sábado, noviembre 23, 2013

REAL SOCIEDAD 4 - CELTA 3 Vela lidera una tarde histórica

La tarde memorable de Vela: cuatro goles.
Pocos valientes podrán decir que con el 1-3 confiaban en que la Real siquiera llegaría al empate ante el Celta. Pero haberlos, como las meigas, los había. Porque lo de hoy fue una tarde memorable en la que el equipo txuri urdin consiguió una remontada para la historia en un partido alocado, vibrante, de fútbol ofensivo y muchos momentos culminantes que exigieron un ejercicio de fe por parte de los hombres de Jagob Arrasate y del propio entrenador. Y en la tarde en la que era Griezmann el llamado a hacer historia, se erigió Vela para firmar cuatro goles que le llevan, si no lo estaba ya, al panteón de los goleadores realistas. Fue un partido para valientes y la Real, esa Real a la que tantas veces se le niega el carácter que tiene, respondió con grandeza, levantándose ante un marcador muy adverso y una calamitosa actuación de Muñiz Fernández, un colegiado que no tiene nivel ni para regional. Y aunque la Real encajó hoy tantos goles como llevaba en sus seis partidos anteriores en Anoeta, el valor de una victoria memorable es inmenso. La de hoy fue así.

Antes de la locura, hubo un detalle para analizar Y puede que el mensaje del once pase desapercibido, pero es importante destacarlo. Ante la ausencia de los dos laterales derechos del primer equipo, Arrasate optó por subir al titular del Sanse. Eso es importante en la Real, no sólo por tradición sino por ser el último paso en su formación. Es un claro mensaje a los chavales: tienen que estar siempre al cien por cien porque su oportunidad puede llegar en cualquier momento. La polivalencia de los jugadores del primer equipo es útil, pero sin duda a Zaldúa la habría parecido descorazonador que faltando los dos laterales de la Real se optará por cambiar a un zurdo de banda o colocar un central. Y eso es algo que, por ejemplo, Montanier convirtió en norma en su etapa. El resto del once, más o menos lo previsto, con Griezmann y Vela en punta, con la entrada de Chory y un centro del campo formado por Markel, Zurutuza y Xabi Prieto, en el único paso de Arrasate pensando en Donetsk, donde el primero de ellos no estará por sanción y dejará su lugar a Pardo.

Al contrario de lo que suele ser norma en la Real, el arranque fue explosivo. Tanto, que en apenas seis minutos se produjeron tras jugadas trascendentes dentro del área del Celta. En la primera, Vela anotó un fantástico gol de tijera a centro de Chory Castro, pero Muñiz Fernández, cuya presencia en Primera División evidencia el paupérrimo nivel del arbitraje español, cometió un doble error. El mexicano no estaba en fuera de juego, y ese es el que señaló su asistente, pero el uruguayo sí. En las imágenes se aprecia a Muñiz mirando a su linier en ese primer paso y dando continuidad a la jugada. Acto seguido, Xabi Prieto cayó dentro del área. No es que fuera un penalti clamoroso, ni mucho menos, pero mucho más livianos ya se han señalado. Y en la tercera, un Vela que parecía querer darle la razón a su entrenador, que había intuido un gran partido de su estrella, volvió a marcar. Y esta vez sí subió al marcador. Griezmann metió el balón en profundidad a De la Bella para que éste asistiera desde la línea de fondo al mexicano. Un muy buen gol.

Con ventaja en el marcador, la Real fue dejando poco a poco que el Celta se adueñara de la pelota. Seguramente no fue una elección y sí un problema de un centro del campo en el que Markel nunca se impuso y Zurutuza no llegó a aparecer. En esos minutos siguió generando peligro la Real, aunque sin provocar ocasiones demasiado claras. El dominio territorial del Celta dejaba espacios. Pero, curiosamente, cuando el marcador se volvió a mover no lo hizo ni por el peligro de los locales ni por el dominio de los visitantes. En una jugada aislada, muy bien trenzada desde la banda izquierda del ataque vigués, Rafinha conectó un muy buen cabezazo cruzado ante el que nada pudo hacer un Bravo que ni siquiera había tocado la pelota todavía cuando llegó el 1-1. Y lo peor es que cinco minutos después, sin que el chileno tuviera que actuar, encajó el 1-2. Ese sí fue un claro error de la defensa realista. Los dos centrales salieron a tapar el mismo hueco y dejaron un enorme espacio para que Álex López se introdujera en el área e hiciera el gol a placer.

Justo antes del gol del Celta, Muñiz dejó sin señalar un penalti a favor del equipo txuri urdin, en una mano extendida dentro del área con la que un defensor visitante controló el balón. Del 2-1 al 1-2 y a partir de ahí el dominio de la Real volvió a ser notorio, aunque solamente fuera porque todas las llegadas de peligro se dieron de su lado. Vela recuperó su papel de provocador de tarjetas, incluyendo un claro piscinazo en la frontal que le costó la amarilla a Cabral. La falta, por cierto, la colocó Griezmann entre los tres palos pero contra el cuerpo de Yoel. De nuevo Griezmann pudo marcar de tijera, pero sobre todo fue Vela quien más cerca estuvo del gol en una memorable jugada personal en la que el meta visitante desvió el balón con l punta de los dedos pero Muñiz, no podía ser de otra forma, no vio el claro córner. Griezman tuvo la última antes del descanso, después de que Arrasate tuviera que hacer su primer cambio. Zurutuza, que pasó muy desapercibido, tuvo que dejar su sitio a Pardo. El 1-2 al descanso no parecía justo en absoluto.

