domingo, septiembre 27, 2015

REAL SOCIEDAD 0 - ATHLETIC 0 El peor derbi en décadas

Pardo fue titular y una de las grandes decepciones del derbi.
El tópico dice que los derbis suelen ser malos partidos. Si eso es cierto, este Real - Athletic ha sido un derbi de libro. Pero como no todos los derbis son malos partidos, es obligado decir que este ha sido el peor derbi en décadas. El barro del viejo y derribado San Mamés vio un 0-0 en la temporada 1994-1995 que igual se puede equiparar a este, pero de los disputados después no hay ninguno en el que se pueda encontrar tan poco fútbol como ha habido en este choque entre los equipos de David Moyes y Ernesto Valverde. El primero aún no sabe a qué juegan sus muchachos y el segundo les condenó a lanzar pelotazos a sus dos marrulleras torres, Aduriz y Raúl García, rezando que cazaran alguna bola y eso les solucionara el partido. Entre medias, la nada. El horror. Una frustrante desesperación para todos aquellos que gustamos de que un jugador le pase el balón a otro con la misma camiseta. ¿Cómo no iba a acabar este despropósito con el 0-0 inicial?

El gran problema de la Real es que sus mensajes antes de empezar a jugar no encuentran luego correspondencia en el campo. Porque hay mensajes en los onces de Moyes, sin duda. Pero no patrón de juego, no una idea como dijo Zurutuza, y desde luego no una personalidad, que es algo de lo que carece este equipo desde hace ya demasiado tiempo. Pero si Moyes apuesta por un centro del campo formado por Illarramendi y Pardo, con Zurutuza por delante y escorado en la izquierda y más aún con Canales como mediapunta, es porque el control del partido tiene que ser inevitablemente txuri urdin. Y no fue así. En cuanto el inefable Velasco Carballo señaló el comienzo del partido, la Real abdicó de cualquier idea de juego y volvió a las cavernas. Eso, siendo peligroso, tiene un agravante todavía más evidente en la forma en la que jugó el Athletic, con continuos balones largos. Los aficionados que tienen las localidades más elevadas de Anoeta vieron en este derbi más balones cerca de sus cabezas, lanzados por jugadores de ambos equipos, que en la suma de muchos partidos anteriores.

Y si para colmo los puntales del equipo arrancan el derbi en un estado de nerviosismo algo inaudito, se puede entender sin problemas que el fútbol pasara de puntillas por Anoeta. Rulli fue el primero en asustar a la grada de Anoeta con un despeje fallido que, afortunadamente, cogió a Aduriz despistado. Y después fue Iñigo Martínez quien incomprensiblemente se jugó los cuartos en casi media docena de balones, perdiendo la posesión de todos ellos, aunque al menos el capitán de facto (otra vez ejerció como tal) se recuperó para hacer una segunda mitad espléndida. Así las cosas, los únicos realistas que parecieron entender qué había que hacer en cada momento en el arranque del encuentro fueron Aritz Elustondo y Reyes. Los demás, combinando errores y aciertos pero destacando más en lo segundo, no eran capaces de imponerse a un Athletic que camufló su pobre condición con un control simulado. La Real no era capaz de dar dos pases seguidos y no precisamente porque el Athletic fuera superior en algún otro aspecto del juego que no fuera la captura de todos los rechaces.

Eso es lo que puso de los nervios al equipo txuri urdin, que olvidó lo más básico del fútbol combinativo al que invita la calidad de sus jugadores. Pero a cambio sí logró que el Athletic ni se acercara al área de Rulli en los 90 minutos. Puestos a encontrar ocasiones en el primer acto, sólo hubo una para cada equipo. El Athletic dispuso de un buen zapatazo de Raúl García que se marchó lamiendo el poste a la derecha del guardameta realista después de un espléndido corte de Reyes, y la Real respondió con un disparo franco pero muy flojo de Zurutuza que fue a las manos de Iraizoz. Si acaso, el cuadro realista pudo sumar una intentona de Canales que acabó desviado, precisamente tras una contra de Zurutuza, pero nada más. Absolutamente nada más. Por eso, el protagonismo recayó en la bronca. Y ahí hay dos jugadores del Athletic que se mueven en su salsa, Aduriz y Raúl García, dos tipos que no es fácil entender como no tienen mucha peor fama de la que tienen. En la Real, nadie saber jugar a eso, hasta el punto de que casi pareció cómico ver a Aduriz enfrentándose a Illarra.

Hubo polémica, claro, porque de eso siempre tiene que haber en un derbi. Y cuando se pone a dirigirlo un árbitro tan malo como Velasco Carballo, otro que no se entiende cómo ha podido llegar a ser internacional, todo es posible. A un tufillo anticasero en la señalización de las faltas y de las tarjetas (otra vez más la primera falta de la Real vio la tarjeta amarilla, en este caso a Illarra en el minuto 8, y la primera amonestación a su rival no llegó hasta pasada la media hora), respondió no pitando un penalti clamoroso precisamente de Illarra, que habría sido expulsado. Aduriz recibió el balón dentro del área, puede que en fuera de juego aunque ninguna de las repeticiones quiso detenerse en ese momento de la jugada, y su disparo chocó con los brazos del realista, claramente abiertos. Lo demencial es que Velasco explicó gráficamente que Illarra estaba volviéndose, lo cual es manifiestamente falso y lo que demuestra es que el colegiado no sabe lo que está viendo.

La reanudación del partido acentuó la ilusión de que el Athletic tenía más controlado el partido. Pero tan malo era el partido que hasta las ocasiones eran esperpénticas. A los seis minutos de la segunda mitad, un envío de Pardo, horrible partido el suyo por cierto, lo despejó Aduriz de tal manera que pudo acabar dentro de la portería de Iraizoz. En esos minutos, la única buena noticia para la Real es que reaparecieron Canales y Zurutuza. Entre ambos crearon una gran ocasión, que el cántabro malogró con un disparo desde dentro del área que cogió el efecto contrario al que debía. El mismo Canales buscó la sorpresa con un disparo muy lejano y escorado desde la izquierda que, de haber cogido portería, habría sorprendido al guardameta del Athletic. La respuesta de los rojiblancos la protagonizó Aduriz, que, en claro fuera de juego para seguir redondeando el calamitoso arbitraje de Velasco Carballo, se topó con la gran salida de Rulli. Quedaba poco más de un cuarto de hora y los dos entrenadores escogieron ese momento para quemar sus últimas naves.

Moyes, que había formado una convocatoria descompensada sin ningún centrocampista en ella, hizo un doble cambio. Aunque por físico suelen ser los primeros fundidos, sorprendió que optara por retirar a Canales y Zurutuza, que parecían haber revivido algo en esos minutos. A cambio, Xabi Prieto no dio más señales de vida que un centro flojito al que Agirretxe no pudo imprimir fuerza con la cabeza y acabó en las manos de Iraizoz, pero el otro escogido, Bruma, sí cambió el partido. El fichaje realista se convirtió en el tramo final en el mejor jugador del encuentro con diferencia. No siempre estuvo acertado y le faltó algo de precisión, pero fue un constante quebradero de cabeza para la defensa rojiblanca. Ya con Jonathas en el campo, Bruma puso un balón de oro en el interior del área para que el brasileño se estrenara en Anoeta. Su primer intento se topó con Iraizoz en una buena salida del guardameta, el balón quedó suelto y Jonathas volvió a probar fortuna para estrellarse de nuevo con el portero. Era el minuto 88 y ahí tuvo lugar la última acción destacada del partido.

El derbi vasco es una fiesta, digan lo que digan al otro lado de la A8 en sus ensoñaciones de grandeza, pero últimamente se está convirtiendo en una fiesta algo triste por los 90 minutos de juego. Lo de este primer derbi de la temporada, no obstante, se sale de las escalas. Es evidente que ni Real ni Athletic están para tirar cohetes, pero aunque sea por casualidad alguno de los dos equipos podría haber dejado alguna acción de mérito en un soporífero encuentro, indigno del nivel profesional que ambos conjuntos están obligados a mostrar. No lo hicieron y el 0-0 era, salvo accidente o catástrofe, el único resultado posible. A la Real le sonrió la suerte arbitral en lo decisivo, que no en el grueso del arbitraje, y eso también evitó que se moviera el marcador. Pero del sopor no se libra nadie. De la decepción que supone ver a una Real con tantos jugadores de calidad jugar como lo hace, tampoco. Moyes empieza a estar en una seria encrucijada y algunos de sus jugadores también. Y si un derbi contra un Athletic de tan bajo nivel no sirve para reaccionar, malo.

PREVIA Real Sociedad - Athletic. Un derbi para despegar

Xabi Prieto, en el derbi de Anoeta de la pasada temporada.
Después de lograr en Granada la primera victoria de la temporada, la Real afronta un derbi que le tiene que servir para despegar (domingo, 20.30 horas, Anoeta, Canal + Partidazo). Si se cumplen las tradiciones, y no hay mejor partido para ello que el derbi vasco, no hay favoritos y el factor campo no es determinante, pero es igualmente evidente que la Real de Moyes, roto ya desde el principio el tabú de las victorias fuera de casa, ha de conseguir que su feudo sea el fortín necesario para luchar por las posiciones altas de la tabla. Y después de dos partidos en Anoeta en los que apenas ha sumado un punto y no ha conseguido marcar, es hora de que la afición realista viva en casa una alegría que sería doble precisamente por ser el Athletic el rival, un Athletic que llega después de haber perdido cuatro de los cinco partidos que ha jugado y de un durísimo encuentro bajo la lluvia ante el Real Madrid que encima le dejó un día menos de descanso. La ocasión para la Real es inmejorable.

