viernes, octubre 30, 2015

PREVIA Real Sociedad - Celta. Una confirmación imprescindible

El gol de Agirretxe no bastó la temporada pasada para ganar al Celta.
Ganar al Celta (sábado, 22.05 horas, Anoeta, La 1) es una confirmación imprescindible. La Real necesita esos tres puntos. En primer lugar, para escapar definitivamente de la zona baja y mirar ya de cara a la primera mitad de la tabla. En segundo lugar, para confirmar que la goleada al Levante no ha sido flor de un día o casualidad futbolística. Y, además, para que la temporada no se convierta, probablemente ya sin remedio, en una montaña rusa emocional que combine goleadas como visitante como las dos que ha conseguido ya con decepciones continuas en Anoeta, donde a estas alturas de la temporada todavía no se ha visto ninguna victoria del equipo txuri urdin. David Moyes, que parecía estar contra las cuerdas tras caer ante el Atlético, no ha recibido todavía un ultimátum claro, pero ganar en Anoeta y juntar por fin dos resultados positivos se antoja imprescindible para que su equipo empiece ya a demostrar el potencial que se le supone y la ambición con la que fue creado.

Conociendo a Moyes, era más que previsible que no iba a adelantar ninguna pista al Celta con la convocatoria. Las ausencias, las de De la Bella y Granero, además de la de Raúl Navas, ya se conocían antes del último entrenamiento, con lo que conocer que el técnico escocés ha citado a 22 futbolistas antes de decidir los cuatro descartes necesarios significa que no sabemos nada sobre sus planes para enfrentarse al equipo gallego. Por lo pronto, queda sin confirmar cuál es el estado físico de Zaldua y de Vela, los dos futbolistas que han tenido molestias durante la semana y de los que el propio Moyes dijo que esperaba contar con ellos. Lo que sí parece claro, después del regreso de Carlos Martínez al grupo, es que Elustondo no va a dar el salto al primer equipo de momento y que lo de Oyarzabal en el campo del Levante es, de momento, un premio sin continuidad.

No parece que vayan a producirse demasiados cambios en el once viendo el buen resultado que obtuvo el equipo en Valencia la pasada jornada. Si acaso, hay dos puestos que sí podrían variar. El primero es el acompañante de Iñigo Martínez en el centro de la defensa, ya que lo normal sería que Reyes regresara, aunque tampoco sería descabellado que Mikel González mantuviera la titularidad. Y el segundo es el pivote junto a Illarramendi, que podría seguir siendo Markel aunque con opciones para Pardo. Un tercer cambio dependería del estado físico de Zaldua, que si no puede jugar dejaría vía libre al debut de Carlos Martínez esta temporada. Rulli bajo palos, Yuri en el lateral izquierdo, Vela, Xabi Prieto y Zurutuza en la línea de mediapuntas y Agirretxe en punta parecen fijos. Si acaso, la duda está en el mexicano, y su sustituto sería bien Canales o bien Chory Castro, los dos con buenos minutos finales ante el Levante.

La victoria de la semana pasada no permitió a la Real una gran ascensión en la tabla, ya que ocupa todavía la decimoquinta plaza, con nueve puntos, aunque alejó el descenso precisamente en los tres puntos que logró y sí sirvió para acercar a cuatro puntos la zona europea, marcada todavía por el Deportivo desde la sexta plaza. El rival de esta semana, el Celta, es uno de los equipos revelación de este tramo inicial de la temporada, ocupando la cuarta posición con 18 puntos. Junto al Sporting y al Granada, la Real es el único equipo que no conoce la victoria como local. En Anoeta se han producido dos empates y dos derrotas esta temporada y la Real no venció en casa en sus últimos cinco partidos. No lo hace desde el 3-0 al Levante del pasado 1 de mayo, ya de la campaña 2014-2015. El Celta todavía no conoce la derrota lejos de Balaídos, ha ganado tres encuentros, todos por el mismo resultado, 1-2, al Levante, al Sevilla y al Villarreal, y empató a uno con el Eibar. Los gallegos rompieron con el 1-3 del Real Madrid de la pasada jornada una racha de ocho jornadas sin perder.

Históricamente hablando, el Celta es un rival bastante propicio para la Real. De los 52 enfrentamientos que se han producido entre estos dos equipos en San Sebastián, 43 han sido en Primera. De ellos, 26 acabaron con victoria realista, sólo cuatro con triunfo visitante y los trece restantes con empate. La mayor goleada de la Real fue el 5-0 de la temporada 1954-1955, con goles de Paz, Elizondo, Zubillaga, Iriondo y Sarasqueta, aunque marcó más goles en la 1952-1953, en un 7-3 en el que Echeveste e Igoa marcaron en dos ocasiones, y Carlos, Barinaga y Juan Francisco en propia puerta redondearon el resultado. El 1-3 de la campaña 1970-1971 es la victoria más clara del Celta. El cuadro estadístico se completa con los nueve duelos en Segunda División, con seis victorias para la Real, incluyendo el 2-0 del ascenso de la temporada 2009-2010, dos empates y un triunfo visitante. El Celta no gana en San Sebastián desde el 0-2 de la 1999-2000, pero desde entonces ha puntuado en más ocasiones de las que se ha ido de vacío, siete empates por cinco triunfos de la Real.

Uno de esos empates fue el que logró el Celta la pasada temporada, la 2014-2015. El partido fue soporífero y ninguno de los dos equipos expuso fútbol alguno. Con todo, la Real, sin Vela, lesionado unos días antes en el Santiago Bernabéu, consiguió adelantarse bastante pronto, en una buena jugada de Granero, en la que Xabi Prieto asistió de cabeza a Agirretxe para que este también anotara con la testa. El Celta pasó a dominar por completo el balón, pero fue incapaz de generar peligro sobre el área de Rulli. La Real sí exhibió en ese sentido una interesante fortaleza defensiva, pero a cambio renunció por completo a crear peligro. El Celta empató en el tramo final. La casualidad quiso que Mikel González se lesionara y, sin Ansotegi en el banquillo, fue Elustondo quien ocupó ese lugar. Tres minutos después del cambio, Nolito cruzó un balón al que Rulli no llegó. El Celta se llevó un punto y ahondó la triste situación de una Real que, en febrero, aún podía temer por la permanencia.

domingo, octubre 25, 2015

LEVANTE 0 - REAL SOCIEDAD 4 Esta tiene que ser la Real

Vela, bigoleador ante el Levante.
Ha tardado nueve jornadas, pero al fin se ha visto la Real que presumimos que quiere David Moyes, explotando todas las virtudes que se le suponen al equipo txuri urdin. 0-4 en un campo en el que nunca había logrado ganar en Primera División, con dos goles deVela, un papel brillante de Xabi Prieto y Agirretxe, el regreso de las acciones decisivas de Rulli y una actuación estelar de quien no deja de ser el termómetro de este equipo, Zurutuza. Y con una defensa con bajas. Esta tiene que ser la Real, una que sepa defender, que presione arriba, que tenga constantes ayudas para frenar al rival y que, por fin, haga que la calidad que tienen los jugadores ofensivos no sólo desemboque en ocasiones de gol sino en los mismos goles que brillaron en el marcador del Ciudad de Valencia. 0-4, un resultado que no lograba el equipo txuri urdin a domicilio desde la temporada 2010-2011, con aquella brillante victoria en Getafe y que desde luego marca el camino a seguir de aquí en adelante. La Real ya ha llegado.

Para que ello fuera realidad, Moyes plantó en el Ciudad de Levante un once con tres novedades. Dos ya estaban anunciadas por las bajas de Reyes y De la Bella y no hubo sorpresa por ese lado, pues sus sustitutos fueron Mikel González y Yuri, deando todavía sin debutar a Ansotegi y Héctor, más sorprendente en el caso del segundo, que subió el verano al primer equipo y parecía haberse ganado la confianza del escocés en la pretemporada y que viajó a Valencia para ver el partido en la grada, ya que ningún lateral, ni él ni Carlos Martínez, se sentó en el banquillo. El tercer cambio fue el regreso de Xabi Prieto al once, dejando a Canales en el banquillo. El capitán respondió de una forma extraordinaria, sobre todo en una gran primera mitad, demostrando que un tiempo fuera del equipo no puede hacer daño a un jugador de su categoría. Al contrario, parece que le ha ayudado a encontrarse a sí mismo después de una larga travesía por el desierto.

