jueves, diciembre 31, 2015

González González, una dañina pesadilla que la Real arrastra desde Segunda

Toda la Real protesta uno de los penaltis inventados por
González González en el Bernabéu.
"No sé si es mala suerte o la casualidad, con este árbitro ya nos ha pasado alguna vez más". Eusebio Sacristán es un recién llegado a la Real Sociedad y, sin embargo, soltó esta significativa frase en su rueda de prensa tras la bochornosa actuación de José Luis González González en el Santiago Bernabéu. Obviamente, los Xabi Prieto, Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González o Agirretxe le pueden haber contado unas cuantas historias de lo que este colegiado leonés ha perjudicado a los realistas desde que en la temporada 2007-2008, en Segunda División, se cruzaran los caminos del equipo y del árbitro en cuestión por primera vez, abriendo una dañina pesadilla que la Real, por desgracia, arrastra desde entonces. Los fríos datos dicen que González González ha dirigido 18 partidos a la Real, con igualdad absoluta: seis triunfos para el equipo txuri urdin, seis derrotas y otros tantos empates. Pero es cuando se entra a valorar sus actuaciones cuando se comprueba qué clase de árbitro es este.

Entre sus hazañas, hay una que destaca por encima de todas las demás por la brutal trascendencia histórica que tuvo. González González fue el árbitro que impidió que la Real tuviera opciones de llegar a la final de Copa en la temporada 2013-2014. Él fue quien vio el claro derribo de Mascherano a Vela cuando encaraba a Pinto y decidió no señalar lo que era de justicia, un penalti que podría haber sido el 0-1 para la Real, y la roja a Mascherano. En la jugada siguiente marcó el Barcelona y González González, con la piel muy fina, expulsó a Iñigo Martínez por protestar. Ese partido sirve para desmontar cualquier teoría interesada de ayuda al Real Madrid tras el expolio sufrido por la Real, perjudicada tanto en el coliseo madridista como en el blaugrana cuando este colegiado anda de por medio. Y, en el caso del club donostiarra, supone un daño mucho más grande que para cualquier, porque evitó la presencia de la Real en la final de una competición que lleva más de dos décadas dando disgustos antológicos a su afición

Pero volvamos la vista atrás para comprender quién es González González con respecto al equipo txuri urdin, retrocediendo hasta los años de la Real en Segunda. Sin nada que ver en el resultado aquel día, su debut en Anoeta ya fue significativo, en la tercera jornada de la 2007-2008, la victoria por 0-1 del Poli Ejido, una de las tardes más vergonzosas de ese duro choque con la realidad que fue el arranque en la división de plata. Esa misma temporada pitó tres veces más a los realistas, paradójicamente con un buen balance, un empate en un campo maldito, el del Hércules, la victoria en Anoeta por 2-1 ante el mismo equipo y el triunfo en Tenerife por 1-2. En la visita de los alicantinos, no obstante, ya tuvo a bien sacar una amarilla a Martí por simular una falta que fue clarísima, por lo que el Comité de Apelación le retiró esa amonestación al entonces realista. El drama en las actuaciones de González González con la Real comenzó verdaderamente una temporada más tarde, en la 2008-2009, pitando tres veces a los realistas y dejando su sello en dos de ellas.

Así huyó de Anoeta en el partido ante el Eibar de la 2007-2008.
El primero de sus shows fue antológico. Real Sociedad - Eibar en Anoeta. El día en el que a Díaz de Cerio le partieron la tibia y el peroné sin que González González no sólo no pitara falta, algo ya suficientemente escandaloso, sino que además no fue capaz de parar el juego viendo cómo había quedado la pierna del realista y sus gritos de dolor. ¿Cómo iba a detener el juego en el Bernabéu con la lesión de rodilla de Canales si no lo había hecho ya aquel día, en una irresponsabilidad mucho más manifiesta? Cuando Carlos Martínez protestaba los dos penaltis que se inventó el colegiado en el Bernabéu seguro que se acordó de aquel día, en aquel derbi en Segunda, González González le expulsó estando en el banquillo y según puso en el acta por "levantarse del banquillo dando gritos con los brazos en alta y protestando reiteradamente diciendo: 'Ya está bien con vosotros, vosotros tenéis la culpa de todo'". Gravísimos insultos los de Carlos Martínez aquel día, sin duda. Ante los incidentes provocados por su actuación, nunca justificables pero con causas que hay que valorar, González González se retiró a los vestuarios sin avisar a nadie de que daba el partido por suspendido, una irregularidad que no le pasó factura y que los comités no sancionaron.

En el segundo de los encuentros con grave perjuicio para la Real en aquella segunda temporada en Segunda, González González, fue decisivo en el resultado final. El Albacete venció por 2-1 a los realistas, y lo hizo con un gol en el último minuto de Diego Costa, en una descomunalmente clara posición de fuera de juego que no quiso sancionar. Para colmo, el ahora hispanobrasileño tendría que haber sido expulsado minutos antes por una entrada criminal y salvaje sobre Castillo. Viendo la de Nacho a Xabi Prieto en el Bernabéu y recordando aquella, es obvio que a González González no le importa demasiado la integridad física de los futbolistas, algo que corroboró algo más adelante también en Anoeta y ya en Primera. En el último partido que arbitró a la Real aquella temporada, el 0-0 en Anoeta ante el Elche, los entrenadores de ambos equipos salieron descontentos con su actuación, y la grada reclamó un penalti sobre Agirretxe. Por sorprendente que parezca, González González ascendió aquel verano a Primera División, por lo que la Real pudo descansar una temporada de sus dañinos shows.

Pero en lo que casi se puede considerar como una provocación de los comités arbitrales, González González fue el trencilla que recibió a la Real en su regreso a Primera en 2010. Aquel día se ganó al Villarreal 1-0 y el colegiado no tuvo incidencia en el marcador. En su siguiente designación, demostrando que está más pendiente de los banquillos que del juego, el árbitro expulsó a Pablo Balbi, en un encuentro que la Real ganó 1-2 en Málaga. Tampoco tuvo incidencia en una actuación ramplona de la Real en Valencia, donde perdió por 3-0. En la Liga 2011-2012 arbitró a la Real en dos ocasiones. En la primera, la goleada 5-1 en Anoeta al Sporting, dejó un detalle de lo mal árbitro que es. Tras un brutal cabezazo que Gregory le dio a Zurutuza en la cara rompiéndole la nariz y abriéndole un largo proceso de anemias que le ha lastrado lo suyo, no fue capaz ni de señalar falta. Tan malo es González González que en su siguiente aparición le dio a la Real un punto que no debió ganar. En Málaga de nuevo expulsó a Mikel González con dos amarillas de forma justa y después anuló en un flagrante error un gol a los locales en el descuento que habría sido el 2-1.

En la temporada del subcampeonato, González González sólo se cruzó dos veces con la Real, al principio y al final. En la primera jornada, fue testigo de la goleada habitual en el Camp Nou, 5-1, y en la penúltima del memorable e injusto 3-3 ante el Real Madrid, en el que no le quedó más remedio que pitar un penalti a favor de la Real por mano de Khedira. Además, fue quien dirigió un sonrojante episodio realista más en la Copa, el 2-0 ante el Córdoba, entonces en Segunda, Sorprendentemente, este colegiado no dirigió ningún partido de Liga a la Real en la Liga 2013-2014. Todo lo guardó para esa infame semifinal copera en la que se convirtió en el hombre más decisivo sobre el césped. Tan dañina fue su actuación, que no volvió a dirigir a la Real hasta la jornada 20 de la pasada temporada, cuando la Real ganó 1-0 al Eibar en Anoeta sin obstáculos arbitrales de por medio. Esa fue la última vez que González González se cruzó con la Real hasta ahora. Ojalá se recuperara el derecho de veto y la del Bernabéu fuera la última de verdad.

Diez momentos que marcaron 2015

Se acaba 2015 y es un año que la Real no puede considerar excesivamente feliz. A pesar de la ilusión del verano y algunas victorias que entran en la historia del club por lo que significaron, la noticias que ha recibido han sido mayoritariamente malas y desilusionantes. Ha habido de todo, claro está, pero este que ahora acaba no será un año que tenga grandes letras de oro en los libros de historia. Estos, en todo caso, han sido los diez momentos que mejor lo definen.

· El Barcelona cae otra vez en Anoeta
El Barcelona no ha sido capaz de ganar en Anoeta desde que la Real volvió a Primera en 2010. El equipo blaugrana no se lleva tres puntos del feudo realista desde el año 2007. Cayó 2-1 en la 2010-2011, vio la remontada txuri urdin hasta el empate a dos final en la 2011-2012, volvió a perder y de nuevo con el volteo del marcador hasta el 3-2 en la 2012-2013, fue goleada por 3-1 en la 2013-2014 y la pasada campaña cayó de nuevo. El equipo entonces en manos de David Moyes ganó 1-0 con un autogol de Jordi Alba en el minuto 2, ventaja que la Real supo aguantar con firmeza y carácter ante el equipo que acabaría ganando la Liga. Y con Bravo de portero culé.

· La lesión de Carlos Vela
En la habitualmente catastrófica visita anual al Santiago Bernabéu, la Real sufrió otro duro golpe con el que no contaba: la lesión de Carlos Vela. Su rodilla falló y le tuvo fuera de los terrenos de juego algo más de dos meses, perdiéndose nueve partidos de Liga reapareciendo en la jornada 31 ante el Deportivo en Anoeta. Con algún chispazo esporádico, El equipo no solventó mal la ausencia de su estrella y sumó quince puntos en esos nueve encuentros, incluso ganando por primera vez lejos de Anoeta, en Getafe, pero Vela no ha vuelto a ser el de antes de aquella lesión, ni en los partidos que jugó antes del final de la Liga ni en la presente temporada.

· Enorme remontada al Sevilla
La Real no es un equipo que, en los últimos años, haya firmado muchas remontadas imposibles. Por eso, la que firmó contra el Sevilla fue tan épica, sobre todo porque a diez minutos del final el equipo txuri urdin perdía por 2-3. Agirretxe había adelantado a la Real al cuarto de hora, Kolo hizo el empate para el Sevilla antes del descanso, Xabi Prieto puso de nuevo la ventaja desde el punto de penalti al arrancar la segunda, pero el equipo de Unai Emery le dio la vuelta con goles de Bacca y Gameiro, también de penalti. Era el minuto 77. En el 82 Arribas hizo el empate en propia puerta y en el 86 Xabi Prieto llevó el delirio a Anoeta rematando de cabeza un córner y cerrando una remontada épica.

