual, la felicidad era inmensa. Con sus brazos en alto y lanzando un beso a la grada, compartió el gol con quienes tanto lo estaban celebrando. En las páginas de El Diario Vasco se recogían declaraciones anteriores al partido de Román Galarraga, el que fuera portero y entrenador txuri urdin: "Lo tengo bien claro. Ganaremos por 3-1". No creo que Gallarraga se imaginara también la gozosa forma en la que llegó ese tercer tanto realista.

martes, febrero 12, 2013

Agirretxe, el octavo mejor promedio goleador desde Aldridge

Uno de los debates que más ha centrado la actualidad deportiva de la Real en los últimos tiempos es la eficacia de sus delanteros. Cuando más en entredicho parecían estar y cuando más mayoritaria parecía ser la opinión de que es necesario fichar un nueve (incluso en el mercado de invierno que ha finalizado hace dos semanas), Ifrán anotó hace dos jornadas ante el Mallorca y Agirretxe lo hizo en el partido de Zaragoza. Mi opinión en este asunto no ha cambiado. Es verdad que no son los dos delanteros más grandes, técnicos y goleadores que han pasado por la Real, pero ambos, en mi opinión, son recursos más que válidos para la Real, sobre todo gracias a que con su forma de jugar al fútbol garantiza que casi todos los jugadores sobre el césped tengan ocasiones de anotar y que el papel del delantero centro va mucho más allá de marcar goles. Eso parece evidente viendo que el máximo goleador, Carlos Vela, lo es partiendo generalmente desde una banda. ¿Un fichaje en verano? Desde luego, pero si la dirección deportiva encuentra algo con garantías cuyo pago pueda afrontar el club. Porque, de lo contrario, creo firmemente que no estamos tan mal cubiertos.

Aún con todo, sigo creyendo que Montanier no ha sabido gestionar las presencias y las ausencias de Agirretxe e Ifrán, pero eso es otra historia. Y también está claro que el jugador más decisivo de estos tres es indudablemente Carlos Vela, que suma un gran número de asistencias y expulsiones forzadas, cuestiones que también ayudan a cambiar los partidos. Pero como lo que muchos valoran son los fríos datos goleadores, estos son los que presentan en estos momentos los tres jugadores que pueden ocupar el puesto de delantero centro. Vela es el máximo goleador en Liga con nueve tantos, marcados en sus 1.700 minutos sobre el césped. Es decir, el mexicano ve puerta cada 188,8 minutos. Agirretxe, con el de Zaragoza, suma cinco goles en 878 minutos, lo que supone que marca cada 175,6 minutos, un promedio mejor que el del mexicano. Ifrán, con dos tantos y 776 minutos, marca cada 388 minutos. Si contáramos la Copa, el promedio de Agirretxe mejora y es de un gol cada 163,2 minutos, Vela marca cada 192,3 minutos e Ifrán cada 438,5.

Es evidente que Agirretxe no es un goleador nato, pero sus cifras nunca han sido malas considerando que, por mucho que haya jugado partidos en nueve temporadas distintas, casi nunca ha tenido la vitola de titular o de insustituible, más bien al contrario. Es por ello que considero que se le suele juzgar con demasiada dureza. Y eso se puede ver con las cifras de esta temporada, pero sobre todo viendo los datos globales de toda su carrera. Comparado con el resto de delanteros que han jugado en la Real desde que Aldridge rompió la tradición de jugar sin extranjeros (pinchar en el cuadro para verlo a mayor tamaño), Imanol tiene actualmente el octavo mejor promedio de entre 28 jugadores que han jugado con cierta frecuencia en el puesto de nueve. Es evidente que no a todos los atacantes presentes en la misma lista se les puede evaluar con el mismo prisma. Ni por permanencia en el equipo, ni por su papel en él, ni por minutos jugados. Pero viene a ser una guía interesante para descubrir que, quizá, no somos del todo justos al evaluar a algunos jugadores.