La verdad es que la Real saltó al partido concienciada de que la victoria no podía esperar más. El ritmo alto del encuentro ayuda a creer todavía con más firmeza en el equipo txuri urdin, porque no sólo mantuvo la intensidad que proponía el Levante sino que la mejoró con una buena presión arriba y en el centro del campo que se tradujo en unos cuantos robos de balón y, esta vez sí, generando peligro cada vez que pisaba el área rival. Ni siquiera le hizo falta que el doble pivote formado de nuevo por Illarra y Markel tuviera que hacer un partido deslumbrante (aunque Illarra creció con claridad en la segunda mitad) para que el balón llegara arriba no sólo con facilidad sino incluso con calidad. Zurutuza, de hecho, se hartó de controlar balones largos, haciendo que incluso lo más sufrido en defensa pareciera una jugada bien planteada desde el principio. Como se ha venido diciendo, si la calidad de la Real aparece y se junta con la lucha mínima exigible, siempre habrá opciones.

El 0-1 llegó pronto, en el minuto 8, pero la Real debió adelantarse antes. Un sensacional pase de Prieto, tras una combinación con Zurutuza por la izquierda, lo remató Vela fuera de forma incomprensible y con todo a favor. Menos mal que el mexicano corrigió muy pronto su borrón, aunque le costara. Una descomunal volea de espaldas de Agirretxe que cruzó todo el campo de izquierda a derecha (una muy parecida hizo en el año de la Champions contra el Valencia) sirvió para que Vela se quedara completamente solo delante de Rubén. Su primer remate, un intento de vaselina para evitar la salida del guardameta, se estrelló en él, pero el segundo, ya a puerta vacía, se convirtió en el primer gol de Vela en lo que llevamos de temporada. Ojalá sea el subidón que necesita la estrella realista, porque el equipo le ha echado de menos y mucho. El gol, de hecho, le sirvió para conectarse a la categoría que estaban demostrando sus compañeros de ataque, y el partido así pareció ponerse de cara para la Real.

A pesar de alguna que otra duda en defensa, paradójicamente más de Iñigo Martínez que de Mikel o Yuri, que eran las novedades, el dominio del partido era txuri urdin con claridad. Zurutuza pudo marcar con un toque algo flojo pero con mucha intención que buscaba la esquina inferior de la portería de Rubén, y el mismo realista gozó de una ocasión clarísima de cabeza, tras otro envío sensacional de Prieto, pero el guardameta levantinista sacó el balón con mucho acierto. Un pase de la muerte de Yuri, tras una formidable combinación por la izquierda, no encontró rematador. Y el 0-2 llegó con el protagonismo de dos de los hombres del partido. Un gran pase de Prieto lo remató Agirretxe para hacer su sexto tanto de la temporada. El Levante reaccionó con dos grandes jugadas. La primera, aún con 0-1, sirvió para que Rulli demostrara que también ha vuelto, con un paradón a bocajarro a Roger. La segunda, ya en el descuento, Roger se topó con el larguero.

En la segunda mitad, el panorama no cambió demasiado en los primeros minutos. El ritmo intenso del Levante y las muchas faltas que cometió, bastantes más del doble de las que Unidano Mallenco le indicó a la Real, no le bastaron para llegar con peligro en el arranque al área de Rulli, que prácticamente no tocó el balón tras el descanso hasta el minuto 22. Quizá por eso cometió un pequeño error en un córner, que despejó mal, regalando al Levante su primera ocasión clara del segundo acto, un disparo de Deyverson que el propio guardameta argentino desbarató. En ese ecuador del segundo tiempo fue cuando la Real pasó por sus peores minutos. Antes ya pudo haber marcado el 0-3, con un Zurutuza estelar como protagonista, primero con un buen remate de cabeza que se marchó fuera y después con una asistencia a la que Agirretxe no llegó por poco. Pero la Real, después de esas dos ocasiones, dio un claro paso atrás, rebajó su presión ofensiva y se vio obligada a defender más atrás.

Por eso llegaron las ocasiones del Levante. Ya con los tres cambios hechos en busca de la remontada y con tres atacantes en el césped, y sin que Moyes hubiera efectuado el primero, el equipo local buscó el gol con un disparo de Morales que se marchó pegado al poste a la derecha de Rulli. Rubén, el último cambio del Levante, cogió protagonismo, y la Real empezó a sufrir de una manera un tanto incomprensible, al menos viendo lo que había sucedido hasta entonces. Cada córner era un suplicio. Cada balón colgado, una prueba para los centrales. Moyes no frenó el partido hasta el minuto 75, cuando hizo su primer cambio, retirando a Agirretxe, ya sin posibilidad de intervenir en el partido por el mencionado paso atrás del equipo, para que entrara Chory Castro. Vela pasó a ocupar la posición más adelantada y Zurutuza centró su posición. Y eso le bastó a la Real para finiquitar el partido de una manera espectacular.

Y además con buenas noticias. Chory entró con ganas al campo, primero con una buena jugada con Yuri, después, ya con influencia en el marcador, con un disparo que desvió Illarramendi casi sin darse cuenta, como delataba su sonrisa después de celebrar el que ha sido su primer gol con la camiseta de la Real. El 0-3 ya provocó una desbandada en las gradas del Ciudad del Levante y el 0-4 fue una puntilla que se veía venir. Canales, que había entrado en el partido por el mejor de los 22 jugadores, un Zurutuza descomunal, metió un gran balón en el área, Chory lo prolongó y Vela picó el balón, esta vez sí con acierto, para sortear la desesperada estirada de Rubén. A Moyes le dio tiempo para  honrar a Vela por sus dos primeros goles de la temporada y hacer debutar al primer potrillo de la temporada, Oyarzabal, y a Undiano Mallenco para expulsar a Deyverson por un piscinazo clamoroso con el que el Levante coronó una mañana ruinosa.

Todo le salió redondo a la Real. Portería a cero y con una defensa de circunstancias, un buen saco de goles a favor con dos nuevos goleadores, incluyendo un Vela que al fin se estrenó, la racha de Agirretxe prolongándose sin un final visible, y con una firmeza en la presión que este equipo no había tenido en todo lo que llevamos de temporada. Sí, esta parece ser la Real que quiere David Moyes, a pesar de que el escocés se hubiera mostrado contento hasta ahora por el juego desplegado en las primeras jornadas, convencido de que había faltado sólo gol y suerte. No, faltaba mucho más. Todo lo que se vio en el Ciudad de Valencia. Para empezar, la actitud ganadora desde el minuto 1 que demostró el equipo, liderado, como en sus grandes partidos de los últimos años, por un Zurutuza enorme, secundado por la categoría de Prieto, Agirretxe y Vela, e incluso también con la pizca de suerte que echaba en falta Moyes. Así, sí. Ahora, a seguir.

sábado, octubre 24, 2015

PREVIA Levante - Real Sociedad. Al borde de la situación crítica

Canales hizo el gol realista la pasada temporada.
Una victoria en ocho partidos y tener los mismos puntos que el primer equipo que ocupa zona de descenso han dejado a la Real al borde de la situación crítica. Ya se habla sin tapujos de fracaso al evaluar la andadura de David Moyes al frente del banquillo de Anoeta y no se vislumbra un final a esta situación, salvo que las victorias empiecen a llegar. Esa es la única solución. Y la primera oportunidad para ello llega ante el Levante (domingo, 12.00 horas, Ciudad de Valencia, Canal + Liga), en un campo tradicionalmente nefasto para los intereses de la Real. El técnico escocés, además, tendrá que lidiar con las consecuencias del nefasto arbitraje que sufrió su equipo en el partido ante el Atlético de Madrid para componer su once, pero ya no puede acogerse a excusas. Es ganar o ganar. Y si no se gana, será difícil detener la espiral de crisis que ya se respira.