· El gol de Chory Castro al Depor preseleccionado en el Premio Puskas
No es nada habitual que la Real encuentre reconocimiento en las esferas en las que no suele moverse. Por eso, fue una agradable sorpresa que el gol que Chory Castro le marcó en Anoeta al Deportivo en el tramo final de la temporada pasada se colara entre los diez preseleccionados para el Premio Puskas, que premia el mejor tanto del año. El uruguayo conectó aquel día una prodigiosa volea que se convirtió en el tanto más estético que ha visto Anoeta en los últimos tiempos y que, por desgracia, no sirvió más que para empatar aquel partido. El gol de Chory no pasó el corte final, y los nominados fueron el italiano Alessandro Florenzi, el brasileño Wendell Lira y el argentino Leo Messi.

· Vela rompe cinco años sin goles de falta
Cinco años estuvo la Real sin marcar un solo gol de falta directa. Cuando Claudio Bravo marcó el 1-0 ante el Nastic de Tarragona en la temporada 2009-2010, todavía jugando en Segunda División, nadie podía imaginar que aquel día se inauguró un maleficio de semejantes proporciones. Fue Carlos Vela quien rompiera el mal fario. Fue en la 35ª jornada de la pasada Liga, en Anoeta y con el Levante como rival. La Real ya no se jugaba absolutamente nada en la temporada y ganó con claridad por 3-0. El tercer gol, en el minuto 86, fue el de falta. Más de cinco años y 237 partidos de sequía en esta suerte futbolística acabaron con el lanzamiento del mexicano.

· El regreso de Illarra
Muchos aficionados realistas no entendieron que Illarramendi cogiera el primer tren para irse de la Real y renunciara a vestir la camiseta txuri urdin en la Champions. Su aventura en el Real Madrid le ha dado mucho dinero, compañeros de entre los mejores del mundo y varios títulos, incluyendo una Champions. Pero no minutos de juego. Tras negarse a salir al Athletic en el mercado invernal, los fichajes que hizo el conjunto blanco con Rafa Benítez ya como entrenador le mostraron la puerta de salida. Y Jokin Aperribay se movió rápido para que su destino fue el regreso a la Real. Se convirtió en el fichaje más caro de la historia del club.

· Siete derbis sin perder
No es que haya habido demasiada gloria en este tramo de la eterna lucha de los derbis contra el Athletic, pero lo cierto es que la Real a conseguido llegar a los siete sin conocer la derrota. La última vez que los bilbaínos superaron a los donostiarras fue en la 2011-2012. La siguiente temporada, la Real ganó los dos partidos, 2-0 en Anoeta y 1-3 en el derbi que cerró la historia en San Mamés. En la 2013-2014, la Real repitió marcador y victoria en casa y empató a uno en el nuevo campo bilbaíno. Esa igualada a un tanto se dio en los dos encuentros de la 2014-2015. Y el séptimo y por ahora último derbi de la Real sin perder fue el 0-0 que se vio en el estadio donostiarra en la 2015-2016.

· El cese de David Moyes
Pocos entrenadores habían despertado tanta expectación en San Sebastián como David Moyes. El fichaje del ex técnico del Manchester United generó una enorme ola de ilusión, pero esta se fue apagando progresivamente hasta que unos números lamentables en esta campaña cargada de ilusión se llevaron por delante al escocés. Aperribay le cesó casi a la misma altura de temporada en la que había destituido a Jagoba Arrasate un año antes. Su marcha, tras caer en el partido liguero ante Las Palmas, fue tremendamente silenciosa. No hubo rueda de prensa, apenas un comunicado en la web del club días más tarde. Todo muy frío, síntoma de un gran fracaso.

· 18 derrotas consecutivas en el Camp Nou
Si el Barcelona lo pasa en Anoeta, la Real se ha acostumbrado a caer derrotada en el Camp Nou. Tanto es así, que el correctivo de 4-0 con el que marchó en la presente temporada, sin ser su peor actuación allí, marcó un hito histórico: nunca jamás un equipo había perdido 18 partidos consecutivos en el estadio barcelonista. No es sólo que el registro sea sonrojante para la Real, sino que se ha colado en la historia más negra del fútbol español. La autocomplacencia y el conformismo del que tantas veces se ha acusado a los realistas se refleja en esta paupérrima estadística que lleva a la Real a plantarse año tras año en el Camp Nou con la simple intención de cumplir el expediente y llevarse la previsible derrota anual.

· Otra grave lesión de Canales
Hay jugadores que no tienen suerte. Canales es uno de ellos. Si para la Real 2015 empezó con la lesión de Vela en el Santiago Bernabéu, el año acabó con la de Canales en el mismo escenario, prácticamente en la misma zona del campo y de una gravedad mucho mejor. Es la tercera vez que la rodilla de Canales dice basta y todavía no ha cumplido los 25 años. La Real sufrió un expolio arbitral en el Bernabéu de los que hacen época en ese 3-1 con el que acabó el año, pero lo que más dolió fue ver a Canales tirado en el suelo sabiendo perfectamente el alcance de lo que le había sucedido, mientras un colegiado despreciable dejaba seguir el juego hasta inventarse un penalti a favor del Real Madrid.

miércoles, diciembre 30, 2015

REAL MADRID 3 - REAL SOCIEDAD 1 Los golpes de la vida... y los de González González

El primer penalti que se inventó González González.
La Real volvió a perder en el Santiago Bernabéu, por séptima vez consecutiva, pero esta vez hay poco que reprocharle al equipo txuri urdin, incluso a pesar de que el resultado pueda dar la impresión de que se ha bordeado una nueva goleada en contra. Los golpes de la vida destrozaron el buen planteamiento de Eusebio Sacristán, que por momentos permitió someter por completo al Real Madrid en un Bernabéu deseoso de soltar toda la rabia acumulada hacia los suyos. Primero cayó lesionado Agirretxe, tras golpearse con Keylor Navas. Después fue Canales, que volvió a dejarse la rodilla en el camino en el colmo del infortunio. Y entre ambas lesiones González González volvió a evidenciar no ya lo mal árbitro que es sino la inquina que parece sentir hacia la Real. No es fácil en un solo partido inventarse dos penaltis en contra, no señalar uno a favor y perdonar la roja a un rival cuando todavía hay un partido que jugar. Los golpes de la vida impidieron a la Real sacar al menos un punto del Bernabéu, algo que merecía. Los goles de González González fueron más lejos y dejaron claro que el 1 en la quiniela era el único resultado posible.

Antes de que este colegiado a quien un designador cabal no colocaría ni en un partido de juveniles perpetrara su patético y sancionable show, y tranquilidad absoluta en ese sentido porque ni es la primera vez que se lo hace a la Real ni tampoco se esperan reacciones de los despreciables estamentos del fútbol español, Eusebio sorprendió muchísimo con su once. Sus palabras en la víspera, hablando de los méritos y la actitud como determinantes para entrar en el once, se vieron primero con la decisión de colocar a Elustondo como central, y no a Reyes, dando la titularidad a Carlos Martínez en la derecha. Después, dando el mando del equipo a Illarramendi y Markel. Además, colocando a los dos delanteros de la plantilla sobre el césped, a Jonathas y a Agirretxe, aunque tirando al segundo a la banda izquierda, probablemente en una decisión equivocada viendo el estado de forma goleador de ambos, Y, finalmente, dejando a Vela en el banquillo, porque el mexicano no está y ahora mismo la duda es si se le espera.

Con esa apuesta, la Real firmó la mejor actuación en el Bernabéu en años, demostración de lo absurdo que es tirar desde el inicio las visitas a los estadios grandes de la Liga. Bien por Eusebio en ese sentido, porque parece que ha sabido mentalizar el equipo de su capacidad. Los defectos del equipo también siguen siendo palpables, y tuvieron algo que ver en que se escapara la opción de puntuar, pero la apuesta es tan ilusionante como real. El equipo txuri urdin saltó al césped del Bernabéu con la intención de presionar arriba, de buscar la portería rival desde el principio y con una defensa bastante adelantada. Eso último es lo que provoca los mayores quebraderos de cabeza para Eusebio, porque cada balón largo que metía el Madrid a la espalda de la defensa realista era un problema bastante severo. Y a balón parado, la Real sufre muchísimo. De hecho, tras un primer intento de Canales, Rulli comenzó su recital con una buena parada tras el cabezazo de Pepe al rematar un córner.

El partido parecía muy abierto, consecuencia de la forma de entender Eusebio el fútbol (y eso es un elogio), como también por la lentitud del juego del Madrid, reprobada en varias ocasiones por el público del Bernabéu. Pero entonces, minuto 8, apareció González González. Jonathas rompió a Pepe en el pico del área y el portugués zancadilleó al brasileño con una claridad meridiana. El colegiado decidió no pitar nada. Ninguna sorpresa, la verdad. Con el Madrid intentando subir un gol al marcador con rapidez, Rulli respondió firmando el mejor partido del año. Primero frustró a Cristiano en el contragolpe madridista que siguió al penalti no pitado sobre Jonathas, y después le sacó otro disparo a Benzema. La respuesta de la Real fue muy buena. Iñigo Martínez pudo marcar de cabeza a la salida de un córner, pero su remate se marchó desviado. Y casi a renglón seguido, Agirretxe dejó a Nacho con el molde al borde del área y encaró a Keylor Navas. El costarricense llegó antes y arrolló al realista, que se llevó un tremendo golpe y tuvo que dejar su puesto en el equipo a Bruma por lo que parece ser un esguince de tobillo. Y menos mal, porque en vivo la jugada pareció que podía ser incluso más grave.

Se había cumplido el primer cuarto de hora de partido y la Real perdía a su mejor jugador por una lesión que ya daba la impresión de ser importante. Justo como en el partido de hace un año, cuando fue Vela el que tuvo que salir del césped y perderse a partir de ahí más de dos meses de competición. Pero la Real, a diferencia de lo que sucedió la pasada temporada, cuando se entregó al destino de su infortunio con una enorme resignación, esta vez se sobrepuso. Incluso mostró carácter cuando González González pasó de impedir que la Real cobrara ventaja a regalalarle al Real Madrid esa oportunidad. El colegiado convirtió un descarado piscinazo de Benzema tras un levísimo contacto con Yuri en el primer penalti del partido. Que un equipo que normalmente no protesta, la Real, rodeara al completo al colegiado da una idea de lo clara que fue la invención del árbitro. En un acto de justicia divina, el penalti se le fue arriba a Cristiano Ronaldo. El partido se volvió a nivelar, sin demasiadas ocasiones claras hasta que Jonathas remató fuera un centro de Yuri tras una espléndida jugada de la Real. Y entonces apareció otra vez más González González con un segundo penalti.