Moyes descartó en la rueda de prensa previa al encuentro tanto a Zaldua como a Carlos Martínez, este todavía incorporándose al ritmo del grupo sin haber podido disputar un solo minuto, ni en pretemporada ni ya en partido oficial. Se entiende que a esa lista de bajas también se suman, como en lo que llevamos de temporada, tanto Héctor como Oyarzun. Granero es duda, de hecho pidió el cambio en Granada, aunque en principio podría estar en condiciones de estar entre los 18 escogidos para el primer derbi de la Liga para el equipo txuri urdin. Si no estuviera disponible, el técnico escocés tendría que añadir otros tres jugadores más a la lista de descartados. Ese es el precio de contar con la plantilla amplia que solicitó desde que llegó a Donostia y que esta temporada sí tiene en sus manos, que habrá jugadores importantes que se queden fuera de una forma más o menos habitual, como pueden atestiguar, por ejemplo, Markel o Zurutuza, los que han vivido con mayor asiduidad ese rol secundario en lo que llevamos de Liga siendo jugadores importantes en la plantilla.

Dado que es el tercer partido en una semana, es aún más difícil saber cuál será el once que presentará Moyes. Obviamente, Rulli volverá a estar bajo palos tras cumplir su partido de sanción en Granada. En defensa en principio no habría cambios, con Aritz Elustondo y De la Bella en los laterales e Iñigo Martínez y Reyes en el centro. Illarramendi es innegociable, y la duda es quién será su acompañante, puesto que se disputan Pardo y Markel, probablemente con más opciones para el primero, que busca ser por fin protagonista en un partido importante, algo que tanto Montanier como Arrasate le negaron sistemáticamente. Vela es indiscutible y las dudas están en los otros tres puestos de ataque. Zurutuza, Canales, Xabi Prieto y Bruma se juegan dos posiciones. La otra, la de la delantero centro, en la que Agirretxe tendría que tener ventaja por su hat trick de Granada, tampoco parece descabellado que sea ocupada por Jonathas. El resto de integrantes de la plantilla parecen tener menos opciones.

Los tres puntos de Granada hicieron que la Real saltara hasta la undécima posición, con cinco puntos, los mismos que tenían Las Palmas, Sporting y Betis al comienzo de la jornada, y a cuatro todavía de la zona europea por la que el equipo txuri urdin debe luchar esta temporada. Su rival, el Athletic, es decimoquinto con tres puntos, los mismos que tiene el último equipo que ocupa posición de descenso, el Granada. Aunque la Real haya dejado el grupo de equipos que no había conseguido un triunfo, sigue siendo uno de los ocho que aún no ha podido sumar tres puntos ante su afición. Tras empatar a cero con el Sporting y perder 2-3 ante el Espanyol con un jugador menos y en el último minuto, toca vencer en Anoeta, donde la Real sólo ha conseguido una victoria en los seis últimos partidos de Liga que ha jugado allí, un bagaje muy escaso que se prolonga desde la pasada temporada. El Athletic, por su parte, cuenta sus salidas por derrotas, 2-0 ante el Eibar y 3-1 ante el Villarreal.

Real Sociedad y Athletic han jugado 68 derbis ligueros en Donostia, siempre en Primera División, con balance favorable a la Real pero con matices. Así, 33 acabaron con victoria txuri urdin, 16 en empate y 19 con triunfo rojiblanco. Es decir, el Athletic ha puntuado en más ocasiones, 35, de las que se ha marchado de vacío aunque tenga menos victorias que la Real. La mayor goleada realista sigue siendo el 5-0 que se repitió en dos históricas jornadas, en la 1976-1977, con sendos dobletes de Gaztelu y Satrústegui y un gol más de Zamora, y en la 1994-1995, con triplete de Kodro y tantos de De Pedro e Idiakez. En la temporada 1929-1930, el Athletic consiguió un contundente 1-7 que sigue siendo su victoria más abultada. En Anoeta han sido 19 los partidos jugados, con ocho victorias para la Real, siete empates y cuatro triunfos del Athletic. El equipo txuri urdin lleva tres derbis seguidos sin perder en casa, seis en total con los jugados en San Mamés.

La pasada temporada, la 2014-2015, el derbi acabó con empate a un gol. El equipo, ya en manos de Moyes, afrontó el encuentro con la intensidad que requiere, y se adelantó muy pronto. Una gran jugada de Chory Castro la remató Vela al interior de la portería de Iraizoz en el minuto 3. La Real debió ampliar su ventaja en una primera parte bastante aceptable, en la que superó al Athletic precisamente por su despliegue físico. Pero el equipo txuri urdin de la pasada temporada flaqueaba en ese aspecto porque era incapaz de mantenerlo durante 90 minutos, y en la segunda parte se empezó a notar. El bajón realista dio vida al Athletic, que empató al cuarto de hora de la segunda mitad por medio de De Marcos y pareció asumir el mando del partido. La expulsión de Laporte a diez del final acabó con las opciones del Athletic de llevarse el derbi, pero tampoco espoleó lo suficiente a una Real que tuvo que conformarse con el empate.

miércoles, septiembre 23, 2015

GRANADA 0 - REAL SOCIEDAD 3 El delantero de la Real es Agirretxe

La Real, celebrando uno de los tres goles de Agirretxe
Han pasado tantos años desde que Imanol Agirretxe debutara en el primer equipo de la Real Sociedad, que el que se orquesta en torno a su persona tendría que ser un debate agotado, pero el caso es que el 9 realista sigue sin serlo del todo. Nunca ha tenido la confianza plena de sus entrenadores. De ninguno, ni siquiera de Montanier. Y no paran de llegar delanteros a la Real, todos ellos en teoría para jugar por delante de él. De toda clase y condición. Hasta algún canterano tuvo esa suerte antes que él. Sin embargo, y hay que decirlo a voz en grito, es Agirretxe. Él es el delantero de la Real, el que necesita, el que mejor entiende su fútbol, el que mejor resultado saca a los minutos que tiene en el campo, La Real ganó al fin por primera vez en esta temporada, lo hizo 0-3 en Granada, y los tres goles los hizo Agirretxe. Es su primer hat trick como profesional y se convierte en el sexto jugador de la Real que consigue uno a domicilio en toda la historia de la Liga. Casi nada. Y sin embargo, el debate seguirá. Pero él también seguirá marcando goles.

Antes de que arrancara el balón y Agirretxe firmara su gran noche, el partido ya dejó elementos que analizar en las muchas decisiones importantes en el once de Moyes. En primer lugar, la portería, ocupada por Oier, lo que implica que Bardají no va a contar de momento con la confianza del técnico, algo que parecía evidente con la cesión del ex del Granada pero que la peculiar situación que abrió la expulsión de Rulli ha terminado de confirmar. Por otro, Moyes zanjó los debates mediáticos de los últimos días con dos decisiones contundentes. Zurutuza y Vela sacudieron la sala de prensa y los dos jugaron, lo que en el primero era noticia por ser sus primeros minutos, y el segundo ejerció de capitán ante las ausencias de Xabi Prieto y Mikel González. Pardo parece ser el jugador que está pagando el mal inicio de temporada del equipo y dejó su puesto a Granero, y los laterales se mantienen como al principio de temporada, aunque lo normal es que Aritz Elustondo ceda el puesto en cuanto Zaldua y Carlos Martínez estén para jugar.

Con este once, en el que había cinco canteranos y seis jugadores del equipo tipo de la temporada de la Champions, la Real dio el paso adelante que necesitaba: el que le permite controlar los partidos. Su juego no enamora, no es un vendaval ofensivo ni genera ocasiones de gol de forma continua, pero si tiene la firmeza que demostró en Los Cármenes la Real es un equipo muy complicado de vencer. Lo extraño es que hayamos tardado cinco jornadas en ver esta cualidad, con tanto trabajo en teoría ya hecho desde la pasada temporada, en la pretemporada real de Moyes en el banquillo txuri urdin. No parece casualidad que esto se haya visto con Zurutuza en el campo, de nuevo como el mejor termómetro posible del juego realista. O con un Canales muy activo, al menos en la primera mitad y como siempre de más a menos. E incluso con Granero acompañando a Illarramendi en el centro del campo. Y es que, se mire como se mire, es increíble que con los centrocampistas que tiene la Real, no controle un mayor número de partidos con más facilidad.

Es verdad que, por una vez, la Real se ha encontrado todo de cara desde el principio. Marcar en el minuto 7 ayudó mucho a tranquilizar los ánimos y que el equipo pudiera aspirar a ese control del juego. El recital de Agirretxe comenzó en ese minuto con un golazo de delantero centro. Un espléndido pase de Zurutuza desde la izquierda encontró el toque justo para que el balón se alojara en el interior de la portería de Andrés Fernández. Si la toca menos, el remate es flojo; si la toca más, se marcha fuera. Lo que hizo el atacante realista fue exactamente lo que tenía que hacer. Golazo precisamente por eso, porque no era una jugada nada fácil de rematar. A partir de ahí, la Real mantuvo un control perfecto del partido. Hizo que no sucediera absolutamente nada dentro de las áreas. Con una defensa espléndida, en la que siempre se nota la presencia de Iñigo Martínez, el Granada era incapaz de acercarse a Oier. Y a la Real le bastaba con controlar el centro del campo para que los minutos fueran pasando y los locales se desesperaran.