Moyes se ha llevado a Valencia los 20 jugadores disponibles de la primera plantilla más el potrillo Oyarzabal, que hace tiempo que está llamando a las puertas del primer equipo y que ante el Levante podría debutar en Primera si el técnico decidiera darle minutos. De este grupo que ha desplazado, el escocés tendrá que descartar a tres futbolistas más para conformar la convocatoria definitiva de 18 hombres. De esos 21 que han viajado, además de Oyarzabal, cuatro de la primera plantilla aún no se han estrenado esta temporada: Carlos Martínez, Yuri, Héctor y Oyarzun. Al menos uno de ellos tendrá que ser titular en el lateral izquierdo, ya que De la Bella será una de las bajas por lesión. Junto a él están en la enfermería el ya conocido Raúl Navas y Granero. Tampoco estarán Reyes ni Jonathas, expulsados en el partido contra el Atlético de Madrid y que cumplirán esta jornada el preceptivo partido de sanción.

Pese a la nefasta trayectoria de la Real, la satisfacción con la que Moyes habla de los suyos invita a pensar que no habrá grandes cambios con respecto al once de los últimos encuentros, aunque siempre hay un margen para la sorpresa. Seguro es que Rulli estará bajo palos, con Iñigo Martínez y Zaldua como fijos en la retaguardia. Mikel González tiene más papeletas que Ansotegi para ser el otro central y Yuri el lateral zurdo. Illarra es fijo y da la impresión de que Pardo volverá a estar a su lado tras ser suplente ante el Atlético. Y en principio por delante jugarán los mismos, Vela, Canales, Zurutuza y Agirretxe, sin competencia por la sanción de Jonathas y sin alternativa en el banquillo. No obstante, no es descartable que por detrás del punta entran Xabi Prieto o Bruma, dos jugadores, sobre todo el capitán, que han perdido mucha importancia en las últimas jornadas.

La derrota ante el Atlético de Madrid, la cuarta de la temporada, dejó a la Real al borde del descenso. El equipo de Moyes es decimosexto con apenas seis puntos, los mismos que tiene el decimoctavo, precisamente su rival de esta jornada, el Levante. Las posiciones europeas para las que se pensó este equipo txuri urdin están ahora mismo a una distancia de siete puntos, los que alejan a los realistas del sexto clasificado, el Deportivo. La Real ha sumado cuatro puntos a domicilio, los que le dio su única victoria hasta ahora de la Liga, 0-3 ante el Granada, y el empate sin goles que sumó en la jornada inaugural ante el Depor. El Levante sólo ha ganado un partido como local, pero ha sido el último de los cuatro que ha jugado, 1-0 ante el Villarreal, triunfo que rompió su racha de cinco jornadas sin ganar. La Real, por su parte, suma ya tres sin conocer la victoria.

El escenario que visita para buscar una salida a su crisis no es el más propicio para la Real, que sólo ha tomado el Ciudad de Valencia jugando en Segunda División. En Primera han sido siete los enfrentamientos, cinco se saldaron con triunfo local y los dos restantes con sendos empates, aunque precisamente las igualadas han llegado en los dos últimos Levante - Real Sociedad. La mayor derrota que ha sufrido el conjunto txuri urdin en las visitas al equipo valenciano fue el 2-0 de la temporada 2006-2007, la del descenso realista. En Segunda, han sido cuatro los enfrentamientos y ahí el balance sí es parejo, con dos victorias para cada equipo, las de la Real por 1-2 en la temporada 1948-1949 (goles de Arguiñano y Alsúa) y en la 2008-2009 por 0-2 (Agirretxe y Xabi Prieto). Además, la Real ganó por 0-3, dos goles de Terán y uno de Inciarte, en la fase de ascenso de la 1939-1940.

La pasada temporada, la 2014-2015, la victoria de la Real estuvo más cerca que nunca pero se escapó de forma cruel. Y eso que el partido fue soporífero, protagonizando por las incontables marrullerías de Barral. Con todo, el conjunto realista se adelantó al comenzar la segunda mitad, cuando un mal despeje de Vyntra tras el centro de Xabi Prieto lo capturó Canales, que recortó y marcó casi a placer. El 0-2 debió llegar en una jugada en la que el propio Prieto encaró a Mariño, pero Jaime Latre lo anuló por un fuera de juego inexistente. Y fue el colegiado el que coronó su mala noche ya en el descuento, cuando evitó pitar una clara falta a Carlos Martínez en un salto, antes de que el lateral realista extendiera temerariamente la mano, el balón le golpeara en ella y provocara el penalti que desembocó en el empate. Ivanschitz no falló, e hizo el 1-1 en el minuto 92.

domingo, octubre 18, 2015

REAL SOCIEDAD 0 - ATLÉTICO DE MADRID 2 La desvergüenza de Iglesias Villanueva maquilla el desastre txuri urdin

Vela sigue sin aparecer.
La Real volvió a perder. Ninguna sorpresa viendo el horrendo partido que hizo, la enésima demostración de que no sabe jugar a nada, no tiene los mecanismos propios de un equipo profesional, no supera el encefalograma plano y fracasa hasta en lo más elemental. Su derrota, ante un Atlético de Madrid lamentable, se estaba decidiendo por la genialidad de Griezmann, el único jugador potable que saltó al césped de Anoeta. Pero cuando el sopor y el más absoluto desánimo se habían llevado por delante cualquier esperanza de que este partido sirviera para la resurrección de la Real, apareció Iglesias Villanueva. La desvergüenza del colegiado, una que se ve con demasiada frecuencia en Anoeta, privó al equipo txuri urdin de conseguir un punto. No lo mereció, pero debió lograrlo. Ya en el tiempo de descuento, Jonathas fue derribado dentro del área. Un penalti de libro. E Iglesias Villanueva no lo pitó porque no le dio la gana. Sin más. No hay otra forma de entender la inquina con la que masacró a la Real a tarjetas y expulsiones justo después de que el Atlético hiciera el 0-2. No la hay. Y si no queremos verlo, seguiremos padeciendo arbitrajes tan deleznables y desvergonzados.

Antes de que Iglesias Villanueva tapara el ridículo de la Real con su injusta y dañina actuación, Moyes cumplió con lo esperado y su once para enfrentarse al Atlético se pareció mucho al de las últimas jornadas. Viendo que una vez más Agirretxe y Zurutuza le han ganado la partida por el momento a dos de los fichajes del verano, Bruma y Jonathas, lo más reseñable es que el escocés recurrió a la apuesta habitual de los últimos años en la Real cada vez que el equipo se enfrenta a uno de los llamados grandes, y colocó a Markel en el centro del campo junto a Illarramendi. Esa búsqueda de equilibrio en los partidos grandes es ya reflejo de todo lo que esta Real no es capaz de encontrar en su juego. En realidad, es que la Real no juega absolutamente a nada, y lo dramático es que da igual quién esté sobre el campo. No hay nada. El equipo tiene un encefalograma plano que asusta. No es que no haga ocasiones, que no las hace, es que falla hasta en los conceptos más básicos del fútbol, lo que convierte en algo imposible ganar un partido.

Y eso que enfrente estuvo el peor Atlético de Madrid que ha visitado Anoeta desde el ascenso. ¿Qué hizo el equipo de Simeone para buscar la victoria? Absolutamente nada. Simplemente, se encontró con una genialidad de un jugador que todavía no se sabe muy bien por qué se marchó al Calderón cuando tendría que haber fichado por el Bayern de Munich y convertirse en un nominado continuo al Balón de Oro. Griezmann, siempre el más listo de la clase, aprovechó la endeblez de la Real como conjunto y una candidez ya impropia en Illarramendi, que debió hacerle falta en el centro del campo, para arrancar con la fuerza que ya conocemos, plantarse delante de Rulli y picarle la pelota en su salida. Minuto 9 y ya se había visto en Anoeta todo lo que había que ver. Un golazo que, hay que destacarlo, parte de una nueva acción de la Real que roza lo absurdo, precisamente porque de lo que podía presumir la Real de Moyes era de fortaleza defensiva. Menos mal que su retaguardia sólo se puso a prueba en un remate de Jackson Martínez que se fue al larguero y que el horrendo Iglesias Villanueva había errado en anular por fuera de juego.