Cada vez que un ex árbitro aparece en televisión explica con meridiana claridad jugadas como la de este segundo penalti. Un centro que golpea en la pierna de un defensor y el balón va rebotado al brazo no es una mano sancionable. Lo saben todos todos los árbitros. Y aún así se sigue pitando. No a todos los equipos ni en todos los escenarios, por supuesto, pero se pita. González González y árbitros de su bajísima categoría lo pitan. Y se lo pitó a Yuri, castigando de una forma salvaje a un equipo que estaba haciendo una dignísima propuesta en un escenario muy complicado, dando así dos penaltis al Real Madrid en un partido que se le estaba atragantando. Aunque Rulli se estiró casi hasta lo imposible y estuvo muy cerca de tocar el balón, esta vez Cristiano Ronaldo no falló. Este gol de penalti injusto se olvidará cuando se entregan las botas y los balones de oro de este devaluado fútbol contemporáneo. Ese penalti, por cierto, llegó con Canales tirado en el suelo, lesionado por una lesión de rodilla que no llevó al trencilla a detener el partido. Cuando hay roturas fibrilares y golpes sin consecuencias, se detiene casi siempre. Cuando hay lesiones de rodilla, no. Curioso.

Con ese 1-0 en contra, ya con Pardo sobre el césped en lugar del lesionado Canales y con los golpes de la vida y los de González González ya desnivelando el partido, se llegó al descanso. La Real, con todo el infortunio que había padecido en los primeros 45 minutos, estaba viva con la mitad del encuentro por jugarse, y eso, en el Bernabéu, es noticia. Y la puesta en escena del equipo de Eusebio en la segunda mitad fue de quitarse el sombrero. Pardo fue precisamente el primero en probar fortuna con una falta directa, pero su balón se fue arriba. A los cuatro minutos, Bruma se estrenó como goleador txuri urdin con un auténtico golazo, un misil directo a la escuadra a la izquierda de Keylor Navas. La Real, una muy buena Real, estaba empatando en el Bernabéu y con sensaciones que invitaban a pensar en sacar algo positivo del coliseo madridista. Si los de Eusebio no se pusieron en ventaja es porque no huelen la sangre del rival, no son incisivos y no tienen el instinto asesino necesario para dar ese salto en partidos abiertos. Por ejemplo, Bruma pudo hacer el 1-2, pero un malísimo control le privó de plantarse ante Keylor Navas con muchas más opciones.

Pero con la Real amenazando, a González González le quedaba una bala más por gastar en el partido, y lo hizo perdonando la roja a Nacho por una duríisma entrada sobre Xabi Prieto que recordó muchísimo a la que cometió el rayista Tito sobre Kroos y que, por supuesto, sí se sancionó con la expulsión directa. Después de sacarse dos penaltis de su imaginación, de escamotearle otro a la Real y de no dejar al Madrid con diez (después le pudo sacar la segunda amarilla a Nacho por una patada en el estómago a Vela), González González desapareció del encuentro, lástima que no lo haga del fútbol profesional, y después de impedir que la Real tuviera algo más ya en el zurrón el partido se decidió sobre el césped en buena lid. Y ahí el Madrid supo aprovechar sus bazas y la Real mostró sus carencias. Tocando y tocando, desesperó tanto al Madrid como al Bernabéu, pero le faltó mucha profundidad y notó mucho la ausencia de Agirretxe y la desaparición de Vela que ya se ha visto en todo lo que llevamos de temporada. Y el 2-1 del Madrid llegó en un córner, que Cristiano remató completamente solo en una temeridad increíble de la defensa realista.

Quedaban todavía más de veinte minutos por jugar y el mérito de la Real es que no dio el partido por perdido tampoco con ese mazazo. Eusebio se jugó la última baza, la única en realidad puesto que los dos anteriores cambios fueron por lesión, y puso a Vela sobre el césped en lugar de Jonathas. No surtió demasiado efecto en el partido, y la Real no gozó de demasiadas ocasiones de lograr el empate, sólo una de Pardo que rebotó en Pepe y se marchó fuera por muy poco. Pero fueron minutos en la que la Real movió el balón con destreza, mareando incluso a un Real Madrid que no sabía muy bien si refugiarse atrás o correr en pos del balón. Faltaron últimos pases, eso es evidente, pero la propuesta tiene su valentía. No obstante, a tres minutos del final, y aprovechando los espacios que dejaba atrás la Real, Lucas Vázquez coronó una buena contra madridista y un buen pase de Bale con un control fantástico que le permitió batir con comodidad a Rulli. Incluso el partido podría haber acabado con una goleada que habría sido todavía más injusta con los méritos de la Real si, ya en el descuento, una falta de Cristiano hubiera encontrado portería.

El 3-1 que reflejó el marcador del Bernabéu fue muy engañoso. La Real no mereció perder. Illarra domino el juego a su antojo, Rulli recuperó el nivel de la temporada pasada y el juego colectivo, además de la convicción mental, sirven para elogiar a Eusebio, que al menos parece haber convencido a sus hombres de que saben jugar al fútbol y de que pueden hacerlo en escenarios como el Bernabéu. Pero, siendo sinceros, la Real podría haber hecho el mejor partido de la década, solventar sus flaquezas defensivas y adquirir esa voluntad ganadora y el acierto goleador que ahora mismo no tiene, que habría dado igual. El despreciable arbitraje de González González fue más que suficiente para que el partido sólo pudiera acabar con la victoria del Real Madrid. Igual está orgulloso de su actuación en el Santiago Bernabéu, pero desde luego para aquellos que están cansados de la dinámica Madrid-Barça, la única que parece mover el fútbol actual, es la enésima demostración de que algo huele a podrido en la Liga de Fútbol Profesional. Las urgencias hacen que no se pueda estar contento con la derrota, pero, sí, ha sido una derrota honrosa que invita a pensar en el futuro con optimismo, aunque la clasificación diga lo contrario.

martes, diciembre 29, 2015

PREVIA Real Madrid - Real Sociedad. Todos los partidos valen tres puntos

Granero, la pasada temporada, ante un Illarra de blanco.
Otro escenario grande (miércoles, 16.00 horas, Santiago Bernabéu, Canal + Liga), otro partido más para que la Real se demuestre a sí misma que puede sacar algo de este tipo de estadios. Después de sumar su decimoctava derrota consecutiva en el Camp Nou, la Real afronta su visita anual al coliseo del Real Madrid, donde suma ya seis presencias sin sumar y donde siempre ha encajado al menos cuatro goles desde que volvió a Primera en 2010. No es el mejor escenario para que el equipo de Eusebio Sacristán recupere las buenas sensaciones que se ha llevado por delante la derrota en casa contra el Villarreal y la eliminación copera ante Las Palmas, pero sería bueno que, de una vez por todas, la Real recordara que en todos los partidos se otorgan tres puntos al ganador, sea ante el rival que sea, y que son muchos los equipos que han sabido salir con puntos de escenarios como el Bernabéu, donde además las aguas andan revueltas y el futuro de su técnico, Rafa Benítez, está en entredicho.

La noticia en la convocatoria es la baja de última hora de Granero, uno de los tres ex madridistas que militan en la Real y que no podrá regresar al Santiago Bernabéu por una lesión muscular. El centrocampista se une a las dos ausencias ya conocidas, las de Raúl Navas y Zurutuza, y a Mikel González, al que Eusebio ya descartó en la rueda de prensa anterior al viaje a Madrid por tener poco rodaje después de su lesión. A pesar de estas cuatro bajas, el técnico realista todavía tuvo que descartar a cinco jugadores más de entre los 27 con los que cuenta habitualmente. Uno de ellos es el potrillo Oyarzabal, que no tendrá la oportunidad de probarse en un escenario como el Bernabéu. Tampoco están entre los 18 escogidos Zaldua, que parece haber perdido la partida con Carlos Martínez como oponente de Elustondo en el lateral derecho; Ansotegi, lo que deja esta convocatoria sin centrales en el banquillo; Oyarzun, que parece obvio que tendrá que salir en enero; y Chory Castro, que ya no cuenta  para nada y que como tarde en junio dejará de ser txuri urdin.

Eusebio adelantó que la Real que se verá en el Bernabéu será reconocible en su juego pero que tendrá algunos cambios de nombres. Rulli sí es seguro bajo palos, y la defensa la formarán Elustondo y Yuri en los laterales e Iñigo Martínez y Reyes en el centro. Por delante de ellos Illarramendi es seguro, aunque a partir de ahí es cuando comienzan las incógnitas, también incluso en el esquema de juego, que podría acomodarse de nuevo al 4-4-2. Markel es la opción defensiva que siempre se suele tener en cuenta en los estadios más importantes. Él, Pardo, Canales y Xabi Prieto se juegan las otras dos plazas del centro del campo. Por delante de ellos, con Vela y Agirretxe como seguros, quedaría una plaza por adjudicar, y esa bien podría ir a Canales si no es uno de los elegidos para formar en el centro del campo. Si no, Bruma parece ser el que más opciones tiene. Para el banquillo quedarían con seguridad Oier como guardameta suplente, Carlos Martínez, De la Bella, Héctor y Jonathas.

La derrota en Anoeta ante el Villarreal dejó a la Real en la decimocuarta posición de la tabla con 16 puntos, sólo dos por encima del Rayo Vallecano, que es decimoctavo y cierra la zona de descenso. Europa, que empieza a parecer una quimera salvo reacción inmediata, está a diez puntos. El Real Madrid, por su parte, es tercero, dos puntos por detrás del líder, el Barcelona, que, eso sí, tiene un partido menos. La Real presenta aceptables números como visitante, y ha sumado ocho puntos en los ocho encuentros jugados lejos de Anoeta, aunque Eusebio sólo ha logrado un empate en sus dos salidas desde que es entrenador realista. El Madrid sólo se ha dejado cinco puntos en el Santiago Bernabéu, los del 0-0 ante el Málaga y el 0-4 del Barcelona. Gracias al 10-2 que le endosó al Rayo la pasada jornada, el equipo madridista es el máximo goleador de la Liga y también como local.

La historia recuerda que las visitas al Real Madrid no son especialmente positivas para la Real. Se han enfrentado en 68 ocasiones, todas ellas en Primera División, y el cuadro txuri urdin sólo salió con la victoria en tres de esos duelos: 2-3 en la temporada 1990-1991 (goles de Carlos Martínez, Aldridge y Uría), 0-2 en la 1993-1994 (Kodro e Imanol) y 1-4 hace ya once años, en la 2003-2004 (Kovacevic, De Paula y dos de Xabi Prieto, uno de ellos de penalti). De los 65 restantes, 49 acabaron en triunfo local y 16 con empate. La derrota más abultada de la Real en Chamartín es el 9-1 de la temporada 1967-1968, de hecho la mayor goleada recibida nunca por el equipo donostiarra. Desde que la Real volvió a Primera en el verano de 2010, cada visita al Santiago Bernabéu se ha saldado con derrota, siempre encajando cuatro o cinco goles. Incluyendo la temporada del descenso, los realistas han perdido en sus últimas seis visitas.