Abreu fue muy criticado en su paso por la Real por su estilo de juego, pero nadie puede dudar de su acierto ante la portería contraria. Suyo es el mejor promedio desde finales de los años 80. Le sigue el oportunismo de Loinaz en los minutos finales, que siempre fue motivo de algarabía en la grada de Atotxa. Y Kodro es, sin ninguna duda, el gran delantero de la Real de las últimas tres décadas, y no sólo a tenor de las cifras. Los números de Vela son espectaculares si tenemos en cuenta que buena parte de sus minutos en la Real los ha disputado partiendo de la línea de mediapuntas, ya que tiene un promedio goleador similar pero superior a los de Gica Craioveanu (que tuvo una larga sequía nada más llegar a la Real) o Darko Kovacevic (que experimentó dos prolongados tramos sin marcar, uno en la segunda vuelta de su primera temporada, y otro en su temporada final, la del descenso a Segunda). Ifrán es el que tendría que estar más preocupado por esa faceta, porque, excepción hecha de un Sa Pinto que también jugó casi siempre por detrás de un delantero, el uruguayo sólo supera a los que peor recuerdo dejaron en la afición txuri urdin.

domingo, febrero 10, 2013

ZARAGOZA 1 - REAL SOCIEDAD 2 Victoria aplastante

La Real logró en La Romareda una victoria aplastante que viene a confirmar que era delirante no admitir que este equipo estaba llamado a luchar por las plazas europeas. Porque el equipo txuri urdin ha ganado hoy en Zaragoza, en realidad, jugando a medio gas. Tal cual. Y le ha sobrado Obviamente, se ha beneficiado de ese asombroso y estratosférico récord de jugar por séptima jugada consecutiva contra diez rivales por una justa tarjeta roja que ha terminado de desnivelar la balanza. Y, obviamente, sigue saliendo la Real a los campos de fútbol sin sacar a su mejor once posible, algo que no se puede obviar a pesar de los triunfos. Pero es que este equipo tiene una calidad inmensa, recursos ilimitados y un presente maravilloso. Los realistas se sobrepusieron a un inicio tibio en el que el Zaragoza no fue capaz de generar peligro y después jugaron a placer con un Illarramendi de nuevo imperial. El marcador no refleja la enorme superioridad de la Real, que está en un momento de dulce, incluso para lo que no depende de su trabajo.

Era un partido marcado en rojo en el calendario para dar un golpe sobre la mesa, lo era tras la victoria en casa ante el Mallorca y mucho más tras la dura y polémica semana que hemos vivido, y la Real respondió. Y eso que el partido comenzó con el ya habitual debate que genera la suplencia de Pardo cada vez que Montanier tiene algo donde elegir. Sin Elustondo y Zurutuza y con Ros reintegrado a la convocatoria pero sin opciones de jugar, Pardo fue el centrocampista que se quedó fuera del once. Difícil de entender, por mucho que el martes jugara con la selección española sub-21. El partido de Markel evidenció que el fútbol de la Real exige a sus mejores artesanos. Pero en Zaragoza la absoluta intrascendencia de Markel en el juego (apenas tres balones robados y un penalti cometido) encontró la compensación perfecta: Illarramendi se multiplicó, aprovechó las carencias del Zaragoza y jugó por dos. Como dijo alguien en Twitter, él solo jugó de doble pivote. Viene a ser demencial que este pedazo de futbolista no entre en los planes de Vicente del Bosque, que incluso con las bajas de Xavi y Xabi Alonso prefirió decantarse por Mario Suárez.

La Real arrancó con nerviosismo, dejándose echar atrás por el ímpetu de un Zaragoza que parecía dispuesto a romper su nefasta racha en casa. Pero su rendimiento se fue diluyendo cual gaseosa sin que en realidad llegara a provocar ninguna ocasión de gol clara. La respuesta txuri urdin fue contundente. Casi en la primera ocasión en la que cruzó el centro del campo, sin duda en su primera llegada al área de un Roberto inédito en los primeros diez minutos, marcó gol. Y el mérito del gol hay que repartirlo. No se habría producido sin la pelea de Agirretxe, que con esa jugada demuestra las bondades de tener un nueve en el campo. Su lucha permitió a Vela llevarse el balón y, de nuevo, demostrar su carácter decisivo, esté más o menos conectado con el juego del resto del equipo. Su pase cruzado a Griezmann fue espléndido. Y el remate a puerta del francés, preciso. Griezmann, a pesar de que estaba al límite del fuera de juego, quizá incluso en posición ilegal, vuelve a ser noticia por algo positivo, y eso es una de las mejores conclusiones del partido.