Hace un año, la Real sí reaccionó al temprano gol del Atlético, pero no todos los años van a ser fiesta. Y este equipo, desde luego, está para pocas fiestas. ¿Qué se puede destacar de la Real en un partido lamentable? Absolutamente nada. Con mucho esfuerzo, las ganas de un Agirretxe que se pasó la primera media del partido batallando por balones imposibles, por melonazos servidos desde la defensa, por intentos de pase en los que nunca tenía ventaja. Suyo fue el único intento medianamente decente de remate a puerta en los primeros 45 minutos. Si acaso, que la Real de la segunda mitad sí quiso, otra cosa es saber o poder, y minimizó a un equipo que lucha por el título de Liga hasta el punto de hacerle dar pelotazo tras pelotazo y defendiendo en su área como si fuera un Segunda B. El resto, un solar. Y eso, viendo la plantilla que tiene la Real, duele muchísimo. Moyes tiene que asumir ya su responsabilidad en el hecho de que su equipo ni juega, ni manda, ni convence. Todo es plano. La única salida de balón es a pelotazo y tentetieso o por medio de los laterales, y desperdiciar así a un Illarramendi que tiene que dar un paso adelante ya es casi un delito.

Así las cosas, la brusquedad del Atlético, su dominio de eso que eufemísticamente se llama el otro fútbol, es lo único que animaba el partido. Iglesias Villanueva, que claramente no tiene ni idea de lo que sucede en los partidos y sus decisiones obedecen al azar o a las mareas, pareció marcar el terreno con tres tarjetas en media hora, a Godín, Jiménez y Correa, pero ni siquiera tener a los dos centrales colchoneros amonestados reactivó a la Real. A lo mejor esa desidia txuri urdin contribuyó a que el colegiado se saltara ya algunas faltas evidentes en la primera mitad, sobre todo una a Agirretxe sin balón cuando buscaba un desmarque en la frontal del área que pareció clamorosa. Para compensar un poco, Markel se provocó una amarilla absurda y estuvo jugándose la segunda durante los instantes finales de la primera mitad, primero en una entrada por detrás en el centro del campo y después en la frontal del área. De la Bella se lanzó a protestar como loco esa acción, se llevó él la amarilla por protestar y quizá así evitó que Iglesias Villanueva tuviera la tentación de mandar a Markel a la ducha, algo que también estuvo cerca de provocar en un salto con Oblak ya en la segunda mitad.

La Real, sin ideas y desde luego sin ocasiones claras de gol, al menos fue capaz de encerrar al Atlético en su área. El enésimo fracaso de la temporada a balón parado, área que ahora ya parece corresponder en exclusiva a Illarramendi, hizo que los córners no tuvieran más peligro que el que provocó Jackson Martínez sobre su propia portería en el minuto 61. Hasta entonces, nada. De nuevo Moyes se conformó en un partido paupérrimo de los suyos y depositó una fe ya inadmisible en el once con el que inició el partido, cuando nada de lo visto invitaba al optimismo. Su primer cambio, de hecho, no llegó hasta el minuto 73. Y, efectivamente, nada había hecho hasta ese momento la Real para buscar el empate. Con una claridad nula, al menos en el tramo final del encuentro la Real sí sembró algo de inquietud en la portería de Oblak. Primero con un disparo de Vela que se marchó a córner. Después, en ese mismo córner y casi por accidente estuvo a punto de marcar Zurutuza y acto seguido fue Bruma, precisamente el primer jugador que metió Moyes en el partido por un apagadísimo Canales, quien disparó a las manos del guardameta rojiblanco.

Para entonces, Moyes ya, al fin, había agotado los cambios: Pardo por Markel y Jonathas por Zurutuza. Era el minuto 84. Viendo el paupérrimo partido de la Real, decir que los cambios llegaron tarde es quedarse corto, y Moyes tiene que empezar a darse cuenta de que se ha confeccionado una plantilla de 25 jugadores precisamente porque él lo ha pedido. La intrascendencia de Vela, que necesita ya banquillo para dar oportunidades a Oyarzun o Chory Castro, provocó una ocasión del Atlético muy clara, con un disparo que repelió Rulli y que después Tiago mandó a las nubes. Tras esa jugada, con la enésima pérdida de tiempo del Atlético que claramente Iglesias Villanueva no cortó porque no quiso (y que todo el mundo sabía que no iba a añadir a la prolongación, no lo hizo ni tras su escabechina final), tuvo la piel muy fina para expulsar a Reyes por doble amarilla por su protesta. Con diez, la Real se agarró a la heroica y Jonathas quiso todo el protagonismo. Primero forzó una amarilla a Gabi con una gran arrancada y después fue él quien sufrió el clarísimo penalti de Giménez, que además habría supuesto su expulsión.

Apelar al fallo humano con arbitrajes como el de Iglesias Villanueva es ponerse una venda y no querer ver un problema de enorme calado. Iglesias Villanueva vio el penalti y no lo pitó, él sabrá por qué, porque podríamos apostar claramente a que dentro de dos, tres o diez jornadas habrá una jugada parecida y sí lo pitará. Mientras no sepamos por qué pitan lo que pitan, podrán seguir haciendo lo que quieran y no serán los jueces que tendrían que ser, sino unos personajes que alteran resultados por razones difíciles de entender desde fuera, no se ganarán el respeto que merece su profesión porque, directamente, no se lo ganan con su trabajo. Con el patético partido que había hecho la Real hasta ese minuto, merecedor de todas las críticas posibles para su entrenador y sus jugadores, fue Iglesias Villanueva quien impidió que sacara un punto de él, antes de que Carrasco celebrara el 0-2 en una contra como si hubiera marcado el gol de Maradona. Tras no pitar el penalti y apuntar el 0-2, el colegiado, con una enorme inquina, decidió castigar a la Real con una dureza que simplemente resulta inaceptable. En las protestas realistas, que poco se parecieron a las de otros muchos partidos con otros equipos que ya hemos visto en demasiadas ocasiones, convirtió su mano en un rifle de repetición, expulsó a Jonathas, amonesto a Rulli, a Pardo y, antes de ver su acta, quién sabe si a alguien más.

Pero volviendo a la Real, a lo que sí puede controlar, su actuación fue terrible, y agrava aún más los muchos problemas que ha evidenciado esta temporada. Nada parece despertar a un equipo plano, aburrido, frustrado y frustrante. Moyes no es capaz de sacar nada de la plantilla más cara de la historia del club txuri urdin y eso tiene que empezar a pasarle factura ya, porque es inaceptable que este equipo sólo haya ganado uno de los ocho partidos que haya disputado y que si no está en puestos de descenso es, sencillamente, porque el nivel de la Liga es lamentable. La Real no juega a nada, no genera ocasiones y no ve luz alguna. Ni al principio ni al final del túnel, como no sea directamente la de la muerte. En coma ya está, porque ningún jugador coge la responsabilidad de echarse el equipo a la espalda y porque Moyes no ha sido capaz de aportarle la firmeza necesaria, ni siquiera a balón parado. Estar una serie de jornadas sin encajar gol no ha sido más que un espejismo, y esconderse detrás de él, o incluso en desastres arbitrales como el de Iglesias Villanueva ya no soluciona absolutamente nada. O se reacciona o una plantilla pensada para ir a Europa va a pensar por mantenerse en Primera.

sábado, octubre 17, 2015

PREVIA Real Sociedad - Atlético de Madrid. A reeditar el cartel de matagigantes

La Real, celebrando el triunfo de la temporada pasada.
La pasada temporada no dejó un grato sabor de boca en el aficionado txuri urdin, pero no se puede olvidar que en Anoeta doblaron la rodilla el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético de Madrid, los tres primeros clasificados de la Liga. En la presente campaña, y después de despreciar por completo un calendario asequible en el arranque del campeonato, el equipo txuri urdin está ahora obligado a reeditar su cartel de matagigantes, empezando por el Atlético (domingo, 16.00 horas, Anoeta, Canal + Liga). Una sola victoria en ya siete jornadas de Liga es un bagaje francamente pobre para un equipo, el de David Moyes, que se ha construido pensando en el regreso a las competiciones europeas, por mucho que tradicionalmente la Real tarde lo suyo en arrancar, y es complicado entender por qué hasta ahora no se ha sabido aprovechar el mejor arranque goleador de Imanol Agirretxe, precisamente verdugo colchonero hace un año.