En el encuentro de la pasada campaña, la 2014-2015, la Real salió del Bernabéu encajando la goleada habitual. Y eso que presentó cierta resistencia y que el partido no pudo empezar mejor, con un gol de cabeza de Aritz Elustondo a la salida de un córner cuando apenas se había cumplido el minuto de juego. El equipo txuri urdin, sin delantero en su once inicial, apenas pudo aguantar la ventaja hasta la siguiente jugada, cuando James marcó desde una posición escorada a la izquierda de la frontal del área. La Real, en todo caso, jugó un buen arranque de partido. Las buenas sensaciones acabaron primero con la lesión de menisco de Vela al cuarto de hora. A partir de ahí, el Madrid tuvo incontables ocasiones de gol y si no hubiera sido por Rulli la goleada habría sido histórica. Aún así, cayeron cuatro. Ramos hizo el segundo antes del descanso, y en la segunda mitad Benzema firmó un doblete sin ya ninguna oposición realista.

domingo, diciembre 20, 2015

REAL SOCIEDAD 0 - VILLARREAL 2 La Real sólo puede mirar hacia abajo

Yuri regresó al once.
A un partido de Liga para el final del año 2015, la Real ya sabe que sólo puede mirar hacia abajo. Esto no funciona. No funciona con un entrenador de la casa, con uno con buena reputación en la Premier, ni tampoco con un debutante en Primera que apueste por un fútbol de toque. No funciona, y admitirlo cuanto antes es lo que permitirá una supervivencia más holgada. No funciona porque en todos los partidos que ha dirigido Eusebio, la Real ha empezado perdiendo. En todos salvo en el primero, el 2-0 al Sevilla, el único en el que Rulli no encajó gol alguno. Y eso es síntoma de algo, un algo que se agrava cuando el gol propio sigue siendo un problema muy serio, porque Agirretxe está solo. Muy solo. Y así, marcó el Villarreal un gol en la primera mitad y marcó otro en la segunda. Y ganó. Compitiendo, sufriendo, con el otro fútbol, con la complicidad arbitral. Lo que se quiera. Pero ganó. Y la Real perdió. Y nos estamos acostumbrando peligrosamente a esa situación.

Sólo hubo una sorpresa en el once de Eusebio, y fue la entrada de Bruma por Xabi Prieto. El centro del campo lo formaron Illarramendi, el recuperado Granero y Canales, con el propio Bruma, Vela y Agirretxe por delante. La apuesta, muy ofensiva. Y el comienzo del partido, lo suficientemente prometedor como para pensar que el Villarreal podía dejar de ser la bestia negra moderna de la Real. Pero fue un espejismo. A los dos minutos, Bruma empezó a mostrarse peligroso y un centro suyo desde la izquierda lo remató Vela de cabeza pero sin encontrar portería. Pero a los 4 minutos fue Bakambu quien encontró un hueco en el área y disparó para que Rulli detuviera el balón en dos tiempos. Ahí es cuando el partido quedó definido. La Real quería y el Villarreal podía, y por eso el dominio fue decantándose para el equipo visitante hasta que llegó el primer gol, el que hizo aparecer todos los miedos realistas.

El caso es que aunque el dominio del Villarreal parecía claro y a la Real le costaba un mundo sacar el balón jugado desde atrás, le cuesta siempre que Illarramendi no está a la altura del partido, la mejor ocasión de esos minutos fue txuri urdin. Bruma arrancó desde el centro del campo con un control magnífico y después de un caracoleo en el área enganchó un buen disparo que provocó la buena intervención de Areola. Pero el gol llegó en la portería contraria. Un error de Illarra, que se lió al bajar un balón que cayó del cielo con nieve, se convirtió en la situación propicia para la presión del Villarreal. Dos jugadores se echaron sobre el centrocampista realista y le arrebataron el balón. Denis enfiló la portería y engañó a Rulli con un disparo a su derecha que el guardameta argentino no pudo alcanzar. El 0-1 era el reflejo perfecto de lo que estaba sucediendo sobre el campo, en un partido movido pero que se movía lejos de las áreas.

No reaccionó mal la Real, aprovechando que el Villarreal quiso rentabilizar el gol de ventaja y esperar más atrás a los de Eusebio. Más por corazón que por fútbol, el equipo realista tuvo algunas aproximaciones de peligro de ahí al descanso. Y sobre todo lo intentaron Canales, con una enorme movilidad que le llevaba a ambas bandas, al mediocentro y a la mediapunta, y Bruma, que parece bastante más centrado que al comienzo de la temporada. El primero puso un balón espléndido a la espalda de la defensa que Agirretxe pudo rematar en posición forzada pero sin colocar el balón entre los tres palos. Bruma, por su parte, volvió a probar suerte tras un caracoleo en el interior del área, pero en esta ocasión su disparo se le fue arriba. A pesar de la enorme inferioridad que pareció mostrar en los mejores minutos del Villarreal, eso no se manifestó en intervenciones de Rulli, que apenas entró en contacto con el balón. De hecho, su mejor llegada fue una temeraria entrada de Yuri sobre Dos Santos que bordeó el penalti.

Así, la Real llegó viva al descanso, lo cual no era mala noticia en absoluto. Y esos quince minutos sin fútbol fueron útiles, porque el dominio de la Real en el segundo tiempo fue abrumador tras el paréntesis del primer minuto, en el que Soldado estuvo cerca del gol. Pero fue precisamente ahí cuando se vieron con más claridad todas sus carencias. Las emocionales, en primer lugar, porque este equipo es incapaz de aprovechar las olas para ganar algo de provecho. Y las futbolísticas, que se siguen notando tras cada cambio de entrenador y que van devorando los efectos positivos de sus llegadas. Fue Canales el que más lo buscó en esos minutos, con disparos desde fuera del área que emularan el golazo que le marcó a Las Palmas, pero no tuvo acierto. A pesar de que la gran mayoría de los centros al área, tanto en juego como de estrategia, fueron malos, la ocasión más clara llegó desde la esquina, con un cabezazo de Elustondo que Areola sacó a córner, y en ese segundo saque de esquina la salida del guardameta del Villarreal dejó a Illarramendi la posibilidad de disparar sin portero pero no encontró portería.

El equipo de Marcelino, auténtica bestia negra de la Real en los últimos años de una forma que ya empieza a ser hasta difícil de entender y cuya hegemonía sólo se rompió cuando el equipo entonces dirigido por Arrasate eliminó al Villarrreal de la Copa, apostó por conservar. Y lo hizo. Lo hizo defendiendo relativamente bien y con la complicidad de Del Cerro Grande, uno de esos árbitros que desquician siempre, que no saben manejar la ley de la ventaja, que no han debido de jugar nunca al fútbol porque no entienden el valor de una falta o de una tarjeta. Consintió todas las pérdidas de tiempo del Villarreal, flagrantes y de todas las modalidades (un maestro Costa a la hora de arañar segundos en los saques de banda), no sacó más que una tarjeta amarilla a los visitantes (una menos que a la Real) y se hartó de pitar faltitas sólo en una dirección, y casualmente poniendo el foco en un jugador, Elustondo, que no lleva dorsal profesional en la espalda. No fue el culpable Del Cerro Grande del resultado, porque no hubo jugadas trascendentes que le dieran ese papel, pero con una Real que no funciona esto supuso un factor más en su desesperación.

Con todo, la Real le puso orgullo al partido. Y mereció el empate, en parte por su empuje y en parte por la retirada del Villarreal hacia su área. Eusebio puso a Jonathas en el campo sustituyendo a Bruma, toda una sorpresa viendo que este era el único que ponía algo de picante al partido y que Vela sigue siendo la sombra de lo que fue, ahora mismo un jugador apocado y miedoso, incapaz de entrar en el área. La fórmula Agirretxe-Jonathas, la que Moyes descartó al comienzo de la temporada, se ha convertido en una constante por el hecho de que la Real siempre va perdiendo en los partidos. Vela, en todo caso, tuvo una buena ocasión de marcar desde la frontal cuando quedaban diez minutos para el final, poco después de que un centro de Elustondo se le envenenara a Areola y estuviera a punto de convertirse en el gol del empate. Y algo antes de eso, una salida del propio Areola fuera de su área dejó a Xabi Prieto un disparo franco desde 35 metros, pero su toque fue nefasto y ni siquiera se acercó a la portería.

A pesar del corazón que le puso la Real al partido, Anoeta ha visto tantas veces un desarrollo como este que lo que se barruntaba era el 0-2 mucho más que el 1-1. Y llegó el 0-2. Llegó a dos minutos del final en una contra, con toda la Real en campo contrario, buscando el remate de un córner y con Rulli adelantado casi hasta el círculo central. Cuando Denis controló en el centro del campo, sólo tuvo que regatear a un Rulli vendido y acercarse cómodamente a la portería, donde la figura de Héctor era claramente insuficiente para impedir ese anunciado 0-2. Como nada funciona para la Real, por bien o por mal que se hagan las cosas durante los partidos, una acción en el descuento vino a demostrar que la situación es ahora mismo preocupante hasta por la ausencia de suerte. Un gran remate de Jonathas se estrelló en el larguero, el balón rebotó en la pierna de Areola y volvió a tocar madera antes de salirse mansamente. Ni así fue capaz de marcar la Real, y si el partido hubiera durado otros 45 minutos más, tampoco lo habría hecho.

El hecho de que la parte baja de la tabla sume tan pocos puntos es lo que ahora mismo salva a la Real de estar en posiciones de descenso. Pero ojo, que vienen curvas. La derrota ante el Villarreal pone en valor los miedos que había desatado el calendario. El equipo txuri urdin despreció el arranque cómodo. Había tiempo, se dijo cuando Moyes dejó de ser el técnico. Se le hicieron ascos al empuje de moral que siempre puede dar la Copa y se tiró a la basura la eliminatoria contra los suplentes de Las Palmas. La Liga es lo importante, se pensó entonces. Y ahora la Liga aprieta. La Real suma 16 puntos en otros tantos partidos. y ahora afronta dos partidos fuera de casa. El primero, en el Santiago Bernabéu. Se perderá y se dirá que no es de nuestra Liga. Y después vendrá Vallecas, a lo mejor ya en una situación más bien peligrosa. La Real ya sólo puede mirar hacia abajo. Y ahora mismo mira a equipos que están a solo dos puntos de distancia. Ya podemos apretarnos los machos para no sufrir vértigo.

sábado, diciembre 19, 2015

PREVIA Real Sociedad - Villarreal. El castigo del calendario

Rulli evitó la derrota la temporada pasada.
Cuando en julio se sortea el calendario y se hacen valoraciones sobre el orden en el que llegan los partidos, siempre hay quien piensa que da igual el orden de los rivales porque al final habrá que jugar contra todos. Hoy puede que esa valoración cambie. La Real se ha plantado en la mitad de diciembre desperdiciando un inicio asequible, con un entrenador ya cesado, eliminada de la Copa, sólo dos puntos por encima del descenso y con Villarreal en casa (domingo, 18.15, Anoeta, Canal + Liga) y Real Madrid fuera como últimos rivales del año, lo que puede provocar que 2015 se cierre de una forma nefasta. Visto el ánimo con el que se afrontó el partido del Camp Nou, el Bernabéu no parece ser el mejor escenario para que la Real saque una ambición que lleva ya tres años sin verse, con lo que el partido ante el Villarreal se antoja vital en este momento de la temporada. Ganar equivale a respirar. No hacerlo invita al sufrimiento. No hay más.