Con el gol de la Real, y como fútbol no llegó a tener, al Zaragoza se le fue la cabeza. En menos de diez minutos, Héctor cometió dos faltas muy claras, muy justamente sancionadas con tarjeta amarilla, y se fue a la calle. Vela fue quien forzó las dos tarjetas, reafirmando ese carácter decisivo que convierte al mexicano en un jugador de valor incalculable. De esta forma, la Real agranda un récord ya difícil de creer, y más con los antecedentes y los malos recuerdos que tenía desde su regreso a Primera: suma ya siete jornadas consecutivas con una tarjeta roja para un jugador rival. Y ahí, en realidad, se acabó el partido. El Zaragoza pensó que la mejor forma que tenía de igualar el partido era conseguir una expulsión de su rival y puso todas sus energías en esa labor. Cuando el colegiado, Gil Manzano, omitió una clara tarjeta amarilla a Illarramendi que casi todo el Zaragoza reclamó con exagerada insistencia, se acabó toda posibilidad de que la igualada que nunca llegó comenzara ahí.

La Real comenzó a manejar el partido ya con una tranquilidad impresionante y con un Illarramendi que empezó a crecer sin que se vea su techo. Cuando, diez minutos después de la expulsión, Agirretxe se sacó de la bota derecha un magnífico disparo para hacer el 0-2, la victoria txuri urdin se convirtió en la única opción posible. Agirretxe se hizo hueco y concluyó la jugada con una enorme calidad. Media hora y todo parecía finiquitado. Tanto, que la primera parte concluyó con placidez. La Real se sabía muy superior, y lo que es más importante, el Zaragoza se sentía muy inferior. El arranque de la segunda parte se asemejó al de la primera, pero el conjunto maño impuso un ritmo mucho menos feroz que en el inicio del encuentro, lo que permitió que mucho más pronto todavía el control del juego fuera absoluto por parte de los visitantes, hoy de naranja. Y eso teniendo en cuenta que los laterales no tuvieron ni la proyección ni el acierto de sus mejores días y que el centro del campo tenía un jugador creativo menos. Pero Xabi Prieto entendió muy el partido y se multiplicó en las ayudas.

En esa segunda mitad siempre dio la impresión de que meter una marcha más aseguraba una goleada de escándalo, pero la Real se ha acostumbrado a jugar sin meter esa marcha. Eso es lo que ha provocado que se queden tantos puntos en el camino, sin ir más lejos los dos que se dejó en Balaídos o los tres del Santiago Bernabéu, en ambas ocasiones jugando también contra diez jugadores. Con el marcador a favor, eso sí, se convierte en una arma poderosa. El resultado final habría sido más abultado si un precioso cabezazo de Agirretxe hubiera encontrado puerta ante la desesperada estirada de Roberto, si Vela hubiera disparado mejor en un mano a mano con el arquero zaragocista con el que culminó un espléndido pase de Illarra o si una maravillosa volea de Griezmann, tras un buen centro de Agirretxe, no se hubiera topado con el mejor jugador local, Roberto. Incluso De la Bella pudo marcar su tercer gol de la temporada en una de sus pocas subidas claras, pero también se topó con el guardameta local.

El Zaragoza apenas pudo crear una ocasión de gol, un disparo de Rochina que Bravo, ante la duda de que cogiera portería, despejó con seguridad a córner. La Real siempre lo tuvo todo controlado, pero jugó con un ritmo demasiado pausado como para aprovechar los huecos en el centro del campo que había dejado Manolo Jiménez con sus cambios tratando de poner toda la pólvora en el ataque. Eso es lo bueno y lo malo del partido. A pesar de todo, las ocasiones fueron cayendo por inercia. Y aunque la victoria es plenamente satisfactoria, sigue despertando dudas la gestión de Montanier desde el banquillo. Sus cambios, como siempre tardíos, llegaron cuando el Zaragoza ya había realizado sus tres sustituciones. Y sacar del campo a Illarra, aunque eso permitió nuevas gotas de clase de Pardo, supuso un doble error. En primer lugar, se marchaba el mejor jugador de un encuentro que aún no estaba acabado. Y en segundo lugar, y sin tener en cuenta su escaso acierto y su constante tendencia a retrasar balones, Markel parecía mucho más cansado.