En esas apareció de nuevo Agirretxe para certificar su reinado en la noche. El atacante realista se anticipó a un pase atrás de Doria, que cometió un gravísimo error por no mirar si había alguien cerca de su portero. Ese inteligente movimiento ya le puso en disposición de hacer el 0-2, algo que logró a placer después de tener un poco de suerte en la salida del portero, que estrelló en el cuerpo del realista el balón en su intento de despeje. Pero la suerte, que la tuvo, ya se la había buscado con su movimiento de pillo. Hasta el descanso, la única jugada relevante fue un disparo de El Arabi desde la frontal que supuso la primera intervención de Oier. Era el minuto 43. No hay, por tanto, mejor demostración de que el control del partido era txuri urdin de arriba a abajo. En la segunda parte ese control no fue tan férreo, e Iñigo Martínez, capitán de facto sobre el campo aunque el brazalete lo llevara Vela, llamó la atención de sus compañeros en varias ocasiones para que mantuvieran la tensión.

El Granada, en todo caso, no estuvo nunca cerca de meterse en el partido. De hecho, las ocasiones fueron todas para la Real, que pudo lograr en Granada una goleada de escándalo a poco que se lo hubiera propuesto. Agirretxe continuó el festival con un espectacular pase al hueco al que Vela, mucho más lento que de costumbre y que quizá se podría beneficiar de algún partido en el banquillo, no pudo llegar. Poco después fue Canales el que culminó un envío de Zurutuza estrellando el balón en el cuerpo de Andrés Fernández. Para entonces, Moyes ya había apostado todavía con más firmeza por el control, sentó a un Granero con tarjeta amarilla y devolvió a Pardo el mando del equipo. Cerrando el primer cuarto de hora de la segunda mitad, Vela, en una de sus pocas apariciones inspiradas, puso un balón de oro a Agirretxe, que dejó pasar una primera oportunidad de firmar el hat trick por un mal control antes de que su disparo saliera lamiendo el palo a la izquierda de Andrés. Y en el 77, el guardameta local sacó una falta de Pardo que buscaba la escuadra, aunque, sorprendentemente, Estrada Fernández no pitó córner.

Ya con Xabi Prieto por Canales en el césped, Agirretxe sí consiguió firmar el tercero. Lo hizo en una jugada individual, recogiendo un despeje de la defensa, con un control magnífico y una jugada de crack, en la que sacó el manual de colocar el cuerpo y regatear dentro del área, antes de finalizar su carrera con un balón picado que dejó boquiabierto a Andrés Fernández. Y pudo ser mucho más abultado el resultado. El Granada, que en muchas jugadas apenas defendía con un par de jugadores, bajó los brazos y aceptó la derrota, ya bastante contundente. Quizá Jonathas hubiera demostrado más hambre para aumentarla y podría haber aprovechado esa situación para que la goleada adquiriera tintes históricos, pero Moyes apostó por Bruma, que entró en el campo por Vela. Precisamente Bruma tuvo la última gran aproximación de peligro, en la que no supo ver un pase clarísimo para que Agirretxe hiciera el cuarto de la Real y de su cuenta particular y culminó una jugada con un mal pase a Pardo, que llegaba a la frontal.

Los Cármenes vio la primera victoria de la Real en este curso y al mejor Agirretxe, a uno que sabe jugar al fútbol y marcar goles, uno que presiona y que forma parte de un esquema de juego, tanto en defensa como en ataque. No siempre acierta, por supuesto, como demostró con su cabezazo fallido ante el Espanyol el pasado sábado o con el gol cantado que le dejó Vela en Granada y no supo convertir. Pero su valor es incalculable, a pesar de que nunca se le ha llegado a reconocer como uno de los nombres más destacados de este equipo. Y él, pico y pala, siempre se hace hueco. Con él, desde luego, la Real siempre parece tener mejor pinta. La victoria en Granada fue solvente. Nada espectacular, pero al menos lo que se tiene que esperar de la Real de Moyes. Ha tardado en aparecer, pero si está aquí para quedarse no podría haber llegado en mejor momento, en vísperas del derbi y todavía en los primeros pasos de una temporada que aún puede dar muchas alegrías. La primera, desde luego, es esta.

lunes, septiembre 21, 2015

PREVIA Granada - Real Sociedad. Urge la reacción

Chory Castro, en el encuentro de la pasada temporada en Granada.
Cuatro jornadas, dos puntos y ninguna victoria es el sorprendente bagaje que acumula la Real Sociedad en la temporada con un inicio de campeonato más asequible que se recuerda. Y por eso, en la quinta jornada, ya urge una reacción. Tendrá que ser a domicilio, con el Granada como rival (martes, 22.00 horas, Nuevo Los Cármenes, Canal + Liga), para que el derbi que el domingo acogerá Anoeta no cobre unos tintes dramáticos casi inverosímiles a estas alturas de la Liga. Pero esa es la realidad, y David Moyes tiene mucho trabajo para intentar que su equipo juegue como pretende, dando continuidad a las pequeñas buenas noticias que dio el arranque del encuentro ante el Espanyol, y que se desmoronaron tras la expulsión de Rulli y por los tres goles que encajó. Si esa Real puede tener continuidad, y si los delanteros no se quedan en su debut goleador testimonial, puede haber esperanza en una temporada interesante. Pero cuanto antes lleguen las buenas sensaciones, mejor.

La gran noticia de la convocatoria está en que Moyes se lleva tres guardametas a Granada, y en el nombre de los tres: Rulli, Oier Olazabal y Bardají. El argentino en principio estará sancionado, aunque el Comité de Competición no se reúne hasta este martes, y para que Oier Olazabal juegue, hay que pagar al Granada. Si la Real no paga y Rulli es sancionado, sólo Bardají podría jugar. Cabe pensar que la Real no forzará tanto la situación y si su portero titular no puede jugar ante el Granada sí se pagará la cantidad estipulada y Oier estará bajo palos. El técnico escocés, con esos tres porteros, se lleva a 20 jugadores a Granada, por lo que un guardameta y un jugador de campo verán el partido desde la grada. La otra gran noticia es que Iñigo Martínez vuelve a la lista y lo normal es que también al once inicial, por lo que es posible que el descarte salga de la dupla que forman Ansotegi y Mikel González. De esa manera, Zurutuza podría entrar en su primera lista de la temporada. Carlos Martínez, Zaldua, Héctor y Oyarzun siguen fuera del grupo.

El once inicial es una incógnita, y más teniendo en cuenta que estamos en la primera semana de tres partidos de la temporada. Si en el primero ya hubo cambios con respecto al equipo que arrancó la Liga, es factible pensar que esos jugadores podrían volver. La primera gran duda está en la portería. Lo normal es que los centrales sean Iñigo Martínez y Reyes y los laterales Aritz Elustondo y De la Bella. Si Pardo regresa, lo normal es que lo haga con Illarramendi a su lado, aunque no es descartable que entre Markel. Y por delante sería casi seguro el regreso de Xabi Prieto, lo que quizá siente a Bruma. Vela y Canales estarían de nuevo en el once. Y la duda más interesante, dado que ambos marcaron ante el Espanyol, es quién será el delantero centro, Jonathas o Agirretxe. Mikel, Ansotegi, Granero, Zurutuza y Yuri parecen tener menos opciones de entrar en el equipo inicial, aunque nada se puede descartar a priori debido a la proximidad del derbi del domingo.

A pesar de no haber conseguido aún una victoria, la Real no ha entrado todavía en posiciones de descenso, zona que bordea desde la decimoséptima posición que ocupa con los dos puntos que ha sumado, los mismos que tienen los tres equipos que están por debajo y Las Palmas, por encima del equipo txuri urdin por average. El Granada, decimoquinto, tiene uno más, tres. Junto a Athetic y Getafe, es el equipo que más ha perdido, tres de los cuatro partidos jugados, y sólo el Espanyol ha encajado más goles que el conjunto andaluz, que ha recogido el balón del fondo de su portería en ocho ocasiones ya. La Real no ha conseguido ganar ni marcar fuera de casa, tras el 0-0 en Riazor y el 1-0 en el Benito Villamarín, mientras que el Granada como local ha perdido los dos encuentros que ha jugado, ambos por el mismo resultado, 1-3 ante Eibar y Villarreal.

La historia no invita al optimismo, porque la Real ha visitado Granada en 23 ocasiones, con un pobrísimo bagaje de tres victorias para el equipo txuri urdin, cuatro empates y dieciséis derrotas. Diecinueve de esos partidos han sido en Primera, categoría en la que llegaron dos victorias y los cuatro empates realistas, además de 12 triunfos locales. La Real sólo venció en el 0-3 de la temporada 1969-1970, con dos goles de Urreisti y uno de Aranbarri, y en el 1-3 de la 2013-2014, con dos de Vela y uno de Griezmann. De hecho, la Real lleva tres visitas seguidas puntuando ante el Granada, con esa victoria y dos empates, y no pierde desde el 4-1 de la campaña 2011-2012, precisamente la mayor goleada del conjunto andaluz. El cuadro histórico se completa con tres choques en Segunda División, todos ellos con victoria del Granada, y dos más en promociones de permanencia o ascenso, con triunfo local por 2-1 en la 1940-1941 y realista por 1-2 en la 1954-1955.