Cuatro son las bajas con las que cuenta Eusebio para hacer frente a este encuentro, y las cuatro eran ya conocidas. Se trata de Raúl Navas, Mikel González y Zurutuza, los tres lesionados, y De la Bella, que tendrá que cumplir un partido de sanción. Granero y Agirretxe, que se quedaron fuera de la lista para afrontar el choque de vuelta de Copa contra Las Palmas, sí han entrado en la lista. Quien no ha entrado entre los 18 escogidos ha sido uno de los dos potrillos con los que venía contando Eusebio desde el principio de su andadura en la Real, Oyarzabal. Incluso así, el técnico txuri urdin ha dejado fuera a otros tres jugadores del primer equipo por decisión técnica. Lo más sorprendente, teniendo en cuenta sus buenos minutos finales ante Las Palmas, es que Chory Castro siga sin entrar en sus planes. Además, no estarán ante el Villarreal los habituales Ansotegi y Oyarzun.

No se prevén demasiados cambios con respecto al once que jugó en Getafe, con la vuelta obligatoria de Yuri por la sanción de De la Bella y la duda de Granero. Así, Rulli estará bajo palos, con Iñigo Martínez y Reyes como centrales y Elustondo y Yuri como laterales. Por delante de ellos estará el indiscutible Illarramendi. En principio le escoltarán en el centro del campo Granero y Xabi Prieto, aunque el estado físico del primero y el hecho de que Pardo fuera de lo poco salvable en el choque copero del miércoles le da opciones de entrar. Los tres atacantes serán Vela, Canales y Agirretxe, cuyos goles se echaron de menos en la eliminación de la Copa. De esta forma, el banquillo lo formarían, además del centrocampista al que Eusebio no dé la titularidad, Oier, Carlos Martínez, Markel, Bruma, Héctor y Jonathas.

Tras el empate en Getafe, la Real se encaramó hasta la decimotercera plaza, pero con sus 16 puntos tras 15 partidos jugados, una cifra bastante pobre, sólo tiene un margen de dos con respecto a la zona de descenso y mira a lo lejos las plazas europeas que marcan los 23 puntos del Deportivo, sexto clasificado. Su rival, el Villarreal, es quinto con 27 y llega pletórico de moral tras derrotar al Real Madrid. Con Eusebio, la Real ha ganado los dos partidos de Liga que ha jugado en Anoeta (racha que truncó en Copa con el 1-1 ante Las Palmas) y no pierde en casa desde el 2-3 del Celta de la jornada 10, pero como local, con sus ocho puntos sumados, sólo supera a tres equipos, Betis, Granada y Levante. El Villarreal no es tan efectivo lejos de su estadio, dónde ha sumado ocho puntos en siete partidos, aunque sólo ha perdido en tres ocasiones, 1-0 contra el Levante, 3-0 contra el Barcelona y 2-0 contra el Getafe.

Históricamente, y más teniendo en cuenta que todos los enfrentamientos son modernos, hay pocos rivales más incómodos para la Real que el Villarreal. De los doce partidos que se han jugado, todos ellos en Primera, el equipo txuri urdin sólo ha sido capaz de ganar en dos, 2-1 en la temporada 2001-2002 con goles realistas de Aranburu y De Paula y 1-0 en la 2010-2011, en el primer partido en Primera tras el ascenso con gol de Xabi Prieto. El Villarreal ha ganado en cinco ocasiones, siendo la más abultada el 0-4 de la campaña 2004-2005, y ha empatado en otras tantas. La Real ni siquiera ha sido capaz de llegar a la media de un gol por partido ante el rival, ha hecho once en doce partidos, y por contra ha encajado 19. Sólo en dos ocasiones la portería de la Real permaneció imbatida, en el mencionado 1-0 de la 2010-2011 y en el 0-0 de la temporada pasada.

Efectivamente, el último duelo en Anoeta entre Real Sociedad y Villarreral, el de la temporada 2014-2015, acabó con el empate sin goles inicial. El partido fue malo, el equipo txuri urdin no tuvo demasiado presente un sano sentimiento de venganza hacia el equipo castellonense como su verdugo en la Copa y su fútbol, pedestre, fue insuficiente más que para colgar y colgar balones al área sin que ningún jugador realista tuviera la más mínima posibilidad de rematar alguno. En la segunda parte, el juego realista mejoró ligeramente pero de ninguna manera como para inquietar demasiado a Asenjo. El Villarrela, en cambio, sí tuvo algunas ocasiones, y Rulli fue quien evitó la derrota, sobre todo con una parada en el último suspiro tras un cabezazo de Fran Sol que bastó para desviar el balón para que se estrellara en la madera y no se convirtiera en el 0-1.

miércoles, diciembre 16, 2015

REAL SOCIEDAD 1 - LAS PALMAS 1 ¿Por qué juega la Copa la Real?

Pardo, de lo poco salvable en el enésimo fracaso copero.
¿Porque juega la Copa la Real Sociedad? ¿Por qué? Si no la quiere. No le interesa. No sale a disputarla como se hacía antaño. No siente la posibilidad de remontar como algo vibrante, ni tampoco la de pasar rondas. Ni siquiera el sueño de jugar una final. Pasan los jugadores, pasan los entrenadores y lo que en realidad pasa son los años sin que llegue una alegría. Todo en la Copa parece orquestado para que el ridículo txuri urdin sea todos los años innovador. En esta ocasión, después de dejarse remontar en Gran Canaria, dejó que Las Palmas se llevara un empate de Anoeta, acabó con diez jugadores sobre el campo por la expulsión de su portero, Oier, y para colmo ese lamentable árbitro que es Pérez Borbalán, uno que además suele portarse con mucha inquina con la Real, colaboró con las pérdidas de tiempo del equipo canario y dejó de señalar un clarísimo penalti por mano en una falta lanzada por Illarramendi. Ni escribiéndolo aposta.

Antes de que se consumara el enésimo ridículo copero y tal y como se esperaba, Eusebio optó por mezclar titulares y suplentes en su equipo titular. Pocas dudas había en el once. La primera, el pivote defensivo, y aunque Markel tenía opciones de entrar, el técnico realista prefirió seguir con Illarramendi al mando, con Pardo y Xabi Prieto por delante de él. Y en la línea de ataque, Vela fue el sacrificado de inicio y Canales el beneficiado, con Olazábal y el ya anunciado Jonathas como referentes ofensivos. Pero la sensación de que en la Copa da igual todo planeó durante todo el encuentro. Da igual qué jugadores salten al campo, qué entrenador haya en el banquillo, cuál sea el resultado de la ida o dónde se esté jugando la vuelta. La Copa es una enfermedad para la Real que parece incurable, con algún esporádico conato de ardor guerrero como las semifinales de hace dos años, pero como un mal que nadie parece ser capaz de superar.

Y el caso es que el partido no empezó nada mal para los intereses de la Real, que debió ponerse por delante en el marcador en el minuto 3. Un sensacional pase de Illarramendi lo cazó Jonathas en el interior del área, realizó un formidable control con la pierna derecha y disparó a continuación con la izquierda en una acción técnicamente brillante, pero Lizoain respondió con una descomunal parada, probablemente la mejor que ha visto Anoeta esta temporada. Con buenas subidas de los laterales y una muy interesante movilidad de Canales, Pardo tuvo una buena opción con un disparo desde la frontal que le salió centrado. El partido estaba exactamente donde le interesaba a la Real. Jonathas volvió a tener una clara ocasión tras un sensacional centro de Canales, pero su remate de cabeza salió muy plano y no cogió portería.

Entre medias, Nauzet Alemán pudo adelantar a Las Palmas en una contra en la que dio la sensación de que la Real pecó de dejadez. Su disparo, afortunadamente, fue a las manos de Oier. Pero ese fue el mejor indicativo de que el equipo txuri urdin, aún con aparente pólvora en ataque, pecaba de una gran fragilidad en defensa. Cuando Valerón sentó a Pardo y estuvo a punto de colocar el balón junto al palo a la derecha de Oier con la suavidad de un golfista buscando el hoy, el partido ya estaba decantado completamente para Las Palmas. El equipo de Quique Setién se puso a tocar el balón a su antojo, hasta el punto de que la Real ni siquiera olía la pelota. Posesiones interminables que, eso sí, el equipo rival no sabía hacer llegar al área de Oier. Sólo le hizo falta una y con eso machacó la eliminatoria. Fue en el minuto 36. El guardameta realista tuvo que hacer dos intervenciones, la primera para sacar un disparo desde fuera del área de Nauzet y la segunda en el rechace de William José. Ese córner que forzó se convirtió en el gol del equipo canario, un inapelable cabezazo del propio William José.

De ahí al final de la primera mitad, la Real penó por el campo, resignada como tantas y tantas veces a su infortunio copero. Sin ganas, sin espíritu y sin ilusión. Algo les debió decir Eusebio en el descanso, eso al menos sí hay que concedérselo al entrenador realista, porque el equipo txuri urdin que volvió de los vestuarios no se parecía al que dejó el campo quince minutos antes. Incluso lanzó un mensaje claro, un reto al equipo, retirando del campo a un casi inédito Oyarzabal para poner en el campo al mayor peso pesado que tenía en el banquillo, a Vela. Y tan diferente comenzó siendo la Real que un robo de Xabi Prieto sirvió para que Canales enganchara un descomunal zambombazo desde fuera del área que se convirtió en el empate a uno cuando ni siquiera se había llegado al primer minuto de juego. Pero esta Real no entiende de estados de ánimo y desperdició su momento. Hasta Anoeta, frío como el hielo hasta entonces, vio que con el empate a uno se abría una puerta a la esperanza, y el equipo pareció entenderlo durante unos minutos que acabaron evaporados.

Tan desesperante fue la actuación realista, que hasta dos jugadores vieron tarjeta amarilla por caídas dentro del área. Primero Xabi Prieto por la protesta de un tímido agarrón de Garrido, y después Illarramendi por caer sin mucho motivo pero ni levantar la voz para pedir nada. ¿Ocasiones de gol? Pues la verdad es que no muchas y no demasiado claras. Alguna llegada de un Pardo que sí estaba creciendo en el encuentro, algún intento desafortunado de Jonathas antes de desaparecer por completo del encuentro (¡cómo se notó la ausencia de Agirretxe, aunque sólo hubiera sido para tratar de apretar en los minutos finales!), un disparo en jugado de estrategia de Yuri que se estrelló en un defensa... La gasolina le duró a la Real unos veinte minutos siendo generosos. A partir de ahí, el dominio lo recuperó Las Palmas. De nuevo sin llegar a la portería de Oier, jugando en el alambre porque un gol realista mandaba la eliminatoria a la prórroga, pero con una seguridad con la que ya querría jugar la Real cuando tiene ventaja en el marcador.