Quedó en evidencia este doble error cuando, ya en tiempo de descuento, Markel combinó una mala colocación, ese aparente cansancio y un resbalón para cometer un penalti absurdo y claro. El 1-2 final no empaña una victoria aplastante, aunque sí hace que parezca mucho más ajustada de lo que fue. Porque, ojo, la Real sólo ha perdido un partido de los últimos trece que ha disputado, es el cuarto equipo más goleador de la Primera División y ocupa, a falta de los partidos de Betis y Rayo, la sexta posición en la tabla, una que sí da acceso a Europa. Montanier ha tenido que rectificar muchas ideas para dar con la tecla adecuada. Sigue empeñado en algunos vicios, pero las correcciones hacia el modelo que muchos veíamos factible es lo que ha colocado a la Real en la senda del éxito. Recuperar a Griezmann del todo ahora que los delanteros han marcados en dos jornadas seguidas se antoja vital para continuar con la buena racha. Vela, Illarra, Pardo, Xabi Prieto o la majestuosidad de los centrales garantizan que la Real estará, por fin, en la pelea en la que tiene que estar. Y otros que sigan pensando que la Real se dopa. Este es su dopaje, el fútbol.

sábado, febrero 09, 2013

PREVIA Zaragoza - Real Sociedad. Por la Real de 2003... y por la de 2013

La Real tiene en esta jornada (domingo, 17.00 horas, La Romareda, Canal + Liga, Gol TV) una ocasión de oro de brindar una victoria al gran equipo del subcampeonato de la temporada 2002-2003, cuyo subcampeonato se ha querido mancillar rastreramente en la última semana, pero también de autohomenajearse, de reafirmar los méritos de esta Real de 2013 que, con sus reconocibles defectos, ha emprendido una marcha de crucero hacia los puestos europeos. Ganar en Zaragoza supondría romper con el gafe visitante de las segundas vueltas (la última victoria sigue siendo la de Cádiz en 2010, todavía en Segunda), responder a todos los que han tergiversado malintencionadamente cuestiones con las que se ha insinuado sin medida el dopaje del equipo txuri urdin que le disputó la Liga al Real Madrid galáctico y dar un paso de gigante en sus aspiraciones para entrar en puestos europeos... y sin límite para soñar, porque la Champions no está demasiado más arriba que la zona de Europa League. ¿Hacer falta más motivación para un partido?

Javi Ros iba a ser el único descarte de Philippe Montanier y así se anunció al dar a conocer la lista. Sin embargo, a última hora (y no es la primera vez, recordemos la gastroenteritis que bajó a Agirretxe del avión camino a Madrid para jugar al Bernabéu), la baja de José Ángel por unas molestias le metió entre los 18 elegidos. De esa forma, una convocatoria que tenía de nuevo un aspecto descompensado, con sólo tres centrocampistas y nada menos que ocho defensores, cobró un poco más de sentido. La principal novedad entre las ausencias es la de Diego Ifrán, que no estará en Zaragoza por una contusión en la rodilla que sufrió en los entrenamientos de la semana. Tampoco viaja Elustondo, que venía de jugar dos partidos consecutivos como titular en el puesto de central. Y Zurutuza continúa su proceso de baja. Los tres jugadores que vuelven a la convocatoria son De la Bella y Markel tras cumplir el partido de sanción que les impidió estar ante el Mallorca, y Mikel González, superada la dolencia que sufrió en el choque ante el Barcelona y que le tuvo fuera del equipo en los dos últimos encuentros.

Con esta panorama, lo más normal es que Montanier recupere su defensa predilecta, la formada por Bravo en la portería, Iñigo Martínez y Mikel González en el centro, Carlos Martínez en la derecha (indiscutible tras su largo ostracismo de comienzos de temporada) y De la Bella en la izquierda. Por delante, es seguro Illarramendi y el rumor del que se ha venido haciendo eco la prensa guipuzcoana es que el técnico francés volverá a a sentar a Pardo, que jugó los 90 minutos entre semana con la selección española sub-21, para devolverle la titularidad a Markel. Por delante, la única duda que tendrá que resolver Montanier será la posición de Vela. Si juega en punta, por detrás estarán Chory y Griezmann en las bandas y Xabi Prieto de nuevo por el centro, a menos que el entrenador valore por fin la opción de devolver al capitán a la banda derecha y colocar al francés en la mediapunta. Si Vela está en esa línea de tres, jugaría Agirretxe por delante. Es difícil predecir quién iría entonces al banquillo, aunque parece que Prieto no sería el escogido. El banquillo lo completan Zubikarai, Ansotegi, Estrada, José Ángel (tras ser titular por primera vez en el lateral ante el Mallorca) y Cadamuro.