La pasada campaña, la 2014-2015, Granada y Real Sociedad empataron a uno. El equipo txuri urdin empezó bien, jugó una buena primera parte y dispuso de muchas ocasiones de gol. El tanto, no obstante, llegó desde el punto de penalti, al transformar Vela una pena máxima, la primera de la Real en toda la temporada y ya transitaba la competición en el mes de enero, de la que fue objeto Canales. La Real debió aprovechar los diez minutos finales del primer tiempo para sentenciar, pero no lo hizo y dio vida al Granada antes de desaparecer del partido. El empate llegó a poco más de diez minutos para el final, también de penalti. Pardo cometió un error grave y zancadilleó a Nyom. Fran Rico tampoco falló desde los once metros y subió al marcador el empate definitivo. Nadie estuvo a la altura, ni un malísimo y casero árbitro, Martínez Munuera, que sólo acertó en los penaltis, ni Moyes, que introdujo dos cambios en el minuto 90, cuando el partido ya se había escapado.

domingo, septiembre 20, 2015

REAL SOCIEDAD 2 - ESPANYOL 3 Un injusto mazazo

La expulsión de Rulli que cambió el encuentro.
Qué mal cuerpo dejan las derrotas como la que cosechó la Real contra el Espanyol. Malo porque, en realidad, el equipo txuri urdin no mereció irse de vacío. Su arranque fue bueno y le valió para ponerse por delante, no concedió apenas ocasiones de gol a su rival, se sobrepuso al mazazo doble de ver a Rulli expulsado tras cometer un penalti que supuso el 1-1 e incluso tuvo arrestos para igualar el posterior 1-2 en un notable arranque de raza. Y mereció ganar un partido en el que el conjunto barcelonés encontró un excesivo precio a su escasez de valentía, porque los visitantes convirtieron prácticamente cada disparo entre los tres palos y jamás crearon más peligro del mínimo exigible a un equipo que jugó contra diez. La mejor forma de explicar este resultado es pensar que, con lo hizo, la Real le hubiera ganado al Betis hace una semana. Hubiera sido injusto, como lo ha sido el mazazo que se lleva el conjunto txuri urdin tras el 2-3 definitivo encajado sobre la bocina.

En contra de lo previsto, Moyes optó por una pequeña gran revolución en el once, que pone por primera vez sobre la mesa en esta temporada la necesidad de contar con la plantilla amplia por la que siempre suspiró. La columna vertebral del equipo no fue ante el Espanyol la que formaba su primer once titular. Iñigo Martínez faltaba por lesión, pero el técnico escocés decidió suplir a Pardo por Granero, a Xabi Prieto por Canales y a Jonathas por Agirretxe. Nada mal la forma en la que el entrenador encaró el partido, consciente, por mucho que dijera en la víspera, de que su equipo no estaba carburando y de que había que hacer algo diferente para reactivar al equipo. Y el plan funcionó de salida. No es que la Real hiciera un partidazo, pero la fluidez en su juego no tuvo nada que ver con la mostrada en las tres primeras jornadas de Liga, y cada vez que conectaba cuatro o cinco pases seguidos sí parecía el equipo que se busca desde el banquillo.

El gran problema, no obstante, sigue siendo el mismo, generar ocasiones de gol. En los primeros 45 minutos no hubo más que dos. La primera la protagonizó Vela a los diez minutos tras un gran pase de Canales desde la izquierda. A los 20 llegó el 1-0, el ansiado primer gol de la temporada. Y probablemente sorprenderá a pocos que su autor fuera Agirretxe. En los pocos minutos de los que disfrutó en el Benito Villamarín, los primeros de la temporada, ya se mostró como el jugador más entonado de la zona atacante del equipo, y su gol de oportunista, encontrando un muy buen pase de De la Bella. El lateral se sumó con una espléndida primera mitad a lo mejor de la Real, que estuvo precisamente en los jugadores que introdujo Moyes en el once. Canales estuvo activo y acertado, Granero ayudó bastante a Illarramendi y Agirretxe aportó muchas más cosas que el gol.

La primera media hora fue de claro color txuri urdin, e incluso por momentos se vio buen fútbol. El partido iba en la dirección correcta. Pero con el 1-0 la Real bajó el pistón. Nada excesivamente grave, y el Espanyol no pareció ser consciente de que los de Moyes le habían abierto algún camino para buscar el empate. Rulli mandó a córner en el minuto 36 un disparo de Víctor Álvarez que fue la única ocasión de gol de los espanyolistas, y no fue una demasiado clara tampoco. Pero en el minuto 42 el partido cambió por completo. Un balón en profundidad que sorprendió a la defensa realista lo cazó Asensio, que regateó a Rulli el guardameta argentino cometió un claro penalti, provocado probablemente por estar demasiado metido entre sus palos con su defensa tan adelantada. La roja que le mostró Pérez Montero, que antes ya perdonó al Espanyol esas tarjetas de los primeros minutos que a la Real rara vez se le perdonan, es algo más discutible pero tampoco descabellada.

La ovación con la que se marchó Rulli recordó a la que escuchó Bravo cuando cometió aquel penalti contra el Elche en la temporada del ascenso. A pesar de su error, el argentino tuvo que salir con esa pequeña satisfacción. Oier debutó con la camiseta txuri urdin sin poder detener el penalti y Gerard Moreno puso el empate en el marcador. Para que su portero suplente debutara, Moyes sacrificó a Bruna, con mucha diferencia el más flojo de los hombres ofensivos de la Real, aún dejando abierto el debate sobre Vela que el propio mexicano abrió desde la sala de prensa entre semana y que le costó los silbidos de Anoeta en varios momentos del encuentro, sobre todo cuando acabó sustituido después de otro pobre encuentro. La Real se encomendó precisamente a su estrella y esta le falló. Claramente. Él sabrá las causas, pero es obvio que Vela lleva demasiado tiempo sin ser Vela. Es difícil saber si esto son secuelas de lesiones, de no hacer pretemporadas, de su deseo de irse, de actitud o una mezcla de todo, pero o reacciona ya o su final en la Real no va a ser demasiado agradable.

Con todo, la Real tuvo una muy buena reacción a su inferioridad numérica. Todo lo que hizo mal hace sólo una semana en el Benito Villamarín con un jugador menos, en Anoeta ante el Espanyol lo hizo razonablemente bien. En el arranque de la segunda mitad no se notó que el conjunto visitante tenía esa superioridad numérica. Incluso las dos mejores ocasiones de esos minutos tuvieron color txuri urdin, primero un cabezazo mal conectado por Agirretxe a un buen pase de Vela, el único decente que tocó en todo el encuentro, y después un gran disparo de Illarramendi al rechace de un córner que Pau López envió a córner. Poco a poco el Espanyol se hizo con el dominio del balón, pero nunca pareció que tuviera el mismo control sobre el encuentro. Es verdad que llegaba al área de Oier, pero este apenas tuvo que intervenir.

Aún así, la suerte sonrió al Espanyol mucho más de lo que lo estaba mereciendo. En forma de golazo, todo es cierto, con un formidable testarazo de Enzo Roco que se adelantó con mucha suficiencia a Illarramendi para poner el 1-2 en el marcador. Moyes, consciente de que perder por más goles no iba a agravar la herida, puso sobre el campo a todo el arsenal ofensivo que le quedaba, Chory Castro y Jonathas. Es verdad que sus sustituciones no fueron una apuesta arriesgadamente suicida, porque salieron del campo Vela y Agirretxe, pero quizá la mordiente del Espanyol invitaba a hacer algo más osado. No era una decisión fácil, en todo caso. Y no se puede negar que la apuesta salió bien. Jonathas hizo el 2-2 tras recoger en el corazón del área un balón que había puesto Chory Castro desde la izquierda. Y en es emomento, Anoeta pensó en la remontada. Con diez jugadores. Eso quiere decir algo, y ojalá el equipo acabe entendiendo ese mensaje de una afición que casi siempre se pone en lo peor casi por sistema.

Pero a perro flaco todo son pulgas y la alegría de la Real fue tristemente efímera. Si Jonathas había hecho el empate en el minuto 87, el Espanyol logró el 2-3 en el 90. Y lo hizo de la forma más triste para un equipo en inferioridad numérica, en una jugada de estrategia, donde precisamente las fuerzas se igualan. Qué mal defiende la Real los córners. Rematadamente mal. El envío desde la esquina encontró una peinada en el primer palo y un rematador absolutamente desmarcado en el segundo. Ningún defensa ni tampoco Oier olieron nada de la jugada hasta que el remate de Hernán Pérez estaba ya dentro de la portería realista para llevarse el punto que, como mínimo, habría merecido el sudor de la Real en el encuentro. No fue una derrota justa, pero fue una derrota que tuvo algunas causas claramente identificables y que deja muchas conclusiones interesantes.