A pesar de la amplitud de la plantilla de la Real y del deseo de Eusebio de no pedir fichajes, se notó que no tenía demasiadas balas hábiles en el banquillo. El segundo cambio en un partido que se le estaba escapando por momentos fue meter a un Chory Castro que sí revitalizó bastante el ataque realista, pero llegó en el minuto 74. El uruguayo entró bastante bien por la izquierda y metió buenos balones. En uno de ellos, un defensa amarillo estuvo a punto de introducir el balón en su propia portería, adelantándose a un Jonathas que se quedó con el molde por detrás de él, esperando simplemente que le llegara el esférico en lugar de lanzarse como loco a por él. Para entonces, Fernández Borbalán, uno de los muchos árbitros mediocres que hay en el fútbol español, ya se había convertido en cómplice de las pérdidas de tiempo de Las Palmas, nefasta actuación que coronó añadiendo sólo tres minutos a la segunda mitad. Esa fue la faceta más molesta de su arbitraje, pero no la más decisiva.

Eso llegó en el minuto 39, cuando una falta botada por Illarramendi fue desviada por un integrante de la barrera claramente con la mano, haciendo que el balón cogiera una parábola que obligó a Lizoain a intervenir para mandar el balón a córner. Nadie vio el penalti en el campo, nadie lo protestó y todos, de esta manera, contribuyeron a hacer de la Real el equipo blando del que todo el mundo parece aprovecharse. Todos son más inteligentes que los realistas, y duele comprobarlo en cada partido. No es que la Real hubiera merecido más, pero de nuevo la actuación arbitral fue decisiva. Borbalán añadió un episodio más al sainete copero realista llegando ya al añadido, esta vez acertando. Oier salió a lo loco, mal posicionado y peor coordinado, arrolló a Asdrúbal y vio la tarjeta roja directa. Tan justa como innecesaria. Eusebio, presa de la desesperación de no tener ya más recursos, iba a introducir en el campo a Markel, no se sabe muy bien para qué, y al menos pudo rectificar para poner a Rulli y no terminar, encima, con un jugador de campo bajo palos.

La Real vuelve a caer en la Copa a las primeras de campo, alarga su patética estadística contra equipos de Primera División (dos victorias ante equipos de la máxima categoría desde el año 1988), su tristístimo balance de remontadas (la última, hace 18 años y ante un equipo de Segunda) y da una puñalada más a una temporada que, siendo optimistas, ya se puede calificar de decepcionante salvo reacción de grandeza en la segunda vuelta que, la verdad, es difícil esperar. Las Palmas, casi sin despeinarse, ha eliminado a la Real con una comodidad inaudita, sufriendo únicamente durante menos de media hora de una eliminatoria de 180 minutos, con dos goles de córner y uno de penalti. Y sí, viendo que no hay ambición de ningún tipo en el club, que no hay responsabilidad alguna en el inagotable carrusel de decepciones en el torneo del KO, resulta inevitable preguntarse por qué juega la Real la Copa. Lo único que consigue es ofrecer dos noches de frustración a los ingenuos que sigan pensando que este torneo es algo bonito. Para la Real dejó de serlo hace demasiado.

PREVIA Real Sociedad - Las Palmas. El reto histórico de remontar

Arconada, parando el penalti que dio el pase en la 1975-1976.
Remontar un 2-1 en Copa puede parecer una tarea relativamente asequible, pero es algo que la Real no consigue desde hace nada menos que 18 años, y entonces lo hizo ante un equipo de Segunda, el Xerez. El 2-1 con el que Las Palmas superó al equipo txuri urdin en el debut copero de esta temporada vuelve a poner a los realistas ante el histórico reto de remontar (miércoles, 21.00 horas, Anoeta, Multifútbol) y sirve además de prueba para saber cuáles son las verdaderas aspiraciones de Eusebio Sacristán en la competición del KO. Hasta ahora, todas sus decisiones han sido valientes, pero en la ida de la Copa decidió dar minutos a todos los suplentes de su plantilla, y aunque algunos de ellos volverán a tener una oportunidad parece que el partido de vuelta tendrá a más titulares con la camiseta puesta y sobre el campo. Una prueba de fuego como esta y un reto a la historia de este calibre, por nimio que parezca, bien merece ese esfuerzo.

Siendo la remontada el objetivo, Eusebio se ha encontrado con un gran contratiempo, y es la baja de su máximo y deslumbrante goleador, Agirretxe, quien junto con Granero y ambos por molestias musculares derivadas del duelo de Getafa se suma a la lista de bajas que componen Zaldua, Navas, Mikel González y Zurutuza. En la lista de 18, conformada con el grueso de la primera plantilla y sin atisbo de experimentos, se mantienen los dos potrillos ya habituales, Elustondo y Oyarzabal. Los únicos que se quedan fuera por decisión técnica son De la Bella y Diego Reyes, que recuperó el sitio en Getafe por la lesión de Mikel. Y han entrado, como cabía esperar, jugadores que no están apareciendo demasiado esta temporada, ni para David Moyes ni ahora para Eusebio, como son Ansotegi, Chory Castro, Oyarzun y Héctor.

El once, en principio, se parecerá mucho más al habitual de Eusebio en la Liga que al completamente renovado del partido de ida contra Las Palmas. En todo caso, Oier será el guardameta titular y debutará así en Anoeta. Lo normal es que la defensa la formen Carlos Martínez y Yuri en los laterales mientras que Iñigo Martínez y Ansotegi por el centro, ya que no hay más centrales en la convocatoria. Por delante, gana enteros la opción de colocar a Markel como pivote para dar algo de respiro a Illarramendi, y dos volantes más ofensivos como Pardo y Xabi Prieto, ambos suplentes en Getafe. Y por delante se da por segura la presencia de Jonathas, antes incluso de saber que Agirretxe se perdería el partido, y habría que ver quiénes serán sus acompañantes, con bastantes opciones para Oyarzabal y Vela. De esta forma, el banquillo lo completarían Rulli, Canales, Oyarzun, Héctor, Chory Castro y Elustondo.

Como ya se dijo antes del encuentro de ida, han sido cuatro las eliminatorias en las que se han cruzado Real Sociedad y Las Palmas y el balance es de empate, dos clasificaciones para cada equipo. No obstante, como la última vez que se cruzaron fue en una eliminatoria a partido único que se jugó en las islas, este choque copero sólo se ha disputado en tres ocasiones en Donostia, todas ellas hasta ahora en Atotxa. De esos tres partidos, la Real ganó en dos, certificando además su clasificación en ambos, 4-1 en la temporada 1953-1954 (los cuatro goles de Sarasqueta) y 2-0 en la 1975-1976. Las Palmas ganó 0-2 en el encuentro restante, también de vuelta, de la temporada 1973-1974. La última remontada protagonizada por al Real fue en la temporada 1997-1998, cuando levantó el 1-0 que logró el Xerez en Chapín con un 4-2 marcado por el único hat-trick de Kovacevic en la Real. Desde entonces Anoeta ha visto seis partidos con posibilidad de remontada y nunca se ha conseguido. El último 2-1 que remontó es el que logró el Atlético de Madrid en la 1987-1988, al que la Real dio la vuelta con un 3-1 certificado por Loren, Begiristain y López Rekarte.

La última vez que la Real recibió a Las Palmas en competición de Copa fue en la mencionada temporada 1975-1976. En la ida, el equipo insular había vencido por 3-1, lo que obligaba a una gran remontada. Y la Real remontó con un gran encuentro. Marcó el 1-0 al cuarto de hora, al remachar Satrústegui un balón de Diego que había devuelto el larguero. La igualada en la eliminatoria llegó a los cinco minutos de la segunda mitad, cuando Idígoras envío a gol un despeje fallido de Noly. Como el valor doble de los goles en campo contrario aún no estaba en vigor, Real Sociedad y Las Palmas fueron a la prórroga, y como no hubo goles en los treinta minutos añadidos, la suerte de la eliminatoria se decidió en los penaltis por 3-1, con Arconada como el héroe de la eliminatoria, ya que detuvo dos, los lanzados por Páez y el guardameta de Las Palmas, Carnevalli, además del que lanzó fuera Noly tras golpear en el palo. Por la Real marcaron Murillo, Kortabarria y Muruzabal, a Uranga se lo detuvo Carnevalli, sin que fuera necesario el quinto lanzamiento.

sábado, diciembre 12, 2015

GETAFE 1 - REAL SOCIEDAD 1 Agirretxe, suma y sigue

Agirretxe, otra vez protagonista.
Un gol más, un punto más. Agirretxe, suma y sigue. Y con él, la Real, que sacó un buen empate de Getafe, más que merecido y probablemente corto para lo que hizo sobre el césped del Coliseum, donde el mejor fue de largo un Guaita que evitó tres goles, uno por cada atacante realista, No es que el equipo txuri urdin diera un recital en Getafe ni tampoco que el partido fuera suyo siempre, de hecho volvió a colocarse por debajo en el marcador en una de esas jugadas que gustan muy poco a los entrenadores, en el primer minuto de la reanudación, pero fue el equipo que más buscó los tres puntos, y creyendo además en la idea de Eusebio. Si el técnico txuri urdin consigue engrasar esta maquinaria y sus jugadores se acercan a la perfección que busca, la Real va a ser un equipo muy difícil de batir, y más si Agirretxe prolonga su estado de gracia. Y sumando, como hizo en Getafe, todo sabe mucho mejor.
Por lo pronto, Eusebio está sabiendo ampliar el núcleo de futbolistas que pueden sentirse importantes en el equipo, y eso ya es interesante. A Bruma, Granero y Canales les premió por sus buenos minutos del choque ante el Eibar con la titularidad en Getafe, y no le dolieron prendas en sentar por ello a Xabi Prieto. Y la apuesta, la ya conocida. Acostumbrados a ver cómo el saque inicial es un pase atrás, la Real buscó tocar, tocar y tocar desde ese primer lance. A eso hay que añadir la velocidad de juego. No es que el txuri urdin sea un equipo fulgurante, pero ver a Agirretxe en los primeros minutos y a Vela poco antes del descanso sacando rápido de banda, intentando sacar provecho de una defensa no armada, es algo a lo que no estamos acostumbrados en los jugadores realistas. Con todo, el partido comenzó igualado, porque ninguno de los dos equipos era contundente.