Para afrontar este encuentro, Moyes ha decidido no dar ni una sola pista al Atlético. De esta manera, ha convocado a los 24 jugadores que tiene disponibles, según ha comunicado el club toda la primera plantilla a excepción del único jugador que está de baja, Raúl Navas, lo que supone que Aritz Elustondo vuelve de momento al Sanse. La noticia, de esta manera, es que Iñigo Martínez podría estar disponible para el encuentro, tal y como se venía barajando en los últimos días, a pesar de la lesión que le impidió regresar a la selección española. Y, de una manera más amplia, la Real puede celebrar que ahora mismo tiene su enfermería prácticamente vacía, lo que supone que jugadores como Carlos Martínez, Héctor u Oyarzun están en condiciones de jugar sus primeros minutos de la temporada si el escocés decide contar con ellos después del tiempo que han pasado de baja. Lo mismo sucede con Zaldua, que es el principal regreso a la lista y del que se espera que sea titular.

A pesar de tener disponible a prácticamente toda la plantilla, apenas se esperan cambios en el once de Moyes con respecto a los últimos encuentros. De esta manera, lo más previsible es que jueguen Rulli bajo palos, Iñigo Martínez y Diego Reyes en el centro de la zaga, De la Bella y Zaldua en los laterales, con Illarramendi y Rubén Pardo dirigiendo el juego desde el centro del campo, Vela, Canales y Zurutuza formando la línea de tres centrocampistas y Agirretxe en punta para seguir aprovechando su racha goleadora. Cualquier cosa que se salga de este planteamiento sería una sorpresa, aunque es cierto que jugadores como Bruma, Xabi Prieto o Granero podrían tener sus opciones de entrar en el once, en el que Jonathas, llamado a ser el fichaje más decisivo, tendrá que esperar aún para entrar. Claro que primero hay que pasar la criba de la convocatoria, de la que se caerán nada menos que seis futbolistas.

La derrota en Málaga dejó a la Real en la decimosexta posición con seis puntos, los mismos que tiene el equipo que marca ahora mismo la barrera del descenso, el Levante. Europa, que era el objetivo marcado al comienzo de la temporada, está ya a seis puntos, los que le saca el Deportivo, sexto clasificado. El Atlético es quinto, con 13, dos por debajo del cuarto, el Barcelona, que marca la frontera de la Champions League, y tres por detrás del líder, el Villarreal. Sólo el Sporting y el colista Granada acompañan a la Real en el poco honroso dato de no haber ganado todavía ningún partido como local, el equipo txuri urdin ha empatado dos y ha perdido uno. El conjunto colchonero no conoce el empate a domicilio, ha ganado dos partidos (0-3 al Sevilla y 0-2 al Eibar) y ha perdido otro (1-0 en Villarreal) y, de hecho, suma dos jornadas sin conocer la victoria, las mismas que la Real. Griezmann vuelve a Anoeta, donde sería titular por primera vez como visitante.

La estadística deja visiones contradictorias. En términos generales, la Real ha vencido en más de la mitad de sus 63 duelos contra el Atlético, siempre en Primera División. Así, son 32 victorias, con 14 empates y 17 derrotas. Pero si circunscribimos los datos al regreso de la Real a Primera en 2010, el colchonero es el equipo que más veces ha ganado en Anoeta, nada menos que cuatro de sus cinco visitas, todas ellas de manera consecutiva. El global en el actual estadio realista, en el que el Atlético tuvo que llegar al decimotercer partido para lograr un triunfo, es de once victorias para la Real (hasta siete seguidas entre las temporadas 1998-1999 y 2006-2007), las cuatro mencionadas del Atlético y dos empates. La mayor goleada txuri urdin sigue siendo el 6-1 de la temporada 1951-1952 (con dos goles de Igoa y uno de Alsúa, Barinaga, Epi y Ontoria), mientras que el 0-4 de la campaña 2011-2012 es el triunfo rojiblanco más notable en San Sebastián.

En la última vez que Real Sociedad y Atlético se vieron las caras, la pasada temporada, la 2014-2015, el triunfo fue para el equipo txuri urdin. Y fue un triunfo especial porque la visita de los colchoneros, entonces vigentes campeones de Liga y subcampeones de Europa, llegó justo tras el cese de Jagoba Arrasate, todavía sin David Moyes en el banquillo y con Asier Santana dirigiendo al equipo. Además, la victoria llegó con remontada, ya que Mandzukic adelantó al Atlético en la primera ocasión de peligro, en el minuto 9. La Real reaccionó bien al golpe y, sólo cinco minutos después, Vela demostró galones con un auténtico golazo, una de sus roscas desde la frontal del área. El equipo txuri urdin pasó a dominar con categoría al Atlético y mereció con creces el gol del triunfo, aunque este no llegó hasta el minuto 83, cuando Agirretxe cabeceó de forma majestuosa un centro de Zaldua. La Real sí aprovechó esta vez su superioridad numérica, pues Siqueira fue justamente expulsado en el minuto 50, y logró que los tres puntos se quedaran en Anoeta de forma justa.

miércoles, octubre 14, 2015

Empezar las temporadas con mal pie, un problema enquistado en la Real

Reyes e Iñigo Martínez, en el partido ante el Sporting.
Contar con la plantilla más cara de su historia ha agravado los efectos del terrible inicio de temporada que ha protagonizado la Real, pero si se echa la vista atrás se puede comprobar con facilidad que este es un mal enquistado. El equipo txuri urdin se ha acostumbrado a salir de las primeras jornadas de Liga en una situación precaria sin que se entiendan muy bien los motivos. Para comprobarlo, no hay más que hacer un repaso a la historia del Campeonato liguero desde que se pasó a premiar la victoria con tres puntos en la temporada 1995-1996. Desde entonces, en las 18 campañas en las que la Real ha estado en Primera, sólo en cuatro ha cerrado la séptima jornada colocada entre los diez primeros clasificados. Por el contrario, hasta en seis, incluyendo la presente, ha llegado a ese punto de la competición entre los cinco últimos.

De esta manera, la Real acumula ya siete temporadas seguidas en Primera, interrumpidas sólo por el intervalo de los tres años que pasó en Segunda, sin asomarse a los diez primeros clasificados después de jugarse los siete primeros partidos. Eso no es casualidad, sino un claro síntoma de que no se hacen bien las cosas. La última vez que consiguió meter la cabeza en la primera mitad de la clasificación fue en la temporada 2005-2006, cuando ocupó la octava posición sumando diez puntos, los que logró con sus victorias en Anoeta frente a Alavés (2-1) y Atlético de Madrid (3-2), la que consiguió a domicilio en Zaragoza (0-1) y el empate cosechado como local ante el Betis (1-1). El tope clasificatorio en Primera en esos diez años ha sido el decimotercer puesto, logrado a estas alturas en tres temporadas consecutivas, de la 2011-2012 a la 2013-2014.