Sea como fuere, la Real sigue sin ganar después de cuatro jornadas de Liga. Al menos ya ha marcado, y además lo han hecho sus dos delanteros, lo cual es un refuerzo interesante. Pero la fortaleza defensiva ha saltado por los aires. Obviamente, Iñigo es un baluarte evidente de este equipo, pero encajar tres goles de un equipo que ha hecho tan poca cosa como el Espanyol es algo para analizar, incluso a pesar de la inferioridad numérica en que Rulli dejó al equipo. Y quizá lo más importante es que la Real sí encontró ante el Espanyol, aunque sólo fuera durante media hora, un camino que sí le puede hacer ganar partido, esa idea que faltaba y de la que hablaba Zurutuza, que de nuevo se volvió a quedar en la grada. Lo preocupante es que ni siquiera eso sirvió para que la Real ganar. Dos puntos de cuatro en un arranque de Liga que no parecía exigente es preocupante, se mire como se mire. Si esto era una victoria o preocupación, es obvio que, a pesar de las circunstancias, las urgencias ya están aquí.

viernes, septiembre 18, 2015

PREVIA Real Sociedad - Espanyol. Victoria o problemas

Canales celebra el gol que supuso el 1-0 de la temporada pasada.
O la Real vence al Espanyol o comenzarán los problemas (sábado, 22.00 horas, Anoeta, La 1). No hay muchas más alternativas después de un decepcionante comienzo de Liga, sin haber marcado todavía ningún gol a estas alturas (por tercera vez en la Historia) y con los debates que han abierto Zurutuza y Vela con sus declaraciones de esta semana, que sin duda se acentuarán si el equipo txuri urdin no consigue los tres puntos contra el conjunto barcelonés. David Moyes necesita sacar ya resultados de la plantilla que el club ha puesto a su disposición y demasiados jugadores tienen que dar ya el paso adelante que se espera de ellos. Si no se empieza a ver una mejora, y aunque todavía quede muchísimo campeonato, parece claro que las dudas se instalarán en Anoeta, en el equipo e incluso en el entrenador, que probablemente esté viviendo ahora mismo sus peores días desde que aterrizó en la Real.

Como era más que previsible dadas las costumbres de Moyes, la convocatoria no se conocerá hasta minutos antes del partido. En principio, son cuatro las bajas con las que contará el técnico escocés, y son las ya conocidas de Iñigo Martínez, Zaldua y Oyarzun, además de Navas. Aunque también se ha tratado de cuestiones físicas durante la semana, Héctor sí podría estar, ya que el preparador realista no le descartó en su rueda de prensa previa. De esta forma, y contando con que Aritz Elustondo vuelva a estar en el primer equipo para este encuentro, Moyes tendrá que descartar a otros cuatro jugadores. Los debates de la semana tendrán una prolongación interesante cuando se sepa si Moyes incluye por primera vez en una lista a Zurutuza, que ha visto los tres primeros partidos desde la grada y que es quien más claro ha hablado de los problemas de juego del equipo.

Sería de nuevo muy sorprendente que Moyes variara su apuesta de este arranque de temporada. De ser así, lo normal es que Rulli esté bajo palos, con Elustondo y De la Bella como laterales, y Reyes y Mikel González como centrales. No sería descabellado que Carlos Martínez o Ansotegi tuvieran su oportunidad, más el segundo que el primero, pero no parece probable que haya muchos movimientos. En teoría, en el centro del campo, y más siendo un partido en Anoeta, se mantendrá con Illarramendi y Pardo, con Vela, Xabi Prieto y Bruma en la línea de mediapuntas y Jonathas como jugador más adelantado. Será interesante ver si Canales puede tener entrar, sería por Prieto. Agirretxe, que se reivindicó con una buena actuación en el Benito Villamarín saliendo desde el banquillo, tendrá que seguir esperando su oportunidad desde allí.

No haber ganado todavía en las tres primeras jornadas ha colocado a la Real en este arranque de Liga en la parte baja de la tabla, en la decimosexta posición y con apenas dos puntos. Su rival en esta jornada, el Espanyol, está en el duodécimo puesto con tres. Todavía son muchos los equipos que no han ganado, ocho, entre ellos la Real pero no el Espanyol, que sí tiene una victoria. Son más los conjuntos que, como el txuri urdin, tampoco han ganado en casa, hasta trece. La Real es uno de los tres, junto a Málaga y Sporting, que aún no saben lo que es perforar la portería contraria. El único partido en Anoeta que han jugado los hombres de Moyes se saldó con el 0-0 inicial, ante el Sporting, y la hasta ahora única salida del equipo barcelonés se saldó con un 3-1 a favor del Villarreal. Eso, con el 0-6 que le endosó el Real Madrid, hace que el Espanyol sume dos derrotas consecutivas.

Históricamente, el Espanyol es un buen rival para la Real. Se han visto las caras en 67 ocasiones, con un saldo de 44 victorias para la Real. En Primera han sido casi todos esos encuentros, 65, con 42 victorias locales, once empates y doce victorias del Espanyol. La mayor goleada txuri urdin, 6-1, se ha repetido en dos ocasiones, en las temporadas 1932-1933 (con hat trick de Urtizberea y un gol de Chivero, Tolete e Inchausti) y 1943-1944 (dobletes de Ontoria y Unamuno y un gol de Bidegain y Pérez). La peor derrota de la Real llegó en la temporada 1934-1935, 1-4. Aunque el Espanyol ha rascado puntos de Anoeta en dos de sus cinco últimas visitas, las que se han producido tras el ascenso, el balance es también positivo para el cuadro txuri urdin, con tres victorias, un empate y una derrota. La fotografía estadística la completan dos victorias realistas, 2-1 en la promoción de permanencia de la temporada 1954-1955 y en Segunda División por 3-0 en la 1962-1963.

El último Real Sociedad - Espanyol jugado en Anoeta, la pasada temporada, la 2014-2015, se saldó con una escueta victoria local, por 1-0. El partido tuvo muy poco fútbol y menos ocasiones, y se resolvió por un regalo. Kiko Casilla inició una jugada de su equipo con un pase con los pies que entregó a Canales. El realista aprovechó el regalo e hizo pocos minutos antes del descanso el 1-0 que acabaría siendo definitivo. La Real no tuvo opciones claras para aumentar su ventaja y sentenciar el partido, y eso dejó con vida al Espanyol hasta el final, por mucho que los visitantes fueran igualmente inofensivos y no probaran seriamente, aunque sin demasiado acierto, a un seguro Rulli. Al menos, la Real no sufrió demasiado para conservar una victoria tan necesaria en aquel momento de la temporada, ya en el mes de marzo, como regalada por un error clamoroso del portero rival.

miércoles, septiembre 16, 2015

La Real ha dejado escapar diecinueve puntos en superioridad desde el ascenso

La roja a Petros, la última que no ha aprovechado la Real.
Diecinueve puntos. Eso es lo que no ha sabido capaz de ganar la Real Sociedad ante equipos por un jugador menos desde que regresó a Primera División en el año 2010. Por contra, el equipo txuri urdin ha sabido sumar dieciocho puntos que no tenía cuando se produjo la expulsión de un jugar rival, por lo que se podría entender que el balance es, al menos, parejo. Pero lo cierto es que no lo es, porque resulta bastante decepcionante la actuación realista contra diez jugadores. Lo que se desprende de estos datos es que, cuando el equipo contrario ve una tarjeta roja, hay casi un 50 por ciento de posibilidades de que el marcador no se mueva y, por tanto, de que los realistas no aprovechen esa superioridad.

Con el partido del sábado pasado en el Benito Villamarín, el último en el que se desaprovechó esa ventaja numérica, la Real ha jugado con un futbolista más en 25 encuentros desde aquel último ascenso. En los en nueve en los que el marcador registraba una derrota realista cuando se produjo esa tarjeta roja hay una igualdad total, en tres de ellos la Real consiguió darle la vuelta al marcador y llevarse la victoria, en otros tantos se quedó en el empate y en el mismo número de encuentros se fue de vacío a pesar de esa ventaja. En los ocho en los que el marcador era de empate, el saldo es más negativo para la Real: en cinco no supo marcar el gol de la victoria, algo que sí hizo en tres.

Si Philippe Montanier logró resultados más o menos parejos, la etapa de Jagoba Arrasate no fue demasiado positiva en ese sentido. En la 2013-2014, la Real no pudo aprovechar los apenas cinco minutos de superioridad que tuvo en Anoeta contra el Sevilla por la expulsión de Cala para impedir que el 1-1 de ese momento fuera el resultado final. Tampoco supo qué hacer en 28 minutos, los que transcurrieron desde la roja a Borja, para que el 2-2 en Getafe se moviera a su favor. Y tampoco supo aprovechar la mínima superioridad de tres minutos en el 1-1 ante el Granada en Anoeta, pues ese fue el escaso tiempo que transcurrió entre la roja que vio Recio en el minuto 53 y la que vio Mikel González en el 56 para igualar el número de jugadores de ambos equipos.

Y en la temporada siguiente, la 2013-2014, antes de ser cesado Arrasate, el Almería mantuvo la victoria que tenía en Anoeta, aunque encajó un gol hasta el 1-2 final, tras la expulsión de Dubarbier en el minuto 78. La del Villamarín del sábado es la segunda vez que David Moyes ve como su equipo no es capaz de remontar con uno más. La anterior fue en el derbi jugado en Anoeta la pasada temporada, Laporte fue expulsado en el minuto 80 pero la Real no fue capaz de romper el 1-1 que entonces campeaba en el marcador.

Incluso sin la necesidad de remontar, la Real ha protagonizado dos encuentros más en los que dejó sensaciones muy negativas. En la 2012-2013, no supo aprovechar una ocasión de oro para ganar en el Bernabéu, cuando Adán, guardameta del Real Madrid, vio la tarjeta roja en el minuto 6, cuando la Real ya perdía por 1-0, pero justo antes de que Xabi Prieto empatara. El resultado de aquel partido fue de 4-3, lo que significa que los realistas encajaron tres goles jugando contra diez. En la temporada siguiente, incluso perdió dos puntos jugando en superioridad. Fue en Balaídos, en un partido que ganaba por 1-2 cuando Aurtenetxe fue expulsado en el minuto 47, y que finalmente acabó empatando a dos, dejándose por el camino dos puntos que tenía cuando logró esa ventaja numérica adicional.