De hecho, hubo muchas balas de fogueo en la primera mitad. Canales fue el primero en buscar la portería desde la frontal del área, flojo a las manos de Guaita, Agirretxe se resbaló dentro del área tras robar él mismo un balón y Juan Rodríguez mandó un balón flojito y bombeado hacia la portería de Rulli que el argentino envió a córner. Eso, y una tarjeta amarilla a De la Bella por una falta de concentración de Bruma, fue lo que sucedió en el primer cuarto de hora del partido. A partir de ahí, el toque realista comenzó a engrasarse, sobre todo por la izquierda, banda por la que conectó un par de combinaciones bastante interesantes. Una de ellas provocó el primer paradón de Guaita, a disparo de Vela tras recibir un pase hacia atrás de Canales. Tras el córner, el saque largo de Guaita se lo comió Reyes, por lo general bastante seguro en el corte pero no tanto en la colocación y alguna regañina de Iñigo Martínez le costó, y Álvaro, completamente solo ante Rulli le dio el balón mansamente.

El partido estaba bastante abierto, pero la superioridad realista parecía incuestionable. Agirretxe se fabricó una nueva ocasión que murió en las manos de Guaita, y Bruma buscó su jugada personal, desde campo propio, pero cuando había burlado a toda la defensa y parecía tenerlo todo a su favor para hacer el 0-1 disparó fuera, a la izquierda del guardameta del Getafe. El descanso no le sentó bien a la Real, como ya está dicho, porque salió de los vestuarios casi con el 1-0 en el marcador. No se había cumplido el primer minuto cuando un centro de Lafita desde la derecha lo cabeceó Sarabia entrando en el primer palo. No fue causa directa, pero el gol llegó justo por el lugar por el que Eusebio quiso cambiar algo en la segunda parte, ya que colocó a Vela en la izquierda de inicio, lo que provocó una situación peligrosa. El mexicano está para presionar demasiado en defensa, y De la Bella estaba amonestado. Eso le costó algún problema al lateral en la segunda mitad, pero sobrevivió.

Con todo, la Real se recuperó rápido. ¿Y quién evitó que eso se trasladara al marcador? Guaita. Tuvo el empate Agirretxe, al rematar a bocajarro un magnífico centro de Bruma, pero el guardameta sacó un balón que era gol claro y se llevó una enorme ovación del muy frío Coliseum, en el que siempre se escuchó más al valiente grupo de realistas que siempre puebla uno de los fondos del Coliseum, por mucho que el partido de Getafe se haya jugado ya en todos los horarios infames posibles. El Getafe buscó claramente la sentencia a la contra, pero nunca llegó a tener ocasiones claras. De hecho, Rulli fue casi un espectador durante todo el partido. Eusebio entendió la necesidad de empatar el partido porque era algo accesible y volvió a apostar por los dos delanteros sobre el campo, colocando a Jonathas por Vela, un cambio que ya hizo la semana pasada y que siempre algo de incertidumbre sobre la situación del mexicano.

El empate de la Real, no obstante, llegó cuando el ataque txuri urdin no era demasiado claro. Y llegó en la estrategia, algo novedoso si tenemos en cuenta de que una vez más se dejaron pasar unos cuantos córners sin generar demasiado peligro. Era el minuto 23 cuando Granero botó una falta, Jonathas tocó el balón de cabeza y entonces Reyes estaba en posición de fuera de juego, pero como el mexicano no llegó a tocar el balón, Agirretxe llegó desde atrás y marcó un gol de pillo. ¿Gol legal o anulable? La verdad es que parece difícil negar la influencia de Reyes en la jugada, y eso justifica las quejas de los jugadores del Getafe, que se quedaron impasibles esperando que el colegiado señalara la posición antirreglamentaria. Pero al mismo tiempo, esas explicaciones que dan los árbitros retirados que comentan en los medios justifican también la legalidad del gol, puesto que Reyes no llega a tocar el balón en ningún momento. Parece fuera de juego, pero si los árbitros no aclaran las jugadas seguirá habiendo polémicas como esta que sólo se resuelven mediante el periodismo de bufanda.

El caso es que el gol subió al marcador, es el duodécimo de Agirretxe en la presente temporada, una cifra brutal y muy valiosa. Con el empate en el marcador, la Real se sintió espoleada y su dominio se acrecentó. No lo pudo aprovechar entre otras cosas porque cuando el reloj marcaba la media hora de la segunda mitad Guaita coronó su gran noche con otro enorme paradón a Jonathas. El brasileño estuvo algo fallón en el resto de sus intervenciones, pudo haber hecho más por ejemplo tras una gran recuperación de un Elustondo que abandonó el campo al final completamente exhausto para que Carlos Martínez jugara los últimos minutos, pero en esa intervención de Guaita sí mereció el gol.  Antes de ese último cambio, Eusebio introdujo a Xabi Prieto en el partido por Canales, buscando más posesión, más balón y más dominio. El Getafe sólo tuvo una jugada clara para ganar, fue en el minuto 43 y fue consecuencia de esa ambición de ir a por el partido que mostró la Real, pero ni siquiera hubo disparo y el empate no se movió antes de que el árbitro decretara el final del partido en un momento que desató las iras del Getafe porque veían una opción de contra.

Cuatro partidos de Lioga lleva Eusebio en la Real y ha sumado en tres, perdiendo únicamente en el Camp Nou. No es mal balance, y más teniendo en cuenta que Agirretxe sigue dando cuantiosos motivos para seguir disfrutando de la que ya se puede decir sin tapujos que va a ser su mejor temporada en la élite salvo descomunal debacle, pero sigue notándose que su equipo está todavía en fase de aprendizaje. Es normal, pero es evidente. Y sí, como Eusebio sea capaz de sacar todo el rendimiento a esta plantilla, el techo de la Real se va a elevar mucho. Por lo pronto, la Real ya no juega sufriendo, comienza a divertirse, y eso es una señal espléndida. Claro que eso también puede dejar cierta sensación frustrante cuando el marcador se pone en contra, algo que sólo ha evitado la Real con su nuevo entrenador en el 2-0 ante el Sevilla. Pero estamos de pretemporada, en realidad. Una exigente con puntos en juego y sin tiempo de margen. Sumando, eso sí, todo se ve mucho mejor.

jueves, diciembre 10, 2015

PREVIA Getafe - Real Sociedad. Un partido para crecer

Iñigo Martínez hizo el gol del triunfo en Getafe la pasada campaña.
El segundo partido de Liga a domicilio de Eusebio Sacristán en el banquillo de la Real Sociedad (viernes, 20.30 horas, Coliseum Alfonso Pérez, Canal + Liga) es una espléndida oportunidad para crecer. El término, que lo usó el propio preparador realista en la rueda de prensa previa al encuentro, no es nada casual. En Anoeta, dos partidos, dos victorias. Fuera, dos partidos, dos derrotas. El Camp Nou, como el propio Eusebio reconoció, le llegó demasiado pronto para que el equipo hubiera aprendido lo que él quier de sus jugadores, y de ahí su pobre resultado, y el choque copero contra Las Palmas fue una decepción importante. Getafe simboliza, por tanto, un momento clave de la temporada y para la andadura del nuevo técnico, además porque vencer allí supondría lograr por primera vez dos victorias consecutivas, algo que hoy en día es oro puro para abandonar la parte de abajo de la tabla y empezar a mirar ya a esas plazas europeas que todavía están lejos pero que siguen siendo accesibles.

Son cinco las bajas con las que cuenta Eusebio para afrontar este choque, y todas ellas eran conocidas antes del último entrenamiento de la semana. Así, Yuri será baja por sanción, mientras que la enfermería la ocupan Mikel González (que ya no volverá hasta 2016), Raúl Navas, Zurutuza y el más preocupante de todos, Zaldua, que no termina de incorporarse a la dinámica del grupo. Como se cuelan dos jugadores del Sanse en la lista, los ya más que habituales Elustondo y Oyarzabal, son cuatro los futbolistas que Eusebio descarta por decisión técnica, y los cuatro están también acostumbrándose a ver los partidos desde la grada esta temporada: se trata de Ansotegi, Héctor, Oyarzun y Chory Castro. Eusebio alabó la profundidad de su plantilla y probablemente vuelvan a contar con una oportunidad en la vuelta de Copa ante Las Palmas, pero hoy por hoy su futuro en la Real parece más bien complicado.

Así las cosas, el once se parecerá mucho al que ha venido alineando Eusebio en los partidos que ya ha dirigido, con los principales cambios en la defensa. Rulli estará bajo palos. Siendo baja tanto Yuri como Mikel, parece previsible que De la Bella y Diego Reyes les suplan. La línea más retrasada la completarán Iñigo Martínez por el centro y Elustondo en la banda derecha. Por delante de ellos, siendo fijo Illarramendi, la duda está en quién será su primer acompañante, si Pardo una vez cumplido su partido de sanción o un Granero que finalizó muy entonado el derbi ante el Eibar. No parece probable que en los cuatro puestos restantes haya cambios, con lo que continuarán en el once titular Xabi Prieto, Canales, Vela y Agirretxe. En el banquillo, en el que no habrá ningún central, estarían Oier, Carlos Martínez, Markel, Bruma, Jonathas y Oyarzabal.

Con su victoria ante el Eibar, la Real ha conseguido ya auparse hasta la decimotercera posición de la tabla, con quince puntos, poniendo ya un margen de seguridad de cuatro sobre la zona de descenso que marca el Granada con 11 y acercándose a siete de los puestos europeos que acaban con los 22 puntos del Deportivo. El Getafe es decimoquinto con un punto menos que el conjunto txuri urdin, 14. La Real busca lograr dos triunfos consecutivos por primera vez en la temporada y sumar su tercera victoria fuera de casa, siendo el noveno equipo de la tabla en esa faceta gracias a los siete puntos logrados. El Getafe, si bien a domicilio no ha conseguido ganar todavía, basa su cuenta de puntos con sus actuaciones como local, donde ha ganado cuatro de los siete partidos que ha jugado, habiendo perdido en su casa únicamente contra el Granada (1-2) y el Barcelona (0-2). Los madrileños sólo han ganado uno de sus últimos seis partidos, sumando cuatro de 18 puntos posibles.

La Real ha jugado en Getafe en ocho ocasiones, siempre en Primera División, y ha conseguido dos victorias y un empate, mientras que el conjunto azulón ha derrotado al equipo txuri urdin en cinco de esos duelos, un bagaje que choca con el goleador, porque en los Getafe - Real Sociedad los locales han marcado diez goles y los realistas nueve. Las dos victorias visitantes llegaron en las temporadas 2010-2011 por 0-4 (goles de Griezmann, Xabi Prieto de penalti y dos de Aranburu) y 2014-2015 por 0-1 (tanto de Iñigo Martínez). Esos son los dos únicos partidos en los que la Real logró mantener su portería a cero, lo que históricamente supone que encajar elimina la posibilidad del triunfo. Eso sí, el Getafe nunca le ha marcado más de dos goles a la Real, y su victoria más clara es el 2-0 del primer partido que disputaron ambos equipos, en la campaña 2004-2005. En los dos últimos duelos, la Real ha salido del Coliseum getafense con algún punto en la cartera, y no pierde allí desde el 2-1 de la temporada 2012-2013.

