lunes, mayo 22, 2017

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2016-2017 (1) A Europa en el 94

La Real certificó en Vigo su clasificación europea.
El fútbol es una colección de momentos. Las temporadas son larguísimas, pero a veces se resumen en imágenes que suceden en apenas unos segundos. La Real ha firmado una gran temporada, ha luchado probablemente en inferioridad de condiciones contra rivales de mayor entidad, presupuesto y sin duda peso en el fútbol español, y probablemente todo eso se habría esfumado, permítaseme la licencia cinematográfica, como lágrimas en la lluvia, si Juanmi no hubiera conectado un maravilloso testarazo en Balaídos en el minuto 94 de la jornada número 38 de la Liga. En ese gol, en una celebración sobre el césped que probablemente ningún aficionado txuri urdin habrá visto en directo por estar todos envueltos en su propio júbilo, se resume la Liga. En un gol que llega en la prolongación del último partido. La Real no sabe lograr sus méritos sin sufrir. ¿Pero acaso ese sufrimiento no es la mejor manera de saborear tan merecido premio? La Real vuelve a Europa. Y se lo ha ganado.

No era fácil en agosto de 2016 predecir que este iba a ser el resultado de la temporada. El club ha perdido el miedo a hablar de Europa, pero son muchos los equipos que arrancan la Liga con ese objetivo. El comienzo de la Liga no ayudó a ser optimista. Eusebio Sacristán se plantó en la primera jornada con muchas bajas, con un once que se fue demostrando muy alejado de sus preferencias, y sin plantar resistencia ante el Real Madrid. La victoria en Pamplona apaciguó los ánimos, pero el empate en Anoeta ante el Espanyol y la derrota en Villarreal reforzaban los pronósticos menos optimistas. Dado el bajo nivel de la parte baja de la tabla, y a pesar de la irregularidad de perder fuera y ganar en casa, la Real se plantó en San Mamés en la octava jornada con la opción de pegar un salto enorme, superar al conjunto bilbaíno y entrar en plazas europeas. Y se cayó con estrépito. No por el marcador, 3-2, sino por sensaciones, en un partido en el que parecía fácil puntuar y en el que se regaló la derrota.

Así fue el gol al Barcelona en Anoeta.
La Real salió del derbi dolorida, con el patrón de juego en duda, con su estrella, Vela, alicaída, y con la sensación de que la temporada podría parecerse a la anterior, dando por perdidos los objetivos más ambiciosos y conformándose con los más modestos. Quién iba a decir que ese partido sería el punto de inflexión de la temporada. A partir de ahí, la Real tuvo un mes memorable, el mejor de la temporada con diferencia. Machacó al Alavés en Anoeta por 3-0, ganó en Leganés por 0-2 con una solvencia descomunal, superó al Atlético de Madrid por mucha más diferencia en el juego de lo que marcó el 2-0 logrado con sendos goles de penalti de Vela y Willian José, venció con claridad en Gijón por 1-3 y culminó esta racha de la temporada haciendo el mejor partido de los últimos años contra el Barcelona, que ya es decir, y por mucho que solo consiguiera un empate a uno, que debió ser una victoria de no haberse anulado por un inexistente fuera de juego un gol de Juanmi.

El equipo de Eusebio se había convertido en la sensación de la Liga. Era quinta y se había metido no en la pelea por Europa sino directamente por la Champions. La clave, haber dado con un centro del campo portentoso que hacía que el equipo jugara con la precisión de un cirujano, el que forman Illarramendi, Zurutuza y Xabi Prieto. Pero el segundo de ellos se lesionó y al equipo txuri urdin le dominó un pánico inesperado. Riazor, como un año antes El Molinón, sirvió para que la Real pusiera los pies en el suelo con un inadmisible e incomprensible 5-1 en contra. Los chicos de Eusebio se levantaron bien con dos nuevas victorias consecutivas, a las que siguió un suspenso en la prueba de nivel que suponía la visita del Sevilla a Anoeta. Ganar habría supuesto ponerse a un punto de la tercera plaza. Pero la Real perdió por 0-4 y quedó claro que el lugar de a Real era la pelea, como mucho, por la cuarta posición.