Las remontadas completas que sí hizo la Real aprovechando que contaba con un jugador más en el campo fueron dos de ellas en la temporada 2012-2013 y una en la 2013-2014. Las dos primeras fueron el 2-5 en Mestalla, ya que el Valencia ganaba 1-0 cuando Jonás fue expulsado en el minuto 41, y el 3-2 al Barcelona en Anoeta, que iba 1-2 cuando Vela provocó la justa tarjeta roja de Piqué en el minuto 56. La última vez que la Real aprovechó la superioridad numérica para protagonizar una remontada completa fue el 4-3 al Celta jugado también en San Sebastián, un partido que iba perdiendo por 2-3 cuando Fontás tuvo que salir del campo en el minuto 64.

El saldo de puntos en partidos en los que las expulsiones son en su contra es también parejo, pero más positivo para la Real. Desde la temporada 2010-2011, ha tenido que jugar nueve partidos en inferioridad por una roja, y en ellos mantuvo ocho de los catorce puntos que tenía en el momento de sufrir esa tarjeta roja. En cuatro de los ocho partidos en los que no iba perdiendo ya cuando el árbitro mostró esa tarjeta roja aguantó los puntos que tenía cuando todavía había igualdad numérica. Aguantó la victoria en la temporada 2011-2012 en El Molinón ante el Sporting, con Carlos Martínez expulsado en el minuto 67 y con 0-2 en el marcador, sólo encajó el gol precisamente en el penalti que fue sancionado, e hizo lo propio en la 2012-2013 en Riazor, ante el Depor, en los siete minutos que jugó con diez por la expulsión de Markel en el día en que se consiguió la clasificación para la Champions.

También sostuvo el empate en la 2011-2012 en El Sardinero ante el Racing, sin goles ni antes ni después de la roja a Iñigo Martínez, y la pasada temporada con mucho más mérito en San Mamés, encajando el 1-0 en el inexistente penalti en el que fue expulsado Mikel González pero empatando después por medio de De la Bella. Ese es el único tanto que ha marcado la Real con un jugador menos que su rival en el campo desde el ascenso de 2010, lo que habla también de lo difícil que le es sobreponerse a situaciones adversas.

A FAVOR
2010-2011
Real Sociedad 1 - Osasuna 0. Damiá, 89 (1-0).
2011-2012
Atlético de Madrid 1 - Real Sociedad 1. Gabi, 72 (1-0).
Real Sociedad 3- Zaragoza 0. Lanzaro, 83 (3-0).
2012-2013
Real Sociedad 2 - Athletic 0. Amorebieta, 71 (1-0, gol en el penalti).
Betis 2 - Real Sociedad 0. Mario, 87 (2-0).
Valencia 2 - Real Sociedad 5. Jonas, 41 (1-0).
Real Sociedad 2 - Sevilla 1. Coke, 74 (2-1).
Real Madrid 4 - Real Sociedad 3. Adán, 6 (1-0, gol en el penalti).
Real Sociedad 3 - Barcelona 2. Piqué, 56 (1-2).
Celta 1 - Real Sociedad 1. Augusto Fernández, 49 (1-0).
Real Sociedad 3 - Mallorca 0. Javi Márquez, 28 (0-0).
Zaragoza 1 - Real Sociedad 2. Héctor, 22 (0-1).
Real Sociedad 1 - Levante 1. Nikos, 56 (1-1).
Sevilla 1 - Real Sociedad 2. Reyes, 57 (1-2).
2013-2014
Real Sociedad 1 - Sevilla 1. Cala, 85 (1-1).
Real Sociedad 5 - Osasuna 0. Loties, 49 (2-0).
Real Sociedad 4 - Celta 3. Fontás, 64 (2-3).
Getafe 2 - Real Sociedad 2. Borja, 62 (2-2).
Celta 2 - Real Sociedad 2. Aurtentxe, 47 (1-2).
Real Sociedad 1 - Granada 1. Recio, 53 (0-0); Mikel González, 56 (0-0).
2014-2015
Real Sociedad 1 - Almería 2. Dubarbier, 78 (0-2).
Real Sociedad 2 - Atlético de Madrid 1. Siquiera, 50 (1-1).
Real Sociedad 1 - Athletic 1. Laporte, 80 (1-1).
Real Sociedad 3 - Córdoba 1. Pantic, 6 (0-0); Iñigo López, 80 (2-1); Pinillos, 89 (3-1).
2015-2016
Betis 1 - Real Sociedad 0. Petros, 44 (1-0).

EN CONTRA
2011-2012
Sporting 1 - Real Sociedad 2. Carlos Martínez, 67 (0-2, gol en el penalti); Lora, 89 (1-2).
Rayo 4 - Real Sociedad 0. Iñigo Martínez, 10 (0-0).
Villarreal 1 - Real Sociedad 1. Elustondo, 61 (0-1).
Racing 0 - Real Sociedad 0. Iñigo, 55 (0-0).
Granada 4 - Real Sociedad 1. Illarramendi, 44 (1-1); Siquiera, 85 (3-1).
Real Sociedad 1 - Levante 3. Elustondo, 56 (1-2).
Málaga 1 - Real Sociedad 1. Mikel González, 44 (0-1).
2012-2013
Deportivo 0 - Real Sociedad 1. Markel, 83 (0-1).
2014-2015
Athletic 1 - Real Sociedad 1. Mikel González, 50 (0-0, gol en el penalti).

lunes, septiembre 14, 2015

Empezar sin gol, paradójico sinónimo histórico de éxito

Kodro, máximo goleador de la 1991-1992.
Tras las tres primeras jornadas de Liga, la Real sigue sin haber conseguido su primer gol. Es la tercera vez que inicia así un campeonato liguero, y curiosa y paradójicamente en las dos anteriores esa sequía anotadora fue el trampolín para una temporada espléndida. Sucedió en la temporada 1968-1969, con Andoni Elizondo como técnico, cuando se sobrepuso a ese inicio sin marcar firmando una espléndida campaña, finalizando en séptima posición, lejos de los agobios por la permanencia que se podían prever para un equipo que jugaba su segunda temporada en la élite tras el ascenso de Puertollano de 1967 y la promoción contra el Valladolid de un año después. Y volvió a repetir ese inicio en la 1991-1992, con John Toshack en el banquillo, cuando acabó ascendiendo hasta la quinta posición y logrando la clasificación para la Copa de la UEFA.

En la primera de esas dos ocasiones, la Real sumó tres puntos en ese arranque, puesto que sus tres primeros partidos, contra Barcelona y Granada a domicilio y contra el Pontevedra en Atotxa, acabaron con el resultado inicial. La sequía la rompió Arzak, haciendo el primer gol realista en el 2-1 con el que se superó al Zaragoza en su visita a Donostia, en el cuarto encuentro del campeonato. En los treinta partidos de que constó aquella Liga 1968-1969, el equipo txuri urdin acabó marcando 36 tantos, incluyendo algunas suculentas goleadas como el 5-1 al Granada o el 4-0 al Valencia, y eso que se quedó sin marcar en otros siete partidos más, hasta sumar nada menos que diez. El máximo goleador realista fue Urtiaga, que hizo once tantos.

El arranque de la temporada 1991-1992 fue todavía más catastrófico, porque sólo se sumó un punto en esas tres primeras jornadas. La Real empezó perdiendo 2-0 en Barcelona, empató sin goles en Atotxa ante el Zaragoza, y cayó en Oviedo por el mismo resultado que en la jornada inicial. Entonces llegaron a ser cinco las jornadas sin marcar, el peor inicio goleador de la historia realista, con el 0-2 que logró el Atlético en Atotxa y el 1-0 con el que salió la Real de El Sadar. Luis Pérez hizo el primer gol en la jornada sexta, en el 3-1 al Valencia en el que debutó y se lesionó Kodro, al final el máximo goleador de aquella plantilla con 13 tantos. La Real acabó sumando 44 goles en los 38 partidos de Liga, y estuvo en otros siete partidos más sin marcar, hasta un total de doce.

Desde el ascenso a Primera en 2010, la peor marca goleadora es la que cosechó el equipo en la temporada pasada, la 2014-2015, con apenas 44, dos más que los que logró en la primera de Philippe Montanier, la 2011-2012. El menor número de partidos sin marcar fue el logrado en la primera Liga tras el ascenso, la 2010-2011, cuando el equipo de Martín Lasarte marcó en todos los encuentros salvo en cinco. Desde ese ascenso, la Real sólo ha estado tres partidos seguidos sin marcar en una ocasión, en la ya mencionada primera Liga de Montanier, cuando sumó de forma consecutiva un 0-1 en Anoeta ante el Real Madrid, un 4-0 en Vallecas ante el Rayo y un empate sin goles en casa ante el Espanyol.

domingo, septiembre 13, 2015

BETIS 1 - REAL SOCIEDAD 0 Justo castigo para una Real inofensiva

La Real no sabe ganar, ni con Illarra.
La Real es inofensiva. Es un equipo que no sabe generar peligro, que no domina con firmeza los partidos en los que se encuentra con circunstancias a favor y que, a pesar de la calidad que se le supone a sus jugadores ofensivos, nunca encuentra caminos claros hasta la portería del equipo rival. En ese sentido, es fácil asumir que el equipo de David Moyes sigue en un ya inexplicable estado de formación, a medio hacer, sin los automatismos que se le ha de exigir a un conjunto profesional que tenga aspiraciones. Y así, hay que decirlo, ganar partidos va a ser algo muy difícil. Ya son tres los que ha jugado la Real y todavía no conoce la victoria. La razón, sencilla, es que todavía no ha marcado ningún gol. No hay una imposibilidad mayor que esa en el fútbol cuando se busca sumar de tres en tres. Y cuando además se desperdician 45 minutos en superioridad numérica, poco se puede decir. El Betis ganó con justicia a la Real, y la Real sigue acumulando motivos para la preocupación.