Y hay que tener en cuenta un dato importante que sirve para analizar el momento actual. La presente temporada, la primera que comienza David Moyes, es la peor de ese periodo de siete temporadas y diez años con dos únicas excepciones: la 2006-2007, que fue la que dio con los huesos de la Real en Segunda, cuando el equipo sumaba a estas alturas sólo dos puntos, los de sendos empates, y cinco derrotas; y la 2014-2015, la pasada, cuando el deficiente arranque liguero (y europeo, con la eliminación en Krasnodar) dejaba a la Real en una decimoquinta posición, fruto de sólo cinco puntos, una victoria y dos empates, que se acabó cobrando el puesto de Jagoba Arrasate tras la décima jornada. El equipo de Moyes tiene ahora mismo sólo un punto más que el de Arrasate y apenas cuatro más que el de José Mari Bakero, que precisamente fue fulminando tras empatar en Mallorca en la séptima jornada.

Con esa costumbre de la Real a comenzar las temporadas de forma irregular, siendo benévolos en el juicio, casi parece asombroso que el arranque del equipo de Moyes sólo se haya visto empeorado en cinco ocasiones en este periodo desde que la Liga da tres puntos por victoria. Sucedió en las temporadas 2000-2001 (cinco puntos, de una victoria y dos empates), 2001-2002 (apenas dos puntos procedentes de dos empates), 2004-2005 (cinco puntos, de nuevo un triunfo y dos igualadas), y las ya mencionadas 2006-2007 (dos puntos) y 2014-2015 (cinco puntos, de nuevo con una victoria y dos empates). La Real ocupaba puestos de descenso después de siete partidos en tres ocasiones, en las campañas 2000-2001 y 2001-2012 en el puesto 19º y en la 2006-2007 como farolillo rojo.

La escuadra realista lleva además tres temporadas consecutivas siendo incapaz de sumar más de una victoria en los siete primeros partidos de Liga. En la 2013-2014 sólo pudo ganar 2-0 al Getafe en la primera jornada; en la 2014-2015, 4-2 al Real Madrid en la segunda; y en la presente campaña, 0-3 al Granada en el quinto encuentro. Al menos los de Motes han mejorado el nefasto registro de las campañas 2001-2002 y 2006-2007, respectivamente con John Toshack y Bakero en el banquillo, en las que alcanzó esta séptima jornada sin conocer la victoria. En esas dos temporadas se sufrió además el mayor número de derrotas en este tramo, nada menos que cinco de los siete partidos diputados.

Como para casi todo en la historia reciente de la Real, y eso es algo que tendría que estudiarse con más detenimiento, hay un punto de inflexión bastante claro: el cese de Bernd Krauss y el fichaje de Javier Clemente en la 1999-2000. Hasta ahí, el equipo txuri urdin vivía, casi como cualquier equipo acostumbrado a la élite, sus temporadas de esplendor y las de sosiego. Pero a partir de ese instante, la Real se acostumbró a vivir en el alambre y dejó de destacar. La única excepción, la memorable temporada del subcampeonato, la 2002-2003, con Raynald Denoueix en el banquillo, cuando los realistas acumulaban 17 puntos, eran líderes y no conocían la derrota. Ni siquiera en la temporada 2012-2013, cuando repitió las mieles de la clasificación europea de la mano de Philippe Montanier, se vivió un gran arranque liguero, con nueve puntos y la mencionada decimotercera posición.

viernes, octubre 09, 2015

La Real no tenía sólo dos goleadores a estas alturas desde la Liga 1978-1979

Agirretxe y Jonathas, únicos goleadores de la Real.
Ya se han jugado siete jornadas de Liga y sólo dos jugadores de la Real han sido capaces de celebrar al menos un gol. Agirrtxe lleva cinco, el que marcó al Espanyol en Anoeta, los tres que hizo en Granada y el que materializó el pasado sábado en La Rosaleda, mientras que Jonathas hizo el segundo contra el conjunto espanyolista. El resto de la plantilla sigue a cero, a pesar de tener el mayor número de futbolistas en años y el plantel más caro de toda su historia. Para encontrar la última temporada en la que sólo dos jugadores realistas habían marcado al menos un gol después de haberse jugado siete jornadas de Liga, hay que retroceder hasta antes de que el equipo txuri urdin se convirtiera en campeón, concretamente hasta la temporada 1978-1979, cuando los nueve tantos que entonces hicieron los jugadores de la Real se los repartieron Satrústegui, seis, y López Ufarte, tres. Dicho de otra manera, han pasado nada menos que 37 años sin que se viera un registro tan pobre como el actual.

Desde ese salto de calidad histórico que dio la Real a finales de los años 70, la peor marca de distribución de goles a estas alturas de campeonato se logró en la temporada 2003-2004, cuando sólo tres jugadores, Kovacevic y De Paula con tres y Nihat con dos, se repartían toda la labor anotadora del equipo en esos 630 minutos de juego disputados. Antes de eso, también habían sido tres los goleadores realistas hasta la jornada siete en otras cuatro ocasiones, en las temporadas 1990-1991 (tres de Aldridge, dos de Lasa y uno de Atkinson), 1991-1992 (uno de Luis Pérez, Oceano y Alkiza, todos en el mismo partido, 3-1 al Valencia, después de estar cinco jornadas sin marcar un solo gol), 1994-1995 (cinco de Kodro, y uno de Pikabea y Loren) y 1995-1996 (cuatro de Karpin, dos de Pürk y uno de De Pedro)

En las antípodas del actual registro, y siempre desde aquella campaña 1978-1979, han sido seis las temporadas en las que hasta siete jugadores realistas habían anotado ya a estas alturas del campeonato. Sucedió en las campañas 1980-1981 (Satrústegui y Uralde con tres, Kortabarria dos y Gajate, Diego, Idígoras y Zamora uno), 1981-1982 (López Ufarte cinco, Alonso tres, Satrústegui dos y Zamora, Uralde, Kortabarria y Diego uno), 1996-1997 (tres de Kovacevic y Craioveanu, uno de Imaz, Albistegi, De Paula, Idiakez y Gracia), 1997-1998 (Kovacevic y De Paula tres, Luis Pérez, Loren, Craioveanu, Idiakez y De Pedro uno), 1998-1999 (Sa Pinto, De Pedro y De Paula dos, Pikabea, Aldeondo, Jauregi y Aranzabal uno) y 2002-2003 (seis de Kovacevic, cinco de Nihat, tres de Karpin y uno de Aranburu, Jauregi, Khokhlov y De Pedro).

lunes, octubre 05, 2015

El arranque goleador de Agirretxe sigue la estela de Satrústegui y Kovacevic

Agirretxe hizo en Málaga su quinto gol del campeonato.
Una de las pocas buenas noticias que está dejando la Real en este inicio de temporada que roza ya lo catastrófico es Imanol Agirretxe. Cinco goles ha firmado el 9 realista en las siete jornadas que llevamos de Liga y eso que, por razones que cada vez son más difíciles de comprender, no estuvo ni un solo minuto sobre el césped en los dos primeros partidos del campeonato, en Riazor ante el Deportivo y en Anoeta frente al Sporting, partidos en los que para colmo el equipo txuri urdin no fue capaz de marcar. Esa cifra anotadora no se veía en la Real y en Primera División desde hace trece años, desde la temporada del subcampeonato, la 2002-2003, cuando Kovacevic llegó a marcar seis goles en los siete primeros encuentros del campeonato liguero. La misma cifra hizo el mítico Satrústegui en la temporada 1978-1979, antesala del periodo más glorioso de la historia del club.