Para entonces, la Real ya se había adentrado en la fase de la temporada en la que se acumulaban las semanas de tres partidos. Eusebio, en una de las grandes y todavía no demasiado reconocidas aportaciones al club, se tomó muy en serio la Copa del Rey. Primero superó al Valladolid con solvencia. Después al Villarreal, por segunda vez en los últimos cuatro años, lo que tiene un mérito que tampoco se ha apreciado en su justa medida. Y el siguiente rival era el Barcelona. Por caprichos de los rectores del fútbol español, que hace tiempo dejaron de tener en cuenta al aficionado y a clubes que no sean los de más alto nivel, la Real tuvo que jugar en la víspera de San Sebastián y en un horario tardío. El Barcelona ganó en Anoeta después de muchos años y decantó en el Camp Nou una eliminatoria que, eso sí y a pesar del 6-2 final, estuvo viva hasta que faltaban diez minutos. La Real más seria en la Copa se quedó en cuartos.

El Villarreal venció en Anoeta en el descuento.
La decepción en el torno del KO, no obstante, no impidió que la marcha en la Liga fuera buena en esas semanas. La Real se había acostumbrado a ganar con mucha frecuencia y después de 22 jornadas sumaba 13 victorias, solo por debajo de los tres primeros. El calendario le daba además la opción de poner tierra de por medio con sus rivales. Lo hizo ganando 1-2 al Espanyol, al que alejó de manera casi definitiva, pero ahí es donde comenzó su sufrimiento por lograr la plaza europea. El Villarreal ganó en el descuento en Anoeta. Dos semanas después fue el Eibar el que empató en la prolongación y con otra jornada de por medio el Athletic se llevó los tres puntos del estadio donostiarra. La Real, que se había sostenido con sus ya cuantiosas victorias a domicilio, se había complicado el pasaporte europeo precisamente con los rivales con los que podría haber finiquitado esa lucha y pensar en objetivos mayores.

Tras caer en Mendizorroza quedó claro que la lucha por la Europa League la iban a protagonizar tres equipos. El Eibar quiso meterse en esa pelea, pero acabó descolgado cuando el Athletic ganó en Ipurua también en el último minuto. Con la final de Copa ya decidida entre Barcelona y Alavés las cuentas quedaron claras. De entre Villarreal, Athletic y Real Sociedad, dos terminarían la Liga con celebración y uno pendiente de resolución de la competición del KO. El equipo de Eusebio sufrió muchos en esas semanas, empezando a notarse que la gasolina no daba para mantener el altísimo nivel de juego mostrado en buena parte de la Liga. En la jornada 30, la derrota en el Calderón, confirmando el otro gran problema de la Real, los partidos contra los equipos de la parte alta de la clasificación (solo venció al Atlético en Anoeta y empató ante Sevilla y Barcelona), dejó al cuadro txuri urdin en la séptima posición.

Juanmi dio la victoria ante el Granada en Anoeta.
Recuperó la sexta plaza ganando al Sporting, pero la inmerecida derrota en el Camp Nou devolvió a los realistas a la séptima. Y a partir de ahí, la lucha por Europa se volvió encarnizada. Real, Villarreal y Athletic sumaron tres victorias consecutivas en la última semana de la temporada de tres partidos. El equipo realista firmaba un pleno en una semana liguera de estas características por primera vez en su historia, superando 1-0 al Depor, 2-3 al Valencia y 2-1 al Granada. No fue suficiente para escalar en la tabla, y aún así el vestuario realista estaba convencido del éxito. El pleno de victorias se convirtió, no obstante, en una carrera de fondo en la que ninguno iba a aguantar a tan alto nivel. La Real aguantó en Sevilla con diez jugadores un empate vital que colocaba a la Real igualada con el Athletic, que perdió en Vitoria, y a un punto del Villarreal, que cayó en Barcelona. Ninguno de los tres ganó en su último partido en casa y dejó todo para la última jornada.

De ese último encuentro recordaremos toda la vida el gol de Juanmi en el 94. Pero para llegar a ese punto se vivieron antes muchas emociones. El Atlético le marcó dos goles muy rápidamente al Athletic para despedir el Calderón con victoria, pero el Villarreal ya se había adelantado antes. La sensación fue que la quinta plaza nunca estuvo realmente a tiro, a pesar de que el Valencia llegó a empatar el encuentro. Cuando eso sucedió, la Real ya estaba por debajo en el marcador, por un penalti que confirmó que la temporada arbitral ha sido como poco cuestionable en los encuentros del cuadro txuri urdin. Oyarzabal despertó el júbilo marcando en el 80, cuando el Athletic había recortado distancias. El Celta pareció detener el latido del corazón txuri urdin en el 90, con un golazo de Hjulsag. Pero llegó el testarazo de Juanmi para hacer el 2-2. Como en Gijón. En el último suspiro, desatando la alegría de quienes tanto habíamos sufrido. Con un éxito al final, como más vale la pena saborearlos y haciendo justicia a lo que ha sido una espléndida temporada.

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