Era bastante previsible que Moyes no efectuara más cambios que los necesarios en el once con el que ha elegido comenzar la temporada, y así está siendo. La presencia de Illarramendi y Pardo en el doble pivote, y más habiendo tenido dos semanas para preparar la visita al Villamarín, ha podido a los miedos habituales de los últimos tiempos en la Real que llevaban a buscar un fortalecimiento de esa línea con Markel, que incluso se quedó fuera de la convocatoria, junto a Zurutuza, algo que no termina de explicarse. Reyes, Vela y Bruma fueron titulares a pesar de haber entrenado muy poco con el equipo tras sus compromisos internacionales. La baja de Iñigo se suplió, como cabía esperar, con Mikel González. Y sólo el lateral derecho está siendo un tanto problemático para el técnico escocés, que aún no ha podido contar con Carlos Martínez y que no quiso arriesgar con Zaldua, al que dejó fuera de la lista para entrara en el once de nuevo Aritz Elustondo. Pero algo no funciona, y que Agirretxe fuera el mejor desde el banquillo tendría que invitar a la reflexión.

Si la Real llegaba al Benito Villamarín con las dudas de no haber visto todavía a un equipo contundente y de calidad, los primeros minutos del encuentro no fueron especialmente tranquilizadores en ese sentido. El Betis, con mucho entusiasmo, el subidón emocional de ver debutar de nuevo a Joaquín y algo de calidad en la frontal del área, superaba con bastante facilidad las lineas realistas. Ni Pardo ni Illarramendi eran capaces de frenar las acometidas béticas, los laterales sufrían y los jugadores ofensivos no ayudaban demasiado, con lo que el equipo de Pepe Mel rondaba con demasiada facilidad el área de Rulli. El meta argentino no tuvo que intervenir en la primera ocasión clara de los locales, un cabezazo fuera de Bruno pero sí, en dos tiempos a un posterior disparo de Jorge Molina. Bruma, tras una espléndida pared con Vela, tuvo la primera ocasión realista, pero su disparo se marchó al lateral de la red, cuando parecía tener opción de pase al segundo palo para que Xabi Prieto hiciera el 0-1.

Casi hasta la media hora el dominio fue del Betis, con Molina, Castro y Joaquín como puntas de lanza. En esos minutos, De la Bella se vio lastrado por una tarjeta amarilla bastante rigurosa, en una acción en la que él estaba cogiendo a Joaquín tanto como el bético al realista, aunque afortunadamente eso no tuvo incidencia en el partido. Pero ya rondando ese primer tercio del encuentro, la Real comenzó a tocar el balón, de forma esporádica pero palpable. Illarra apareció, no así Pardo con tanta claridad, y el equipo empezó a moverse en algunas jugadas como tendría que hacerlo con más frecuencia. A la espera de Vela, Bruma cogió la batuta del equipo, y moviéndose por toda la franja de ataque se convirtió en el realista más activo. Él fue el autor de un sensacional pase que Jonathas cabeceó horrorsamente mal en una posición que parecía francamente clara. Pero cuando mejor parecía estar jugando la Real, llegó el gol del Betis. Un centro de Joaquín desde la derecha lo cabeceó Rubén Castro al interior de la red. Los dos jugadores más peligrosos del equipo verdiblanco gestaron la jugada que acabaría siendo decisiva.

Ese primer gol que recibió la Real en toda la temporada parecía convertirse en ese momento en la clásica losa para el equipo txuri urdin lejos de su estadio, porque era una situación mil veces vista ya en los últimos tiempos con este conjunto, pero en apenas dos minutos Petros ayudó a la Real de una forma insospechada, viendo dos tarjetas amarillas más que claras, por mucho que protestara el Villamarín ante el arbitraje del siempre calamitoso Álvarez Izquierdo, y dejando a su equipo con diez justo antes del descanso. Así comenzó a verse, de una forma inapelable, la enorme inoperancia ofensiva del conjunto de Moyes. El Betis, jugando toda la segunda parte con un hombre menos, fue capaz de sobrevivir sin demasiados apuros, con un sufrimiento mayor por el escenario que por la presión que imprimió la Real, y se acabó llevando los tres puntos. El mal de la Real es evidente desde hace tiempo aunque Moyes no lo vea con claridad, así lo ha dicho, y es que no es capaz de generar situaciones de gol. Y las pocas que genera, no son claras. Por eso, casi nunca pareció posible que llegara la remontada, ni tan siquiera el tanto del empate.

Y aunque hay cuestiones que se le pueden achacar a Moyes, como por ejemplo el sempiterno mal de las jugadas a balón parado, porque no parece haber una estrategia bien trabajada ni lanzador alguno que sepa ejecutarla, la sensación que da la Real es la de que sus jugadores están estancados en la autocomplacencia. Jonathas pelea lo indecible, pero eso no es suficiente. Prieto se conforma con algún destello de calidad, y por eso no fue nada extraño verle al fin sustituido en el descanso. Vela, de largo el mejor jugador de este equipo, lleva tiempo sin marcar diferencias, por mucho que las lesiones y la ausencia de pretemporada le hayan lastrado. Pardo todavía no ha dado el salto de calidad, y ha de hacerlo ya por mucho que la llegada de Illarra le dé más margen para conseguirlo. Y el sostén de la Real en una segunda mitad frustrante fueron el entusiasmo de un Aritz Elustondo con el que hay que trabajar mucho más los centros al área, y el alboroto que genera Bruma, al que algo se le intuye pero que todavía no ha pasado del ruido a las nueces.

Sobra decir que la Real dominó la segunda mitad con mucha claridad, estaba claro que ese iba a ser el escenario tras la expulsión. Mel retrasó al Betis hasta su área, e incluso renunció a tirar contras, algo que sólo se atisbó ya en el minuto 86. Pero el equipo txuri urdin apenas estuvo cerca del gol. Resulta difícil de creer que la primera tentativa seria fuera un disparo cruzado de Elustondo ya en el minuto 65. Veinte minutos de superioridad habían pasado como si nada, muestra indudable de lo inane de ese dominio y de la comodidad con la que el Betis sobrevivía. Que el análisis se centre más en los jugadores que en Moyes parece obligado viendo los cambios que hizo el escocés. No sólo retiró a Prieto en el descanso por un Chory que no llegó a entrar en juego, sino que su segunda sustitución fue quitar a De la Bella (en cuanto Mel sacó del campo a Joaquín) para dar entrada a Agirretxe. La Real pasó a jugar con una defensa de tres, con Mikel, Reyes y Elustondo cambiado de banda. Y Agirretxe, que jugaba sus primeros minutos de la temporada, se convirtió en el mejor realista del partido. No es que firmara una actuación brillante, pero generó más peligro que todos sus compañeros.

Tras muchos centros, la mayoría de ellos sin peligro alguno, el único disparo que obligó a Adán a intervenir fue uno de Bruma. Todo lo demás, quitando la actuación de un entregado Agirretxe que se postuló como la solución para que al menos haya balones que inquieten a los rivales, fue un querer y no poder, un triste ejercicio de impotencia que se culminó con un balón final a la olla, lanzado por Rulli y atrapado por Adán con la única oposición de un defensa al que el guardameta abroncó con razón por complicar un lance del juego en el que ningún realista quiso entrar. La entrada de Canales por Pardo sólo sirvió para añadir un jugador más a la lista de los que no fueron capaces de demostrar sobre el césped la superioridad numérica que Patros puso en bandejay la en teoría superioridad técnica que tiene la Real. Para el colmo, el partido murió con apenas tres minutos de descuento, algo inverosímil teniendo en cuenta que el Betis dedicó toda la segunda parte a perder todo el tiempo del mundo, estrategia que le dio sus frutos, y mucho más cerca del área de Rulli que de la de Adán.