El resultado de la pasada campaña, la 2014-2015, fue el mencionado 0-1 y supuso la primera victoria lejos de Anoeta en toda la temporada, en el decimotercer partido como visitante. Fue, además, la primera vez que la Real ganó dos encuentros seguidos, idéntico objetivo al que tiene en esta ocasión en el mismo escenario madrileño. Rulli mantuvo con vida a la Real con un recital en la primera mitad, parando todo lo parable y hasta alguna cosa imparable. David Moyes no se pudo marchar satisfecho a los vestuarios más que con la actuación de su portero, pero en la segunda mitad el panorama cambió. La Real salió mandando y coronó veinte minutos muy buenos con el gol de cabeza de Iñigo Martínez que al final le daría los tres puntos, en una falta lateral sacada por Granero. A partir de ahí, el equipo txuri urdin cambió su forma de jugar y decidió tratar de aguantar el resultado. Y lo hizo, en parte, porque el colegiado no señaló un claro penalti sobre Sarabia.

domingo, diciembre 06, 2015

REAL SOCIEDAD 2 - EIBAR 1 Agirretxe de oro

La celebración del primero de los dos goles de Agirretxe.
Ganó la Real el derbi guipuzcoano y lo hizo con mucha pelea y un doblete de Agirretxe. El de Usurbil lleva ya once goles. Está embalado hacia la leyenda txuri urdin y convierte en oro todo lo que toca. Nadie piensa en él para la selección, como sí se escuchan campañas mediáticos por el goleador al otro lado de la A8, nadie le tendrá jamás en cuenta para galardón alguno e incluso en el mismo ambiente realista se le ha discutido enormemente, pero es un pedazo de delantero que está viviendo la temporada de su vida. Los dos goles que dieron la victoria ante el Eibar no habrán sido los mejores de su carrera, pero son puro instinto de goleador, de estar donde el 9 tiene que estar, a la caza del balón para aprovechar las debilidades defensivas del rival. Y por estar ahí, la Real ganó un partido que se complicó de salida, con el tempranero gol de Borja Bastón, y en el que hubo que pelear mucho para sacar una merecida y muy necesaria victoria.

Con Mikel González ahora mismo por delante de Reyes, sólo había dos dudas que solventar en el once de Eusebio, el lateral derecho y uno de los acompañantes de Illarramendi en el centro del campo. Por el momento, Elustondo le ha ganado claramente la partida a Carlos Martínez y Zaldua, y Granero está por encima de Markel en la ambiciosa propuesta del nuevo técnico txuri urdin. El puesto ofensivo que quedaba en juego se lo ganó Canales con su buena irrupción de hace apenas tres días en los últimos minutos del muy decepcionante partido copero ante Las Palmas. Y a pesar de que la Real venía de dos partidos francamente malos, su derrota sin oposición en el Camp Nou y su enésima noche aciaga en la Copa, su puesta en escena no fue precisamente la mejor, y a los cuatro minutos de partido ya iba por debajo en el marcador y con una buena parada de Rulli que evitó el primer gol de la mañana.

El argentino tuvo que sacar un centro de Keko Gontán que se envenenó tras tocar en Yuri, pero nada pudo hacer ante el gol de Borja Bastón, que se adelantó a la defensa para rematar un pase de Sergi Enrich. La verdad es que el partido no podía empezar peor, por el gol pero también por las sensaciones, pero la reacción de la Real fue buena, hasta el punto de que el Eibar no volvió a rematar entre los tres palos desde su gol, que, recordemos, llegó en el minuto 4. Tras el gol del Eibar, no tardó mucho en quedar claro que para la Real, el hombre clave sigue siendo Agirretxe. Primero le buscó Xabi Prieto con un pase desde la derecha que, demasiado largo para su remate de cabeza, estuvo a punto de pinchar en el segundo palo. Esa se le escapó, pero la siguiente no. Una buena arrancada de Canales, uno de los mejores de esos primeros minutos, la culminó con un pase que buscaba a Vela. Al mexicano le sacó el balón Pantic, pero se quedó muerto en el punto de penalti para que el killer realista lo enviara con contundencia al fondo de las mallas. Agirretxe lleva ya diez goles, una cifra bestial para un jugador que comenzó la temporada de suplente y sin jugar.

Con el empate ya en el marcador, el partido entró en una fase más o menos igualada, aunque más por el hecho de que los porteros eran meros espectadores que por el dominio real del encuentro. El control parecía de la Real y su peligro llegaba esencialmente por las bandas, aunque sin llegar a generar demasiadas ocasiones claras, apenas un cabezazo desviado de Agirretxe. La estrategia se mantuvo como ese quebradero de cabeza que ningún entrenador realista consigue solucionar, a pesar de la calidad que se le presupone a sus jugadores, y ni faltas ni córners se convirtieron en posibilidades decentes de remate, a pesar de disponer de unos cuantos. Y sus pases por el centro, muy buenas ideas casi siempre, se marchaban por falta de precisión. Con todo, se vio a un buen Canales y a un voluntarioso Vela, mucho más enchufado en el partido de lo que ha estado en toda la temporada. Con Illarra bastándose para frenar al Eibar y un Granero desaparecido, la Real no terminaba de llegar arriba con claridad.

Al Eibar le costó mucho llegar al área de Rulli en la última media hora de la primera mitad, y de hecho ya en todo lo que quedaba de partido, pero sí disfrutó de una ocasión clarísima en el minuto 43. Borja Bastón recibió el balón dentro del área bastante franco, pero se entretuvo y dio tiempo a que un brillante Mikel González primero y Elustondo después le arrebataran la oportunidad. A partir de la reanudación, el partido se convirtió en coto casi absoluto de la Real gracias a los movimientos de pizarra de Eusebio. Vela pasó a la izquierda, Canales se quedó el centro y Granero adelantó su posición, hasta el punto de que casi siempre pareció más adelantado que el propio Canales. De esa manera, y con los buenos robos de Illarramendi y el entusiasmo de los laterales, sobre todo de Yuri, el Eibar apenas consiguió hacer algo en la faceta ofensiva en toda la segunda mitad. De hecho, la única tentativa real la tuvo en el 77, cuando Rulli se lanzó a los pies de Bastón y le sacó la pelota, que incluso acabó en saque de puerta. No fue penalti ni por asomo, como después reconoció el armero.

El paso adelante que dio la Real en la segunda mitad fue evidente. Lo hizo con fútbol pero sin demasiado peligro, y es que al equipo de Eusebio todavía le cuesta bastante lo que ya le costaba al de Moyes, llevar el balón hasta la portería rival en disposición de marcar goles. Agirretxe, que estuvo en casi todo, pudo marcar antes de los diez minutos de la reanudación, al llegar solo a rozar un fantástico centro de Vela para el que Xabi Prieto parecía mejor colocado en el segundo palo. Vela, merecidamente aplaudido por su esfuerzo a pesar de que no le salieron demasiadas cosas, fue el primer sustituido. Eusebio lo tuvo clarísimo y se fue a por el partido con descaro y colocó sobre el césped a Jonathas. Los buenos movimientos del brasileño y los centros continuos de Yuri desde la izquierda provocaban constantes dolores de cabeza a la defensa del Eibar. Pantic evitó así un remate que parecía ya hecho para Jonathas.

Da la impresión de que la apuesta de Eusebio habría sido todavía más ambiciosa de no haber mediado la lesión de Mikel González. En un corte por abajo sintió un pinchazo y levantó la mano, pero ni fue atendido ni se marchó del campo. Un error, ya que no poder correr fue lo que facilitó la ocasión que tuvo Borja Bastón y que obligó a Rulli a jugárselo todo en su salida. Fue sustituido inmediatamente, y la decisión del técnico realista fue sorprendente por lo que implica. En lugar de sacar a Reyes, puso sobre el césped a Carlos Martínez y colocó a Elustondo de central, una posición que no le es extraña y que ya desempeñó en algunos partidos en el Sanse. Pero si el canterano necesitaba una palmada en la espalda, la recibió y con creces, más después de la tarjeta que se inventó Melero López, otro mal árbitro que pasó por Anoeta consintiendo las faltas con las que el Eibar intentaba frenar el juego de la Real y señalando infracciones de medio pelo contra el equipo txuri urdin que cuando se replicaban dentro del área sobre Agirretxe no tenía tantas ganas de pitar.

Casi a renglón seguido, Eusebio redobló su apuesta ofensiva: Bruma por Xabi Prieto. La Real acabó el partido con Agirretxe, Jonathas, Bruma, Canales y Granero cercando el área del Eibar con el apoyo constante de Carlos Martínez, más acertado que contra Las Palmas, y Yuri. Bruma, de hecho, fue un incordio total, y con algo más de precisión en sus decisiones sería un jugador interesantísimo. Jonathas está con un enorme hambre de gol, y se lo trabajó para sacar un buen disparo desde la frontal que Asier Riesgo despejó como pudo. En el rechace, Agirretxe se llenó de balón y la mandó a las nubes con todo a su favor. Pero al final la Real tuvo suerte. Era el último minuto cuando Bruma pasó atrás a Granero, que buscó sortear la defensa del Eibar por arriba, Canales peinó, el propio Bruma peleó la pelota y se quedó franca para que Agirretxe la empujara a puerta vacía. Justo premio al empuje realista, al temporadón de Agirretxe y a la racanería del Eibar, en el clásico partido en el que sacando el empate se habría valorado su firmeza pese a no disparar a puerta en 86 minutos.

La victoria era muy necesaria para la Real y llegó de una forma todavía más sabrosa, en el último minuto, y con un doblete del jugador que está sobresaliendo como nunca: Agirretxe. No hay que dejar pasar la oportunidad de seguir alabando lo que está consiguiendo, porque sus números son ahora mismo equivalentes a los de los grandes goleadores de la historia de este club. Lástima que la Real haya empezado tan mal la temporada porque sus cifras anotadoras son las que impulsan a cualquier equipo a la zona noble de la clasificación. Al menos, sus goles están sirviendo para que la Real no se estanque en la parte baja de la tabla y mantenga viva la esperanza de que esta temporada todavía no se haya perdido. La Real ganó y ganó bien, dando un balón de oxígeno a un Eusebio que, como poco, está demostrando mucha valentía en sus primeras semanas en el club. Además, hubo suerte, la que ha faltado otros días. Así, un Agirretxe de oro es mucho más útil.