Desde que la Real se colocó entre los clubes grandes a finales de los años 70, sólo estos dos, el máximo goleador de la historia del club y el extranjero que más partidos ha jugado, han sido capaces de marcar más tantos que Agirretxe en un arranque liguero de siete partidos. Con sus cinco goles, el de Usurbil ha igualado los comienzos del campeonato de la regularidad que hicieron otras leyendas realistas, concretamente cuatro de sus grandes goleadores históricos. López Ufarte los hizo en dos ocasiones, en las temporadas 1981-1982, la del segundo título liguero, y 1986-987, la que acabó con el título de Copa. Bakero alcanzó esa marca en la 1987-1988, la del doble subcampeonato de Liga y Copa. Kodro  lo hizo en la 1994-1995, en la que consiguió ser el realista que más goles ha marcado en Liga, 25. Y Nihat era el último hasta la fecha en quedarse en cinco goles, en la ya mencionada 2002-2003 en la que acabó haciendo más tantos que Kovacevic, 23 por los 20 del serbio.

Viendo los nombres a los que Agirretxe ha igualado con esa marca, con la que supera los cuatro que él mismo hizo en esos siete primeros encuentros de la temporada 2011-2012, parece lógico reconocerle al actual delantero realista un mérito que no siempre ha recibido. Y es que hay grandes delanteros de la historia realista que no han llegado a esa cifra. Por hablar de los máximos goleadores de los últimos años, ni Vela ni Griezmann lo han hecho. El méxicano nunca pasó de los dos goles, que hizo en el primer tramo de las temporadas 2012-2013 y 2013-2014, y el francés no llegó a hacer más de uno. Karpin se quedó en cuatro en la temporada 1995-1996, la última antes de su millonario traspaso al Valencia. Aldridge sólo alcanzó tres goles en las siete primeras jornadas de la campaña 1990-1991. Y Uralde, por ejemplo, se quedó también en tres en la 1980-1981, la del primer título de Liga que conquistó el equipo txuri urdin.

domingo, octubre 04, 2015

MÁLAGA 3 - REAL SOCIEDAD 1 Iñigo arrastra a la Real a la autodestrucción

La Rosaleda esta vez no fue talismán para la Real.
La Real sigue en espiral de autodestrucción, y en La Rosaleda tuvo al protagonista más inesperado: Iñigo Martínez. Como ya le sucedió hace dos años, su convocatoria para la selección española ha provocado una actuación lamentable del central realista, hasta ahora el mejor realista de la temporada a excepción de las alertas de exceso de desconfianza que mostró en la primera media hora del derbi. Iñigo falló estrepitosamente en los tres goles del Málaga, especialmente en los dos primeros, que además llegaron en los primeros seis minutos del partido, lastrando cualquier posibilidad de que Málaga fuera, como en temporadas anteriores, la plaza del despegue txuri urdin. Y se puede argumentar que la respuesta del equipo fue incluso notable por momentos, que Agirretxe volvió a dar muestras de su gran estado de forma, gol incluido, pero el hecho de terminar de nuevo el partido contra diez y no haberlo aprovechado es una losa más para el equipo de David Moyes. La Liga sigue avanzando y sigue sin haber signos de grandeza.

El caso es que Moyes apostó por la continuidad, con un único cambio y además obligado con respecto al once que jugó contra el Athletic en Anoeta. La baja de Granero devolvió a Pardo la titularidad, y el resto fueron los mismos del derbi. Pero la continuidad se topó de bruces con un auténtico drama, y además completamente imprevisto viendo los puntos fuertes de este inicio de la temporada. Iñigo Martínez celebró su regreso a la selección española de la manera más catastrófica posible. En apenas siete minutos cometió dos errores descomunales y permitió que el equipo que no había sido capaz de marcar un solo gol en seis partidos, en 540 minutos nada menos, hiciera dos en ese cortísimo intervalo de tiempo. Charles hizo los dos goles a placer. La Real lleva tiempo sin saber cómo entrar en los partidos, pero el arranque que protagonizó en La Rosaleda pasará a los anales de la historia negativa de los últimos tiempos. Sencillamente dramático, y precisamente en un escenario que este equipo venía conquistando con cierta facilidad en los últimos años.

El desbarajuste que vivió la Real en los primeros minutos fue de órdago, algo absolutamente injusticable y un lastre que este equipo no se puede permitir. Pero, al menos, la reacción fue inmediata. En realidad, para variar, sin mucho fútbol, pero el carácter, eso que también se echa de menos, al menos se dejó ver también en el equipo txuri urdin. En el minuto 14, un sensacional envío de Zurutuza encontró la cabeza de Agirretxe, en un sensacional desmarque que, de nuevo, le confirma como el delantero de este equipo y el que mejor sabe entender las características de sus compañeros. Si llega a marcar el segundo en un extraordinario remate en el minuto 20, esta vez a pase de De la Bella, habría sido difícil que alguien pudiera discutirle su titularidad en un tiempo largo, pero su remate se marchó junto a la cepa del palo a la izquierda de Kameni. Para cuando llegó esa jugada, la Real había igualado bastante el juego.

El estado de nervios en que estaba sumido el equipo tras los dos descomunales fallos de Iñigo permitió que el Málaga siguiera llegando con cierta claridad a la frontal del área de Rulli, pero la Real parecía manejar el balón con algo más de soltura que el equipo local. Por eso, llegó un nuevo centro, esta vez desde la derecha, de Elustondo, que de nuevo encontró la cabeza de Agirretxe. Esta vez, el balón fue manso a las manos de Kameni, pero demostró que la Real había sabido recuperarse del momento más delicado de lo que ha vivido el equipo hasta el momento. Pero, claro, el 2-1 y la necesidad de empatar mantenía opciones para que el Málaga aprovechara espacios. Así llegó un tiro de Duda desde bastante lejos que Rulli se comió y dejó muerto en la frontal del área pequeña, pero tuvo una reacción a la altura de muy pocos y evitó el gol de Cop en su disparo a bocajarro. Una por otra.

Salvo esos detalles que el Málaga estuvo cerca de aprovechar, lo cierto es que el dominio del partido era claramente de la Real. Agirretxe, crecido por este espectacular inicio de temporada que ahora cabe preguntarse por qué Moyes no lo aprovechó desde la primera jornada, estuvo a punto de marcar el segundo con una maravillosa vaselina que Kameni ni olió y que se estrelló en el larguero. Pero las buenas sensaciones del final de la primera mitad volvieron a esfumarse con el arranque de la segunda. Esta vez, los nervios los protagonizaron De la Bella y Rulli en una jugada rocambolesca. El lateral pifió un despeje en un centro al segundo palo y, por puro azar, el balón acabó en el palo. La ansiedad fue tal, que De la Bela, en lugar de despejar el balón a córner se limitó a pararlo, y Rulli, con una ingenuidad increíble, lo agarró con los manos. Un libre indirecto de libro. Duda estrelló el balón en Rulli y la Real salvó la situación.

La respuesta, de nuevo, llegó a través de un Agirretxe que sigue con un nivel espléndido. Su disparo con rosca encontró una sensacional parada de Kameni. Y poco después, una fantástica jugada al primer toque no la supieron culminar ni Canales ni Vela de una forma bastante sorprendente. Y de nuevo Agirretxe probó suerte de cabeza, pero no encontró portería con su testarazo. El Málaga mantenía la sensación de peligro pero también es cierto sin inquietar en nada a Rulli. A pesar de sus despistes, el fútbol dio a la Real una oportunidad de redimir sus pecados con una nueva superioridad. Tissone vio la segunda tarjeta amarilla por una durísima entrada a Zurutuza y después de haber visto la amarilla en la primera mitad por una mano igualmente clara que, sorprendentemente, protestó de forma ostensible. Y pudo ser aún más grave para el Málaga si Del Cerro Grande hubiera sido valiente y hubiera expulsado a Charles por una patada que lanzó a Reyes desde el suelo para después darle una colleja.

Quedaba un cuarto de hora y para entonces Moyes ya había puesto sobre el césped a Jonathas, y sin quitar a Agirretxe, lo cual fue un claro mensaje ofensivo. Poco después, y justo después de que Vela se comiera un buen pase al segundo palo que remató francamente mal con la cabeza cuando debía haberlo hecho con el pie, lo apostó todo. Bruma y Xabi Prieto entraron al partido por Canales y Elustondo. La Real pasó a jugar con una defensa de tres. El ataque txuri urdin, que sí llevaba peligro al área de Kameni, se estrelló en el fuera de juego. Primero fue Vela el que forzó una buena parada de Kameni desde posición antirreglamentario, y después fue Agirretxe el que remató a gol pero adelantado, como también lo estaba Jonathas. A diferencia de lo que sucedió ante el Betis, la superioridad realista sí se notó, sus centros desde las bandas fueron continuos y los remates aparecieron.