La Real arranca la jornada en la octava posición, con 33 puntos, a uno de la zona europea y a tres de la de Champions. Con sólo una derrota en los últimos doce partidos, la del Santiago Bernabéu, el equipo txuri urdin se ha metido de lleno en la lucha por Europa. No obstante, desde su regreso a Primera, aún no ha ganado como visitante en una segunda vuelta. En otras palabras, lleva 19 partidos consecutivos jugados desde el ecuador del campeonato sin llevarse los tres puntos a San Sebastián. El Zaragoza, por su parte, es decimoquinto, con 24 puntos, cuatro por encima de la zona de descenso. La Real ha puntuado en cinco de sus diez salidas, con dos victorias (Málaga y Valencia) y tres empates, pero no suma tres puntos lejos de Anoeta desde la primera semana de diciembre y sólo supera a seis equipos en puntos logrados a domicilio. El Zaragoza no es un equipo fiable en casa, donde ha ganado tres de sus diez encuentros y sólo suma un punto de los últimos doce. Habrá muchos ojos puestos en cómo recibirá La Romareda a la Real tras la intensa polémica de esta semana con el dopaje como telón de fondo.

El equipo txuri urdin ha visitado Zaragoza en 51 ocasiones, 47 de ellas en Primera División. En dicha categoría el saldo es favorable al conjunto maño, con 24 victorias por sólo nueve de la Real y 14 empates. En los últimos doce choques, ocho fueron para el Zaragoza, incluyendo los tres últimos, por sólo uno para la Real. El mejor periodo histórico en la capital aragonesa para el equipo donostiarra aconteció entre las temporadas 1972-1973 y 1980-1981, con una sola derrota, tres victorias y cuatro empates en los ocho partidos disputados. La victoria visitante más abultada es el 1-3 de la temporada 1957-1958, con dos goles de Segurola y uno de Laguardia. El equipo local logró su victoria más contundente con el 4-0 de la campaña 1978-1979, aunque el mayor número de goles lo logró con el 6-3 de la Liga 1961-1962. En Segunda, en cambio, el balance es totalmente parejo, con cuatro encuentros jugados, con una victoria para cada equipo (2-1 para el Zaragoza en la 1944-1945 y 1-2 para la Real en la 1945-1946) y dos empates (a uno en la 1946-1947 y a dos en la 2008-2009).

La pasada temporada, la 2011-2012, la Real firmó en La Romareda un partido horrendo y cayó justamente derrotada. Montanier equivocó el once y la estrategia, no supo dar solución a la ausencia de Illarramendi y sorprendió a propios y extraños colocando a Sarpong en el once inicial y dejando a Griezmann en el banquillo. Helder Postiga, que aún no había marcado ningún gol en Liga, esperó hasta la séptima jornada para hacer dos de golpe y agrandar la leyenda de la Real como equipo aspirina. A pesar del desastre de la primera mitad, el equipo txuri urdin se marchó al descanso perdiendo apenas por 1-0. Montanier, cosa rara en él, improvisó una segunda revolución en el descanso, colocando una defensa de tres centrales, pero el plan hizo aguas a los tres minutos de la segunda mitad, cuando el delantero portugués del Zaragoza hizo su segundo gol de la tarde. No hubo ya respuesta de una Real que dio el partido por perdido. La derrota en Zaragoza fue la tercera consecutiva de aquella racha de ocho duelos sin ganar que llevó al equipo a ocupar la última posición de la tabla en la primera vuelta.

En la primera vuelta de la presente temporada, la 2012-2013, el partido arrancó con debate en el entorno txuri urdin por la inclusión de Nanizayamo y Fuchs en la convocatoria de Montanier. Ninguno de los dos jugó el encuentro, horrible encuentro por parte de Real y Zaragoza que se solucionó de la única forma posible, a balón parado.  Después de una primera parte sin apenas ocasiones de gol, el equipo txuri urdin se adelantó en el marcador ya tras el descanso, anotando Iñigo Martínez de cabeza tras el saque de un córner. El central celebraba así su vuelta a la titularidad y el debut en la presente temporada, cuyo inicio se perdió por lesión. Casi a renglón seguido, Carlos Vela forzó un claro penalti y él mismo se encargó de engañar a Roberto para poner el 2-0 en el marcador. La victoria confirmaba que la Real empezaba la temporada con poco fútbol y sin término medio en sus resultados, ganando los dos partidos como local (en el anterior, 2-1 al Celta) y perdiendo los dos como visitante.