Ya se estaba viendo un partido abierto, pero nada podía anticipar lo que estaba por venir. Mucho más teniendo en cuenta que el arranque realista no tuvo nada que ver con el de la primera mitad y se asemejaba más a un quiero y no puedo que a un verdadero intento de remontada. El Celta, bien armado atrás, no sufrió mucho en los primeros minutos. De hecho, la primera jugada destacada fue el 1-3 del equipo vigués, que llegó en el minuto 57. Una jugada que salió de la nada y en la que la defensa realista se confió en exceso, puede que incluso también por la acción de un desquiciante Muñiz Fernández, que en la jugada anterior señaló como falta en ataque un levísimo contacto de Xabi Prieto en el salto, hecho que le permitió inhibirse en una mano clamorosa, y después no quiso saber nada del mismo contacto entre Rafinha e Iñigo Martínez. Con 1-3 todo parecía perdido, pero la Real reaccionó muy rápido. Apenas cuatro minutos después, en el 61, Vela hizo de cabeza el 2-3, rematando de cabeza un córner botado por Chory Castro y se metió en el partido.

Se metió la Real y se metió Anoeta. Pero sobre todo se metió un Vela descomunalmente estelar. Cada balón que tocaba suponía una pesadilla para el Celta. Y en el 65 miró a la portería desde el centro del campo, arranco con una firmeza impresionante y fue derribado por Fontás. Segunda amarilla, roja y espaldarazo definitivo a las ilusiones de la Real por remontar el partido. Arrasate reaccionó de inmediato con una apuesta valiente y decidida: Agirretxe por Mikel González. El Celta trató de frenar la avalancha de cualquiera, con muchas faltas (nada menos que 24) y muchas tretas de eso que se llama eufemísticamente fútbol subterráneo, como el de Charles metiéndole el codo en el salto a Iñigo Martínez y desmayándose después ante una temeridad de Markel Bergara, parecida a aquel tortazo a Herrera de la temporada pasada y que Muñiz dejó en amarilla. El follón se terminó de liar en una jugada en la que sacó otra amarilla a Prieto por dejarse caer dentro del área rival. Poco fue para pitar penalti, pero cosas peores se han visto.

Minuto 78.Y Vela llega al hat trick. En fuera de juego, todo hay que decirlo, porque lo de Muñiz Fernández y sus asistentes hoy no tuvo nombre. Con el empate, un bravísimo Zaldúa, que había sido objeto de una patada durísima que se quedó sin amonestación para el jugador del Celta, y tras demostrar que en el Sanse hay jugadores que pueden dar el salto al primer equiopo perfectamente, tuvo que dejar su puesto a Ros, que actúo de improvisado lateral y Markel se incrustó como central junto a Iñigo. Antes de que el cambio pudiera tener algún efecto en el partido, Vela terminó de convertir una tarde grande en una prodigiosa y memorable. Griezmann metió un espléndido balón entre la defensa para que Vela metiera el cuerpo y cerrara una remontada épica. Aunque la Real tuvo algunas dudas en el tramo final, el resultado no corrió peligro. Incluso debió ser más amplio, pero Griezmann dejó pasar su cita con la historia y no convirtió el que habría supuesto seis jornadas seguidas marcando, a pesar de que Vela le dejó solo ante Yoel dos veces en la misma jugada.

Se presumía un partido abierto, pero pocos imaginaban una tarde de tantas sensaciones. Y menos todavía que fuera una memorable. Jagoba dijo en la víspera que tenía la intuición de que Vela se iba a salir, pero seguro que ni él imaginaba que los cuatro goles del mexicano iban a servir para certificar una de las mayores remontadas de la historia de la Real. Es verdad que el triunfo llegó contra diez jugadores y que la enorme efectividad del Celta (Bravo apenas intervino en todo el partido), pero eso no puede quitar nada de brillo a la espectacular victoria, que sirve para certificar la buena marcha del equipo que se había truncado con el mal partido del Bernabéu y para coger moral de cara al definitivo encuentro de Champions que espera el miércoles. Recuperando la eficacia ofensiva y con Griezmann y Vela al nivel que se les presupone, pocos retos se le pueden escapar a este equipo. Y superar el de hoy lleva a la Real a la zona europea por la que indudablemente tiene que luchar también esta temporada, independientemente de su actuación en Europa o en la Copa.

1 comentario:

Karpov Briviesca dijo...

Importante resultado para la moral del equipo, y para Vela, pensando en el futuro partido en Europa; y muy bien el chaval Zaldúa.
Y aunque al final es muy reconfortante ganar asi, mejor no arriesgarse más veces.