Pero como sucedió en Sevilla, la Real no fue capaz de materializar su superioridad numérica en el marcador e incluso sufrió un nuevo mazazo. De nuevo, Iñigo fue protagonista negativo de la jugada, al no ser capaz de encontrar un balón que había tratado de despejar con la cabeza, y casi cometer un penalti clarísimo antes de que Charles firmara un hat trick para un equipo que, hay que insistir en ello, hasta este día no había sido capaz de hacer un solo tanto. Era ya el último minuto del partido, con lo que se cerró así por completo la posibilidad de que la Real rescatara un punto de una nueva actuación demasiado marcada por sus errores, unos errores que siguen siendo bastante difícil de explicar. Que llegue una derrota así perdiendo la fortaleza defensiva que hasta ahora había sido el gran argumento realista, es un quebradero de cabeza más para Moyes.

La Real llega a este nuevo parón en una situación delicada. Sólo seis puntos en siete jornadas, una única victoria y con Agirretxe monopolizando la tarea goleadora, en la que Vela no aparece y tampoco da signos de mejora y en la que demasiados jugadores siguen decepcionando de una forma bastante evidente. Si cuando regrese la Liga, que lo hará con un partido complicado en Anoeta contra el Atlético de Madrid, al que sólo ha conseguido derrotar en una ocasión desde el ascenso, la Real no da signos de mejora, la situación de Moyes no será nada cómoda. Cerca ya de llegar a los 38 partidos que completarían una temporada virtual, se intuyen algunas cosas pero no se termina de ver cómo va a jugar la Real para ganar partidos de una forma asidua. Y eso ya empieza a ser claramente preocupante. Mucho más cuando La Rosaleda ha visto desmoronarse al pilar que hasta ahora protegía al equipo, Iñigo Martínez. Se acaban las oportunidades y la Real sigue sin reaccionar.

viernes, octubre 02, 2015

PREVIA Málaga - Real Sociedad. La Rosaleda, ¿escenario de otro despegue?

Celebrando el gol de Pardo la temporada pasada en La Rosaleda.
Ni un calendario asequible ni un derbi en Anoeta han servido para que la Real despegue. ¿Será Málaga (sábado, 22.05 horas, La Rosaleda, La 1) el lugar donde se produzca de nuevo ese acontecimiento como en temporadas anteriores? Mirando la historia reciente, los Málaga - Real Sociedad han sido puntos de inflexión felices en las temporadas realistas, y estando ya en la séptima jornada va siendo hora de que el conjunto entrenado por David Moyes explicite de una forma evidente y continua a qué quiere jugar y qué va a ser capaz de conseguir esta temporada. Para ello, deberá prolongar el buen hacer defensivo que sí está teniendo el equipo bajo el mando de Rulli, Iñigo Martínez y Reyes, pero tendrá que mejorar sus prestaciones ofensivas, dado que sólo dos jugadores han conseguido ver puerta en lo que llevamos de Liga (Agirretxe lleva cuatro y Jonathas uno) y su gran estrella, Vela, está muy lejos de lo que es capaz de ofrecer.

El centro del campo va a ser el gran quebradero de cabeza de Moyes para el partido ante el Málaga. Illarramendi, Markel y Granero han sido dudas durante la semana, y los dos primeros sí han entrado en una lista de veinte jugadores está vez sí facilitada por el técnico txuri urdin en la víspera del encuentro. Al margen de estas dudas, la gran noticia de esta jornada es el estreno de Carlos Martínez en el grupo, después de no haber podido jugar ni un solo minuto en pretemporada ni, por el momento, en partido oficial. Zaldua, en cambio, sigue al margen del grupo, del mismo modo que Navas, Héctor y Oyarzun, jugadores que tampoco no se han podido estrenar esta temporada. Estos son todos los que se han quedado fuera de la lista provisional para La Rosaleda, junto con Ansotegi, el único jugador que no viaja en principio por motivos técnicos, aunque no sería la primera vez que trasciende un problema físico después de que un jugador no entre en los planes de Moyes.

Dado el buen rendimiento defensivo del equipo, no parece probable que haya cambios en defensa para el once inicial, con Rulli bajo palos, Iñigo Martínez tras el anuncio de su regreso a la selección y Reyes en el centro de la zaga, y De la Bella y Elustondo en los laterales. Illarramendi, si está en condiciones, será nuevamente titular, y su acompañante lo más probable es que sea Pardo, a tenor de las molestias que ha tenido Markel y la ausencia de Granero. En la línea de tres mediapuntas Vela parece tener el puesto asegurado a pesar de estar lejos de su mejor versión, y Xabi Prieto, Bruma, Canales y Zurutuza se jugarían los dos puestos restantes, en principio con ventaja para los dos primeros. Menos probable parece que Chory Castro salga desde el inicio por primera vez en la temporada, aunque no es descartable. Y arriba la pugna entre Jonathas y Agirretxe sigue viva, quizá está vez con más opciones para el primero.

Tras el empate en el derbi, la Real quedó en la duodécima posición con seis puntos, tres por encima del descenso y cinco por debajo de la zona europea. Su rival, el Málaga, ocupa precisamente la última de las plazas del descenso, la decimoctava. El conjunto de Javi Gracia es el único de Primera que aún no ha conseguido marcar ningún gol y el único, junto al Levante, que no ha celebrado ningún triunfo. El reto para la Real de cara a este partido sigue estando en su actuación como visitantes. Tras ganar 0-3 en Granada, busca su segunda victoria seguida lejos de Anoeta, algo que no consiguió en toda la temporada pasada y sólo una vez en la 2013-2014. En lo que llevamos de Liga, los de Moyes, además, han conseguido dejar a cero su portería en cuatro ocasiones, pero no han marcado en otros tantos partidos.

La historia dice que la Real ha visitado Málaga en 33 ocasiones, con un balance bastante positivo para ser un campo del sur, tradicionalmente malos para la Real. En Primera han sido 30 los encuentros jugados, con nueve victorias realistas, siete empates y ca2007-2008. Contando precisamente esa victoria en Segunda, la Real le ha tomado la medida a La Rosaleda y no ha perdido en sus últimas siete visitas a Málaga, seis de ellas en Primera, con  dos empates y cuatro triunfos.
torce triunfos locales. El triunfo txuri urdin más claro es el 2-4 de la temporada 1952-1953, con un hat trick de Igoa y un gol más de Paz. El 5-2 del primer encuentro entre ambos conjuntos, en la temporada 1949-1950, sigue siendo la mayor goleada del Málaga. El cuatro estadístico se completa con tres partidos en Segunda División, dos de los cuales acabaron con victoria del equipo andaluz y el último de ellos con 0-2 para la Real, en la temporada.

La pasada temporada, la 2014-2015, la Real consiguió un meritorio empate ante un Málaga que estaba en plena lucha por las posiciones europeas que finalmente no consiguió. Los locales arrancaron arrolladores, pero la Real defendió bien, e incluso llegó al descanso habiendo generando más peligro que su oponente. Al comienzo de la segunda mitad, el equipo malagueño volvió a imponerse, ahora con claridad, y aprovechó que Rulli no mandó en su área como acostumbra para hacer el 1-0, obra de Recio. La entrada de Pardo con menos de media hora de juego por delante fue determinante. Primero, porque ayudó a que el centro del campo jugara con más tranquilidad, pero sobre todo porque él fue el autor del gol del empate, un buen disparo de la frontal después de una acertada dejada de Finnbogason. El empate casi enterró las quiméricas opciones europeas de la Real, pero fue un buen punto en un partido muy disputado.