La Real de Moyes no arranca. Y no lo hace por muchas razones. La más llamativa es, obviamente, que suma ya 270 minutos de Liga sin haber marcado un solo gol, algo que obviamente imposibilita que logre victorias. Pero no marcar goles es consecuencia de que el juego del equipo no funciona. Sin la presencia de su estrella, Vela, no tiene otras alternativas para llevar balones con peligro a las áreas rivales. La entrada en el juego de Illarra tiene necesariamente que ser el punto de partida de una Real de toque y calidad, algo que se muestra tan a cuentagotas que la duda es si este equipo va a ser capaz de sostenerlo algún día durante 90 minutos. La fortaleza defensiva, a pesar de algunas dudas de Mikel González, seguirá ahí y más con el regreso de Iñigo Martínez, pero el equipo que no sabía perder ya ha perdido y no da muestras de que vaya a saber ganar. Para eso hacen falta goles. Por encima de todo, goles.

viernes, septiembre 11, 2015

PREVIA Betis - Real Sociedad. El equipo que no pierde tiene que aprender a ganar

Canales y Markel, en la victoria de hace dos temporadas.
La Real de David Moyes se ha convertido en el equipo que no sabe perder, uno que ha conseguido una gran fortaleza defensiva, pero es al mismo tiempo uno que tiene que aprender a ganar, porque los grandes objetivos sólo se consiguen sumando de tres en tres y porque al conjunto txuri urdin le cuesta dar ese salto, más aún fuera de casa, su talón de aquiles de los últimos tiempos. Por eso, su segunda salida de la temporada, con el Betis como rival (sábado, 22.00 horas, Benito Villamarín, La 1), parece una buena piedra de toque para saber si la Real va a aprovechar este inicio de temporada asequible que tiene hasta llegar al derbi con el Athletico en Anoeta o si, por el contrario, va a seguir siendo el equipo en construcción que parece desde que el técnico escocés llegó a su banquillo. La prueba es aún más interesante teniendo en cuenta el buen gusto futbolístico de Pepe Mel, precisamente el entrenador que estuvo a punto de sentarse en el banquillo de Anoeta cuando el club cesó a Jagoba Arrasate y escogió a Moyes.

El preparador realista tiene un severo contratiempo precisamente en el fuerte del equipo, la línea defensiva. Iñigo Martínez no estará por unas molestias, y Diego Reyes apenas ha entrenado una vez con sus compañeros después de jugar con su selección. En todo caso, lo normal es que el mexicano sea titular. Con las bajas también confirmadas de Oyarzun y Héctor, el once se parecerá mucho al que ha jugado en las dos primeras jornadas. Rulli será titular bajo palos, probablemente con un recuperado Zaldua en la derecha, De la Bella en la izquierda y con más opciones para Mikel González que para Ansotegi para acompañar a Reyes. Illarramendi es innegociable, y en principio Pardo seguiría junto a él, sin descartar que entre Markel. Más abierto está el concurso en la zona de mediapuntas, aunque lo normal sería que repitieran Vela, Xabi Prieto y Bruma, con Jonathas en punta, toda vez que Moyes dejó claro que será difícil ver en el once al brasileño y a Agirretxe juntos.

La Real arranca la jornada en la undécima posición, con los dos puntos que ha logrado en los dos empates a cero con los que ha arrancado la Liga, ante el Deportivo en Riazor y ante el Sporting en Anoeta. Su rival, el Betis, tiene sólo un punto, y marca desde la decimoctava posición la zona del descenso, aunque todavía es pronto para tener en cuenta esa distancia o la que separa al conjunto txuri urdin de Europa, dos puntos. La Real, como Deportivo, Valencia y Sporting, ha empatado los dos primeros partidos de la Liga, aunque sólo realistas y sportinguistas lo han hecho sin marcar ni recibir gol alguno. El conjunto de Moyes es uno de los siete que todavía están sin estrenar su casillero anotador, y está entre los cinco que aún no han visto perforada su portería. Tanto la Real fuera como el Betis en casa se suman a esa espiral de empates, pues ese es el resultado que cosecharon en la primera jornada, en el caso del conjunto sevillano a uno con el Villarreal.

En total hay 45 precedentes con diez victorias de la Real, otros tantos empates y 25 derrotas. En Primera son 41 los duelos, con ocho triunfos de la Real, 23 del Betis y esos diez empates. La goleada más clara del equipo donostiarra es el 1-3 que logró tanto en la temporada 1985-1986 (con goles de López Ufarte, Bakero y Begisristain) y la 1987-1988 (con hat trick de Loren). El triunfo bético más contundente es el 5-1 que logró en la campaña 1960-1961 y que repitió en la fase de play-off de la 1986-1987, con la Real ya pensando en la final de Copa del Rey que ganaría. Betis y Real llevan once partidos en Primera sin empatar, desde el 0-0 de la 1997-1998, y los realistas se ha impuesto en cuatro de sus seis últimas visitas en la máxima categoría. El cuadro se completa con cuatro partidos en Segunda, con dos victorias por equipo, goleadas para la Real (1-3 en la 1944-1945 y 0-3 en la 1946-1947) y por la mínima para el Betis (1-0 tanto en la 1945-1946 como en la 2009-2010).

La última vez que Betis y Real Sociedad se vieron las caras en Sevilla fue en la temporada 2013-2014, y el triunfo fue para el conjunto txuri urdin por un parco 0-1. El Betis descendió aquel mismo día, de hecho lo hizo por los resultados de los partidos previos, y jugó sin demasiada ilusión. La Real de Arrasate estaba ya en el claro declive que le apartó de la lucha por la Champions y que acabó dando con sus huesos en la séptima plaza, obligándole a jugar dos previas para llegar a la Europa League, algo que no consiguió al caer en la segunda de ellas. El partido se resolvió de penalti. Nada más arrancar la segunda mitad, Vela forzó a Juan Carlos a cometer una pena máxima sobre él, aunque Ayza Gámez no quiso ser demasiado duro con el ya descendido equipo bético y le perdonó la segunda amarilla. El propio Vela fue quien lanzó el penalti y no falló. Eso fue todo lo que ofreció este encuentro, la segunda victoria de la Real lejos de Anoeta en toda la Liga, ya en la jornada 35.

lunes, septiembre 07, 2015

¿Dónde están todos los ex realistas en activo?

Griezmann, uno de los ex realistas que más está triunfando lejos.
Hay casi medio centenar de jugadores que han vestido la camiseta de la Real Sociedad, la de su primer equipo, y que ahora mismo están desarrollando su carrera profesional en otros equipos. Puede que sorprenda el número total, hasta 49 que han vestido la camiseta txuri urdin y ahora mismo tienen contrato en vigor con otro club y defienden la de su conjunto. Pero al mismo tiempo es normal, porque hablamos de jugadores que han pasado por la Real en los últimos quince años. Los hay recién salidos del club, como es el caso de Estrada, Elustondo o Zubikarai; canteranos que apenas llegaron a jugar con los mayores, como Giovanni Sio, Alex Albistegi o Juan Domínguez; extranjeros de toda clase y condición, desde el olvidadísimo Boukary Dramé a los ahora estrellas de otro rango mediático como Claudio Bravo o Antoine Griezmann; héroes del ascenso, como Diego Rivas y Carlos Bueno; y, por supuesto, los jugadores que ahora mismo tiene cedidos el club para darles minutos y decidir si vuelven a la Real. Los que no están en la lista son jugadores como Cadamuro o Zubikarai, ex realistas que ahora mismo están sin equipo.

Esta es la lista completa, con los equipos en los que actualmente militan, con el añadido de la relación de ex entrenadores realistas que ahora mismo tienen trabajo en los banquillos.

Jugadores
Abreu, Sebastián: Nacional (Uruguay).
Albistegi, Alex: Lleida.
Alonso, Mikel: Real Unión.
Alonso, Xabi: Bayern Munich (Alemania).
Arteta, Mikel: Arsenal (Inglaterra).
Bravo, Claudio: Fútbol Club Barcelona.
Bueno, Carlos: San Martín de Juan (Argentina).
Callens, Alex: Numancia
Delibasic, Andrija: Ratchaburi (Tailandia).
Demidov, Vadim: SK Brann Bergen (Noruega).
Diego Rivas: Socuéllamos.
Dominguez, Juan: Real Unión.
Dramé, Boukary: Atalanta (Italia).
Elustondo, Gorka: Athletic de Bilbao.
Esnaola, Josu: Real Unión.
Estrada, Dani: Alavés.
Estrada, Jonathan: Deportes Tolima (Colombia).
Fabio Felicio: Louletano (Portugal).
Finnbogason, Alfred: Olympiacos (Grecia; cedido).
Fran Mérida: Huesca.
Garrido, Javi: Las Palmas.
Gaztañaga, Jon: Numancia (cedido).
Griezmann, Antoine: Atlético de Madrid.
Herrera, Germán: Vasco da Gama (Brasil).
Hervías, Pablo: Oviedo (cedido).
Ifrán, Diego: Peñarol (Uruguay).
Iker Hernández: Barakaldo (cedido).
José Ángel: Oporto (Portugal).
Lee Chun Soo: Incheon United (Corea del Sur).
Mariga, McDonald: Sin equipo.
Necati Ates: Karsiyaka (Turquía).
Nsue, Emilio: Middlesbrough (Inglaterra).
Oskitz Estefanía: Berio.
Riesgo, Asier: Eibar.
Ros, Javi: Mallorca.
Rossato, Fabiano: Comercial Futebol Club (Brasil).
Sangalli, Marco: Mirandés.
Sarpong, Jeffrey: Wellington Phoenix (Nueva Zelanda).
Seferovic, Haris: Eintracht de Frankfurt (Alemania).
Sio, Giovanni: Stade Rennais (Francia)
Stevanovic, Dalibor: Mordovia Saransk (Rusia).
Sutil, Paco: Real Jaén.
Toño Ramírez: AEK Larnaca (Chipre).
Vaughan, David: Nottingham Forest (Inglaterra).
Viáfara, Jhon: Águilas Doradas (Colombia).
Víctor Casadesús: Levante.
Víctor López: Newell's Old Boys (Argentina).
Viguera, Borja: Athletic de Bilbao.

Entrenadores
Arconada, Gonzalo: Real Jaén
Arrasate, Jagoba: Numancia.
Clemente, Javier: Selección de Libia.
Coleman, Chris: Selección de Gales.
Lasarte, Martín: Club Universidad de Chile.
Montanier, Philippe. Stade Rennais.